Carlos Osoro: ¡°Ha habido menos abusos en la Iglesia que en otras organizaciones¡±
Renace el anticlericalismo de derechas con el cardenal Osoro en el punto de mira por ser el rostro del papa Francisco en Espa?a
El cardenal Carlos Osoro Sierra (Casta?eda, Cantabria, 74 a?os) lleg¨® al pontificado de Madrid, en octubre de 2014, para hacer de la Iglesia ¡°una casa de armon¨ªa¡±. As¨ª lo dijo en la toma de posesi¨®n como sustituto del entonces todopoderoso cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco. Es el prelado elegido por Francisco para liderar en Espa?a una primavera eclesial. Seis a?os despu¨¦s, algunas parroquias y la Embajada del Vaticano han aparecido con pintadas. ¡°Osoro es Judas¡±, ¡°obispos traidores¡±, dec¨ªan, entre otras cr¨ªticas. Renace el anticlericalismo de derechas, como el que surgi¨® contra el cardenal Vicente Enrique y Taranc¨®n en los a?os setenta, por promover que la Iglesia romana fuera renegando de sus complicidades con la dictadura franquista.
¡°Taranc¨®n al pared¨®n¡±, dec¨ªan entonces las pintadas de los Guerrilleros de Cristo Rey. ¡°Osoro al pared¨®n¡± clama ahora la ultraderecha, jaleada por medios de comunicaci¨®n cat¨®licos. A Francisco lo tachan de hereje incluso algunos cardenales, con un desprecio imponente. Le dicen ¡°Papacisco¡±, ¡°armal¨ªos¡±, ¡°el anticristo¡±. No hay semana que no expresen el mismo rechazo por el cardenal Osoro por ser el rostro del Pont¨ªfice argentino en Espa?a.
Pregunta. ?Es cierto que el Papa se niega a venir a Espa?a precisamente por ese ambiente de discordia intraeclesial?
Respuesta. Esa no es la raz¨®n. El Papa ha hecho una opci¨®n, que es viajar a los pa¨ªses m¨¢s pobres o donde el cristianismo tiene problemas o es incipiente. Por ejemplo, acaba de viajar a Jap¨®n, donde hay poqu¨ªsimos cat¨®licos.
P. Pero ha estado en Francia, visit¨® Alemania, estuvo en EE UU... Dice que vendr¨¢ a Espa?a cuando est¨¦n ustedes en paz.
R. No comparto esa interpretaci¨®n.
P. ?Ha hablado de la cuesti¨®n con el Papa?
R. S¨ª.
P. ?Hablan con frecuencia?
R. A veces. El Papa est¨¢ bien informado, no solo sobre Espa?a, sobre la humanidad en general. Tiene una capacidad y unos conocimientos extraordinarios, y una gran vitalidad.
Almorzamos a solas en el comedor del peque?o apartamento en el que vive el cardenal, a tiro de piedra de la plaza Mayor de Madrid. Preside el sal¨®n un retrato de la madre. El resto de la decoraci¨®n resume la biograf¨ªa del primer prelado de Espa?a: un cuadro de la catedral de Orense, su primer destino; una escultura de la Santina de Covadonga de cuando era arzobispo de Oviedo; recuerdos de su pontificado en Valencia y las banderas de las cuatro sedes en las que ha sido prelado. De vocaci¨®n tard¨ªa, hizo carrera civil, fue profesor, tuvo novia antes de hacerse cura en Salamanca y se inici¨® como sacerdote en una parroquia de Torrelavega (Cantabria) donde se refugiaban huelguistas perseguidos por la polic¨ªa. Fue entonces cuando forj¨® una manera de ser que le distingue de los obispos al uso: prodiga los abrazos, estrecha las manos con fuerza y habla con los periodistas. ¡°Qu¨¦ menos, aunque, claro, a lo mejor me critican tambi¨¦n porque le conceda a EL PA?S esta entrevista¡±.
