¡°El Pelamingas siempre se met¨ªa en los vestuarios¡±: las historias de abusos en 20 colegios maristas
EL PA?S desvela nuevas acusaciones contra 23 religiosos que llevan a la congregaci¨®n a abrir una investigaci¨®n, pedir perd¨®n y ponerse a disposici¨®n de las v¨ªctimas
Los maristas se han visto obligados a emprender una investigaci¨®n interna de abusos de menores en el pasado que ya llega a 20 colegios de toda Espa?a, desde los a?os cincuenta hasta los noventa. Parte de testimonios contra 22 maristas y un seglar recabados por EL PA?S, que ha verificado la informaci¨®n y la ha entregado a los maristas. La congregaci¨®n, tras examinar su verosimilitud, ha comenzado a investigarlos, seg¨²n ha confirmado a este peri¨®dico. La orden indagaba ya desde junio en cuatro colegios de Galicia, tras publicar este diario denuncias contra 13 religiosos, pero las acusaciones ahora se extienden a otros 16 centros m¨¢s en toda la pen¨ªnsula. Hay al menos 18 v¨ªctimas contabilizadas por este diario. Los nuevos episodios se sit¨²an en Le¨®n ¨Dhay cinco acusados en un solo colegio¨D, Madrid, Barcelona, Valencia, Granada, Bilbao, Erandio (Bizkaia), Artziniega (?lava), Pamplona, Toledo, Badajoz, M¨¢laga, Murcia y Elche. Abusos durante las clases, en aulas vac¨ªas, en los dormitorios de los internados. Del entrenador de baloncesto, el enfermero, el tutor o el sacerdote que prepara para la comuni¨®n. Profesores con fama conocida durante a?os, como el hermano Esteban Villalba, en Bilbao y Erandio (Bizkaia), apodado El Pelamingas. Protestas de padres y quejas de los alumnos que no serv¨ªan de nada, si acaso solo para un traslado a otro centro. Los testimonios son de personas de hasta 74 a?os ¡ªm¨¦dicos, profesores, empresarios...¡ª que han guardado el secreto toda su vida. Algunos a¨²n no se lo han contado ni a su familia.
En los ¨²ltimos a?os hab¨ªan salido a la luz 36 casos de maristas acusados, la mayor¨ªa en Catalu?a, gracias a una larga investigaci¨®n de El Peri¨®dico iniciada en 2016. Finalmente, la orden pact¨® en esta comunidad el pasado mes de diciembre una indemnizaci¨®n sin precedentes en Espa?a de 400.000 euros con 25 familias, por abusos de al menos 18 hermanos. La investigaci¨®n de EL PA?S dobla los casos conocidos hasta ahora y eleva ya el total a 71, localizados en 29 colegios (y un centro de colonias) de los 54 que posee la congregaci¨®n en Espa?a. Es decir, en m¨¢s de la mitad de los centros de esta orden hay acusaciones de pederastia. Hasta ahora solo los jesuitas hab¨ªan realizado una m¨ªnima investigaci¨®n interna, que el pasado enero admiti¨® 81 v¨ªctimas desde 1927, aunque no dio nombres ni especific¨® el lugar de los hechos. De este modo, el total de los casos de abusos conocidos en la Iglesia espa?ola asciende a 353, con al menos 877 v¨ªctimas, seg¨²n la contabilidad que lleva EL PA?S ante la ausencia de datos oficiales o de la Iglesia, que se sigue negando a investigarlo.
Los maristas piden perd¨®n a las v¨ªctimas y se ponen a su disposici¨®n a trav¨¦s de los correos electr¨®nicos que cada una de sus cuatro provincias tiene para denunciar abusos, pues cada una investigar¨¢ los casos que le corresponden. ¡°Ante cualquier tipo de abuso o maltrato que se haya podido producir en nuestros centros, pedimos perd¨®n a las v¨ªctimas por haberles fallado y no haber sido capaces de protegerlas y cuidarlas. Adem¨¢s, condenamos en¨¦rgicamente estos hechos, que nos entristecen y lamentamos profundamente, sean de donde sean y de cuando sean¡±, se?ala uno de los comunicados, todos de parecidos t¨¦rminos.
