Hist¨®rica condena en Argentina por los delitos sexuales perpetrados en el mayor centro de detenci¨®n de la dictadura
Un tribunal condena a 24 y 20 a?os de prisi¨®n a dos exmilitares por ejercer violencia sexual contra tres prisioneras de la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada (ESMA)
Por primera vez, un tribunal argentino conden¨® a represores de la dictadura argentina por delitos sexuales perpetrados en el mayor centro clandestino de detenci¨®n que funcion¨® durante el r¨¦gimen, la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada (ESMA). Los exmilitares Jorge Tigre Acosta y Alberto Gonz¨¢lez fueron condenados a 24 y 20 a?os de c¨¢rcel al ser hallados culpables de ejercer violencia sexual contra tres mujeres que estuvieron secuestradas en la ESMA entre 1977 y 1978.
El Tribunal Oral Federal 5 de Buenos Aires los hall¨® culpables de ¡°violaci¨®n agravada por haber sido cometida en concurso de dos o m¨¢s personas, reiterada en al menos diez oportunidades¡±, abuso deshonesto, privaci¨®n ileg¨ªtima de la libertad y tormentos, delitos que se declararon imprescriptibles por ser de lesa humanidad.
Acosta, excapit¨¢n de fragata de la Armada argentina, fue jefe de inteligencia y del grupo de tareas de la ESMA durante la dictadura. Los jueces Adri¨¢n Grunberg, Daniel Obligado y Adriana Pallioti lo declararon autor penalmente responsable de abuso deshonesto y violaci¨®n contra las denunciantes Mabel Zanta, Mar¨ªa Rosa Paredes y Silvia Labayr¨². Gonz¨¢lez, quien tambi¨¦n integraba el grupo de tareas 3.3.2. como oficial de inteligencia, fue condenado por los delitos cometidos en perjuicio de Labayr¨².
La denuncia fue realizada en 2014, pero no lleg¨® a juicio oral hasta 2020, en mitad de la pandemia de coronavirus. A trav¨¦s de audiencias privadas celebradas por la plataforma Zoom, las querellantes relataron los abusos, violaciones y violencia psicol¨®gica a los que fueron sometidas durante su secuestro en ese centro clandestino de detenci¨®n situado frente a una de las grandes avenidas de Buenos Aires y por el que pasaron cerca de 5.000 detenidos.
La violencia sexual ejercida contra las detenidas en la ESMA hab¨ªa salido a la luz ya en juicios previos, pero nunca se hab¨ªa juzgado como un delito aut¨®nomo. Tanto la fiscal¨ªa como las querellantes coinciden en que la sentencia contribuye a visibilizar estos cr¨ªmenes perpetrados en los centros clandestinos. ¡°Hubo muchas mujeres violadas como yo en la ESMA que por miedo o por otras razones no lo denunciaron. Esta sentencia me complace porque tal vez permita que otras mujeres piensen que es posible denunciar y se animen a hacerlo¡±, responde Labayr¨² desde Espa?a.
Algunas de las sobrevivientes ¡°todav¨ªa no son conscientes de que fueron v¨ªctimas de violaciones¡±, seg¨²n la periodista Miriam Lewin, tambi¨¦n sobreviviente de la ESMA y una de las primeras en exponer los abusos cometidos contra las mujeres secuestradas por la dictadura en su libro Putas y guerrilleras. ¡°La verg¨¹enza y la culpa, la condena social, la revictimizaci¨®n son barreras para todas las v¨ªctimas de violaci¨®n, a¨²n hoy¡±, declar¨® Lewin a la agencia T¨¦lam.
Poner la palabra ante un tribunal implica exponer las marcas que quiso dejar la dictadura: tambi¨¦n las de un poder patriarcal y mis¨®gino.
— CELS (@CELS_Argentina) August 13, 2021
Pasaron d¨¦cadas desde aquellos hechos, hasta que pudieron verse como delitos espec¨ªficos, diferentes de las torturas.
¡°La justicia no es solo la condena a los responsables, sino tambi¨¦n la reparaci¨®n y la memoria¡±, destaca Alejandra Naftal, directora del museo que funciona en la exESMA, hoy reconvertido en centro de memoria. En 2019, esa instituci¨®n expuso algunos de los testimonios de sobrevivientes que fueron v¨ªctimas de delitos sexuales y prepara una nueva muestra sobre la tem¨¢tica para el a?o que viene.
Las penas recibidas este viernes por Acosta y Gonz¨¢lez se unifican con las condenas a prisi¨®n perpetua que ya hab¨ªan recibido en juicios previos por secuestros, torturas y asesinatos. Ambos cumplen sus sentencias en prisi¨®n.
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