El Vaticano levanta el tab¨² sobre los abusos sexuales y laborales contra las monjas
La Iglesia crear¨¢ una comisi¨®n para ayudar a las religiosas ¡°quemadas¡± por el trabajo
Los abusos, tanto sexuales como de poder, cometidos contra las monjas en el seno de la Iglesia cat¨®lica es un tema espinoso que el Vaticano a¨²n no ha abordado plenamente, como s¨ª ha hecho con los abusos sexuales a menores que han sacudido a la instituci¨®n en las ¨²ltimas d¨¦cadas y han desatado una de sus mayores crisis. El suplemento mensual femenino del diario vaticano L'Osservatore Romano se acerca en su pr¨®ximo n¨²mero de febrero ¡ªse publicar¨¢ el 26 de enero¡ª a las condiciones de vida de las religiosas en la Iglesia y ofrece una panor¨¢mica demoledora de los abusos y la explotaci¨®n laboral que sufren las monjas. Constata que se dan casos de agotamiento laboral y estr¨¦s postraum¨¢tico, un tema que hasta ahora hab¨ªa sido tab¨².
En una entrevista, el prefecto de la Congregaci¨®n para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apost¨®lica, el cardenal Jo?o Braz de Aviz, admite que a su dicasterio llegan informes de casos de abusos a religiosas por parte de sacerdotes y que se est¨¢n investigando. Si las v¨ªctimas de este tipo de cr¨ªmenes son religiosas o religiosos, las denuncias las gestiona este organismo de la Santa Sede, a diferencia de los abusos a menores o a adultos laicos o seminaristas, de los que se ocupa la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, con mayores competencias. Cuando se trata de monjas faltan reglas precisas que dicten c¨®mo proceder y protocolos actualizados de prevenci¨®n.
El purpurado responsable del ente que gestiona los conventos tambi¨¦n muestra su preocupaci¨®n porque ¡°empiezan a aparecer casos de abuso sexual entre monjas¡±, un ¡°fen¨®meno que ha permanecido m¨¢s oculto¡±, pero que ¡°tendr¨¢ que salir a la luz¡±. ¡°En una congregaci¨®n nos han se?alado hasta nueve sucesos¡±, apunta. Y recuerda que el papa Francisco ha pedido ¡°transparencia total¡± en los casos de violencia sexual sobre las monjas.
Braz de Aviz tambi¨¦n saca a la palestra otras cuestiones punzantes como el abuso de autoridad o el abandono y repudio que sufren las religiosas cuando dejan el convento. ¡°Cuando la autoridad se interpreta como poder y no como servicio se puede llegar a situaciones dolorosas. Creo que las personas que desempe?an funciones de liderazgo tambi¨¦n deber¨ªan aprender a compartir la vida y todas las necesidades con la comunidad como cocinar o limpiar¡±, apunta el cardenal. Y explica tambi¨¦n que en Roma, a petici¨®n del Pont¨ªfice argentino, existe una casa de acogida para exmonjas, que han decidido apartarse de la vida religiosa o que han sido expulsadas y no tienen recursos, sobre todo si son extranjeras. ¡°Nos enfrentamos a personas heridas con las que tenemos que reconstruir la confianza; debemos cambiar la actitud de rechazo, la tentaci¨®n de ignorar a estas personas, de decir ¡®ya no es nuestro problema¡±, reivindica. Y se?ala que ha visto un caso en el que la exreligiosa se ha visto obligada a prostituirse para poder mantenerse despu¨¦s de colgar los h¨¢bitos.
La revista vaticana, que se llama Mujeres, mundo, Iglesia y que en el pasado tambi¨¦n ha denunciado abusos y explotaciones a monjas, aborda adem¨¢s el problema del agotamiento laboral y el estr¨¦s postraum¨¢tico que afecta a un gran n¨²mero de religiosas, un tema tab¨² hasta el momento. El asunto se trat¨® en el ¨²ltimo encuentro de la Uni¨®n Internacional de Superiores Generales (UISG), que decidi¨® establecer una comisi¨®n internacional de cuidado personal que durante los pr¨®ximos tres a?os estudiar¨¢ el fen¨®meno y propondr¨¢ medidas para resolverlo.
Vacaciones, paga y vivienda
Seg¨²n explica a la publicaci¨®n la monja australiana Maryanne Lounghry, psic¨®loga e investigadora del Boston College y la Universidad de Oxford, las religiosas, muchas afectadas por el llamado s¨ªndrome del trabajador quemado, esperan que, al igual que en los casos de abusos a menores, se establezcan unas ¡°l¨ªneas gu¨ªas¡± que delimiten sus obligaciones y sus derechos en sus lugares de trabajo. Tambi¨¦n reclaman algo que se parezca a un contrato de trabajo. ¡°Cada religiosa tiene que tener una especie de c¨®digo de conducta, una carta de acuerdo con el obispo o el p¨¢rroco para poder decirle: 'Sabe, trabaj¨¦ 38 horas esta semana o no puedo trabajar el domingo y vuelvo el lunes, necesito un d¨ªa libre'. Un contrato de negociaci¨®n te hace m¨¢s fuerte¡±, a?ade Lounghry.
Invertir en el bienestar de las monjas y, por ejemplo, concederles dos semanas de vacaciones, una paga, una situaci¨®n de vivienda digna, acceso a Internet o ¡°incluso, un a?o sab¨¢tico despu¨¦s de cinco a?os de trabajo¡± son otras de las cuestiones que necesitan regulaci¨®n con urgencia. ¡°Trabajar en la ambig¨¹edad, sin ciertas reglas, puede hacer que me sienta intimidado, abusado, molestado¡±, se?ala la psic¨®loga.
El papa Francisco, que en su primera homil¨ªa del a?o lanz¨® un fuerte alegato contra la violencia que sufren las mujeres, dentro y fuera de la Iglesia, admiti¨® el a?o pasado que existen casos de abusos a las monjas por parte de sacerdotes y obispos. ¡°No es algo que todos hagan, pero hay sacerdotes y obispos que lo hicieron, y a¨²n lo hacen¡±, dijo en el vuelo de regreso de su viaje a Emiratos ?rabes Unidos. ¡°?Tenemos que hacer a¨²n m¨¢s? S¨ª. ?Tenemos la voluntad? S¨ª. Pero es un camino que viene recorri¨¦ndose desde hace tiempo¡±, a?adi¨®.
Los abusos sexuales dentro de las congregaciones religiosas no son un fen¨®meno nuevo ni reciente. Comenzaron a denunciarse en los a?os noventa. En 1995 la religiosa Maura O'Donohue present¨® un informe sobrecogedor que destap¨® un panorama desolador, sobre todo en ?frica: casos de novicias violadas por sacerdotes; m¨¦dicos de hospitales cat¨®licos que se ven asediados por curas que les llevaban ¡°a monjas y otras j¨®venes para abortar¡±; o superioras que denunciaron la situaci¨®n y acabaron suspendidas. En los ¨²ltimos a?os han salido a la luz casos en todo el mundo, que a¨²n no han recibido respuesta.
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