Los sesgos que enga?an al cerebro durante la pandemia
Con incertidumbre y ansiedad, tomamos atajos mentales que provocan decisiones poco afortunadas
Los sesgos son esos atajos maravillosos de nuestro razonamiento que hacen que seamos, por lo general, muy eficientes tomando decisiones. Nuestro cerebro act¨²a por s¨ª solo bas¨¢ndose en su experiencia, en los recursos que tiene m¨¢s a mano, en el normal discurrir de las cosas, para ahorrarse energ¨ªa. Y as¨ª funciona muy bien. ¡°No podemos estar todo el d¨ªa repens¨¢ndonos, revisando nuestras decisiones, dedicando mucho tiempo a cada cosa del d¨ªa a d¨ªa¡±, explica la psic¨®loga experimental Helena Matute. Pero en determinados momentos, coger esos atajos nos lleva por caminos equivocados. Sobre todo, en situaciones en las que no es f¨¢cil pararse a pensar, como la que se sufre en pleno confinamiento por pandemia.
¡°El miedo y la ansiedad agudizan los sesgos, porque no nos dejan pensar con claridad. Pero hoy m¨¢s que nunca debemos tratar de evitarlos¡±, asegura Matute, que acaba de publicar Nuestra mente nos enga?a: sesgos y errores cognitivos que todos cometemos (Shackleton Books). Conocemos muchos tipos distintos de sesgos que en alguna medida pueden estar afectando a nuestra forma de afrontar la pandemia, desde que se empez¨® a informar del brote en China en enero hasta ahora en pleno aislamiento domiciliario. Y pueden actuar en direcciones completamente opuestas, dependiendo de la persona.
¡°El miedo y la ansiedad agudizan los sesgos, porque no nos dejan pensar con claridad. Pero hoy m¨¢s que nunca debemos tratar de evitarlos¡±Helena Matute, catedr¨¢tica de la Universidad de Deusto
Por ejemplo, uno de los sesgos m¨¢s evidentes que se han puesto en marcha estos d¨ªas es el sesgo de disponibilidad: a la hora de tomar decisiones ¨¢giles, lo hacemos pensando en los ejemplos que tenemos m¨¢s a mano. Por eso nos dan m¨¢s miedo los viajes en avi¨®n que en coche, porque son mucho m¨¢s habituales y espectaculares las noticias de accidentes de tr¨¢fico a¨¦reo, aunque sea m¨¢s probable morir al volante. Pero este sesgo nos pudo llevar a pensar que este virus no supone grandes riesgos (hasta ahora, las pandemias recientes no hab¨ªan golpeado a Espa?a), minimizando su peligro; o al rev¨¦s, ya que las repetidas im¨¢genes de f¨¦retros puede provocarnos ansiedad y p¨¢nico.
¡°El mundo tuvo semanas de anticipaci¨®n que desaprovecharon por otro principio de la psicolog¨ªa humana: el sesgo optimista. El mismo principio por el que muchos usamos el tel¨¦fono mientras conducimos, pensando que no nos puede pasar nada, hizo que los grandes estadistas de occidente perdiesen una magn¨ªfica oportunidad de actuar a tiempo¡±, asegura Mariano Sigman, neurocient¨ªfico de la Universidad Torcuato Di Tella. En Italia, durante la ¨²ltima semana de febrero, el 80% de la poblaci¨®n cre¨ªa que los medios estaban exagerando la importancia de la epidemia (Ipsos Mori). En Espa?a, el 43% opinaba el 5 y 6 de marzo que los medios hab¨ªan fomentado alarmismo, el 39% que hab¨ªan informado bien y solo el 5% que hab¨ªan informado poco (YouGov). Sin embargo, los pa¨ªses asi¨¢ticos que sufrieron epidemias graves como la del SARS ten¨ªan a mano la l¨®gica opuesta: estos brotes pueden ser terribles y se debe actuar r¨¢pidamente.
