Lo que el comercio ha unido que no lo pare un virus
Los alcaldes de Laredo y Nuevo Laredo, a un lado y otro de la frontera entre Estados Unidos y M¨¦xico, toman medidas de salud pero mantienen abiertos los puentes a la mercanc¨ªa y el consumo

Nuevo Laredo y Wuhan est¨¢n hermanadas desde 2012. Y tienen razones para ello: ambas ciudades gozan de una estrat¨¦gica situaci¨®n geogr¨¢fica que las convierte en un gran n¨®dulo comercial, la una en M¨¦xico y la otra en China. Por Nuevo Laredo pasa el r¨ªo Bravo, por Wuhan, el Han, pero a nadie se le escapa que esta caracter¨ªstica no es determinante estos d¨ªas, sino la fatal disyuntiva en que las coloca el coronavirus: c¨®mo proteger la salud sin quebrar la econom¨ªa. Por Nuevo Laredo, en la frontera con Estados Unidos, cruzan cada d¨ªa cerca de 15.000 camiones de carga por el puente n¨²mero 3; por el 2 entran y salen unos 2.000 veh¨ªculos y por el 1, los trayectos habituales, alrededor de 1.000. S¨²mese a todo ello el traslado a pie de cerca de 2.000 ciudadanos que trabajan aqu¨ª o hacen sus compras all¨¢. Los virus que acompa?an ese trasiego diario no se pueden contar. Esa es la raz¨®n de que los alcaldes, a un lado y otro, den palos de ciego a ver si acaban con ellos antes de que se propaguen.
Los Gobiernos de M¨¦xico y Estados Unidos han cerrado el paso por sus lindes, de miles de kil¨®metros, al turismo y al ocio, as¨ª como a actividades que no se consideran esenciales. Pero por m¨¢s que los mapas se?alen unos l¨ªmites, es dif¨ªcil impedir la relaci¨®n de ciudades que tienen lazos hist¨®ricos y trato diario. Es como pedir que el curso del Sena separe a los parisinos de golpe, de un d¨ªa para otro. O peor a¨²n, como si levantaran un muro de Berl¨ªn entre familias.
El alcalde de Nuevo Laredo, Enrique Rivas, prefiere perseguir al virus que a sus ciudadanos. El martes fue a sanitizar los hospitales con un pulverizado de cloro; el mi¨¦rcoles hizo lo propio con la flotilla de taxis, que han sellado un acuerdo con los restaurantes para llevar el rancho a domicilio; el jueves acudi¨® a la desinfecci¨®n de los autobuses e inaugur¨® en el puente 1 una de esas cabinas que roc¨ªan a los ciudadanos. Rivas trata de cazar al bicho entre los asintom¨¢ticos, pero es consciente de que esa profilaxis dura poco m¨¢s que la foto que le sacan los medios de comunicaci¨®n. ¡°Es cierto, esto nos ha cambiado la vida, el programa pol¨ªtico, y deberemos actuar de forma constante¡±, afirma. Otro de los palos que descargan contra el enemigo invisible son ahora las mascarillas. No se proh¨ªbe el paso a los ciudadanos, pero s¨ª se les obliga a taparse la boca. Lo est¨¢n haciendo en todos los Estados del norte y las ciudades parecen un convento de trapenses con votos de silencio. En las carreteras de acceso a las capitales grandes carteles avisan de la obligatoriedad del cubrebocas. Pero solo hay que ver con qu¨¦ inconsciencia o laxitud se usa en las calles para aventurar que tampoco ser¨¢ la medida definitiva. Los puestos ambulantes han salido ganando: hay para todos los gustos. Quiz¨¢ ayude, seg¨²n dice ahora la OMS.

