Sanidad advierte del riesgo de los cigarrillos electr¨®nicos para los vapeadores pasivos
La mitad de los adolescentes de entre 14 y 18 a?os ha probado estos dispositivos, seg¨²n una encuesta del ministerio
La utilizaci¨®n de cigarrillos electr¨®nicos ¡°genera emisi¨®n de propilenglicol, part¨ªculas PM2.5, nicotina y sustancias cancer¨ªgenas que pueden contaminar los espacios cerrados, con los consecuentes riesgos por exposici¨®n pasiva¡±. Esta es la descripci¨®n de los peligros de estos dispositivos para los vapeadores pasivos, seg¨²n el ¨²ltimo informe que ha hecho p¨²blico el Ministerio de Sanidad, y que ha sido acordado en la Comisi¨®n de Salud P¨²blica del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, una unanimidad que destaca Francisco Rodr¨ªguez Lozano, presidente la Red Europea para la Prevenci¨®n del Tabaquismo (ENSP).
El documento es una vuelta de tuerca m¨¢s de las autoridades espa?olas, que han optado por dificultar el consumo de estos productos lo m¨¢s posible, equipar¨¢ndolos al tabaco convencional en lo que se refiere a las limitaciones para la publicidad, venta y consumo. Esta postura se basa en una evidencia que incluso los fabricantes aceptan: tanto los aparatos que usan l¨ªquidos con nicotina como los que emplean directamente tabaco calent¨¢ndolo no son inocuos. ¡°Se van acumulando evidencias de que es t¨®xico¡±, dice Carlos Jim¨¦nez, presidente de la Sociedad Espa?ola de Neumolog¨ªa y Cirug¨ªa Tor¨¢cica (Separ).
El trabajo desgrana los principales componentes del aire que se inhalan directa o indirectamente cuando se utilizan estos aparatos. Los l¨ªquidos de muchos de ellos tienen como componentes base el propilenglicol y la glicerina, de los que se advierte de que ¡°al ser inhalados, producen irritaci¨®n de las v¨ªas respiratorias lo cual conlleva el agravamiento de enfermedades del tracto respiratorio y pueden propiciar infecciones. En este sentido, se ha relacionado el consumo de cigarrillos electr¨®nicos con el agravamiento de enfermedades como el asma, la fibrosis qu¨ªstica y la EPOC. Adem¨¢s, al ser sometidos a combusti¨®n, estos compuestos generan peque?os compuestos org¨¢nicos como son el formaldeh¨ªdo, el acetaldeh¨ªdo y la acrole¨ªna. Todos estos compuestos son mutag¨¦nicos y cancer¨ªgenos¡±. Establecer el riesgo de estas dos sustancias es clave ya que hay vapeadores que utilizan cartuchos sin nicotina con la idea de que est¨¢n haciendo algo m¨¢s saludable.
Respecto a la nicotina, el informe refleja que tambi¨¦n inhalada a partir de los l¨ªquidos ¡°se degrada en nitrosaminas, las cuales producen mutaciones en el ADN e inhiben la capacidad de restauraci¨®n del mismo¡±, y ello conlleva riesgo de c¨¢ncer y ¡°afecciones cardiacas como arritmias, anginas e infartos¡±.
Ante la evidencia cada vez mayor de da?os en los pulmones de los vapeadores, incluso cuando no consumen nicotina y utilizan preparados sin glicerina o propilenglicol, el trabajo se?ala que hay indicios, a¨²n insuficientes, que los relacionan con los saborizantes y aromatizantes a?adidos. Y apuntan que, adem¨¢s, frecuentemente este tipo de dispositivos ¡°llevan metales que son t¨®xicos en concentraciones muy bajas¡±, como cromo, cobre, zinc y esta?o.
Rodr¨ªguez Lozano tambi¨¦n destaca que el trabajo hace hincapi¨¦ en que el conocimiento cient¨ªfico actual se aleja del de 2013, cuando un estudio afirm¨® que el humo de estos dispositivos ten¨ªa un 95% menos de sustancias peligrosas que el del tabaco normal, entre otros motivos porque, pasado el tiempo, se empiezan a ver ahora.
Una de las novedades que se ha detectado recientemente es el llamado brote de lesiones pulmonares asociadas al vapeo (Evali en ingl¨¦s), del que el centro de Control de Enfermedades de EE UU (CDC) ten¨ªa registrado en febrero de este a?o (¨²ltima fecha en que da datos) 2.807 casos, con 68 fallecidos. Aunque no es seguro, se asocian estos casos a dispositivos con vitamina E o tetrahidrocannabinol.
El documento tambi¨¦n dedica un amplio espacio a rebatir uno de los argumentos de los fabricantes de estos productos: que ayudan a dejar de fumar. ¡°Este argumento se basa en que, aunque el consumo del cigarrillo electr¨®nico es perjudicial para la salud, es recomendable para grandes fumadores que no pueden dejar de fumar, dado que sus riesgos son inferiores a los del tabaco tradicional¡±, indica el texto. Esta idea se basa en un famoso estudio de 2013, a partir de la cual las autoridades sanitarias brit¨¢nicas admitieron el uso de los cigarrillos electr¨®nicos como una ayuda para dejar de fumar. Pero ese trabajo ha empezado a ser cuestionado, afirma el informe, como en un art¨ªculo reciente publicado por el sistema de salud estadounidense. Y concluye que "la afirmaci¨®n de que el riesgo de consumo de cigarrillos electr¨®nicos se reduce en un 95% en comparaci¨®n a los cigarrillos tradicionales es insostenible con las evidencias actuales. Y la idea de su empleo como estrategia de reducci¨®n de riesgos obedece m¨¢s a una estrategia comercial de la industria para la venta de estos productos que a una pol¨ªtica de salud p¨²blica de car¨¢cter poblacional. ¡°Tampoco sirven para reducir da?os, ni para dejar de fumar¡±, destaca Jim¨¦nez, quien afirma que, como mucho, el resultado es una persona que fuma tanto cigarrillos convencionales como los electr¨®nicos.
