Consumo sigue adelante con el pol¨¦mico Nutri-Score, que da la misma nota al aceite de oliva y al de colza
El etiquetado nutricional que califica los alimentos se retrasa a final de a?o. Sociedades m¨¦dicas y de consumidores y parte de la industria lo apoyan, mientras algunos cient¨ªficos, otras empresas y el sector del olivar est¨¢n en contra
Las etiquetas de los alimentos van a cambiar este a?o y el camino est¨¢ plagado de espinas. El Gobierno sigue decidido a aprobar Nutri-Score, un sem¨¢foro nutricional voluntario ¡ªque no sustituye a la etiqueta actual¡ª que califica los alimentos de m¨¢s a menos saludables (de la A a la E y del verde al rojo) y lo plasma en un sencillo etiquetado frontal. El Ministerio de Consumo ha explicado este mi¨¦rcoles que su implantaci¨®n, prevista para inicios de a?o, se retrasa a final de 2021 por los tr¨¢mites burocr¨¢ticos. Mientras, crece la pol¨¦mica: una parte de la industria lo critica y otra lo apoya, y lo mismo ocurre con los cient¨ªficos, que han enviado sendas cartas abiertas en favor y en contra del etiquetado. Los m¨¦dicos y nutricionistas contrarios y el sector del olivar denuncian la mala nota del aceite de oliva, fundamental en la dieta mediterr¨¢nea.
Nutri-Score se aplica ya voluntariamente en Francia, Alemania, B¨¦lgica y Suiza, mientras que Espa?a, Luxemburgo, los Pa¨ªses Bajos y Austria lo har¨¢n en los pr¨®ximos meses. La Asociaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU) tambi¨¦n pide que se implante. Por otro lado, hay pa¨ªses que apuestan por otros etiquetados frontales, como Italia y Grecia con Nutrinform Battery; Dinamarca, Suecia y Noruega, que tienen una cerradura para comparar productos equivalentes; o Chile, M¨¦xico, Per¨² y Uruguay, que muestran un sistema de alertas (por ejemplo, ¡°exceso de grasas¡±). Adem¨¢s, el sistema Nova clasifica el procesamiento de los alimentos.
Aunque todav¨ªa no est¨¦ instaurado, ya hay empresas en Espa?a que lo muestran en algunos productos, como los supermercados Eroski, Caprabo, Carrefour, Alcampo, Lidl o Aldi o las marcas Danone y Nestl¨¦, es decir, que son partidarias de su aplicaci¨®n. Mientras, la Federaci¨®n Espa?ola de Industrias de Alimentaci¨®n y Bebidas (FIAB, la principal patronal), es m¨¢s reacia y pide ¡°encontrar un sistema armonizado¡± para toda Europa, algo fundamental ¡°para un sector exportador como el alimentario espa?ol¡±. En opini¨®n de FIAB, ¡°los sistemas de etiquetado no deben ser discriminatorios, ni estigmatizar ingredientes o categor¨ªas de productos. Deben partir de una s¨®lida base cient¨ªfica y sabiendo que la cantidad y frecuencia de consumo son elementos fundamentales a la hora de considerar si una alimentaci¨®n es equilibrada o no¡±.
El departamento que dirige Alberto Garz¨®n considera que Nutri-Score es una buena herramienta para transformar de la dieta y los patrones de consumo e incluso es partidario de pedir a la Comisi¨®n Europea que lo haga obligatorio en el futuro. El Ministerio de Consumo da por segura la aprobaci¨®n del sistema por figurar en el acuerdo de Gobierno firmado por PSOE y Podemos. Fuentes del ministerio han atribuido este mi¨¦rcoles la pol¨¦mica a las ¡°presiones¡± de los lobbies alimentarios y han se?alado que no van a ceder ante las grandes empresas que ¡°prefieren que los consumidores no tengan un conocimiento m¨¢s preciso y transparente de lo que llevan sus productos¡±, y han denunciado la existencia de una ¡°campa?a brutal¡± con el fin de ¡°destruirlo¡±. Sin embargo, la pol¨¦mica no es tan sencilla.
