Tres mujeres, tres hijos y una familia por donaci¨®n de embriones
Los embriones congelados de una de ellas cumpli¨® el sue?o de otras dos argentinas de ser madres
Esta historia es sobre tres mujeres que no se conoc¨ªan, una fertilizaci¨®n y el destino que las uni¨® en un mismo deseo de ser madres. Embarazos perdidos, tratamientos malogrados y mucho dolor al final de cada uno de esos intentos, cuando el diagn¨®stico llegaba en forma de or¨¢culo: ¡±Tus ¨®vulos ya no sirven¡±. Andrea Russo, Silvina Steinbaum y Mariela ?vila se sintieron abatidas, pero no se dieron por vencidas. Pensaron en la adopci¨®n, pero quedaban en los ¨²ltimos lugares de las listas de espera por la edad y por estar solteras. Las tres hab¨ªan tenido parejas y alg¨²n proyecto de familia, pero no prosperaron y esta decisi¨®n la estaban tomando rodeadas de amigos y familiares que hab¨ªan prometido acompa?arlas.
Pero vayamos al principio de esta historia. Andrea Russo fue la piedra fundamental cuando, en 2013, acept¨® que ten¨ªa que recurrir a una fertilizaci¨®n asistida con donantes an¨®nimos. ¡°Ya hab¨ªa perdido cinco embarazos y fue muy traum¨¢tico. Hice el intento de adoptar, pero ya no ten¨ªa tiempo para esperar. Yo quer¨ªa sentir un hijo en mi cuerpo y, una vez pasado el duelo de que no llevar¨ªa mi ADN, todo lo dem¨¢s es felicidad¡±, explica. En octubre de 2013 naci¨® su hija Simona. ¡°Tuve un embarazo hermoso. Guardo los recuerdos de cada d¨ªa, desde que recib¨ª el resultado positivo hasta hoy. Est¨¢n escritos en un diario que alguna vez ella leer¨¢¡±, agrega.
De la fertilizaci¨®n resultaron cinco embriones: dos le fueron transferidos a Andrea y los tres restantes, congelados. Este procedimiento se hace para evitar embarazos m¨²ltiples y para tener la posibilidad de hacer otros intentos, en caso de que el primero fracase. En Argentina hay alrededor de 50.000 embriones crioconservados, de acuerdo a la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva. No hay registros oficiales de sus inscripciones porque el tema se encuentra inmerso en un vac¨ªo legal que no ha sido resuelto hasta hoy.
El debate se torn¨® filos¨®fico, aunque el C¨®digo Civil argentino establece claramente que el embri¨®n no es persona hasta ser transferido al ¨²tero materno. Tambi¨¦n la Ley de Reproducci¨®n Asistida lo resuelve al permitir la crioconservaci¨®n y donaci¨®n con fines reproductivos, pero delega la regulaci¨®n en una futura ley que est¨¢ paralizada en el Congreso. ¡°El proyecto multipartidario de 2019 est¨¢ escrito de acuerdo a la experiencia internacional. Sin esa ley, hay un vac¨ªo legal que genera conflictividad, mientras que los particulares ejercen derechos y generan jurisprudencia¡±, explica la legisladora Carla Carrizo, integrante de la comisi¨®n redactora de la Ley de Protecci¨®n de Embriones no Implantados.
Cuando Simona ten¨ªa cinco a?os, Andrea conoci¨® a Silvina Steinbaum en un proyecto de trabajo. Se hicieron amigas y eso les permiti¨® hablar de temas m¨¢s ¨ªntimos. ¡°Una tarde, nos fuimos a tomar algo y me cont¨® sus intentos de quedar embarazada. Cuando la escuchaba, pens¨¦ en los embriones que estaban congelados en el centro m¨¦dico. Siempre pensaba en ellos, en su destino, en qu¨¦ deber¨ªa hacer. No quer¨ªa tener m¨¢s hijos y no hab¨ªa soluci¨®n porque no hay ley que regule este tema. Sent¨ª una alegr¨ªa enorme cuando le ofrec¨ª don¨¢rselos¡±. Silvina se desconcert¨®, como tanta gente que desconoce la posibilidad de embriodonaci¨®n. ¡°?Es legal? .?Se puede hacer? ¡°, me preguntaba. Llor¨® de emoci¨®n y se fue a su casa. Me llam¨® al otro d¨ªa para empezar los tr¨¢mites cuando yo estuviera lista¡±, recuerda Andrea, con emoci¨®n.