Adem¨¢s, las primeras descripciones de la enfermedad pudieron provocar el llamado efecto de anclaje: al decir que es como una gripe, e incluso al decir que no es como una gripe, nuestros pensamientos quedan anclados a esa referencia. Ser¨¢ dif¨ªcil dejar de pensar que es una vulgar enfermedad com¨²n, por mucho que nos repitan el n¨²mero de muertos y contagiados anuales por gripe com¨²n. Porque ah¨ª entra en juego otro de los lastres m¨¢s comunes del razonamiento humano: nos cuesta horrores entender los grandes n¨²meros. Y m¨¢s todav¨ªa el crecimiento exponencial: en un estudio reci¨¦n publicado se ped¨ªa a los participantes que pensaran en la evoluci¨®n del brote de coronavirus si cada enfermo contagiaba a dos personas. La mayor¨ªa se mostr¨® incapaz de identificar c¨®mo se disparar¨ªa la curva de contagios.
¡°No tenemos una gran capacidad de absorber ideas abstractas, entendemos mejor el problema viendo la foto de un ni?o desnutrido que con estad¨ªsticas y n¨²meros de muertos de hambre¡±, explica la neurocient¨ªfica Susana Mart¨ªnez-Conde. ¡°Por eso se est¨¢ pidiendo en esta crisis que junto a las estad¨ªsticas se difundan im¨¢genes de los hospitales y sanitarios sobrecargados de trabajo, para que se entienda el problema¡±, a?ade Mart¨ªnez-Conde, autora de Los enga?os de la mente (Booket). Esta cient¨ªfica tambi¨¦n ha visto en marcha el sesgo de ilusi¨®n de control: ¡°La propagaci¨®n exponencial de una epidemia se nos escapa, no podemos controlarlo, y de ah¨ª lo de acumular papel higi¨¦nico y otros bienes, porque nos permite creer que ejercemos cierto grado de control sobre una situaci¨®n que en realidad es incontrolable¡±. Un comportamiento que se vio reforzado por la naturaleza gregaria del comportamiento humano y la necesidad de imitar a los dem¨¢s en situaciones de estr¨¦s.
¡°No tenemos una gran capacidad de absorber ideas abstractas, entendemos mejor el problema viendo la foto de un ni?o desnutrido que con estad¨ªsticas y n¨²meros de muertos de hambre¡±Susana Mart¨ªnez-Conde, directora del laboratorio de Neurociencia Integrada de la Universidad del Estado de Nueva York
Una treintena larga de los mejores especialistas en psicolog¨ªa social ha publicado un art¨ªculo de urgencia con claves para apoyar la respuesta frente al brote. ¡°Las personas a menudo sufren de sesgo de optimismo, lo que puede llevarlas a creer que son menos propensas a contraer una enfermedad. Si es as¨ª, es posible que no participen en comportamientos de salud p¨²blica, como distanciamiento, que podr¨ªan propagar la enfermedad infecciosa¡±, advierten en el texto. Adem¨¢s, se?alan otro sesgo com¨²n, el de suma cero, muy peligroso en este contexto: cuando pensamos que la ganancia de uno surge necesariamente de la p¨¦rdida de otro, y viceversa. ¡°Este pensamiento encaja mal con la naturaleza decididamente distinta de la infecci¨®n pand¨¦mica, donde el contagio de otra persona es una amenaza para ¨¦l mismo y para todos los dem¨¢s. El sesgo de suma cero hace que el acaparamiento de medidas de protecci¨®n (desinfectante, mascarilla, etc¨¦tera) sea psicol¨®gicamente convincente pero en ¨²ltima instancia contraproducente¡±, se?ala este grupo de investigadores ¨Dde Harvard, Yale, Stanford, Cambridge, entre otras universidades¨D, que advierte que la necesidad de comunicar esta percepci¨®n err¨®nea ¡°deber¨ªa ser una prioridad¡±.
Tambi¨¦n apuntan otro sesgo peligroso, referido a las preferencias por el grupo propio, que puede degenerar en racismo y exclusi¨®n, algo que ha sucedido hist¨®ricamente con otras epidemias. Por ejemplo, sentirse m¨¢s vulnerable ante la enfermedad y padecer m¨¢s miedo ¡°se asocia con niveles m¨¢s altos de etnocentrismo e intolerancia pol¨ªtica y punibilidad hacia los grupos externos¡±, seg¨²n este art¨ªculo. ¡°Resaltar las divisiones entre grupos puede minar la empat¨ªa con aquellos que son socialmente distantes y aumentar la deshumanizaci¨®n o el castigo¡±, alertan. Como en otros casos, este sesgo de mirar por el propio grupo tiene su vertiente positiva. El sentimiento colectivo, el que se enciende con los aplausos a las plantillas de los servicios p¨²blicos cada tarde, ayuda y mucho a encauzar la preocupaci¨®n del momento hacia el apoyo mutuo y el cumplimiento de nuestras responsabilidades hacia los dem¨¢s.
