Alcalde de Lleida: ¡°Hay que dar compensaciones econ¨®micas a los temporeros con s¨ªntomas para que nos permitan confinarles¡±

La Generalitat orden¨® el pasado s¨¢bado el confinamiento perimetral de Lleida y su comarca, el Segri¨¤, dando dos horas de margen a la poblaci¨®n para volver a sus domicilios. En una semana se hab¨ªan declarado casi 400 nuevos contagios por coronavirus. Desde entonces, 25 controles de los Mossos evitan que el coronavirus salga de este punto del oeste de Catalu?a. El alcalde de Lleida, Miquel Pueyo, lleva poco m¨¢s de un a?o al frente del Consistorio. Nacido en esta ciudad en 1957, Pueyo es un profesor universitario que milita en ERC desde 1988 y ha tenido varias responsabilidades en la Administraci¨®n. El republicano se enfrenta ahora a uno de los retos profesionales m¨¢s importante de su carrera pol¨ªtica: dirigir una de las zonas cero de los rebrotes en Espa?a.

Pregunta. Usted se enter¨® del confinamiento 30 minutos antes que el resto de los vecinos de Lleida. Le llam¨® el vicepresidente Pere Aragon¨¦s (tambi¨¦n de ERC). Parece que a la Generalitat le avis¨® un poco tarde...

Respuesta. Lo que me preocupa es que solo se dio a los ciudadanos dos horas para volver o salir de la ciudad. Esto gener¨® tensiones, preocupaciones y carreras que pudieron evitarse.

P. Desde entonces, el alcalde de Lleida se ha erigido como representante de la comarca. ?Qu¨¦ pasa en el Segri¨¤?

R. Lo que pasa en Lleida es la combinaci¨®n entre covid y la campa?a de la fruta. Esto no es exotismo territorial. Este problema nos pone delante del espejo y nos ense?a las contradicciones del mundo globalizado contempor¨¢neo donde hay grandes masas de personas forzadas a migrar para ganarse la vida. Donde el precio que se paga por la fruta es cada vez m¨¢s bajo y el margen para intermediarios cada vez m¨¢s alto. Lo que pasa en Lleida sirve para plantearnos en qu¨¦ mundo vivimos y, sobre todo, hacia qu¨¦ mundo queremos ir.

P. En varias ocasiones se ha acusado a los temporeros, la mayor¨ªa africanos, de ser los causantes del rebrote. ?Lleida es racista?

R. Lleida, Barcelona o Copenhague son sociedades diversas donde puede haber tentaciones racistas. M¨¢s que la etnia o el color de la piel, es la pobreza la que provoca reacciones. Lleida es la ciudad en la que acogemos a gente que no tienen trabajo y, lamentablemente, no lo tendr¨¢. Es el lugar donde entidades como C¨¢ritas, Cruz Roja, Arrels colaboran con estas personas o donde un futbolista como Keita Bald¨¦ ayuda a sus compatriotas temporeros y busca plazas de hotel.

P. ?Qui¨¦n es el culpable de que, desde hace d¨¦cadas, cada verano acaben malviviendo en las calles de Lleida centenares de temporeros en condiciones inhumanas?

R. Seguro que los culpables somos todas las Administraciones pero este a?o el principal responsable es el Gobierno del Estado. Estas personas no tienen papeles por lo que no pueden trabajar. Se las condena a un bucle y el Estado act¨²a como si fuesen invisibles. Son seres humanos que acaban yendo de una comunidad a otra trabajando en campa?as de la fruta. Espa?a debe cambiar el modelo regulatorio y dar m¨¢s apoyo a los Ayuntamientos que tenemos que enfrentarnos a la movilidad de estas personas.

P. Este a?o llegaron temporeros a Lleida cuando estaba prohibida la libertad de movimientos.

R. Fue sorprendente. Ya lo denunci¨¦ al subdelegado del Gobierno. A finales de marzo, cuando nadie pod¨ªa moverse, llegaron temporeros de Italia, Galicia, Canarias, Baleares¡­ te¨®ricamente en esos momentos la Administraci¨®n del Estado no dejaba moverse de una provincia a otra.

P. ?El alcalde de Lleida entiende que si los temporeros comunican a sus contratadores que est¨¢n enfermos ni trabajar¨¢n al d¨ªa siguiente ni ganar¨¢n dinero? ?Sabe que por eso ocultan el contagio propag¨¢ndolo todav¨ªa m¨¢s?

R. Lo entiendo y es una de las dificultades para garantizar el confinamiento o la realizaci¨®n de pruebas PCR. Son personas con situaci¨®n econ¨®mica muy precaria. El ingreso es b¨¢sico para ellos y quiz¨¢s una posibilidad es establecer ¡ªno s¨¦ qui¨¦n debe hacerlo ni c¨®mo¡ª alguna compensaci¨®n econ¨®mica para que estos j¨®venes que se encuentren con s¨ªntomas nos permitan confinarles. Si no hacemos esto, no cortaremos las cadenas de transmisi¨®n. La relaci¨®n entre la covid y la forma de trabajar en las empresas agrofruct¨ªcolas hace todo muy complicado.

