La Iglesia abre la puerta a ordenar hombres casados en la Amazonia

El s¨ªnodo sobre la Amazonia celebrado durante el mes de octubre en el Vaticano se cierra con una gran novedad. Dos de las grandes propuestas que hab¨ªan elaborado un grupo nutrido de obispos de la Amazonia, la ordenaci¨®n de mujeres diaconisas y de hombres casados en zonas donde los fieles no pueden recibir la eucarist¨ªa, recibieron ayer un importante espaldarazo. La asamblea de obispos, en la que participaban 185 padres sinodales con derecho a voto ¡ªy un n¨²mero elevado de expertos y relatores¡ª, recomend¨® que en algunas zonas pueda estudiarse la posibilidad de ordenar a hombres con familias. Una decisi¨®n que deber¨¢ aprobar el Papa, pero que supone una apertura hist¨®rica de la Iglesia y pone sobre la mesa la cuesti¨®n del celibato.

La asamblea de obispos celebrada en el Vaticano desde comienzos de octubre ten¨ªa como objetivo debatir sobre la protecci¨®n del medioambiente en la Amazonia, sobre las comunidades ind¨ªgenas que lo pueblan y, particularmente, sobre la posibilidad de ordenar mujeres y hombres casados para suplir la falta de sacerdotes. Este ¨²ltimo punto ha sido votado a favor por 128 miembros y en contra por 41. Una aprobaci¨®n baja respecto al resto de propuestas, pero suficiente para que el Papa deba ahora estudiar su aprobaci¨®n en la exhortaci¨®n apost¨®lica que redactar¨¢ antes de final de a?o. Respecto al asunto de ordenar diaconisas, tambi¨¦n fuertemente contestado, Francisco anunci¨® que reactivar¨¢ la comisi¨®n de estudio.

La decisi¨®n del s¨ªnodo tiene un car¨¢cter hist¨®rico y, pese a que el documento se?ala expl¨ªcitamente que hace referencia solo al asunto de la eucarist¨ªa, toca colateralmente un asunto tan espinoso como el celibato en el catolicismo. El sector ultraconservador de la Iglesia ya ha expresado en las ¨²ltimas semanas su pleno rechazo a esta posible apertura, al considerar que chocar¨ªa de pleno con la doctrina cat¨®lica. Sus grandes promotores, como el obispo Erwin Kr?utler, insisten en que solo tiene que ver con las eucarist¨ªas. Sin embargo, este prelado apuntaba tambi¨¦n ¡ªen una entrevista con EL PA?S¡ª que la posibilidad de acceder a los sacramentos est¨¢ por encima de ¡°la gracia del celibato¡±.

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El punto 111 del documento votado explica as¨ª la cuesti¨®n: ¡°Proponemos establecer criterios y disposiciones de parte de la autoridad competente [¡­] de ordenar sacerdotes a hombres id¨®neos y reconocidos de la comunidad, que tengan un diaconado permanente fecundo y reciban una formaci¨®n adecuada para el presbiterado, pudiendo tener familia leg¨ªtimamente constituida y estable, para sostener la vida de la comunidad cristiana mediante la predicaci¨®n de la palabra y la celebraci¨®n de los sacramentos en las zonas m¨¢s remotas de la regi¨®n amaz¨®nica¡±.

La apertura, adem¨¢s, no solo afecta a la Amazonia. Seg¨²n el texto redactado, queda constancia de que ¡°algunos se pronunciaron por un abordaje universal del tema¡±. Un matiz ¡ª¡°algunos¡± en t¨¦rminos vaticanos significar¨ªa un n¨²mero considerable¡ª que ampl¨ªa el horizonte de la apertura y que generar¨¢ un encendido debate en la Iglesia en los pr¨®ximos meses.

Francisco avanz¨®, adem¨¢s, que dotar¨¢ de mayor personal la comisi¨®n para estudiar la posibilidad de ordenar diaconisas. Un ¨®rgano creado en 2016 y que tras dos a?os de estudio lleg¨® a un punto muerto sobre cu¨¢l fue el papel o si existieron las llamadas diaconisas en los primeros a?os del cristianismo. Durante este s¨ªnodo, la necesidad de dar mayor relevancia a la mujer en la Iglesia fue abordado ampliamente, ya que en las comunidades amaz¨®nicas son imprescindibles para el funcionamiento, como reconocieron todos los participantes. El papa indic¨® que ¡°recoge el guante¡± que le lanzaron las mujeres durante el s¨ªnodo de ser escuchadas.

El problema de las mujeres, sin embargo, tiene mayor complicaci¨®n. El diaconado permanente femenino no contaba con demasiadas posibilidades de salir adelante porque ya se hab¨ªa analizado de forma paralela en la citada comisi¨®n. La v¨ªa propuesta hasta ahora para aceptarlo, alegando que en los primeros tiempos de la Iglesia hab¨ªa ordenaciones de mujeres similares a los hombres, no goza hasta la fecha de un consenso relevante.