Un atajo mental que se ha disparado estos d¨ªas es el prejuicio de retrospectiva, tambi¨¦n conocido como ¡°se ve¨ªa venir¡±. A toro pasado, sabemos lo que se tendr¨ªa que haber hecho, sobrestimamos nuestra capacidad para preverlo y exageramos la probabilidad real de que algo as¨ª sucediera
La divisi¨®n entre grupos se puede exacerbar por culpa de otro atajo mental, tan com¨²n como nocivo: el sesgo de confirmaci¨®n. Es tan sencillo como tomar la informaci¨®n que conviene a mi argumento previo e ignorar aquella que me lleva la contraria. Este pensamiento provoca que en momentos de gran agitaci¨®n las posturas se extremen: en tiempos de crisis, todos creen tener los argumentos para tumbar dial¨¦cticamente al contrario, pero en realidad cada cual se reafirma m¨¢s en su opini¨®n previa. Como explicaba Manuel Jabois en un art¨ªculo, muchos de los que cre¨ªan que este Gobierno es malo, lo acusar¨¢n de criminal; y quienes rechazan las pol¨ªticas del PP, lo har¨ªan si gobernara. Por lo general, encontramos argumentos para atizar, con m¨¢s fuerza, al que ya atiz¨¢bamos antes. Sin embargo, como ha escrito en The Washington Post el investigador Jay van Bavel, de la Universidad de Nueva York, no hay peor decisi¨®n que promover la polarizaci¨®n partidista en una situaci¨®n como la actual: causa muertos. Ya se observ¨® durante la epidemia de gripe porcina.
Esto lleva a otro recurso mental que se ha disparado estos d¨ªas entre quienes critican la gesti¨®n de las autoridades, ya sea en Espa?a, en Reino Unido o en EE UU: el prejuicio de retrospectiva, tambi¨¦n conocido como ¡°se ve¨ªa venir¡±. A toro pasado, sabemos lo que se tendr¨ªa que haber hecho, sobrestimamos nuestra capacidad para preverlo y exageramos la probabilidad real de que algo as¨ª sucediera. El Instituto de Investigaciones Econ¨®micas y Sociales de Irlanda ha preparado un informe sobre la crisis del coronavirus para su Gobierno en el que advierte: ¡°Las personas generalmente creen que un resultado siempre fue m¨¢s probable una vez que saben que sucedi¨®. Durante meses o incluso semanas, esto puede llevar a una percepci¨®n de que las autoridades ¡°deber¨ªan haber sabido¡± hacia d¨®nde se dirig¨ªan los eventos, cuando en realidad la incertidumbre era grande¡±. Este sesgo encuentra gran apoyo en su primo hermano, el efecto Dunning-Kruger, que estos d¨ªas ha llenado las redes de epidemi¨®logos y vir¨®logos de sal¨®n: personas poco preparadas o poco conocedoras de una materia que se perciben a s¨ª mismas como expertas tras informarse superficialmente.
Matute est¨¢ pensando en dise?ar un estudio para analizar el crecimiento de la ilusi¨®n de control, porque ha detectado que se podr¨ªa estar disparando. ¡°El pensamiento m¨¢gico, las ilusiones de control, hace que mucha gente recurra a remedios in¨²tiles, a pseudociencias y supersticiones. Creo que se est¨¢n creyendo muchas m¨¢s cosas estos d¨ªas por la necesidad de agarrarse a un clavo ardiendo, priorizando el bienestar individual y de la familia¡±, explica la investigadora de la Universidad de Deusto. Esta necesidad de retomar el control, cuando no puedes ni salir de casa, debe reconducirse hacia comportamientos que s¨ª son ¨²tiles contra la pandemia o para los dem¨¢s, como la higiene meticulosa o toser en el interior del codo.
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