Una oportunidad perdida
El Vaticano reconoce que las mujeres han transmitido la fe en la Amazonia, pero vuelve a relegarlas a un papel secundario
Amazonia, el lenguaje po¨¦tico ¡ªaparece varias veces la palabra sue?o acompa?ada de citas de poetas ind¨ªgenas¡ª aten¨²a su escasa novedad respecto a los anteriores pontificados, confirmada por las citas ecol¨®gicas y sociales de Benedicto XVI y Juan Pablo II. Pero por primera vez se habla del ¡°derecho al anuncio del Evangelio¡± en t¨¦rminos que parecen querer incluirlo en la ¡°religi¨®n de los derechos¡± caracter¨ªstica de Naciones Unidas, y, sobre todo, no hay ninguna apertura a la ordenaci¨®n sacerdotal de hombres casados ni al diaconado femenino, como esperaba el s¨ªnodo.
Al contrario, para las mujeres supone un peque?o paso atr¨¢s: se prev¨¦ la presencia de un di¨¢cono permanente en todas las comunidades, proponi¨¦ndolo de hecho como gu¨ªa, incluso all¨ª donde una o m¨¢s mujeres han destacado como evangelizadoras. Los reconocimientos hacia estas ¨²ltimas han sido numerosos, como subrayan los medios del Vaticano, que recuerdan que en la Amazonia la fe se ha transmitido y se ha mantenido viva gracias a la presencia de mujeres ¡°fuertes y generosas¡±, sin que ¡°ning¨²n sacerdote pasara por all¨ª¡±, pero una vez m¨¢s se ha confirmado su papel secundario. El reconocimiento institucional del compromiso laico de las mujeres, aunque elogiado y deseado, sigue sin ser m¨¢s que un sue?o.
De este modo, la temida fractura con Benedicto XVI, o m¨¢s bien con lo que la facci¨®n tradicionalista considera el pensamiento de Ratzinger, se ha evitado.
Pero tambi¨¦n se ha perdido una oportunidad importante para poner en marcha un cambio, dar una nueva se?al que muestre que, para que la tradici¨®n siga viva, debe renovarse continuamente. Una vez m¨¢s, el papa Francisco ha intentado intervenir en el plano social con la denuncia de la explotaci¨®n ambiental y social, que es fundamental, desde luego, pero ha renunciado a afrontar temas decisivos dentro de la Iglesia, como el sacerdocio y el papel de las mujeres.
Sabemos que la instituci¨®n eclesi¨¢stica ha sabido mantener, durante siglos, un dif¨ªcil equilibrio entre la necesidad de renovarse y de mantenerse fiel a la tradici¨®n, pero ese mecanismo milagroso parece haberse atascado. Por culpa de los nuevos medios de comunicaci¨®n, sin duda, que magnifican cualquier diferencia, por peque?a que sea, convirti¨¦ndola en un conflicto real que involucra a un n¨²mero cada vez mayor de fieles cat¨®licos. Pero los problemas que se plantean son cruciales: la figura del sacerdote es cuestionada no solo por el celibato, sino tambi¨¦n por el clericalismo, que, como bien ha indicado el papa Francisco en varias ocasiones, es uno de los males de la Iglesia.
De hecho, una reflexi¨®n sobre el sacerdocio implica tambi¨¦n una profunda reflexi¨®n sobre el poder ¡ª ?qu¨¦ se entiende por instituci¨®n jer¨¢rquica?¡ª precisamente en un momento de grave crisis interna que lo pone en entredicho, debido principalmente al encubrimiento de los culpables de pedofilia y de abusos a las religiosas.
De esto dif¨ªcilmente se habla, esperando siempre que llegue el momento en que caiga el tel¨®n medi¨¢tico sobre las denuncias. Pero los problemas no se resuelven cambiando de tema, denunciando los tr¨¢gicos desastres econ¨®micos y medioambientales, porque la realidad, incluso en el caso de la Amazonia, exige una reflexi¨®n nueva sobre el papel del sacerdote.
Lucetta Scaraffia es experta en historia de la Iglesia y la mujer.
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