La donaci¨®n se realiz¨® mediante escribano p¨²blico. En enero de 2019, Silvina recibi¨® dos de los tres embriones donados por Andrea. Uno s¨®lo permaneci¨® crioconservado. En septiembre naci¨® Joaqu¨ªn. ¡°Me lo pusieron sobre la piel y sent¨ª una paz inmensa. Ten¨ªa la sensaci¨®n de que hab¨ªa cumplido un deseo muy so?ado. La dependencia del ciclo biol¨®gico termina siendo cruel y la embriodonaci¨®n se convirti¨® en un milagro para m¨ª. Me gustar¨ªa que toda la gente sepa de esta alternativa para quienes no pueden tener hijos, porque no se habla en ning¨²n lado y los centros m¨¦dicos no lo ofrecen¡±, resalta Silvina, mientras Joaqu¨ªn juega con su cabello.
Andrea y ella acordaron que sus hijos tendr¨ªan un v¨ªnculo de hermanos y sabr¨ªan la verdad de su origen desde el primer momento. Asesoradas por profesionales, les van contando su historia con cuentos y fotos. Se re¨²nen con frecuencia, han pasado vacaciones juntas y acordaron que si sus hijos quieren averiguar su origen biol¨®gico tendr¨¢n todo a su alcance para hacerlo. El proyecto de ley, a¨²n sin debatir, prev¨¦ un registro oficial (hoy s¨®lo hay registros particulares en cada centro m¨¦dico y, si estos cierran, la informaci¨®n se pierde) donde queden asentados los datos de filiaci¨®n biol¨®gica para que los ni?os, en su mayor¨ªa de edad, puedan consultarlos.
Pero la historia de Andrea y Silvina no termina aqu¨ª. En 2020, en plena cuarentena, Silvina recibi¨® el llamado de Mariela ?vila, una docente que conoci¨® su historia por un amigo en com¨²n y se dio cuenta de que a los 47 a?os su deseo de maternidad segu¨ªa latente. Silvina la convenci¨® enseguida, le dio seguridad y sinti¨® que donar el embri¨®n que conservaba era prolongar esta cadena de amor entre mujeres que hab¨ªan pasado por una experiencia de fracasos que s¨®lo ellas entend¨ªan. ¡°Yo estaba resignada, no quer¨ªa esperanzarme con nada. Cuando habl¨¦ con Silvina y me dijo que podr¨ªa donarme el embri¨®n inmediatamente, tembl¨¦, me re¨ª y, por primera vez en muchos a?os, me emocion¨¦. En lo ¨²nico en que pensaba, hasta reunirme con ella, era en que no se arrepintiera¡± , dice Mariela ?vila. En pocos d¨ªas nacer¨¢ A¨ªda. ¡°Ahora que la siento moverse dentro m¨ªo, me di cuenta de lo mucho que deseaba y necesitaba sentir esto. Yo pens¨¦ que ya nunca lo iba vivir.¡±, agrega.
La doctora Ester Szlit Feldman fue la encargada de atender a las tres madres. Reconocida especialista en tratamientos de fertilizaci¨®n en Argentina, no deja de sorprenderse con las posibilidades que abre su especialidad. ¡°El de las chicas es un caso ¨²nico en toda mi carrera, demuestra lo importante que es pensar en los otros. El v¨ªnculo de hermanos que est¨¢n generando entre los chicos es un ejemplo de solidaridad.¡±, dice Feldman.
La m¨¦dica fue una de las redactoras de la Ley de Reproducci¨®n Asistida y resalta con emoci¨®n su alcance gratuito y universal, pero lamenta que sea muy bajo el porcentaje de gente que acepte donar sus embriones. De acuerdo a su experiencia, la mayor¨ªa los abandona en los centros de fertilizaci¨®n porque los consideran sus hijos y algunos hasta temen al fantasma de la consanguinidad. ¡°La ley solucionar¨ªa este tema porque abre la posibilidad de donar con fines cient¨ªficos, adem¨¢s de reproductivos¡±, dice la diputada Carla Carrizo. ¡±Tambi¨¦n establece un plazo m¨¢ximo de 10 a?os de crioconservaci¨®n y ofrece el derecho a cesar su conservaci¨®n. Hoy no se hace nada de esto porque no hay quien lo regule y todo est¨¢ en manos de los centros m¨¦dicos, que tampoco deciden nada y siguen conservando miles de embriones abandonados y sin destino¡±, explica Carrizo.
Andrea, Silvina y Mariela tienen un grupo de WhatsApp en el que se env¨ªan fotos, noticias y coordinan sus encuentros. En poco tiempo, A¨ªda tambi¨¦n formar¨¢ parte de esta nueva forma de familia.
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