P. Se dec¨ªa de Benedicto XVI que estaba rodeado de lobos. Finalmente, abandon¨® el cargo. Contra Francisco se han desatado los tigres.
R. Hay grupos que se sienten defraudados, pero tanto como tigres¡ Las respuestas del Papa a los problemas, el compromiso con los pobres, sus denuncias por el maltrato a los emigrantes y su apuesta por el di¨¢logo con otras religiones. Es normal que haya cr¨ªticas, pero no veo que sean tantas.
P. ?Cree que los jerarcas descontentos se sienten aludidos cuando Francisco pide una Iglesia pobre, para los pobres y que huela a oveja?
R. Claro que tiene que ver con eso. Pero todo est¨¢ en la vida de Jes¨²s. Dios es padre de todo el mundo, tambi¨¦n de los que no est¨¢n en nuestra Iglesia.
P. Hay obispos que todav¨ªa dicen que fuera de su Iglesia no hay salvaci¨®n, e incluso que el error no tiene derechos. En cambio, Francisco rechaza el infierno como condenaci¨®n eterna, como castigo inmisericorde.
R. El Papa no es que ponga en duda el infierno, pero hace observaciones singulares. Y es optimista, pese a los graves problemas de la humanidad. Yo tambi¨¦n lo soy. Las virtudes tienen m¨¢s fuerza que los defectos.
P. Hay tambi¨¦n cr¨ªticas a la decisi¨®n de suprimir el secreto pontificio ante los abusos a menores por eclesi¨¢sticos.
R. Siempre hay resistencias. Por cierto, tengo que decir que ha habido menos abusos en la Iglesia que en otras organizaciones.
P. La diferencia es que los sacerdotes y los obispos se creen referentes morales. Los eclesi¨¢sticos que abusan de menores se valen de un poder y una impunidad que les viene de la propia Iglesia.
R. Claro. La Iglesia tiene que ser mod¨¦lica y dar ejemplo. Es lo que se ha propuesto el Papa y por lo que le critican algunos. Pero no hay que tener miedo a abrir las puertas. Cuando se abren, se facilitan las soluciones.
P. Francisco Franco, el nieto del dictador, le dijo por carta que nunca m¨¢s, ni ¨¦l ni sus seguidores, volver¨¢n a marcar la equis en favor de la Iglesia en los impresos del IRPF. Le culpa de haber facilitado la exhumaci¨®n del dictador. ?Qu¨¦ le contest¨®?
R. Nada. No tengo nada que decir. Ese es un asunto superado.
P. Se dice que a cambio de no oponerse ustedes a la exhumaci¨®n, el Gobierno actual les hace el favor de no publicar la relaci¨®n de las decenas de miles de inmatriculaciones realizadas por los obispos.
R. Es la primera vez que lo oigo. No tiene nada que ver, en absoluto.
P. Sobre las inmatriculaciones, he le¨ªdo recientemente en la revista cat¨®lica Vida Nueva que, tras el esc¨¢ndalo de los abusos, nada hace m¨¢s da?o a la Iglesia que la percepci¨®n de que inmatricula bienes y ejecuta contratos con la indiferencia de cualquier fondo buitre.
R. Todo se ha hecho dentro de la ley, no ha habido privilegios.
P. El Gobierno de Mariano Rajoy suprimi¨® esa prerrogativa de los obispos porque era un privilegio y ha habido abusos. Si el Ejecutivo actual niega los datos es porque hay algo que no gusta que se sepa.
R. No tengo esa percepci¨®n. Mis noticias no me dicen eso.
P. Sobre los problemas que tiene el arzobispado con la enajenaci¨®n de algunos de sus inmuebles, se les acusa de comportarse como hura?os arrendatarios.
R. Cuando se dan esas noticias parece que todo lo hace sola la Iglesia. Presido fundaciones que tienen propiedades, pero no estamos solos en los patronatos. Est¨¢n tambi¨¦n otras instituciones, como la alcald¨ªa de Madrid y la Comunidad. La noticia es echar la culpa al obispo.
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