Violencia durante el confinamiento: ¡°Mi padre me pega y me toca, me siento atrapada¡±

Ya son m¨¢s de 50 d¨ªas encerrados. D¨ªa y noche en casa, en familia. Pero en ese entorno supuestamente seguro, la Fundaci¨®n Anar ha atendido desde el pasado 23 de marzo a 1.441 ni?os y adolescentes que necesitaban ayuda. Las psic¨®logas detectaron 863 casos graves: casi la mitad de ellos, por violencia padecida por los menores. M¨¢s de 400 cr¨ªos se han conectado en este tiempo al chat de la organizaci¨®n para solicitar auxilio. No en todos los casos el foco est¨¢ dentro del hogar, aunque estos son especialmente preocupantes. Sara se arm¨® de valor y cont¨® que su padre la insulta, que ella le dice que pare pero ¨¦l no hace caso. Su nombre es ficticio, para protegerla y salvaguardar su intimidad. Pero su relato no lo es. ¡°Me pega y me toca mis partes ¨ªntimas¡±, dec¨ªa la ni?a, de apenas 11 a?os, a Anar. ¡°Me siento atrapada¡±.

El confinamiento multiplica la vulnerabilidad de los menores que sufren violencia en el hogar. Ya no van al colegio, donde los profesores pueden detectar lo que ocurre. Ni se relacionan con amigos. Est¨¢n solos con su familia. Si normalmente es dif¨ªcil saber lo que pasa de puertas adentro, ahora a¨²n m¨¢s. Anar, que ha gestionado un servicio de chat a trav¨¦s de su web para asesorar a los menores de forma segura ¡ªya est¨¢ habilitado 24 horas, igual que su l¨ªnea telef¨®nica¡ª, se ha puesto en contacto con los servicios de emergencia en 117 ocasiones durante este tiempo. Casi tres veces al d¨ªa. Este es el ¨²ltimo paso que dan las psic¨®logas, cuando nadie en su entorno puede protegerlos, cuando la actuaci¨®n es urgente.

En 2018, los ¨²ltimos datos disponibles, tambi¨¦n cerca de la mitad de los casos eran por violencia padecida por los menores. ¡°Pero aqu¨ª ten¨ªa mucho m¨¢s peso el acoso escolar, por ejemplo. Ahora est¨¢n en casa, un entorno en el que supuestamente est¨¢n protegidos¡±, apunta Benjam¨ªn Ballesteros, director de Programas de Anar. Se muestra preocupado por la proporci¨®n de casos de maltrato, tanto f¨ªsico como psicol¨®gico. Apunta que resulta muy dif¨ªcil comparar los datos con periodos anteriores, porque el contexto ha cambiado enormemente. Pero las cifras hablan por s¨ª solas. El porcentaje de maltrato f¨ªsico se mantiene estable respecto a 2018 (de un 14% al 15,1%); el psicol¨®gico ha escalado del 7,6% al 14,4%. Tambi¨¦n repunta el abuso sexual (del 3,8% al 4,8%), y el abandono (del 1,7% al 3,6%).

¡°Se ha enterado de mi mala nota por la plataforma del colegio, me ha insultado, me ha empujado y tirado al suelo, me ha levantado tir¨¢ndome del pelo y luego me ha clavado las u?as hasta hacerme sangre. Siempre as¨ª... de esto hace media hora, ?qu¨¦ hago?", preguntaba angustiado Niko, de 12 a?os, en el chat. De nuevo, su nombre es ficticio, como en todos los testimonios de este texto. ¡°Tengo miedo que mi madre se entere de que hablo con vosotros. Estoy sin hacer ruido en la habitaci¨®n mientras escribo. Si entra dejo de escribir, pero no os vay¨¢is por favor...¡±, ped¨ªa Mayka, de 13 a?os. El chat dispone de un sistema de autoborrado. A medida que escriben, van desapareciendo los mensajes, solo permanece el ¨²ltimo. Es imposible que un tercero lea los mensajes de los menores.

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Maltrato infantil, la amenaza silenciosa de la cuarentena en Argentina

¡°La violencia de g¨¦nero es el delito m¨¢s habitual durante el estado de alarma¡±

No existen cifras oficiales sobre la violencia contra los ni?os durante el confinamiento. El a?o pasado, m¨¢s de 5.400 ni?os y adolescentes fueron v¨ªctimas de un delito de maltrato familiar, seg¨²n datos del Ministerio del Interior basados en las denuncias y actuaciones policiales. Y cerca de 5.900 se vieron afectados por delitos contra la libertad sexual, que incluyen desde agresiones hasta la pornograf¨ªa infantil. Pero son solo la punta del iceberg, seg¨²n los especialistas. ¡°Estos son solo los casos que se denuncian. Uno de cada cinco ni?os podr¨ªa estar sufriendo abusos sexuales, y uno de cada cuatro, alguna forma de maltrato, desde un cachete hasta los casos m¨¢s graves¡±, explica Carmela del Moral, responsable de pol¨ªticas de infancia de Save the Children.

