¡°Me han llamado asesina por querer ayudar a Luis¡±
Familiares de personas que pidieron la eutanasia sin conseguirlo han sido el motor de la iniciativa
El sol, todav¨ªa bajo a las 8.30, deslumbra cuando llega a la puerta del Congreso Asun G¨®mez-Bueno, la pareja de Luis de Marco y una de las impulsoras de la recogida de firmas que ¡ªentre unas iniciativas y otras¡ª reuni¨® m¨¢s de un mill¨®n de apoyos en Change.org hace dos a?os a favor de una ley que regulara la eutanasia. De Marco, que ten¨ªa una esclerosis m¨²ltiple muy avanzada, la pidi¨® durante meses. En el primer centro al que le enviaron para morir, uno religioso concertado especializado en terminales, se negaron ni tan siquiera a sedarlo. ¡°Le dol¨ªa tanto que hab¨ªa que taparlo con fulares porque no soportaba la aspereza de las s¨¢banas¡±, cuenta. G¨®mez-Bueno reconoce que ha habido momentos duros. ¡°Me han llamado asesina por querer ayudar a Luis, pero he aprendido a calmarme y respetar. Mis hijos me dec¨ªan: ¡®?Y no les diste una patada?¡¯ Pero yo les respond¨ªa que hab¨ªa que tener calma, que se pod¨ªa responder sin enfadarse. Solo pido a grupos como los Abogados Cristianos que nos respeten igual que nosotros a ellos. El 87% de los ciudadanos defienden la eutanasia. Al resto no les obligamos a nada¡±.
Poco despu¨¦s llegan Txema Lorente y su hijo Danel, marido e hijo de Maribel Tellaetxe, que tambi¨¦n falleci¨® sin recibir el alivio que hab¨ªa pedido. ¡°Nos hizo prometerle que la ayudar¨ªamos a morir cuando ya no se acordara de nuestros nombres por el alzh¨¦imer que ten¨ªa¡±, relata Danel a una periodista. Su hermano David corre a su encuentro. ¡°Tuve que salir a dar una vuelta en patinete a las siete porque no me aguantaba en la cama¡±, dice ante un d¨ªa que todos ven como una celebraci¨®n, aunque a la sordina. Ni las circunstancias de la covid ni las ausencias que les han reunido permiten un desahogo completo. ¡°Tengo que admitir que mis sentimientos son contrapuestos¡±, afirma Txema Lorente, ¡°una mezcla de emoci¨®n y alivio¡±. ¡°Maribel no pudo disfrutar de este derecho. Estamos aqu¨ª por ella¡±. Esa expresi¨®n, la del derecho ganado, la tienen todos muy presentes. ¡°Esta noche me voy a ir a la cama con una mochila menos y un derecho m¨¢s¡±, dice Danel Lorente. ¡°La libertad que consagra nuestra Constituci¨®n como un derecho supremo no se respet¨® con ella¡±.
Decisi¨®n personal
No pueden obviar a quienes les critican. ¡°Lo que quieren es confundir. Cada ciudadano puede decidir de forma personal y consciente si quiere dejar de vivir y nadie puede decidir por otro¡±, resume David Lorente el principio de la ley que tanto han perseguido. De Marco falleci¨® en 2017, y Tellaetxe en 2019, pero sus familiares han seguido una pelea cuyo logro, la aprobaci¨®n de la ley este jueves en el Congreso, no disfrutar¨¢n. Pod¨ªan haberlo dejado, pero todos coinciden en que esa labor les ha recompensado. ¡°La lucha no solo es dura; tambi¨¦n es terap¨¦utica¡±, dice Danel Lorente. ¡°Es una forma de amor¡±, coincide G¨®mez-Bueno.
Ellos, junto al m¨¦dico Marcos Houffman, han propiciado un movimiento que recibi¨® un impulso definitivo con el caso de Mar¨ªa Jos¨¦ Carrasco, la mujer con una esclerosis terminal que se suicid¨® hace dos a?os con la ayuda de su marido, ?ngel Hern¨¢ndez, que le facilit¨® el vaso con el medicamento que ella absorbi¨® con una pajita. La consecuencia es que ha sido acusado de un delito de violencia de g¨¦nero por el que la fiscal¨ªa pide seis meses de prisi¨®n. Pero ¨¦l no se arrepiente. Lo hizo a prop¨®sito, para dar visibilidad a esta demanda. ¡°Lo volver¨ªa a hacer¡±, insiste.
Ahora, con el objetivo cubierto, toca replantearse cosas. ¡°Tuvimos mucho desgaste, ahora es m¨¢s llevadero¡±, dice David Lorente. ¡°Hemos puesto toda la energ¨ªa, pero la vida ha seguido. No nos vamos a quedar encasillados en esto¡±, afirma G¨®mez-Bueno. Ella y Hern¨¢ndez se?alan una actividad futura: estar pendientes de las comisiones auton¨®micas que tienen que aprobar las peticiones de eutanasia, ¡°no sea que haya comunidades m¨¢s conservadoras que pongan m¨¢s pegas¡±.
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