La Iglesia italiana echa un pulso a Conte por la misa

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, se present¨® el domingo por la noche ante todos los italianos y trat¨® de dar respuesta a la mayor¨ªa de inc¨®gnitas del calendario que deber¨¢ seguir el pa¨ªs para una posible reapertura. Aport¨® datos sobre deporte, comercio, industria, peluquer¨ªas, museos¡­ Pero el jefe del Gobierno compareci¨® sin hacer los deberes en un tema crucial: la misa. Pocos minutos despu¨¦s, la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) lanzaba un dur¨ªsimo comunicado afeando al Ejecutivo su posici¨®n y record¨¢ndole el papel que ha desarrollado en esta crisis para proteger a los m¨¢s desfavorecidos. La sentencia lleg¨® as¨ª: ¡°No podemos aceptar que se comprometa la libertad de culto¡±. El primer gran problema del Gobierno, tras 49 d¨ªas de confinamiento en Italia, aterriz¨® donde menos lo esperaba.

Conte hab¨ªa cuidado hasta ahora el flanco de la Iglesia. Sus relaciones privilegiadas con el Vaticano, su estrecho canal de comunicaci¨®n con el secretario de Estado, Pietro Parolin, y su discreto y s¨®lido catolicismo tendieron un puente con la Iglesia en tiempos convulsos. El respaldo de los obispos y de sus medios de comunicaci¨®n, como Avvenire, hab¨ªa sido hasta ahora total. Incluso el papa Francisco le ech¨® una mano ¡ªm¨¢s o menos solicitada por el propio Conte, seg¨²n las distintas fuentes consultadas¡ª en su discurso del Urbi et Orbi pidiendo una soluci¨®n solidaria de la Uni¨®n Europea a la crisis de la covid-19, que muchos interpretaron como los famosos coronabonos que ped¨ªa Italia. ¡°Recibi¨® lo que quer¨ªa¡±, apunta un colaborador del Papa.

El domingo por la noche, sin embargo, en una rueda de prensa deslavazada e imprecisa para explicar la fase 2, se oy¨® el crujido cuando indirectamente puso al mismo nivel las iglesias y las peluquer¨ªas (que, por cierto, tambi¨¦n se han rebelado). Los expertos le hab¨ªan dicho al primer ministro que hasta el 25 de mayo no era razonable pensar en celebraciones que pudiesen reunir a tanta gente como una misa. ?l no quiso entrar en elucubraciones y tir¨® la pelota hacia adelante. Pero desat¨® una ins¨®lita furia de la Iglesia.

La libertad de culto sigue siendo un tema delicado en Italia, aunque el n¨²mero de fieles caiga cada a?o (en 2018 por primera vez fueron mayor¨ªa los que no pisaron en todo el a?o una iglesia). El Ejecutivo, formado por el Movimiento 5 Estrellas y el Partido Dem¨®crata, ha sido siempre cuidadoso con los temas de la Iglesia. Algunos de sus hombres fuertes, como el ministro de Cultura, Dario Franceschini, son muy cercanos al mundo cat¨®lico. Por eso causa estupor en algunos c¨ªrculos la decisi¨®n. Marco Tarquinio, director de Avvenire cree que Conte cometi¨® un error. ¡°La Iglesia ha colaborado durante esta crisis en Italia, tambi¨¦n en el resto del mundo, de todas las maneras sin dar problemas. El Papa ha dado ejemplo, la gente ha sido disciplinada. Pero hablar de una fase 2 sin ni siquiera evocar el retorno a las iglesias, en la medida de lo posible, de la participaci¨®n de los cristianos a la misa es subestimar el problema. Ha tenido en cuenta a los t¨¦cnicos, pero debe tener la corresponsabilidad pol¨ªtica. Creo que lo est¨¢ corrigiendo¡±, apunta.

Conte no puede permitirse ahora un problema con la Iglesia. Pero tampoco una marcha atr¨¢s demasiado evidente. Con un ojo puesto en las encuestas y consciente de que tras la crisis sanitaria el pa¨ªs volver¨¢ al debate sobre la necesidad de un Gobierno t¨¦cnico que reconstruya la econom¨ªa, el apoyo de los obispos y del Vaticano es crucial. Por eso, pocos minutos despu¨¦s de que la CEI lanzase su comunicado, la oficina de comunicaci¨®n hizo saber que el Ejecutivo estudiar¨ªa los protocolos de seguridad propuestos por los obispos para volver a celebrar las misas. Pero dentro de su Gobierno, la ministra de Igualdad, la renziana Elena Bonetti (Italia Viva), ya hab¨ªa criticado la medida: ¡°No es comprensible continuar impidiendo la misa en la iglesia¡±. El PD, por boca del diputado Stefano Ceccanti, ya ha anunciado que presentar¨¢ una enmienda que permita celebrar la liturgia en las iglesias. Fuera del Ejecutivo tambi¨¦n empezar¨¢ la batalla.

El soberanismo afila ahora los cuchillos y se dispone a cabalgar la batalla de la misa, como advierte el fundador de la Comunidad de San Egidio y una de las figuras m¨¢s influyentes en la comunidad cristiana italiana, Andrea Riccardi. ¡°Hace a?os que no se ve¨ªa un choque as¨ª entre la Iglesia y el Estado. La CEI ha sido muy dura. El Gobierno ha antepuesto el parecer del comit¨¦ t¨¦cnico-cient¨ªfico. La pol¨ªtica no ha querido asumir sus responsabilidades. Y la vida religiosa, la cristiana, pero tambi¨¦n la hebrea y musulmana, son consideradas menos que una categor¨ªa comercial. Un error. Este pa¨ªs necesita de todos los recursos espirituales y motivacionales posibles para volver a arrancar¡±, advierte.

Las parroquias de Italia ten¨ªan ya asumido que podr¨ªan empezar a celebrar misa de forma escalonada. Muchas pensaban que podr¨ªan repartir el peso de la misa dominical durante el resto de d¨ªas de la semana para evitar una afluencia desequilibrada. De momento, tendr¨¢n que esperar lo mismo que las peluquer¨ªas.

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