Los expertos echan en falta medidas dirigidas espec¨ªficamente a los menores que sufren violencia durante el confinamiento. Fuentes de la vicepresidencia de Derechos Sociales apuntan que en este tiempo han declarado esenciales los servicios sociales y que esta crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de aprobar la ley de protecci¨®n de la infancia y la adolescencia frente a la violencia, algo que califican como ¡°una prioridad¡±. Su tramitaci¨®n se vio interrumpida durante el estado de alarma y, dicen estas fuentes, esperan retomarla ¡°lo antes posible¡±.

Esta es tambi¨¦n una de las grandes reclamaciones de las organizaciones de infancia. ¡°Si hubiera estado en marcha, habr¨ªa m¨¢s mecanismos con los que actuar", sostiene Ballesteros, de la fundaci¨®n Anar. ¡°Es urgente¡±, a?ade Del Moral, quien reclama mecanismos de denuncia adaptados a la infancia. ¡°Que adem¨¢s de los tel¨¦fonos, tengan v¨ªas para denunciar ante la polic¨ªa por Internet y que se anuncien en medios que les sean accesibles, algo que ahora no pueden hacer¡±, afirma. "Nos preocupa la situaci¨®n de los ni?os que ya experimentaban violencia antes del confinamiento; de la violencia a trav¨¦s de Internet... ya hemos visto el aumento de consumo de pornograf¨ªa infantil durante este tiempo y de la violencia que puede estar surgiendo ahora, con mayor estr¨¦s en las casas debido al encierro¡±, contin¨²a.

Aumento de la tensi¨®n

Ballesteros coincide. ¡°Al principio del confinamiento, los casos de violencia que nos llegaban eran un 36% del total. El d¨ªa 3 de mayo est¨¢bamos en un 47,7%¡±, explica. Seg¨²n la percepci¨®n del equipo de psic¨®logas de la fundaci¨®n, entre las causas puede estar la frustraci¨®n que produce el encierro, la incertidumbre econ¨®mica en los hogares, la convivencia en espacios reducidos, el abuso de alcohol entre los progenitores y el aumento de la tensi¨®n en los hogares. La mayor¨ªa de las peticiones que reciben son de adolescentes. ¡°Pero contactan con nosotros ni?os de incluso nueve a?os. Y adultos preocupados por los m¨¢s peque?os¡±, cuenta.

Anar han percibido un aumento de las ideas suicidas e intentos de suicidios. Eran el 1,9% de los casos de violencia en 2018. Ahora son el 8,3%. ¡°Detectamos much¨ªsima desesperaci¨®n¡±, dice Ballesteros. Laura, de 14 a?os, siente que su familia estar¨ªa mejor sin ella. Sandra, de la misma edad, casi no come. ¡°No me gusta la imagen que veo en el espejo¡±, dice. ¡°Tengo pensamientos suicidas todo el rato, hablando francamente¡±. "Un d¨ªa pens¨¦ que el problema est¨¢ en m¨ª y decid¨ª tirarme por la ventana, pero al pisar el tejado, pens¨¦ que si diera un paso m¨¢s me morir¨ªa¡±, explicaba Daniel, de 17.

Tambi¨¦n atienden a menores que presencian violencia machista o a adolescentes que la sufren. Carolina tiene 17 a?os. ¡°Estos d¨ªas me he quedado a vivir con ¨¦l, me pega y me insulta y est¨¢ todo el d¨ªa encima de m¨ª, estoy obligada a hacerle caso... Me ha ahogado, me ha dado patadas y me ha pegado, lo normal¡­¡±, contaba. Las psic¨®logas tratan de combatir esa imagen de normalidad que tienen los cr¨ªos. El primer paso, cuando la familia no es el foco del problema, es acudir a su entorno: muchas veces los padres no saben lo que les ocurre a sus hijos. Les animan a pedir ayuda. El segundo, informarles sobre la red de recursos p¨²blicos a los que pueden acudir para solicitar auxilio, ¡°m¨¢s de 15.000¡± en todo el territorio, seg¨²n Ballesteros. El ¨²ltimo paso, en las situaciones m¨¢s extremas, recurrir a las autoridades.

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