Sin embargo los maristas se han negado a dar informaci¨®n sobre los casos y el historial de los acusados, incluso algunas provincias ni siquiera aclaran si han fallecido o no. Alegan que se lo impide la ley de protecci¨®n de datos. Es m¨¢s, la provincia catalana afirma que no tomar¨¢ medidas y admite que, en realidad, no ha investigado ninguno de los casos que ha conocido hasta ahora, a pesar de que los maristas de Catalu?a han sido el mayor foco de casos de abusos conocido en Espa?a. Esta provincia asegura que hasta ahora ha denunciado los casos a las autoridades y que la comisi¨®n que cre¨® en 2020 solo se ha centrado en escuchar a las v¨ªctimas y pactar compensaciones. No obstante, esta pol¨ªtica desobedece al Papa y sus instrucciones sobre c¨®mo abordar los abusos, que siempre deben investigarse. Al margen del acompa?amiento a las v¨ªctimas, se debe abrir un proceso eclesi¨¢stico, seg¨²n el canon 1717 del c¨®digo de derecho can¨®nico. Lo precisa a¨²n m¨¢s para las ¨®rdenes rergiosas el canon 695. Por otro lado, el motu proprio Sacramentorum sanctitatis tutela, actualizado en 2010, ordena informar de inmediato al Vaticano. Los maristas catalanes admiten que no han hecho nada de esto. Preguntada al respecto, la provincia solo responde que ¡°como instituto religioso laical y de derecho pontificio nos ajustamos a lo prescrito por el derecho can¨®nico¡±.
Las provincias maristas son Compostela (Galicia, Asturias y Castilla y Le¨®n), Ib¨¦rica (resto de la mitad norte de la pen¨ªnsula, salvo Catalu?a), Mediterr¨¢nea (mitad sur) y L?Hermitage (Catalu?a). Sus correos electr¨®nicos para atender a las v¨ªctimas son: protecciondelmenor@maristasiberica.es, contigo@maristascompostela.org, atulado@maristasmediterranea.com y existe un formulario en la web de los maristas de Catalu?a. Precisan que s¨ª dar¨¢n a las v¨ªctimas la informaci¨®n que deseen de cada acusado y que luego son libres de hablar con los medios, pero la orden como tal no la va a hacer p¨²blica.
Consulta la primera base de datos de pederastia en la Iglesia
El colegio donde han aflorado m¨¢s casos es el de San Jos¨¦, en Le¨®n. Est¨¢n siendo investigados cinco hermanos maristas. El escritor Luis Gonz¨¢lez, de 69 a?os, cuenta que el hermano Isidro abus¨® de ¨¦l en dos ocasiones en el curso de 1965 a 1966. ¡°Me ped¨ªa que me quedara despu¨¦s de las clases con la excusa de repasar la lecci¨®n y me ped¨ªa que me acercara a su mesa para leer cerca de ¨¦l. Entonces, comenzaba a tocarme¡±, relata. Poco despu¨¦s, descubri¨® que el religioso tambi¨¦n hac¨ªa lo mismo con dos compa?eros suyos. ¡°No fuimos capaces de denunciar en su momento. Hubi¨¦semos cometido un sacrilegio¡±, explica. ¡°He intentado escribir sobre ello, pero nunca he logrado acabar nada. Es un tema complicado, pero que tiene que salir a la luz. No me importa dar la cara y contarlo para que la gente sepa lo que sucedi¨® all¨ª¡±, dice. En el San Jos¨¦ tambi¨¦n trabajaron como profesores tres maristas investigados por abusos en los colegios gallegos: el hermano Primitivo Castellanos, el hermano Agust¨ªn y el hermano Miguel. Le¨®n forma parte de la misma provincia marista y era frecuente que, dentro de ella, se trasladaran de un centro a otro.
