Uno de cada 10 vecinos de las zonas rurales ha nacido fuera de Espa?a
La inmigraci¨®n es la clave contra el envejecimiento y la despoblaci¨®n, activa la econom¨ªa y crea entornos cosmopolitas, seg¨²n un informe del Observatorio Social de La Caixa
No es ning¨²n secreto que la poblaci¨®n de la Espa?a rural ha ido menguando poco a poco en los ¨²ltimos a?os. Por ello, la llegada de habitantes de origen extranjero se ha convertido en un factor determinante para el rejuvenecimiento y la preservaci¨®n de la actividad en las zonas menos pobladas. Una prueba es que la de?cima parte de la poblacio?n de municipios de menos de 10.000 habitantes ha nacido fuera de Espan?a. As¨ª lo refleja el estudio La inmigraci¨®n dinamiza la Espa?a rural, publicado por el Observatorio Social de La Caixa, presentado este mi¨¦rcoles por sus autores, Luis Camarero, de la UNED, y Rosario Sampedro, de la Universidad de Valladolid. Ambos consideran una paradoja que estos reductos rurales muestren una fotograf¨ªa tan diversa y cosmopolita como la de algunas ¨¢reas urbanas. El porcentaje de extranjeros en los municipios con m¨¢s de 100.000 habitantes es ligeramente superior: un 12,39%, frente 11,43% de media nacional, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica.
Lo que atrajo a Martina Ord¨®?ez, de Berat¨®n, un pueblo soriano que apenas llega a los 30 habitantes, fueron las monta?as. En cierto modo el paisaje del Moncayo le recuerda a la zona de Nicaragua donde esta mujer de 42 a?os y su marido se criaron. A veces durante las tardes toman caf¨¦ en el ¨²nico bar del pueblo, donde es dif¨ªcil no toparse con una cara amiga. Los inviernos suelen ser dif¨ªciles porque muchos d¨ªas la carretera amanece llena de nieve y quedan aislados, sin que su hija Norma pueda ir al colegio al pueblo de al lado. Hace poco, el invierno lleg¨® antes de tiempo debido a un brote de coronavirus, que confin¨® en sus casas a la mitad de sus vecinos. A¨²n as¨ª, el matrimonio se las arreglaba para dejar comida preparada y medicinas en la puerta de Isidoro Serrano, que vive en Berat¨®n desde que naci¨® hace 81 a?os.
La experiencia de Martina e Isidoro es solo un ejemplo de que la inmigraci¨®n se ha convertido en uno de los principales ant¨ªdotos contra el envejecimiento de la Espa?a rural. Seg¨²n el estudio de La Caixa, las madres rurales de origen extranjero tienen m¨¢s hijos que las nacidas en Espa?a. La diferencia es de 1,5 hijos por mujer extranjera frente a un 1,2 de las aut¨®ctonas. Adem¨¢s, las reagrupaciones familiares contribuyen de manera significativa a la renovacio?n generacional de la poblaci¨®n. El informe se?ala que en 2019 uno de cada cinco menores de 13 a?os en la Espa?a rural era hijo de madre de origen extranjero. En los pueblos de menos de 1.000 habitantes, la proporci¨®n se eleva hasta uno de cada cuatro, aunque en el caso de Berat¨®n Norma es la ¨²nica ni?a.
Las principales razones que han motivado estos flujos de migraci¨®n han sido la dificultad de cubrir con empleados espa?oles trabajos en la agricultura, la construcci¨®n o el turismo y en la demanda de cuidadores. La crisis de 2008 fren¨® este flujo de llegada de inmigrantes, aumento? la marcha de los jo?venes a las urbes y congelo? las reagrupaciones de familias extranjeras, pero las cifras han ido creciendo desde 2015 hasta la actualidad. Durante los a?os que precedieron a la crisis, la brecha econ¨®mica se amplio?, hasta el punto de que casi una de cada dos personas vivi?a en hogares que ingresaban menos de lo establecido para no caer en la ruina. A Martina y a su marido las cosas les van mucho mejor que hace nueve a?os, cuando llegaron al pueblo. Est¨¢n al cargo de varias tierras e incluso acaban de comprar otras. Sus jornadas suelen comenzar pronto, siempre hay algo que hacer. Como la mayor¨ªa de los trabajos del campo, est¨¢n sujetos a la temporada, por lo que en invierno, cuando no es ¨¦poca de siembra, trabajan en empresas de pueblos cercanos.
La gran mayor¨ªa se enfrenta a problemas como la precariedad laboral y la falta de acceso a la vivienda o a servicios ba?sicos como los sanitarios. Las familias con una persona inmigrante al frente tienen un riesgo de pobreza 2,5 veces mayor que las nacidas en Espan?a. Para las personas extranjeras, adem¨¢s, el empleo es el requisito del que depende la renovacio?n de los permisos necesarios para permanecer en Espa?a. Las familias inmigrantes dependen en mayor medida de empleos temporales y, por tanto, ma?s inseguros e inestables. En 2018, la proporcio?n de estos contratos entre extranjeros casi duplicaba a la de entre espa?oles. Adem¨¢s, los trabajos que realizan los inmigrantes suelen tener peor sueldo y condiciones de horarios, turnos o posibilidades de promocio?n.
La situaci¨®n de desigualdad se agrava en el caso de las mujeres extranjeras. Ellas ganaron de media poco m¨¢s de 14.000 euros brutos frente a los casi 20.000 de las mujeres espa?olas en 2016 -y los 27.000 de los hombres espa?oles-, seg¨²n los datos del informe. Estas diferencias vienen condicionadas por diversos factores, como su mayor propensio?n al trabajo a tiempo parcial o las interrupciones en el trabajo para atender a la familia, asi? como la discriminacio?n directa o indirecta por sexo o nacionalidad.
La falta de espacio en la vivienda puede tener consecuencias negativas para el desarrollo de la vida cotidiana porque muchas veces carecen de comodidad e intimidad y no disponen de lugares adecuados para comer, estudiar o descansar. Esto se une a las cifras de abandono escolar temprano entre los jo?venes migrantes, que dada la importancia de la formacio?n para conseguir despu¨¦s un trabajo, resulta preocupante que casi un tercio abandone el sistema educativo una vez termina los estudios obligatorios.
Las crisis nunca fueron buenas para las ¨¢reas rurales. Camarero, autor del estudio, explica que la incertidumbre actual con el coronavirus puede disminuir la llegada de poblaci¨®n desde el extranjero y dificultar tambi¨¦n los procesos de reagrupaci¨®n familiar. Esta situaci¨®n unida a una previsible ca¨ªda de la fecundidad por la inestabilidad econ¨®mica podr¨ªa hacer menguar de nuevo la poblaci¨®n rural. Aun as¨ª Camarero recuerda que la pandemia tambi¨¦n ha permitido ¡°tomar conciencia de la importante contribuci¨®n que la poblaci¨®n for¨¢nea realiza para garantizar la producci¨®n alimentaria y especialmente la vida de nuestros pueblos¡±.
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