El sector del aceite de oliva, por ejemplo, critica que este producto obtenga la misma puntuaci¨®n (C) que otros aceites de semillas como el de colza. El algoritmo valora como negativo que un alimento tenga muchas calor¨ªas, az¨²cares, grasas saturadas y sal, mientras que ve positivo el porcentaje de frutas, verduras, fibra, prote¨ªnas, y aceites de oliva, colza o nuez, por ser los tres ricos en ¨¢cido oleico. El sistema no diferencia si alguno de los tres tiene m¨¢s propiedades que los otros, ni punt¨²a m¨¢s por ser virgen o virgen extra. Desde Consumo reconocen que el aceite de oliva tiene unas propiedades que no fueron reconocidas por el algoritmo y han pedido al comit¨¦ cient¨ªfico de Nutri-Score que lo revise. Esa nota ya mejor¨®, pues antes el aceite de oliva ten¨ªa una D (por su contenido en grasas). Los cr¨ªticos denuncian la opacidad del algoritmo.
Cient¨ªficos a favor y en contra
En las ¨²ltimas semanas se han publicado sendas cartas refrendadas por decenas de cient¨ªficos a favor y en contra de Nutri-Score. Francisco Tinahones, presidente de la Sociedad Espa?ola para el Estudio de la Obesidad (Seedo) y firmante de la carta a favor del etiquetado frontal, cree que el sistema tiene una ventaja de partida: aclarar una informaci¨®n que el consumidor necesita y que ahora no hay forma de conseguir. El cient¨ªfico admite que en casos como el del aceite de oliva puede inducir a error, pero explica que su clasificaci¨®n debe compararse con otros aceites o grasas, y que en este caso saldr¨¢ mejor posicionado. ¡°No se trata de comparar el aceite de una tostada con los cereales del desayuno, sino con las otras alternativas similares, como la mantequilla, que es claramente peor¡±, dice. ¡°Siempre habr¨¢ errores en la clasificaci¨®n, ya que lo que estamos haciendo es simplificar¡±, concluye.
Mientras, Francesc Caselles, responsable del Comit¨¦ de Nutrici¨®n de la Fundaci¨®n Espa?ola del Aparato Digestivo (FEAD), afirma que la idea de que haya un indicador de la calidad de los alimentos es muy buena, ¡°pero el problema es implementarla¡±. ¡°El problema del Nutri-Score es que es muy cuantitativo, pero poco cualitativo¡±, afirma, y a?ade que si solo hubiera que fijarse en las calor¨ªas, bastar¨ªa con resaltar estas. Por eso Caselles cree que al sistema deben introduc¨ªrsele matices que recojan otros aspectos, como que las grasas del aceite de oliva y del jam¨®n ib¨¦rico son buenas.
M¨¢s cr¨ªtico es Ram¨®n Estruch, coordinador del Proyecto Predimed (Prevenci¨®n con la Dieta Mediterr¨¢nea) del Instituto de Salud Carlos III y firmante de la carta contraria: ¡°Nutri-Score est¨¢ basado en un algoritmo que no considera componentes bioactivos y nutrientes que son muy importantes, como la grasa saturada y polisaturada, las vitaminas y los polifenoles. Los cient¨ªficos basamos nuestras recomendaciones en evidencias cient¨ªficas, y Nutri-Score no, solo se queda con la composici¨®n de alimentos, con una f¨®rmula que no tiene ning¨²n estudio cient¨ªfico detr¨¢s que lo justifique¡±. Estruch critica que el sistema no distinga la raci¨®n o la frecuencia de consumo: ¡°Un queso es un producto mediterr¨¢neo que consumido en baja frecuencia no es malo, pero le ponen una D o una E¡±, dice. Y denuncia que ¡°tampoco tiene en cuenta el grado de procesamiento de los alimentos, y hay ultraprocesados con notas A o B, algo asombroso¡±.
En este sentido, un estudio publicado en el prestigioso British Medical Journal analiz¨® que el 40% de los productos ultraprocesados en Francia hasta 2018 tienen una A o una B en Nutri-Score. Desde el ministerio responden que este es el mejor sistema que existe ahora, pero habr¨¢ que complementarlo con m¨¢s medidas, dado que no eval¨²a el grado de procesamiento de los productos. Adem¨¢s, alegan que un estudio de la menos relevante ¡®Nutrici¨®n Hospitalaria¡¯ muestra que un 80% de los ultraprocesados suelen clasificarse de la C a la D. ¡°Nutri-Score y el ultraprocesamiento deben considerarse como dos dimensiones diferentes y complementarias¡±, explican los autores, entre los que se encuentra Pilar Gal¨¢n, una de las creadoras del algoritmo. En cualquier caso, Nutri-Score sigue adelante y llegar¨¢ a las etiquetas a finales de a?o. Adem¨¢s, cuando se apruebe, Consumo usar¨¢ Nutri-Score para prohibir la publicidad de productos menos sanos (de la C a la D) dirigidos a menores.
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