Juan P¨¦rez (nombre ficticio) tambi¨¦n estudi¨® en ese colegio una d¨¦cada despu¨¦s. Asegura que entre 1977 y 1983, tres religiosos abusaron de ¨¦l: los hermanos Antonio Mar¨ªa, El Pilila, uno al que llamaban Bos y el hermano Onofre. Este ¨²ltimo, asevera, le pidi¨® que se quedase despu¨¦s de un examen: ¡°En la clase, solos, empez¨® a abrazarme y sobarme. Me dec¨ªa que me hab¨ªa visto copiar en el examen y que igual no lo tendr¨ªa en cuenta. Hasta intent¨® tumbarme haci¨¦ndome una zancadilla¡±. El hermano Onofre, fallecido en 2018, pas¨® por centros de la orden en Madrid, Toledo, Ourense, Brive (Francia), Oviedo y La Coru?a.
El hermano Antonio Mar¨ªa, El Pilila, era el encargado de la enfermer¨ªa. All¨ª, seg¨²n el testimonio de P¨¦rez, ped¨ªa a los alumnos que se quitasen las ropas y les tocaba: ¡°Siempre que ibas por alguna lesi¨®n o dolor, todo se focalizaba en un masaje en la zona de los test¨ªculos. Incluso con esguinces de tobillo o dolores de cabeza. Era vox populi¡±. El hermano Bos, que seg¨²n la orden es el ¨²nico que sigue vivo de los acusados en este colegio, era profesor de Matem¨¢ticas y M¨²sica, adem¨¢s de responsable del grupo scout. ¡°En clase, pensando que no se ve¨ªa lo que pasaba detr¨¢s de su mesa, se acariciaba los test¨ªculos y el pene sin bajarse el pantal¨®n. Adem¨¢s, durante los ex¨¢menes, a cambio de caricias ¡®te ayudaba¡¯ a resolver los ejercicios¡±, relata la v¨ªctima. Este exalumno tambi¨¦n relata que el hermano Juan Jos¨¦, apodado El Tomate, visitaba las habitaciones de los internos con una linterna por las noches. ¡°Se le sorprendi¨® acariciando a alg¨²n interno. Por ello se le destin¨® a otro sitio¡±, cuenta.
En Le¨®n, pero en otro colegio de la orden, el internado Champagnat, otro exalumno, J. R. V., de 60 a?os, fue testigo en 1976 de los abusos del hermano Jos¨¦ Luis, tambi¨¦n en el dormitorio com¨²n. ¡°Era nuestro tutor y dorm¨ªa al fondo. All¨ª est¨¢bamos 80 o 90 ni?os. A veces sal¨ªa por las noches y ten¨ªa elegidos a dos. Se acercaba a tocarles, pero una vez se los llev¨® a su habitaci¨®n. Salieron llorando, se metieron en sus literas llorando. Luego nos lo contaron. Era algo sabido y un d¨ªa tuvo una discusi¨®n a voces con otro fraile, que le dijo: ¡®?Nunca m¨¢s, me oyes, que ya te echaron de Tui por eso!¡±. Pero, seg¨²n su relato, no cambi¨® nada. Este cl¨¦rigo, fallecido en Valladolid en 2016, hab¨ªa estudiado para ordenarse en Tui, y luego pas¨® por Salamanca, Villarr¨ªn de Campos (Zamora), Oviedo, A Coru?a, Ourense, Lugo y Vigo.
¡°El Pelamingas siempre se met¨ªa en los vestuarios¡±
El caso que ha hecho salir a la luz m¨¢s v¨ªctimas es el del hermano Esteban Villalba Astarriaga en el colegio Fundaci¨®n Jado de los maristas en Erandio (Bizkaia) y en El Salvador de Bilbao. Era profesor y entrenador de baloncesto y balonmano, y su mote era El Pelamingas. Este diario ha hablado con tres antiguos alumnos que le acusan, pero al menos nueve m¨¢s han denunciado abusos en redes sociales. ?lvaro de la Puerta dice que le ocurri¨® en el curso de 1977 a 1978 en Bilbao: ¡°Siempre se met¨ªa en los vestuarios despu¨¦s del entrenamiento¡±.