El caso es que detr¨¢s del cubrebocas se sueltan ahora latigazos pol¨ªticos. Sirve a los alcaldes para cargar contra el Gobierno federal, porque al principio de la crisis desde?¨® su uso y ahora lo recomienda. Otro palo de ciego, ciertamente. Y para decir que las recomendaciones del Gobierno no solo han sido err¨¢ticas, sino tard¨ªas y ¡°recurriendo a los escapularios¡± (ese gesto religioso le sigue costando caro al presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador) o afirmando ¡°poco menos que los mexicanos somos una raza superior y nos ¨ªbamos a librar de esta¡±, critica Rivas. En el norte de M¨¦xico gustan se?alar que ellos empezaron antes con las medidas de contenci¨®n que en otras partes del pa¨ªs. En Monterrey pusieron uno de los primeros t¨²neles sanitizantes, b¨¢sicamente un colch¨®n hinchable en forma de arco con unos aspersores; ya lo han quitado porque hubo cr¨ªticas sobre su eficacia y salubridad. Pero se siguen instalando aqu¨ª y all¨¢. Tambi¨¦n aseguran que cerraron antes los establecimientos, pero muchos siguen abiertos y no hay nada de abastecimiento esencial en una tienda de gorras o de motos. Por no hablar de los hoteles: en algunos han cerrado su restaurante, en otros la piscina, unos cuantos el gimnasio y hay quienes tienen todos los servicios a disposici¨®n del hu¨¦sped.
Este desorden normativo puede dar la raz¨®n a los presidentes municipales y a los gobernadores cuando hablan del desatino en la pol¨ªtica federal, pero tampoco se encuentra un criterio ¨²nico en las medidas de otras Administraciones. Por ejemplo, el alcalde Rivas alaba c¨®mo los Estados de norte (Tamaulipas, Nuevo Le¨®n, Coahuila, Chihuahua, Sonora) han tomado medidas ¡°restrictivas, prohibido celebraciones y clausurado escuelas antes de la fecha indicada, porque esto mata, no es un juego¡±. Sin embargo, cuando se le pregunta por su ciudad, donde la gente camina con libertad por las calles y muchos establecimientos siguen abiertos, contesta: ¡°No se puede prohibir, no hay un cierre, s¨ª un exhorto a la poblaci¨®n para que transite lo menos posible¡±.

En Nuevo Laredo pesa mucho la econom¨ªa, que comparten con sus vecinos del otro lado del puente, los estadounidenses de Laredo. Ambas ciudades eran un solo pueblo hasta que la guerra entre M¨¦xico y Estados Unidos empuj¨® la nueva frontera hasta el r¨ªo Bravo, a mediados del siglo XIX y Texas se qued¨® en la orilla norte. Los que no quisieron ser gringos agarraron sus b¨¢rtulos y los esqueletos de sus muertos y cruzaron a M¨¦xico. Eso ha dejado una buena leyenda para las estatuas de la ciudad y un lema para el escudo: siempre con la patria. Fundaron Nuevo Laredo, pero los lazos familiares nunca se rompieron del todo y los econ¨®micos se han fortalecido. No parece que el coronavirus vaya a modificar esas relaciones.
¡°No puedo dejar mi trabajo¡±, dice Gerogina Guti¨¦rrez, de 44 a?os. Es surtidora en un centro comercial en Estados Unidos y en estos momentos est¨¢ cruzando el puente. Repite la frase que muchos han hecho suya: ¡°Si no me muero del virus, me muero de hambre. Tengo tres hijos, as¨ª que meterme en casa, ni modo¡±. Sus hijos estudian tambi¨¦n en el lado estadounidense y tambi¨¦n entran y salen a diario por la frontera. Su hermana tambi¨¦n vive all¨ª". Relaciones familiares.

Lo que nadie se explica todav¨ªa es por qu¨¦ en Estados Unidos hay tantos contagiados y miles de muertes mientras que en su vecino del sur la enfermedad parece apenas empezando. Y menos se entiende a¨²n cuando todo lo que media entre dos ciudades es un simple puente por el que cruzan todos los d¨ªas miles de ciudadanos. Y m¨¢s enigm¨¢tico se vuelve todo cuando Enrique Rivas, con unas mascarillas y un espolvoreado de cloro cuenta menos v¨ªctimas que su amigo Pete S¨¢enz, el alcalde de Laredo (Texas) en cuyos dominios se ha aplicado hasta el toque de queda a las 10 de la noche, multas de 1.000 d¨®lares y hasta 180 d¨ªas de c¨¢rcel para el que peor se porte. Solo hay una respuesta que pueda aclarar esta paradoja de las ciudades hermanas: las pruebas que se efect¨²an a los ciudadanos, o sea, la mejor forma de contar virus de que se dispone hasta la fecha. Y en eso coinciden los dos alcaldes. ¡°Creo que es por el n¨²mero de ex¨¢menes que se hacen, aqu¨ª unos 40 o 50¡±, reconoce el mexicano en su despacho, desde donde gobierna a unos 450.000 ciudadanos. Por tel¨¦fono (la frontera s¨ª est¨¢ cerrada para periodistas), dice S¨¢enz: ¡°Probablemente la diferencia es por las pruebas. Nuestro departamento de Salud ha tomado unas 1.300 muestras y pocas nos parecen. Ahora vamos a pasar otras 1.000. Y en los hospitales tambi¨¦n se han efectuado aproximadamente 1.200¡±. Entonces hay que entender que en Nuevo Laredo debe haber m¨¢s muertes de las que se reportan oficialmente. ¡°Puede ser¡±, responde el alcalde estadounidense. Su poblaci¨®n se acerca a los 270.000 habitantes y ya han lamentado 10 muertes. Al otro lado del puente, dos.