Rodr¨ªguez Lozano remite a un documento hecho p¨²blico la semana pasada firmado por el Comit¨¦ Nacional de Prevenci¨®n del Tabaquismo y las sociedades cient¨ªficas y profesionales m¨¢s reconocidos del sector. En ¨¦l son tajantes: ¡°La industria de estos nuevos productos distorsiona la evidencia cient¨ªfica mediante la utilizaci¨®n sesgada y unilateral del t¨¦rmino de reducci¨®n de da?os, concepto originario de la salud p¨²blica. Presentan sus productos como estrategia individual para reducir el da?o, incluso para dejar de fumar, sin una gran evidencia cient¨ªfica o emp¨ªrica de ello y sin tener en cuenta las implicaciones para la salud de la poblaci¨®n general que esto conlleva. Ofrecen sus nuevos productos como la soluci¨®n a un problema que ellos mismo han creado y siguen manteniendo. La industria oculta que entre el 60% y el 90% de usuarios siguen consumiendo de forma dual los cigarrillos, por lo que la adicci¨®n y el riesgo real no se reduce ni sustancial ni significativamente¡±. ¡°No es la primera vez que la industria del tabaco, de la adicci¨®n nicot¨ªnica, intenta promocionar sus nuevos productos como m¨¢s saludables (cigarrillos con filtro, tabaco light o bajo en nicotina, cigarrillos premier ¡). Aparte de reorientar sus nichos de mercado, es evidente que buscan eludir ¨Co, al menos, posponer¨C una regulaci¨®n m¨¢s estricta de sus nuevos productos: lo que realmente les preocupa es la eficacia desnormalizadora de las estrategias de control de tabaco¡±, a?ade.
Esta buena imagen, critica Rodr¨ªguez Lozano, est¨¢ detr¨¢s de que casi la mitad (el 48%) de los adolescentes de entre 14 y 18 a?os haya probado estos dispositivos, seg¨²n la ¨²ltima encuesta del Ministerio de Sanidad, de 2019. En la de 2016, la proporci¨®n era del 20%. En su inmensa mayor¨ªa quienes probaron estos dispositivos eran fumadores, pero un 3% no. Ello podr¨ªa indicar el papel de estos productos como puerta de entrada de j¨®venes al tabaquismo, dice el especialista. Uno de los productos en este sentido que m¨¢s preocupaba era el de Juul [compa?¨ªa estadounidense de cigarrillos electr¨®nicos], que ten¨ªa un dise?o moderno y atractivo que parec¨ªa un puerto USB, pero las restricciones en Espa?a llevaron al fabricante a retirarse del mercado este verano tras unos dos a?os de intensa promoci¨®n.
No solo la autoridad brit¨¢nica ha admitido el uso de estos dispositivos. En Estados Unidos, la Agencia del Medicamento aprob¨® en julio el uso de un tipo especial de estos productos, los que calientan tabaco (en concreto, uno de la tabacalera Phillip Morris), como de riesgo modificado (se entiende que menor) que el tabaco, aunque lo hace a expensas de los informes aportados por el fabricante y a la espera de nuevos estudios que lo confirmen. Esa tabacalera tiene productos de las tres clases: cigarrillos convencionales, electr¨®nicos y otros de tabaco calentado. ¡°Sin duda, la mejor opci¨®n para un fumador es dejar completamente de usar tabaco o nicotina. Respecto a los productos, no todos son iguales. Actualmente existen alternativas con una amplia evidencia cient¨ªfica que demuestra que, sin estar exentas de riesgo, tienen un enorme potencial de reducir el da?o respecto al cigarrillo. De hecho, hay pa¨ªses como Inglaterra o EE UU entre otros, que apuestan por el uso de estas alternativas de nicotina avaladas por la ciencia", dicen fuentes de la compa?¨ªa.
Fernando Fern¨¢ndez Bueno, onc¨®logo del hospital G¨®mez Ulla de Madrid y portavoz de la Plataforma para la Reducci¨®n del Da?o de Tabaco, es uno de los m¨¦dicos que defiende el uso de estos dispositivos para dejar de fumar o fumar menos. Sobre el documento de Sanidad, afirma: ¡°No se tienen en cuenta recientes informes de prestigio en relaci¨®n con estos productos, como la revisi¨®n publicada por la revista Cochrane, y las pol¨ªticas de pa¨ªses avanzados en la lucha contra el tabaquismo como Francia y Reino Unido, que est¨¢n aplicando estrategias de reducci¨®n del da?o¡±. Cochrane public¨® el 14 de octubre una revisi¨®n de los ¡°escasos¡± ensayos al respecto, y su principal conclusi¨®n es que los dispositivos que liberan nicotina tienen un efecto ligeramente superior que el de parches o chicles para reducir o eliminar el tabaco.
El documento hace menci¨®n a la pandemia de covid, pero con prudencia. ¡°Se ha encontrado una relaci¨®n entre esta enfermedad y el consumo de cigarrillos electr¨®nicos¡±, dice. ¡°El consumo de cigarrillos electr¨®nicos est¨¢ relacionado con la inflamaci¨®n de las v¨ªas respiratorias y por tanto complica el pron¨®stico de cualquier enfermedad con s¨ªntomas relacionados con el sistema respiratorio¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.