En Erandio, J. B. R. ten¨ªa 11 a?os cuando el hermano Esteban se cruz¨® en su infancia en 1964. Era su tutor y ¨²nico profesor de todas las materias en segundo de bachiller: ¡°Tuve la inmensa desgracia de padecer sus abusos sexuales. Te tocaba el pene metiendo la mano por debajo del pantal¨®n corto, y presionaba mi mano en el pupitre con su pene erecto a trav¨¦s de la sotana. Nunca lo habl¨¦ con nadie, fue un trauma muy fuerte. Para m¨ª lo m¨¢s vergonzoso es que la orden no reaccionara para nada, su pasividad ante unos hechos que todo el mundo conoc¨ªa. Cuando dej¨¦ el colegio, cinco a?os m¨¢s tarde, segu¨ªa impartiendo docencia y con la misma fama¡±.
Villalba, que falleci¨® en enero de 2021, pas¨® por colegios de los municipios vizca¨ªnos de Durango y Zalla, por Burgos, Logro?o, Pamplona, Valladolid, Arre (Navarra), Laredo (Cantabria) y Artziniega (?lava). Otro exalumno de Bilbao entre finales de los sesenta y principios de los setenta, que no desea ser identificado, asegura que sufri¨® sus tocamientos en el cine: ¡°Estaba yo solo en mi butaca, apareci¨® este personaje y aprovech¨® la ocasi¨®n. Enhebr¨® su brazo con el m¨ªo, tir¨® hacia ¨¦l y se puso mi codo en su pene y as¨ª estuvo un buen rato frotando y frotando hasta que se cans¨® o se corri¨®, no lo s¨¦¡±. Pero es que adem¨¢s este antiguo alumno se?ala a otro marista del colegio, el hermano Francisco: ¡°Hac¨ªa tocamientos por debajo del pantal¨®n. Era un tipo joven, rubio, bastante s¨¢dico a la hora de atizar a los alumnos. Te llamaba a su mesa para leer y all¨ª empezaba a meter mano. Yo ten¨ªa en aquella ¨¦poca cinco o seis a?os¡±.
En Madrid los maristas investigan al hermano Marino. Este docente pas¨® por el colegio de Chamber¨ª y el de San Jos¨¦ del Parque. Un exalumno de este segundo centro en los a?os ochenta cuenta que ¡°iba de psic¨®logo¡±. ¡°Te citaba en su despacho para ver si ten¨ªas problemas de relajaci¨®n... Y aprovechaba. Yo le par¨¦ los pies y me cost¨® m¨¢s de un disgusto. Mi padre intervino. Fue la primera vez que mi padre me dio la raz¨®n frente a un profesor¡±. En Pamplona, en el colegio San Luis, I. Miqueleiz, que ahora tiene 74 a?os, recuerda: ¡°Me pas¨® con ocho a?os, en el curso 1955-1956. ?ramos 40 o 45 ni?os en clase y el hermano Juli¨¢n, que era nuestro ¨²nico profesor, nos tocaba a todos, delante de todo el mundo, durante las clases, pasaba por los pupitres, se inclinaba y te met¨ªa la mano por el pantal¨®n corto, te tocaba los genitales. Yo cambi¨¦ a partir de ah¨ª, sacaba sobresalientes y matr¨ªculas y empec¨¦ a suspender¡±. En Toledo la orden ya investigaba, por la denuncia de una v¨ªctima, otro caso de abusos cometido presuntamente por el hermano Javier entre 1974 y 1977. Esta persona tambi¨¦n aport¨® su relato a este peri¨®dico, pero tras informar a los maristas expres¨® su deseo de que no se publicara su testimonio.
