El toque de queda de Par¨ªs tambi¨¦n ¡®funciona¡¯ en Burdeos

Tras una primavera paralizada por el primer zarpazo del coronavirus y un verano en el que pudo recuperar ciertas parcelas de normalidad, Europa ha visto impotente como la segunda ola de la pandemia la golpeaba durante el oto?o. Un auge que ha obligado a todos los pa¨ªses a reintroducir medidas para frenar al virus y ha convertido al continente en un gigantesco banco de pruebas sobre las m¨¢s efectivas para lograrlo.

Francia, uno de los pa¨ªses m¨¢s golpeados, ofrece el ejemplo m¨¢s destacable sobre la efectividad de los toques de queda e incluso aporta un resultado llamativo para los expertos: las restricciones aplicadas en una parte del pa¨ªs extienden sus efectos beneficiosos para el control de la pandemia por todo el territorio, tambi¨¦n hacia aquellas zonas libres de la obligaci¨®n de volver a casa cuando llega la noche. As¨ª lo recoge un trabajo llevado a cabo por responsables del Ministerio de Sanidad franc¨¦s publicado en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Eurosurveillance, editada por el Centro Europeo para el Control y la Prevenci¨®n de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en ingl¨¦s).

Con la circulaci¨®n del virus descontrolada, por encima de los 800 casos por 100.000 habitantes de media en los 14 d¨ªas anteriores y los hospitales sometidos a una imparable presi¨®n asistencial, el Gobierno del presidente Emmanuel Macron decret¨® el 17 de octubre el toque de queda en Par¨ªs y otras ocho grandes ciudades del pa¨ªs. Entre otras medidas, y salvo fuerza mayor, nadie pod¨ªa circular por las calles entre las nueve de la noche y las seis de la ma?ana. Una semana m¨¢s tarde, la medida se extendi¨® a otras nueve ciudades en las que la incidencia al alza ya se acercaba al millar de casos.

Pero otras cuatro grandes urbes (Burdeos, Nantes, Brest y Metz) se libraron del toque de queda y no sufrieron restricciones hasta otra semana m¨¢s tarde, cuando Macron decret¨® el confinamiento de todo el pa¨ªs, un encierro duro pero m¨¢s suave que el decretado en primavera. ¡°Lo m¨¢s interesante de este caso es que tienes una medida que se ha aplicado de la misma forma en diferentes sitios y en diferentes momentos, lo que te permite valorar si la introducci¨®n de ese elemento [el toque de queda] en solitario tiene un efecto o no¡±, sostiene Pedro Gull¨®n, profesor de Salud P¨²blica en la Universidad de Alcal¨¢.

Las curvas de incidencias y hospitalizaciones publicadas por Eurosurveillance dibujan tendencias muy claras. En el primer paquete de ciudades, la l¨ªnea casi vertical que ven¨ªan dibujando los nuevos casos se frena en seco 10 d¨ªas despu¨¦s de aplicar el toque de queda e inmediatamente inicia un descenso casi igual de vertiginoso. La curva de hospitalizaciones es casi id¨¦ntica, aunque en este caso el cambio de tendencia se produce casi tres semanas despu¨¦s del toque de queda.

Las curvas del segundo paquete de ciudades presentan dos diferencias significativas respecto a las anteriores: el cambio de tendencia es m¨¢s progresivo, con forma redondeada en lugar de pico, y se produce d¨ªas antes que en el primer grupo. Por ¨²ltimo, en Burdeos y las otras tres ¨¢reas metropolitanas que en este caso sirven de control, el aumento de la incidencia y hospitalizaciones se frena incluso antes de que se decretara el confinamiento.

Los autores del estudio concluyen que estos resultados avalan ¡°el impacto positivo¡± del toque de queda ¡°para hacer frente al auge de la segunda ola¡± de la pandemia. Y destacan que las mejoras detectadas de forma m¨¢s r¨¢pida en el segundo grupo de ciudades y de forma anticipada al confinamiento en el tercero sugieren la existencia de un ¡°efecto resonancia¡± que extiende de forma anticipada al resto del pa¨ªs los beneficios de aplicar el toque de queda a solo una parte del territorio.

