Kobe Bryant, o el precio de recordar una denuncia por agresi¨®n sexual contra la leyenda
'The Washington Post' suspende a una reportera que hab¨ªa sido atacada en Twitter por compartir en redes una vieja noticia sobre un litigio por agresi¨®n sexual del exjugador
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La suspensi¨®n temporal de empleo de la periodista Felicia Sonmez, de The Washington Post, despu¨¦s de unos tuits publicados tras la muerte de la estrella de la NBA Kobe Bryant, ha provocado protestas en la redacci¨®n del prestigioso peri¨®dico. La direcci¨®n del diario ha dado a entender a EL PA?S que, despu¨¦s de revisar el caso, la periodista seguir¨¢ en su puesto de trabajo. ¡°Aunque consideramos sus tuits inoportunos, no ha violado de manera clara y directa nuestras reglas en redes sociales¡±, ha explicado la directora adjunta Tracy Grant.
El domingo, entre el aluvi¨®n de homenajes espont¨¢neos tras la muerte del deportista en un accidente de helic¨®ptero, Sonmez comparti¨® en su cuenta de Twitter un enlace a una informaci¨®n, publicada en The Daily Beast en 2016, sobre unas acusaciones de agresi¨®n sexual realizadas contra Bryant en 2003.
Aquel a?o, la estrella del baloncesto fue arrestada tras la denuncia de una empleada de un hotel de Colorado de 19 a?os. Se le acus¨® de agresi¨®n sexual, pero los cargos fueron retirados dos a?os despu¨¦s, tras alcanzar un acuerdo extrajudicial con la supuesta v¨ªctima. En un comunicado, Bryant dijo que crey¨® que el encuentro que mantuvieron fue consentido, aunque hab¨ªa comprendido que la mujer no lo ve¨ªa as¨ª.
Tras compartir la noticia en Twitter, Sonmez recibi¨® una oleada de ataques de usuarios de la red social, del que dio cuenta en otro mensaje. ¡°Vaya, esto es revelador. A las m¨¢s de 10.000 personas (literalmente) que han comentado y me han escrito con insultos y amenazas de muerte, por favor dediquen un momento a leer la historia, que fue escrita hace m¨¢s de tres a?os y no por m¨ª. Que la gente responda con furia y amenazas contra m¨ª (alguien que ni siquiera escribi¨® la pieza, pero la encontr¨® bien trabajada) habla mucho de las presiones a las que se enfrenta la gente para permanecer callada en estos casos¡±, escribi¨® la reportera, en un hilo de tuits.
Sonmez tambi¨¦n comparti¨® un pantallazo de uno de los correos electr¨®nicos ofensivos que supuestamente recibi¨®, mostrando el nombre completo del remitente. Las cr¨ªticas a la periodista llegaron incluso del hijo del presidente, Donald Trump Jr. ¡°Los reporteros de The Washington Post no pueden evitarlo, ?verdad?¡±, tuite¨®.
El mismo domingo, el Post decidi¨® suspender a la trabajadora. ¡°La reportera de pol¨ªtica nacional Felicia Sonmez ha sido puesta en baja administrativa mientras el Post revisa si sus tuits sobre la muerte de Kobe Bryant violaron las reglas de redes sociales de la redacci¨®n. Los tuits desplegaron un escaso juicio que socava el trabajo de sus colegas¡±, explic¨® Tracy Grant.
Este martes, el diario ha remitido a EL PA?S el siguiente comunicado, atribuido a Grant: ¡°Despu¨¦s de realizar una revisi¨®n interna, hemos determinado que, aunque consideramos los tuits de Felicia inoportunos, no ha violado de manera clara y directa nuestras reglas en redes sociales. Los reporteros en redes sociales representan a The Washington Post y nuestras reglas establecen que ¡®debemos ser muy conscientes de preservar la reputaci¨®n de The Washington Post por su excelencia period¨ªstica, justicia e independencia¡¯. Constantemente pedimos restricci¨®n, que es particularmente importante cuando hay muertes tr¨¢gicas. Nos arrepentimos de haber hablado p¨²blicamente sobre un asunto del personal¡±.
El cr¨ªtico de medios del Post, Erik Wemple, hab¨ªa salido en defensa de la reportera en una columna publicada el lunes en el peri¨®dico en la que, tras hablar con Sonmez, explicaba su versi¨®n de los hechos. Seg¨²n le cont¨® la reportera, el domingo por la tarde escribi¨® a Grant y a su editor, Peter Wallsten, para poner en su conocimiento los ataques de los que estaba siendo objeto. Dos horas despu¨¦s, explica Sonmez, le escribieron para decirle que borrara sus tuits y, en un segundo mensaje, tras la tardanza de la reportera, Grant le advirti¨® de que si no los borraba estar¨ªa ¡°violando una directiva de la direcci¨®n adjunta¡±. Temiendo por su seguridad, pues algunos de sus atacantes hab¨ªan publicado su direcci¨®n postal, la periodista pas¨® la noche del domingo en un hotel. Esa misma noche, en conversaci¨®n telef¨®nica con Grant, supo que hab¨ªa sido suspendida (con sueldo).
El comit¨¦ de empresa del diario hab¨ªa denunciado que la reportera fue ¡°censurada por afirmar un hecho¡±. ¡°En lugar de proteger y apoyar a una reportera ante el abuso, el Post la suspendi¨® mientras los l¨ªderes de la redacci¨®n revisaban si viol¨® las reglas de redes sociales¡±, critic¨®.
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