La provincia marista Ib¨¦rica, que investiga los casos anteriores (Erandio, Bilbao, Madrid, Pamplona y Toledo) se niega a aclarar qu¨¦ ha sido de los religiosos acusados. Solo apunta que dos han fallecido (Villalba es uno de ellos), dos han sido apartados (uno es el hermano Marino, seg¨²n los datos de este peri¨®dico) y uno dej¨® la orden, pero no aclara qui¨¦nes. Asegura que, salvo el caso de Toledo, no ten¨ªa constancia hasta ahora de ninguno de ellos.
En los casos de la provincia marista Mediterr¨¢nea, que se detallan a continuaci¨®n, la congregaci¨®n se ha negado siquiera a aclarar si los acusados siguen vivos o no y, si es as¨ª, qu¨¦ medidas ha tomado. Uno de los casos m¨¢s antiguos es de 1961, en el juniorado de la orden en Artziniega, ?lava, un internado donde los alumnos se preparaban para ser ordenados maristas. Est¨¢ acusado otro hermano llamado Francisco, que no es el mismo se?alado en Bilbao. Un exalumno relata: ¡°Yo ten¨ªa 10 a?itos, ven¨ªa de Madrid. Hab¨ªa un dormitorio y algunos se hac¨ªan pis en la cama. Con esa excusa nos llamaban, yo era el ¨²ltimo y este hermano me esperaba en la puerta, me llevaba a un cuarto que se llamaba la roper¨ªa. Y empezaban las caricias, los abrazos, los toqueteos, una noche y otra noche, un a?o. ?Y esta gente al d¨ªa siguiente comulgaba! Me ha jodido mucho. Es como si estuviera manchado, solo lo sabe alg¨²n amigo, no se lo he dicho ni a mi mujer. Luego segu¨ª la formaci¨®n para ser marista, en Villalba, Sig¨¹enza, tuve la sotana e hice mis primeros votos con 15 a?os, lo que era la profesi¨®n temporal, pero a los cuatro meses lo dej¨¦. Me dejaron solo en el tren de Sig¨¹enza con 50 pesetas, llegu¨¦ a Atocha y aparec¨ª en casa¡±.
Hay casos en que las personas no recuerdan el nombre de quien abus¨® de ellos, como le sucede a Francesc Xavier Mas-Masi¨¢ Sierra. Se ha borrado de su memoria. Estudi¨® en el colegio de los maristas en Valencia y cuenta que le ocurri¨® en 1972, con nueve a?os: ¡°Hab¨ªa un hermano que nos preparaba para la comuni¨®n y te dec¨ªa: ¡®qu¨¦date luego al salir¡¯, y estabas solo con ¨¦l en una clase vac¨ªa. Conmigo se masturbaba apret¨¢ndome contra ¨¦l. Mi desconcierto era total. Recuerdo la imagen de cinco o seis de nosotros coment¨¢ndolo en el patio, muchos de nuestra clase sufrimos los abusos. Ahora tengo 57 a?os y veo que toda mi vida he ocultado los hechos y el efecto que ha tenido en mi desarrollo¡±. Algunos de sus compa?eros lo dijeron en casa y luego este profesor desapareci¨® del colegio de repente. ¡°Yo se lo dije a mi madre y ella me respondi¨® que no se lo comentara a mi padre, que si no lo matar¨ªa. Y se estableci¨® el silencio¡±. Mas-Masi¨¢ escribi¨® a EL PA?S conmocionado por las noticias sobre los abusos en Galicia, al verse reflejado. Luego escribi¨® al correo electr¨®nico de la asociaci¨®n de antiguos alumnos del colegio, disponible en la web del centro, pero m¨¢s de un mes despu¨¦s no ha recibido respuesta.
En el mismo colegio de Valencia, pero en los a?os sesenta, otro exalumno acusa al hermano F¨¦lix, su profesor de Matem¨¢ticas en quinto de bachiller: ¡°Violento hasta el sadismo y manoseador. Me sentaba en sus piernas mientras me acariciaba y me besaba en la boca con un nauseabundo aliento a tabaco negro, Ducados, para m¨¢s se?as, y eso en un cuartito al que te llevaba para hablar de tu vida. Seg¨²n ¨¦l, yo necesitaba cari?o dado que mis padres se hab¨ªan separado. Fue doblemente traum¨¢tico. El hermano F¨¦lix sab¨ªa elegir sus v¨ªctimas. Acab¨® trasladado a ?frica¡±.