¡±Los primeros toques de queda pueden haber tenido un impacto en m¨¢s zonas de las que sufrieron esta medida debido a cambios de comportamiento [de la poblaci¨®n] y, por tanto, en un descenso de la circulaci¨®n del virus¡±, apuntan los autores, que ofrecen como explicaci¨®n ¡°la intensa comunicaci¨®n sobre la severidad de la epidemia en el pa¨ªs¡± en el momento de aplicar las primeras prohibiciones.

Quique Bassat, investigador del instituto ISGlobal de Barcelona, destaca que ¡°aunque los resultados puedan parecer bastante intuitivos, estos estudios son muy ¨²tiles porque resulta muy dif¨ªcil demostrar el impacto concreto de una medida en un entorno tan cambiante, lo que solo es posible cuando se dan circunstancias como las que han ocurrido en Francia, que te permiten comparar los resultados con un grupo comparador¡±.

Los expertos consultados recuerdan que la utilidad de medidas como el toque de queda ha sido cuestionada por muchos sectores. ¡°El art¨ªculo muestra con toda claridad que la reducci¨®n de las interacciones sociales y las medidas de distanciamiento tienen un impacto directo y logran revertir las curvas de nuevos casos y hospitalizaciones cuando la circulaci¨®n del virus en una zona est¨¢ creciendo¡±, defiende Daniel L¨®pez Acu?a, exdirector de Acci¨®n Sanitaria en Crisis de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).

L¨®pez Acu?a considera que ¡°aunque queda acreditado que existe, resulta dif¨ªcil atribuir lo que los autores denominan efecto resonancia a un solo factor¡±. ¡°Debe existir un efecto imitaci¨®n por las noticias y recomendaciones del Gobierno que lleva a parte de la poblaci¨®n a anticipar medidas cuando ve lo que ocurre en otras ciudades. Tambi¨¦n influye que la movilidad general se reduce¡±, a?ade.

Preguntas por responder

En todo caso, los datos revelados por el art¨ªculo dejan dos interrogantes abiertos. ?Lleg¨® el toque de queda demasiado tarde? Y, si esta medida ya hab¨ªa logrado revertir la curva, ?era necesario llegar al confinamiento?

Sobre la primera, Gull¨®n considera: ¡°Puede ser f¨¢cil decirlo a toro pasado, pero es mucho m¨¢s complejo tomar una decisi¨®n en la que intervienen muchos otros factores¡±. ¡°Ahora, por ejemplo, el n¨²mero de casos puede superar a los de la primera ola porque hay m¨¢s medios diagn¨®sticos. Y las hospitalizaciones crecen m¨¢s lentamente, porque nuestras relaciones sociales ya no son las de febrero, ya hay algunas restricciones y la gente es m¨¢s consciente. Las comparaciones con la primera ola que te podr¨ªan ayudar a tomar una decisi¨®n son dif¨ªciles¡±.

En esta dificultad para determinar el momento justo de aplicar una restricci¨®n intervienen, adem¨¢s, ¡°otros factores que hay que tener en cuenta¡±. ¡°Si act¨²as antes, tendr¨¢s un pico menor, pero chocas con determinados sectores e intereses, y las medidas tendr¨¢n un mayor impacto econ¨®mico y social. Es una decisi¨®n pol¨ªtica y de equilibrio¡±, considera Gull¨®n.

Sobre la necesidad de aplicar el confinamiento, este profesor de Salud P¨²blica estima que ¡°el objetivo muchas veces no es solo cambiar la tendencia, sino lograr una ca¨ªda m¨¢s grande y sostenida en el tiempo porque si no el riesgo es que entres en un periodo meseta que, como hemos visto, puede ser el paso previo a una nueva ola¡±.

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