As¨ª empieza la vacunaci¨®n en Am¨¦rica Latina
Un inicio lento y desigual marcado por carencias de capacidad, confianza en la efectividad y acuerdos de cooperaci¨®n para acceder a las dosis que se anticipan tard¨ªos e incompletos
Un a?o despu¨¦s de las primeras noticias sobre el nuevo coronavirus, Am¨¦rica Latina se pregunta si la vacunaci¨®n masiva ser¨¢ la ¨²nica salida a la pandemia. Lo hace en medio de una nueva ola de contagios, posiblemente favorecida por las vacaciones, los encuentros y desplazamientos de diciembre. Y no solo en t¨¦rminos individuales: la vacuna parece ser hoy la ¨²nica apuesta de gobiernos que no han conseguido ¡ªo apenas han intentado¡ª restringir al m¨¢ximo el movimiento de sus ciudadanos, sobre todo en econom¨ªas con altos ¨ªndices de formalidad.
La mayor¨ªa de los pa¨ªses de la regi¨®n a¨²n no han empezado a aplicar la vacuna. Solo Argentina, Chile, Costa Rica y M¨¦xico tienen programas en marcha con n¨²meros que empiezan a ser significativos, y a¨²n as¨ª se mantienen todos por debajo del 0,2%: apenas unos miles de personas.
En adquisiciones por acuerdos bilaterales con las farmac¨¦uticas productoras, Chile destaca muy por encima del resto de pa¨ªses de la regi¨®n. Sin embargo, es notable tambi¨¦n la diferencia que existe entre, por ejemplo, M¨¦xico y Venezuela o El Salvador. Por no mencionar pa¨ªses donde no hay registro de compras espec¨ªficas: en algunos, como Uruguay o Paraguay, porque todav¨ªa no se han concretado negociaciones bilaterales que s¨ª se insin¨²an desde los gobiernos; en otros, como Cuba, porque est¨¢n desarrollando iniciativas propias. Y en otros m¨¢s, por aparente falta de recursos. En ellos, a falta de confirmaciones de adquisici¨®n, el acceso a las vacunas depende por ahora de mecanismos supranacionales de compra, particularmente de uno: COVAX.
COVAX, un acuerdo auspiciado por la OMS para garantizar el acceso de todos los pa¨ªses del mundo a la vacuna, ser¨¢ en cualquier caso empleado probablemente por todos los pa¨ªses de la regi¨®n. Las autoridades en Colombia o Per¨², por ejemplo, han remarcado su intenci¨®n de completar los programas de cobertura de sus poblaciones gracias a vacunas llegadas a trav¨¦s de este mecanismo. Las autoridades peruanas esperan que parte de los 13,2 millones de dosis adquiridas por esta v¨ªa empiecen a llegar en el primer trimestre del a?o. En Colombia, los planes de COVAX alcanzan los 20 millones de dosis. En Guatemala, se esperan 6,7 millones de dosis (las ¨²nicas confirmadas por ahora) por esta v¨ªa; 1,9 a Honduras, que s¨ª planea adquisiciones bilaterales (otros casi 2 millones a AstraZeneca). En ambos pa¨ªses centroamericanos, de los m¨¢s pobres de la regi¨®n, la inmunizaci¨®n depender¨¢ del sostenimiento del acuerdo, y llegar¨¢ en cualquier caso con retraso respecto a sus vecinos.
La mayor¨ªa de gobiernos est¨¢n, por tanto, desarrollando una estrategia mixta en la que las vacunas que han adquirido por su cuenta en negociaciones directas con farmac¨¦uticas representar¨¢n solo una parte de la inmunizaci¨®n. Pero esa fracci¨®n es, por ahora, para la que existen datos disponibles y programas en marcha en los cuatro pa¨ªses mencionados. El origen de estas dosis es variado. Argentina est¨¢ empleando la vacuna desarrollada por AstraZeneca con la Universidad de Oxford (de doble dosis, y con una efectividad estimada del 65% en probabilidades de reducci¨®n de enfermedad), pero tambi¨¦n la Sputnik V, producida por Gamaleya bajo el paraguas del gobierno de Vlad¨ªmir Putin. Seg¨²n las autoridades rusas, su efectividad supera el 90%, similar a la de Pfizer (tambi¨¦n de doble dosis, y la m¨¢s habitual ahora mismo en el continente: Chile, Costa Rica y M¨¦xico la est¨¢n empleando; Colombia espera comenzar con ella en febrero) o a la de Moderna (cuyo elevado costo por unidad parece haberla dejado fuera de los paquetes adquiridos en Am¨¦rica Latina.