¡°Un padre fue al colegio con una navaja para matarlo¡±
Javier Jim¨¦nez, de 54 a?os, estudi¨® en el colegio marista de Badajoz y a¨²n recuerda c¨®mo a finales de los setenta el padre de un compa?ero se present¨® con una navaja en el centro llamando a gritos al hermano El¨ªas. ¡°Quer¨ªa matarlo porque hab¨ªa abusado de su hijo. Se escap¨® por la azotea. Al final lo trasladaron a Huelva¡±, cuenta Jim¨¦nez. Este religioso tambi¨¦n era el encargado del cine y la cafeter¨ªa. ¡°Era el proyeccionista y yo a veces le acompa?aba, pero nunca me toc¨®¡±, relata Jim¨¦nez.
No obstante, tambi¨¦n hay casos en los que alguien advirti¨® al colegio y no sirvi¨® de nada. Manuel Garach G¨®mez denuncia que sufri¨® tocamientos en un campamento del colegio de los maristas de Granada en torno a 1984. Acusa a Pablo Guillermo Garc¨ªa, alias Willy, un seglar que era el profesor de m¨²sica y coordinador de campamentos con la asociaci¨®n Ademar en la Alpujarra. ¡°Fue en mi verano de tercero de EGB, yo dorm¨ªa en mi tienda y de repente me despert¨¦ con su mano en mis partes, me revolv¨ª, y volv¨ªa a intentarlo. Fue horroroso¡±. Afirma que este profesor ten¨ªa una casa en un pueblo donde tambi¨¦n llevaba alumnos los fines de semana. Muchos a?os despu¨¦s, en 2010, Garach se enter¨® de que este docente segu¨ªa en el colegio y organizando campamentos. Relata que fue al centro e inform¨® de lo ocurrido al director y al jefe de estudios. ¡°Me sorprendi¨® que solo me preguntaron qu¨¦ es lo quer¨ªa, como si hubiera ido a pedir dinero¡±. Asegura que tambi¨¦n lo denunci¨® en la polic¨ªa y los agentes fueron al colegio, pero el caso se archiv¨® por prescripci¨®n. Pese a todo, asegura que los maristas no tomaron ninguna medida y el profesor continu¨® en su puesto. Consultada al respecto, la orden se niega a explicar nada y a aclarar si investig¨® el caso y qu¨¦ medidas tom¨®.
Tambi¨¦n en el colegio de Granada, pero a?os antes, durante el curso 1965/66, otro exalumno relata abusos del hermano Clemente, apodado Don Quinito, que daba clase de dibujo en el primer curso del Bachiller Elemental, con ni?os de 10 y 11 a?os: ¡°Habitualmente utilizaba mi mano para masturbarse en medio de la clase, mientras los m¨¢s de cuarenta ni?os del aula estaban con las tareas. Nunca me atrev¨ª a coment¨¢rselo ni a mis padres. Pero la rabia todav¨ªa me dura 53 a?os despu¨¦s¡±. Los recuerdos tambi¨¦n le revuelven el est¨®mago a R.C.H., psic¨®logo y exalumno del colegio marista de M¨¢laga, que a¨²n recuerda despu¨¦s de 60 a?os c¨®mo el hermano Prudencio acercaba sus labios a su rostro cuando le obligaban ir a confesarse. ¡°Era un terror delictivo¡±, cuenta.
