El Supremo rebaja la pena de 11 a dos a?os de c¨¢rcel al profesor pederasta del colegio Gaztelueta
El alto tribunal ratifica que el acusado cometi¨® un delito de abusos sexuales contra un menor entre 2008 y 2010
De 11 a solo dos a?os de c¨¢rcel por abusar sexualmente de un menor. El Tribunal Supremo ha fallado en una sentencia conocida este lunes que la condena impuesta por la Audiencia Provincial de Bizkaia al profesor Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªnez, del colegio del Opus Dei de Gaztelueta (en Leioa, Bizkaia), por abusar de un alumno entre 2008 y 2010 no respet¨® la presunci¨®n de inocencia. Se basa en que acept¨® como hechos probados dos episodios de abuso relevantes que la v¨ªctima relat¨® a?os despu¨¦s de que comenzase a contar lo sucedido. Al rechazar estos hechos, que supon¨ªan un delito de agresi¨®n sexual, el tribunal estima que es solo de abusos continuados, tipificados con una pena de tres a cuatro a?os por el C¨®digo Civil. Lo que explica la decisi¨®n del Supremo de rebajar la pena. De cualquier forma, el alto tribunal ha ratificado que Mart¨ªnez cometi¨® abusos en las dependencias del colegio de Gaztelueta, hechos que el condenado siempre ha negado.
Una victoria a medias para la familia del afectado, ya que no solo perjudica su caso, sino que puede marcar jurisprudencia en casos de pederastia en el futuro. ¡°Una de las caracter¨ªsticas de este tipo de delitos es que las v¨ªctimas cuentan lo sufrido cuando pueden y no cuando quieren. Estamos satisfechos por la ratificaci¨®n de la condena por abusos, pero lamentamos que esta particularidad que sufren las v¨ªctimas pueda ser utilizada por la justicia como falta de persistencia en la incriminaci¨®n y beneficie a los agresores¡±, explica la abogada de la familia y directora del departamento jur¨ªdico de IDBO Consultants, Leticia de la Hoz. El alto tribunal no afirma que esos hechos sean falsos o que carezcan de credibilidad al haberse incluido m¨¢s tarde ["En delitos contra la indemnidad de la v¨ªctima es perfectamente posible que el proceso de maduraci¨®n del menor vaya aportando la entereza precisa para el recuerdo de una lacerante vivencia que se ha querido arrinconar en la evocaci¨®n de lo vivido a?os atr¨¢s", apunta el documento], sino que no est¨¢n absolutamente probados.
¡°No basta la mera convicci¨®n de que aquello tuvo que haber pasado para sustentar una condena que asciende a 11 a?os de privaci¨®n de libertad¡±, argumenta el Supremo. El magistrado de la Segunda Sala del Supremo, Manuel Marchena, explica que los episodios de agresiones sexuales se incorporaron al relato inicial de la v¨ªctima seis a?os despu¨¦s de haber sucedido, en 2015. El afectado no se los cont¨® a los profesionales que lo trataron en 2011, ni a la Fiscal¨ªa de Menores, ni ante el Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco en 2013. El juez los analiza de la siguiente manera: ¡°Estamos en presencia de un menor de edad que sufre abusos sexuales de su preceptor, que narra su realidad y existencia a sus padres y a los profesionales que le asisten cuando ya ha cumplido 15 a?os y que, finalmente, cuando ya ha alcanzado los 19 a?os de edad, enriquece su relato con dos hechos de una gran trascendencia penol¨®gica, silenciados hasta entonces y que tienen una presencia sobrevenida en la querella criminal que interpone en el a?o 2015¡±.
De la Hoz insiste en que la v¨ªctima a?adi¨® todos los episodios que vivi¨® en la querella y que, ¡°c¨®mo se lo cont¨® a su psiquiatra¡± es lo de menos. ¡°Lo importante es que lo denunci¨®. Y su testimonio fue considerado cre¨ªble por todos los profesionales que le trataron, tambi¨¦n el equipo psicosocial del juzgado. Fue considerado cre¨ªble en su integridad y no por partes como hace ahora el Tribunal Supremo¡±, cuenta la abogada.
El Supremo no advierte que ¡°asumir como propia la credibilidad del testimonio de la v¨ªctima por lo que dictaminan los expertos de la acusaci¨®n supone declinar a su favor el proceso de valoraci¨®n probatoria¡±. Circunstancia que, seg¨²n Marchena, concurre en la sentencia de la Audiencia Provincial de Bizkaia. ¡°Lo que resulta indispensable es que esa secuencia a?adida muchos a?os despu¨¦s, cuando la v¨ªctima ya ha alcanzado la mayor edad, quede absolutamente probada. Tan probada como el hecho inicial. Y la prueba de ese hecho no puede hacerse descansar en una percepci¨®n intuitiva de los magistrados ante quienes se ha desarrollado la prueba¡±, afirma el magistrado.
Un caso con m¨¢s de una d¨¦cada
Los abusos comenzaron en 2008, cuando el acusado era profesor de Religi¨®n y Lengua del menor, adem¨¢s de ser su tutor. Mart¨ªnez lo citaba a su despacho con ese pretexto para abusar de ¨¦l. Esos episodios se alargaron hasta 2010. Los padres de la v¨ªctima aseguran que tambi¨¦n ridiculizaba al chico durante las clases, lo que origin¨® que algunos compa?eros le acosasen. Una situaci¨®n que llev¨® al joven a intentar quitarse la vida en dos ocasiones, seg¨²n declaraciones del padre.
Desde entonces y durante la ¨²ltima d¨¦cada la familia de la v¨ªctima ha recorrido un camino arduo en busca de justicia. Desde el primer momento, y de manera p¨²blica, el colegio decidi¨® dar la espalda al alumno y apoyar al profesor. Los padres trasladaron de colegio a su hijo, aunque sigui¨® sufriendo ciberacoso por parte de sus antiguos compa?eros. El centro, tras conocer los hechos [los padres decidieron comunicarlo al director del colegio y a la Fiscal¨ªa de Menores, pero no denunciar por prescripci¨®n facultativa], envi¨® al abusador a Australia para ¡°aprender ingl¨¦s¡± y en 2012 la justicia cerr¨® el caso. En diciembre de aquel a?o, El Mundo cont¨® lo ocurrido y el fiscal superior del Pa¨ªs Vasco reabri¨® el caso, pero volvi¨® a cerrarlo por falta de pruebas. Sin embargo, en 2014 el papa Francisco inici¨® un proceso can¨®nico para esclarecer lo ocurrido. En ese momento entr¨® en escena el sacerdote y ex comisario Silverio Nieto, que seg¨²n la familia interrog¨® de manera desproporcionada al menor.
Meses despu¨¦s, los tribunales eclesi¨¢sticos no vieron delito y pidieron que ¡°se restableciera el buen nombre del profesor¡±. Al a?o siguiente, cuando la v¨ªctima fue mayor de edad, present¨® una denuncia ¨¦l mismo ante la justicia civil, y el Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 5 de Getxo (Bizkaia) imput¨® a Mart¨ªnez por pederastia. Desde entonces, el centro abri¨® un blog para defender a su profesor y, a pesar de la condena de la Audiencia, se neg¨® a aceptar los hechos.
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