Harvey Weinstein, la lucha imposible por un juicio normal
El arranque del proceso al productor de cine escenifica la dif¨ªcil tarea de aislar los cargos concretos que se juzgan del revuelo medi¨¢tico en torno al caso que origin¨® el Me Too
Fuera, detr¨¢s de las vallas met¨¢licas, los focos de los sets improvisados por las televisiones empiezan a apagarse con las primeras luces de la ma?ana. Los m¨¢s madrugadores de los 150 periodistas acreditados para el acontecimiento del a?o en la Corte Federal del Estado de Nueva York, en el sur de Manhattan, guardan ya cola. Quedan dos horas para que arranque el juicio contra Harvey Weinstein, quien fuera el rey del Hollywood del cambio de siglo, convertido hoy en la encarnaci¨®n del abuso de poder para obtener sexo, despu¨¦s de que sendas investigaciones period¨ªsticas de The New York Times y The New Yorker destaparan decenas de acusaciones de mujeres que prendieron la mecha del Me Too.
Apenas ocho horas antes, a 4.500 kil¨®metros de distancia, la industria de Hollywood, sobre la que un d¨ªa gobern¨®, se celebraba a s¨ª misma en la entrega de los Globos de Oro. Hace apenas dos a?os, Weinstein habr¨ªa presidido una de esas mesas, brindando con champ¨¢n franc¨¦s. Ah¨ª estaban Quentin Tarantino, Gwyneth Paltrow, todas sus criaturas vestidas de gala. Pero el lunes, el productor apestado no fue m¨¢s que el chiste inc¨®modo de la noche. ¡°La siguiente presentadora est¨¢ en Bird Box, una pel¨ªcula en la que el mundo sobrevive tap¨¢ndose los ojos. Como todo Hollywood mientras trabajaba con Harvey Weinstein", solt¨® el presentador de la gala, Ricky Gervais, ante las risas avergonzadas de las estrellas.
Todo un vuelco a una vida. A las 9.10 de la ma?ana del lunes, Weinstein llegaba a la corte neoyorquina rodeado de sus abogados. Los mismos focos que le iluminaban en sus d¨ªas de gloria, pero ni rastro de alfombra roja. Entraba en la sala de la planta 15 del juzgado empujando un andador. Caminaba inclinado sobre el aparato, dos ruedas en las patas delanteras y dos pelotas de tenis incrustadas en las traseras, que le acompa?a desde que en diciembre fue operado de la espalda tras un accidente de tr¨¢fico. Traje y corbata negros, camisa blanca, despeinado, p¨¢lido, desali?ado. Si lo que buscaba es dar pena, como dicen sus cr¨ªticos, no iba mal encaminado el cineasta.
Toda la excepcionalidad, toda la leyenda, quedaron fuera de la sala cuando el alguacil anunci¨® que empezaba la sesi¨®n. As¨ª lo quiere el juez James Burke. Entre estas cuatro paredes, desprovistas de cualquier pompa, no se va a juzgar un movimiento. El caso 02335/2018 de la Corte de Nueva York tampoco es un juicio al abuso de poder con fines sexuales. Ni siquiera al comportamiento general de un hombre al que 90 mujeres han acusado de ser un depredador que us¨® su posici¨®n para cometer? sistem¨¢ticamente abusos. Es un juicio a un hombre al que la ayudante producci¨®n Mimi Haleyi acusa de haber abusado sexualmente de ella en 2006 y otra mujer, cuyo nombre es a¨²n secreto, de haberla violado en 2013. Hasta este mismo lunes no se hab¨ªan presentado m¨¢s cargos, bien porque los supuestos delitos han prescrito o porque las supuestas v¨ªctimas han querido evitar la exposici¨®n p¨²blica. Sin embargo, la Fiscal¨ªa de Los ?ngeles ha anunciado este lunes, el d¨ªa en que comienza el juicio en Nueva York, que el productor se enfrenta a dos nuevos cargos, por una violaci¨®n y una agresi¨®n sexual a dos mujeres en 2013.?
¡°El se?or Weinstein tiene derecho a un juicio justo¡±, explicaba a la salida la abogada defensora, Donna Rotunno. ¡°La Fiscal¨ªa cree que ya ha sido condenado, y esto no funciona as¨ª. Estamos aqu¨ª para recordar a todo el mundo que en este gran pa¨ªs eres inocente hasta que se demuestre que eres culpable¡±.
Esa es la dial¨¦ctica que marcar¨¢ el juicio. De puertas para adentro, solo el hecho de que la mayor¨ªa del centenar de personas que ocupan las vetustas bancadas de madera son periodistas diferencia a este juicio de los que se celebran por las cerca de 1.500 denuncias de violaci¨®n que se producen cada a?o en la ciudad. De puertas para fuera, imposible eludir el hecho de que, justamente, esas denuncias por violaci¨®n aumentaron un 22,4% de 2017 a 2018, y que crecieron casi ininterrumpidamente cada mes desde que las alegaciones contra Weinstein detonaron un reconocimiento global de lo que constituye acoso y agresi¨®n sexual.
Por eso es tan importante el proceso de selecci¨®n del jurado, que comienza este mismo martes y puede demorarse hasta dos semanas. La notoriedad del caso ha llevado a los funcionarios de Justicia a enviar citaciones a unos 2.000 jurados potenciales, 500 de los cuales respondieron, que deber¨¢n reducirse a 12 jurados titulares y seis suplentes. Poniendo a prueba la paciencia del juez, que ya ha perdido brevemente en la hora y media que dur¨® una primera jornada destinada a farragosos asuntos procedimentales, las partes examinar¨¢n sus antecedentes, sus creencias, sus sesgos. Su capacidad, en fin, para abstraerse de todo el ruido y alcanzar su veredicto en base solo a lo que se escuche entre las cuatro paredes.
Fuera de esas paredes, en la calle, las actrices Rosanna Arquette y Rose McGowan, junto con otras mujeres que han acusado a Weinstein de agresiones sexuales, hablaban ante las c¨¢maras. ¡°Se acab¨® el tiempo del acoso sexual en el trabajo, dec¨ªa Arquette. ¡°Se acab¨® el culpar a las supervivientes. Se acab¨® la generalizada cultura del silencio que ha permitido abusadores como Weinstein¡±.
Tres golpes a la defensa
En la primera jornada, el juez se mostr¨® duro con la defensa de Weinstein. Rechaz¨® un testigo que propon¨ªan, el detective Nicholas DiGaudio, apartado del caso por ocultar informaci¨®n y que impidi¨® a la fiscal¨ªa contar con una denunciante m¨¢s en el juicio. Tambi¨¦n deneg¨® a la defensa la petici¨®n de que el jurado estuviera completamente aislado durante el juicio, alojado en un lugar sin acceso a fuentes de informaci¨®n, para evitar su contaminaci¨®n un caso tan medi¨¢tico. La fiscal¨ªa calific¨® de "degradantes y humillantes" para las testigos las entrevistas que dio este fin de semana la abogada defensora Donna Rotunno, y el juez le orden¨® tajantemente "eliminarlas" de sus comunicaciones en p¨²blico.
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