P. ?Qui¨¦n solucionar¨¢ el problema de los temporeros?

R. De cara al pr¨®ximo a?o queremos organizar un operativo con 150 nuevas plazas para ellos. Lo que no puede hacer Lleida es crear una ciudad de verano para personas a los que su situaci¨®n administrativa no les permite trabajar. Hay que afrontar el problema, intentar que la situaci¨®n sea m¨¢s humana, menos conflictiva, m¨¢s eficaz... Necesitamos un consenso en todas las Administraciones. El Estado tiene en sus manos acabar con el problema de la regularizaci¨®n. Italia ha emprendido una regularizaci¨®n vinculada a la campa?a de la fruta. La ¨²nica pol¨ªtica que no nos llevar¨¢ a ning¨²n sitio es la de mirar hacia otro lado.

P. La Generalitat ahora dice que el confinamiento de Lleida puede ser de m¨¢s de 15 d¨ªas e incluso que acaben confinando a la poblaci¨®n en sus domicilios. ?Est¨¢ Lleida preparada para eso?

R. El estado de ¨¢nimo de Lleida y el Segri¨¤ oscila entre la frustraci¨®n y la tristeza. Este cierre perimetral es una mala noticia. Creo que este cierre perimetral ser¨¢ de 15 d¨ªas. Los epidemi¨®logos nos dicen que para aplanar la curva de contagio debe pasar 10 d¨ªas. M¨¢s all¨¢ de aqu¨ª, entre mis capacidades no se encuentra el don de la profec¨ªa.

P. Este confinamiento, en realidad, permite que contin¨²en los contagios intramuros¡­

R. En realidad no es un confinamiento. Se ha realizado un cerramiento perimetral. La actividad contin¨²a con normalidad. La opini¨®n de los epidemi¨®logos es que con el cierre perimetral se limita la extensi¨®n del virus hacia afuera, pero, evidentemente, dentro se debe seguir haciendo un trabajo de detecci¨®n de las cadenas de contagio y otra de refuerzo en la ciudadan¨ªa, que debe entender que hay que ser cuidadoso y hay que protegerse.

P. Lleida, al igual que el resto de Catalu?a, pas¨® de la fase 3 a la llamada nueva normalidad en cuesti¨®n de horas. ?Se precipit¨® la Generalitat?

R. No, la detenci¨®n de nuevos casos no se produjo en el inicio de la fase de recuperaci¨®n [tal y como ha bautizado la Generalitat a la nueva normalidad]. Adem¨¢s hemos pasado, en poco tiempo, de una situaci¨®n en la que no hab¨ªa PCR a una situaci¨®n en la que se pueden hacer en el Hospital Arnau de Vilanova 250 pruebas diarias. Como tenemos una estructura del servicio de emergencias m¨¦dicas a?adida, podr¨ªamos hacer 400 m¨¢s. La capacidad de detecci¨®n se ha multiplicado extraordinariamente.

P. ?La capacidad del hospital Arnau de Vilanova peligra?

R. El hospital debe mantener una capacidad operativa y por eso se ha a?adido una estructura en el exterior del centro. Pero, a parte, hay tres hoteles que permiten acoger a enfermos. El problema no es tanto de espacio sino de personal. Los sanitarios est¨¢n agotados y el departamento de Salud tendr¨¢ que aportar profesionales de otras regiones sanitarias.

P. Entre el rebrote, el se?alamiento de los temporeros, el cierre de la ciudad¡­ ?Le da miedo que se acabe estigmatizando Lleida?

R. La vida aqu¨ª es tranquila y amable. Nuestra econom¨ªa es diversificada, tenemos una universidad buena¡­ Apelo a todos los ciudadanos que desde cualquier lugar del mundo nos den este margen de confianza para que, cuando todo haya pasado, nos vengan a conocer.

P. ?Qu¨¦ diferencia habr¨¢ entre los estudiantes que se presentan a la selectividad este martes en Lleida y los que lo hagan en el resto de Catalu?a?

R. Ma?ana en la Universidad de Lleida se examinar¨¢n de la selectividad 1.700 estudiantes de los que 500 entrar¨¢n de fuera del Segri¨¤ con su mascarilla. Las pruebas de distanciamiento ser¨¢n muy similares en toda Catalu?a y nosotros con Guardia Urbana y agentes c¨ªvicos reforzaremos las entradas y salidas. Las sociedades y las personas tienen capacidad de resiliencia. Estos j¨®venes tendr¨¢n un recuerdo de su Selectividad un tanto dist¨®pico con un escenario de distancia y mascarillas.

P. Hace un a?o lleg¨® a la alcald¨ªa. ?Alguna vez pens¨® que tendr¨ªa que afrontar una pandemia?

R. Al llegar al Ayuntamiento nos encontramos con una deuda de 175 millones de euros que ya es una impresi¨®n fuerte. Luego vinieron los altercados tras la sentencia del proc¨¦s. Nadie pod¨ªa esperar el impacto de la pandemia. Yo nac¨ª en 1957 pero tengo la suerte de tener dos hijas peque?as de 9 y 10 a?os. Esto me obliga a combinar momentos de pesimismo con otros de optimismo. Si hacemos las cosas bien, el mundo de mis hijas deber¨ªa ser un poco mejor, m¨¢s justo y seguro que este en el que vivo yo.

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