Una nube de arena del S¨¢hara envuelve a Cuba en plena etapa de desconfinamiento
La tormenta de arena y polvo que se encamina a Centroam¨¦rica desde ?frica golpea La Habana, la ¨²nica ciudad de la isla donde se mantienen las medidas de aislamiento
¡°?ramos pocos y pari¨® la abuela¡±, dice con sentido del humor criollo Esteban, un habanero machacado por las circunstancias. El dicho es puro choteo cubano, y viene a retratar lo que ocurre cuando uno carga con varias desgracias y, de pronto, se le suma una m¨¢s. Las ¡®circunstancias¡¯ de Esteban, las mismas que atabalean estos d¨ªas a la mayor¨ªa de los cubanos, son de sobra conocidas: el desabastecimiento, la cola del pollo, las restricciones de movimiento debido a la covid-19, la crisis de caballo que se espera cuando pase la epidemia y tambi¨¦n el efecto de las sanciones de Estados Unidos, que parece dispuesto a arremeter una vez m¨¢s contra las remesas que los emigrados pueden enviar a sus familiares. En medio de todo, asomado al muro del malec¨®n, Esteban mira al cielo y no ve el sol: una gigantesca nube de polvo de arena procedente de los desiertos del S¨¢hara y el Sahel lleg¨® esta semana a la isla y desde ayer cubre la capital cubana.
La nube ha recorrido 10.000 kil¨®metros desde ?frica a lomos de los vientos alisios, ha abrazado ya Puerto Rico, Rep¨²blica Dominicana, Jamaica y otras islas del Caribe, y despu¨¦s de pasar por Cuba se internar¨¢ en parte de Centroam¨¦rica, M¨¦xico y el sur de Estados Unidos.
El radio que abarca el fen¨®meno es a¨²n mayor que el de las gigantescas tormentas tropicales y huracanes que por estas fechas de verano azotan la regi¨®n. El frente, de cientos de kil¨®metros de extensi¨®n, llega cargado de miles de millones de part¨ªculas en suspensi¨®n que ponen el cielo de un color entre lechoso y anaranjado, revienta los term¨®metros y puede causar afecciones respiratorias.
Seg¨²n el Instituto de Meteorolog¨ªa de Cuba, el mi¨¦rcoles se registr¨® en Guant¨¢namo un r¨¦cord de temperatura para la fecha, 37,4 grados cent¨ªgrados. Vaya, una barbaridad. La sensaci¨®n de calor que provoca es verdaderamente agobiante, y las autoridades sanitarias advierten a asm¨¢ticos y enfermos que padecen de enfermedades respiratorias que es mejor quedarse en casa. Las part¨ªculas que transportan estas nubes, adem¨¢s de arena, contienen minerales como hierro, calcio, f¨®sforo, sil¨ªceo y mercurio, junto con virus, bacterias, hongos, ¨¢caros, pat¨®genos, estafilococos y contaminantes org¨¢nicos, altamente nocivos para la salud humana y que tambi¨¦n puede provocar plagas en cultivos como el arroz, los frutales y la ca?a de az¨²car.
Las nubes son generadas por las tormentas de arena y polvo del desierto del S¨¢hara y el Sahel, las cuales pueden alcanzar alturas de tres a siete kil¨®metros de altura, y una vez emergidas del continente africano avanzan empujadas por el flujo de los vientos alisios, propag¨¢ndose por el oc¨¦ano Atl¨¢ntico hasta llegar al Caribe, M¨¦xico y el sudeste de Estados Unidos. Estos fen¨®menos son recurrentes, se producen casi todos los veranos, pero hay a?os, como este, en que son de gran magnitud y se convierten en un peligro.
Estas nubes de polvo originan una masa de aire muy caliente con valores bajos de humedad que hacen disminuir la probabilidad de lluvias y contribuyen a aumentar las temperaturas, aunque entorpecen el surgimiento y desarrollo de los ciclones tropicales al crearles un ambiente hostil.
Desde el comienzo de la semana, en el oriente de Cuba el cielo cambio de color y la arena del S¨¢hara cay¨® sobre pueblos y campos, y el mi¨¦rcoles lleg¨® a La Habana, ¨²nico territorio del pa¨ªs en el que todav¨ªa se mantienen las medidas de aislamiento y no ha comenzado la primera fase de la desescalada. La epidemia de coronavirus en la isla est¨¢ pr¨¢cticamente controlada: el mi¨¦rcoles se reportaron 2 casos, el martes 1 y el lunes 3. Pero el desconfinamiento programado es muy gradual para evitar rebrotes, sobre todo en la capital, donde desde hace quince d¨ªas se concentran casi todos los casos.
Con todos los bares y restaurantes cerrados en La Habana, donde a¨²n no se ha restaurado el transporte p¨²blico, darse una vuelta -corta- por el malec¨®n con la mascarilla puesta es el ¨²nico consuelo de Esteban, que dice estar harto de tantas colas y tantas dificultades. ¡°El otro d¨ªa me pas¨¦ ocho hora en una cola para coger dos postas de pollo. Mira, el coronavirus pasar¨¢, la arena del Sahara tambi¨¦n, pero lo jodido es que la crisis y el desabastecimiento llegaron para quedarse¡±, considera este habanero que dice no ser ¡°pesimista, sino realista¡±.
En medio de la bruma lechosa que se cierne sobre La Habana -el Instituto de Meteorolog¨ªa inform¨® el mi¨¦rcoles que la concentraci¨®n de part¨ªculas en suspensi¨®n era de 57 ug/m3, y que el jueves alcanzar¨ªa valores de 163 ug/m3, Esteban mira al horizonte y sigue con el choteo: ¡°Vaya, sin turismo, ni pollo, ni perspectivas, ahora lo ¨²nico que nos falta es que venga un hurac¨¢n¡±.
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