El estado de alarma tarda cuatro semanas en reducir la incidencia
Los especialistas advierten de que si las medidas han funcionado lo que hay que hacer es mantenerlas y no relajarlas porque las cifras son a¨²n muy malas
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Cuatro semanas ha tardado el estado de alarma en doblegar la curva de nuevos casos de covid. Aquella decisi¨®n tuvo el toque de queda como medida ¨²nica para toda Espa?a menos Canarias, debido a la buena situaci¨®n epidemiol¨®gica del archipi¨¦lago. Esa restricci¨®n se un¨ªa a la pl¨¦yade de restricciones que ya hab¨ªa en las comunidades, m¨¢s todas las que se han a?adido despu¨¦s (confinamientos perimetrales de distinta extensi¨®n, limitaciones de la hosteler¨ªa, de las actividades no esenciales, de los grupos sociales). El resultado, de acuerdo con el ¨²ltimo informe del Ministerio de Sanidad, es que desde el 9 de noviembre la tasa de incidencia acumulada a 14 d¨ªas est¨¢ en bajada. En el informe de este lunes se qued¨® en 374,52. El 26 de octubre, primer d¨ªa con el estado de alarma, estaba en 410,18. Es la primera vez desde entonces que el indicador diario es menor que el de aquella fecha simb¨®lica. El viernes estaba ligeramente por encima (419,48). En total ha habido un descenso del casi el 30% desde los 529,43 del pico ¨Cesperemos que definitivo¨C de esta segunda ola.
Se trata de un dato envenenado. Los especialistas y responsables de este tema, desde el ministro de Sanidad, Salvador Illa, a los expertos en epidemiolog¨ªa y salud p¨²blica, pasando por el director del Centro de Coordinaci¨®n de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Sim¨®n, llevan d¨ªas intentando combinar la comunicaci¨®n de la mejor¨ªa de la evoluci¨®n de la pandemia con los llamamientos a la prudencia. Como dijo Sim¨®n hace unos d¨ªas, cuando ve los datos sonr¨ªe, pero en su despacho, no en p¨²blico. La misma prudencia mantienen los Ejecutivos auton¨®micos, que conservan la mayor¨ªa de sus medidas, como anunci¨® el domingo Andaluc¨ªa y ha hecho este lunes Castilla-La Mancha.
La directora general de Salud P¨²blica, Pilar Aparicio, no duda del efecto del estado de alarma en esta ca¨ªda. ¡°Se hizo para eso y se empezaron a ver los efectos a partir de las dos semanas¡±, dice. Y en las comunidades donde este efecto se retras¨® (Asturias, Cantabria, Canarias y Comunidad Valenciana), el estado de alarma ¡°est¨¢ permitiendo ir mejorando¡±. ¡°El esfuerzo que se est¨¢ haciendo est¨¢ dando resultados¡±, afirma. Aparicio apunta a otro factor que puede explicar variaciones en la incidencia m¨¢s all¨¢ de las medidas tomadas: que cuando se informa de que en un lugar los datos son muy malos, la poblaci¨®n responde protegi¨¦ndose m¨¢s. ¡°El comportamiento est¨¢ siendo fenomenal. Incluso entre la mayor¨ªa de los j¨®venes¡±. Ese miedo ¡ªo su ausencia¡ª probablemente influya en que comunidades que en la primera ola lo pasaron mejor, ahora est¨¦n peor.
Pese a la mejor¨ªa de los datos, Aparicio insiste: ¡°Se nos olvida que la situaci¨®n est¨¢ muy preocupante, que cuando acab¨® la desescalada ten¨ªamos menos del 5% de positividad, menos de 300 casos diarios y los fallecimientos eran tan pocos que los cont¨¢bamos por semana. Y ahora vienen fechas importantes, como el puente de la Constituci¨®n y las navidades¡±, advierte.
¡°Evidentemente las medidas se ponen para que la situaci¨®n mejore¡±, dice ?scar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa. ¡°Estamos desbocados poniendo medidas, en una carrera, sin darnos tiempo a ver si funcionan. No tenemos un librito de instrucciones, y ponemos medidas sin saber muy bien su efectividad. Efectivamente, la situaci¨®n no solo no empeora, sino que empieza a bajar, pero hay que tener en cuenta que la epidemia sube de una manera muy brusca, pero luego baja muy despacio, y esa bajada puede pararse¡±. Zurriagaes partidario de mantener las restricciones lo m¨¢s posible. ¡°Seguimos mal, y aunque baj¨¢ramos a 300 seguir¨ªamos mal. Ya vimos lo que pas¨® en junio. Bajamos a menos de 25, pensamos que ya estaba hecho el trabajo, y en julio volvi¨® a empezar¡±.