Aunque AstraZeneca y Pfizer dominan el mercado, las vacunas de origen chino tambi¨¦n han contado con significativas compras en la regi¨®n. Chile adquiri¨® muy pronto hasta 60 millones de dosis de Sinovac, cuya efectividad el gobierno chino da por sentada (ya la est¨¢ empleando), y que el Gobierno estatal de S?o Paulo ha anunciado hoy que llega al 78% en mitad de una disputa pol¨ªtica con el Gobierno de Jair Bolsonaro. Colombia se adelant¨® en la desarrollada por Jannsen/Johnson & Johnson, cuyas pruebas se est¨¢n practicando en los grandes pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, pero sin resultados p¨²blicos todav¨ªa (el Ministro de Salud colombiano, Fernando Ruiz, remarc¨® que la farmac¨¦utica los revelar¨ªa en la segunda semana de enero, anunci¨¢ndolos como ¡°prometedores¡±).
Todas estas especulaciones, c¨¢lculos y comparaciones entre pa¨ªses o entre vacunas vienen en no poca medida del resquebrajamiento que ha sufrido COVAX, sin llegar a romperse. A trav¨¦s de este mecanismo, concebido para que todos los pa¨ªses puedan acceder a la vacuna independientemente de su nivel de ingresos, las naciones m¨¢s pobres (Guatemala o Bolivia, por ejemplo) ser¨ªan receptoras netas, mientras que las de ingreso medio (Colombia, M¨¦xico, Per¨²) o alto (Chile) podr¨ªan emplear el sistema para adquisiciones, pero tambi¨¦n deber¨ªan contribuir a la inmunizaci¨®n global. Toda Am¨¦rica Latina y el Caribe est¨¢n comprometidas con COVAX (Cuba estableci¨® una relaci¨®n no vinculante). No obstante, los pa¨ªses m¨¢s poderosos de la regi¨®n optaron desde un principio por no confiarle todo al acuerdo, y se apresuraron a establecer las compras bilaterales mencionadas: Chile o M¨¦xico fueron r¨¢pidos en ir al mercado.
Ello se debe probablemente a la presi¨®n interna, de ciudadan¨ªas ansiosas de tener claro un horizonte de fin de pandemia que solo la vacunaci¨®n completa puede proporcionar, facilitada por la comparaci¨®n entre vecinos que mueven a los gobiernos a mostrar que est¨¢n tomando medidas por acercar ese horizonte a la par de otros pa¨ªses de la regi¨®n.
La paradoja es que esto se produce en un clima de incertidumbre y cierta desconfianza ciudadana hacia las vacunas. El MIT viene realizando una encuesta peri¨®dica internacional v¨ªa Facebook. En los cuatro principales pa¨ªses de la regi¨®n para los que mantiene datos bisemanales, el porcentaje de personas que afirman que se pondr¨¢n la vacuna cuando est¨¦ disponible no ha hecho sino descender durante la segunda mitad de 2020.
Estas cifras no son tanto un indicador certero de cu¨¢ntas personas acabar¨¢n por aceptar la vacuna (es probable que el n¨²mero suba a medida que m¨¦dicos, autoridades, familiares y amigos se la pongan, creando cadenas de confianza), como una manera de calibrar la confianza que existe en todo el aparato cient¨ªfico y log¨ªstico, pero tambi¨¦n inevitablemente pol¨ªtico, del que se espera que act¨²e como verdadero, ¨²nico cortafuego a un virus cuyo contagio se recrudece estos d¨ªas en toda Am¨¦rica Latina. Por ahora, la ¨²nica certeza es que durante los pr¨®ximos meses la regi¨®n seguir¨¢ conviviendo con la pandemia, aunque posiblemente lo haga con el alivio de ver progresivamente inmunizadas a sus poblaciones m¨¢s vulnerables y a los trabajadores de la primera l¨ªnea de batalla contra el virus.
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