¡°Por denunciarlo me pas¨¦ casi un a?o de trabajos forzados¡±, dice una v¨ªctima
Un profesor ya jubilado, de 62 a?os, recuerda su experiencia cuando lleg¨®, en 1968 o 1969, al colegio La Merced de Murcia. Ten¨ªa nueve a?os: ¡°Todav¨ªa tengo en la cabeza c¨®mo el hermano Mill¨¢n nos llamaba a su mesa, en unas clases que ten¨ªamos despu¨¦s de la comida, el estudio. All¨ª, mientras nos preguntaba cosas, nos desabrochaba el pantal¨®n y nos tocaba los genitales. Lo hac¨ªa con varios alumnos y vinieron algunos padres a hablar con el director. Luego lo trasladaron¡±. Tras ver en este peri¨®dico el art¨ªculo sobre los casos de abusos en los maristas de Galicia busc¨® a este religioso y se llev¨® ¡°una desagradable sorpresa¡±: sigue activo y est¨¢ en otro colegio de los maristas. La orden no aclara de momento si lo apartar¨¢ o tomar¨¢ medidas.
En el caso de un exalumno que estudi¨® de 1970 a 1973 en el seminario Santa Mar¨ªa del Mar, en La Marina-Elche, Alicante, fue ¨¦l mismo quien lo denunci¨® a la direcci¨®n, pero sufri¨® duras represalias: ¡°Me castigaban los fines de semana. El ¨²ltimo a?o me hicieron la vida imposible, me lo pas¨¦ casi de trabajos forzados en la granja de pollos y conejos, en las tierras, limpiando retretes, me explotaron con 10 a?os, como en una prisi¨®n. Luego les dijeron a mis padres que me portaba mal y no pod¨ªa seguir, encima ellos pensaron que yo era mala persona. No se lo cont¨¦ a nadie. Ahora tengo 60 a?os, pero sigo viviendo y padeciendo con el trauma de entonces¡±. En su caso acusa al hermano Joaqu¨ªn, que era uno de los profesores y tambi¨¦n el organista. Le asalt¨® varias veces tras los ensayos del coro, junto al ¨®rgano y en una sala para retiros: ¡°Se sub¨ªa la sotana, se la enganchaba en el cord¨®n y se restregaba, te tocaba. Se pon¨ªa contra la puerta para que no entrara nadie. Una vez le sorprend¨ª en la sala de profesores enganchado con otro chico. Por las noches sal¨ªa a buscar a sus v¨ªctimas en el dormitorio, era un depredador¡±.
Por ¨²ltimo, en la provincia catalana de la orden hay tres maristas se?alados. En Barcelona, en el colegio marista de La Inmaculada, una presunta v¨ªctima afirma haber sufrido abusos de dos cl¨¦rigos a comienzos de los ochenta. En una ocasi¨®n, relata, su tutor le castig¨® tras una clase de nataci¨®n y le agredi¨® sexualmente. Su nombre era ?ngel Bened¨¦, uno de los abusadores del caso que destap¨® en 2016 El Peri¨®dico de Catalunya. ¡°Era como vivir en un campo de concentraci¨®n con un psic¨®pata nazi¡±, relata. El segundo episodio, describe, fue en 1984, cuando otro religioso, el hermano Berm¨²dez, le hizo llamar a su despacho para que se bajase los pantalones delante de ¨¦l.
Otro exalumno de Barcelona, pero en este caso del colegio de Sants Les Corts, acusa al hermano V¨ªctor, su profesor de historia en 1968, cuando ten¨ªa 11 a?os. ¡°Nos llamaba al pupitre y te tocaba los genitales. Lo dije en casa y en el colegio dijeron que eran inventos de ni?os. Debo decir que otro marista, el hermano Ram¨®n Rabasa, nos defendi¨® y le par¨® los pies. A varios nos sac¨® de esa clase a mitad de curso y nos meti¨® en otra¡±. Luego, en el colegio de La Inmaculada se top¨® con otro marista cuyo nombre tambi¨¦n ha salido ya a la luz en el esc¨¢ndalo, Lucio Zudaire: ¡°Pero ya me pill¨® mayor, le di un guantazo y me expulsaron¡±.
Si conoce alg¨²n caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escr¨ªbanos con su denuncia a abusos@elpais.es
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