Es una cuesti¨®n de contar. Pero con lo que no cuentan es con dejar morir la econom¨ªa. ¡°La frontera es una bendici¨®n, tenemos un 1% de desempleo, la construcci¨®n crece al 7%, y la restauraci¨®n, las plazas comerciales tambi¨¦n experimentan un crecimiento sostenido¡±. Solo ¡°la seguridad¡±, es decir, la violencia con may¨²sculas que soporta todo el Estado de Tamaulipas y Nuevo Laredo con ¨¦l, ha ocasionado ¡°en algunos momentos la contracci¨®n econ¨®mica, pero eso fue cambiando¡±. Pero poco, porque no hace ni dos semanas la polic¨ªa se enfrent¨® a balazos con el crimen organizado, que organiz¨® un bloqueo con coches y camiones en varias calles que imped¨ªan a otras patrullas prestar auxilio.
No es una ciudad f¨¢cil. Pero su ubicaci¨®n es un eje inmejorable para el transporte de mercanc¨ªas que llegan en l¨ªnea recta hasta el puerto de Houston, un n¨®dulo comercial de primer orden en Estados Unidos. Por Nuevo Laredo sale buena parte de la producci¨®n industrial, manufacturada y agr¨ªcola de M¨¦xico. El tr¨¢nsito de tr¨¢ilers no ha sido vetado y tampoco se deja caer la econom¨ªa local. Los almacenes gringos de Laredo ejercen un atractivo contagioso para los mexicanos y las cl¨ªnicas dentales, farmacias y otros servicios de salud de la otra mitad resultan muy baratos a los estadounidenses que no tienen seguro m¨¦dico. ¡°Claro que nos preocupa la frontera, no sabemos de d¨®nde vienen los contagios en Estados Unidos, pero la frontera sur tambi¨¦n tiene peligro. De alg¨²n lugar llegar¨ªan los contagiados [de Laredo]. Alguien tuvo que traerlo; ?del norte, del sur?¡±, se interroga el alcalde S¨¢enz. A saber. Podr¨ªa ser Natali Ortiz, que cada d¨ªa cruza a trabajar en un McDonald. O no. Miedo no tiene. ¡°Para m¨ª esto es algo normal de cada d¨ªa¡±. As¨ª es la frontera.
Rivas espera que ¡°la reestructuraci¨®n econ¨®mica sea mejor en esta zona. Hay que lograr que el comercio sobreviva¡±, dice. Y para eso hay que ser menos restrictivo, se entiende. Muchas mascarillas, gel y cloro a discreci¨®n, pero para el comercio mejor el guante blanco. ¡°Debe reducirse, pero no puede extinguirse, por eso a los ciudadanos no les decimos que no vengan, sino que no vengan tanto¡±. No se puede resumir mejor.
As¨ª que es cierto que el norte presenta algunas diferencias respecto al sur, s¨ª. Mientras en Chiapas celebraban con procesiones masivas los ritos de Semana Santa, en Nuevo Laredo cerraron los parques y se ech¨® a perder el d¨ªa de la Coneja, como llaman al otro lado del puente al domingo de Pascua. Pero una cosa son las fiestas y otra la econom¨ªa. Ya lo dijo Ming Xu, el ¡°embajador de la amistad¡± llegado de Wuhan en 2012 para buscar la hermandad con Nuevo Laredo: esta ciudad ¡°tiene una posici¨®n muy brillante en la econom¨ªa, industria y log¨ªstica de M¨¦xico¡±. L¨¢stima que el coronavirus no respeta ni eso.