¡°La incidencia est¨¢ bajando; eso es verdad¡±, dice la enfermera especialista en salud p¨²blica Guadalupe Font¨¢n. ¡°Pero todav¨ªa hay una gran presi¨®n en los hospitales, que por lo menos parece que est¨¢ contenida¡±. Font¨¢n recalca los mensajes de advertencia. ¡°Me da miedo que la gente est¨¦ esperando para liberarse. Hay que desmontar que una tasa de 400 es buena. No es un nivel normal y hay que mantener la presi¨®n para no tener un rebrote. La curva hay que aplastarla, no que bajarla, y para eso hay que seguir con todas las medidas, las individuales y las colectivas¡±, insiste.
Mari Cruz Mart¨ªn Delgado, expresidenta de la Sociedad Espa?ola de Medicina Intensiva, afirma que en las UCI ¡°se nota que en los ¨²ltimos d¨ªas se han reducido los ingresos. Pero para nada estamos en la situaci¨®n del a?o pasado en estas fechas¡±. ¡°Hace falta que la incidencia se estabilice o que baje un poco para que podamos seguir atendiendo otros casos¡±, a?ade. ¡°Aunque estemos mejor, hay que ser muy cautos y estar muy atentos por si hay un punto de inflexi¨®n en la curva. Se podr¨¢n ajustar las medidas, pero sabiendo que van a ser restrictivas. No me imagino abrirlas, sabiendo que tres semanas despu¨¦s estaremos igual de mal o peor¡±.
Todos los especialistas consultados advierten de que, adem¨¢s, no todas las comunidades est¨¢n en la misma situaci¨®n, ¡°igual que no lo est¨¢n todos los pa¨ªses de la UE¡±, como dice Pilar Aparicio. Y ello implica que, salvo que se consiga aislar un territorio, no se puede estar tranquilo hasta que los vecinos no est¨¦n igual de bien. Pero eso no es f¨¢cil. Esa diversidad obliga a ¡°imponer medidas muy espec¨ªficas¡±, dice Zurriaga. Y la situaci¨®n ¡°puede cambiar por factores muy diversos¡±, Aun as¨ª advierte que ¡°esto no es una loter¨ªa. Si supi¨¦ramos todos los condicionantes lo podr¨ªamos controlar mejor. Pero no los sabemos¡±.
¡°Existe una tendencia a la baja respecto a la incidencia acumulada que sin duda es algo positivo, pero esta evoluci¨®n no debe hacer que nos relajemos. La bajada puede ser debido al efecto sin¨¦rgico de las diferentes medidas aplicadas junto con un mayor miedo social a un confinamiento m¨¢s estricto como el que vivimos en marzo. Yo mantendr¨ªa las medidas unas semanas m¨¢s para asegurar la evoluci¨®n¡±, resume Patricia Guillem, epidemi¨®loga de la Universidad Europea de Valencia.
El menos optimista de los especialistas consultados es Daniel L¨®pez-Acu?a, exdirector de Acci¨®n Sanitaria de la OMS. ¡°Las medidas son insuficientes para quebrar la curva y producir una r¨¢pida inflexi¨®n que la haga descender. Como consecuencia el descenso de la incidencia y de la presi¨®n asistencial hasta llegar a niveles seguros tardar¨¢ varias semanas¡±, afirma. Como muchos de sus colegas y de las autoridades, le preocupa especialmente que ¡°entraremos en un frenes¨ª navide?o de relajaci¨®n sin tener condiciones de seguridad y nos encaminaremos a una tercera ola en enero y febrero¡±. Para evitarlo, ¡°lo mejor ser¨ªa un confinamiento domiciliario de tres a cuatro semanas para abatir la curva y tener las condiciones m¨¢s seguras al comienzo de las navidades¡±, concluye.
?Y si los datos est¨¢n mal?
Tom¨¢s, que trabaja en el hospital de A Coru?a, se refiere al aumento de los tests de ant¨ªgenos para efectuar cribados poblacionales. Estos han pasado de ser el 13% del total de pruebas el 25 de octubre, cuando se inform¨® de su n¨²mero por primera vez, al 29% en el informe del viernes. "La prueba para eso es la PCR. Las de ant¨ªgenos no son ¨²tiles en asintom¨¢ticos y presintom¨¢icos", afirma. Si se hacen a otros grupos de poblaci¨®n bajan los casos detectados y se puede tener una impresi¨®n equivocada. "No podemos bajar la tensi¨®n epidemiol¨®gica", concluye.
Fe de errores: el vicepresidente de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa se llama ?scar Zurriaga, y no ?scar Zum¨¢rraga como dec¨ªa esta informaci¨®n.
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