Los casos de covid comienzan a remitir en las residencias de mayores, pero las muertes siguen en ascenso
Del 2 al 8 de agosto se notificaron 1.068 contagios y 103 fallecimientos de ancianos que viv¨ªan en estos centros
A principios de julio, los positivos eran residuales en las residencias de mayores, lugares especialmente vulnerables al virus, pero a medida que avanz¨® el mes fueron multiplic¨¢ndose de una semana a otra. Ahora la tendencia cambia. Del 2 al 8 de agosto se han diagnosticado 1.068 nuevos casos, lo cual supone una peque?a disminuci¨®n respecto a los 1.173 positivos entre el 26 de julio y el 1 de agosto, seg¨²n los ...
A principios de julio, los positivos eran residuales en las residencias de mayores, lugares especialmente vulnerables al virus, pero a medida que avanz¨® el mes fueron multiplic¨¢ndose de una semana a otra. Ahora la tendencia cambia. Del 2 al 8 de agosto se han diagnosticado 1.068 nuevos casos, lo cual supone una peque?a disminuci¨®n respecto a los 1.173 positivos entre el 26 de julio y el 1 de agosto, seg¨²n los datos publicados este viernes por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). El ritmo de contagios se frena. Las muertes, en cambio, contin¨²an en ascenso, siempre son el ¨²ltimo indicador en bajar, despu¨¦s de que lo hagan primero la incidencia acumulada y despu¨¦s las hospitalizaciones y los ingresos en la UCI. La semana pasada fallecieron 103 mayores que viv¨ªan en residencias, frente a los 72 de la semana anterior.
En lo que va de a?o, m¨¢s de 21.000 ancianos se han contagiado. M¨¢s de 4.000 han muerto, la ampl¨ªsima mayor¨ªa durante la tercera oleada de la pandemia, que coincidi¨® con la campa?a de inmunizaci¨®n en los centros. La semana pasada, las comunidades aut¨®nomas notificaron casos en 232 centros, con una media de 4,6 positivos por cada brote. Por regiones, la situaci¨®n m¨¢s preocupante se registra en Catalu?a, que seg¨²n las cifras del Imserso acumula 217 nuevos contagios entre el 2 al 8 de agosto, periodo en que se registraron 32 muertes. Es la autonom¨ªa con m¨¢s decesos.
El Imserso, que publica los datos semanalmente y que viernes a viernes los va depurando si hay retrasos o cambios en las notificaciones de las comunidades aut¨®nomas, recalca que el incremento de la incidencia de los centros residenciales es ¡°plenamente coherente con el incremento generalizado de la infecci¨®n¡± en el global de la poblaci¨®n. As¨ª ha sido durante toda la pandemia: si sub¨ªa la incidencia acumulada en una regi¨®n, el virus se acababa colando en los centros. Hay que remontarse a principios de febrero para encontrar una semana con m¨¢s de un millar de contagios en las residencias de mayores (1.355), la diferencia es que entonces fallecieron 606 personas. Gracias a la campa?a de inmunizaci¨®n, las muertes se han contenido.
Pese a ello, la vacuna no protege al 100%, y los mayores tienen un sistema inmunitario menos robusto que los j¨®venes, por lo que, aunque la mayor¨ªa cursa la infecci¨®n de forma leve o asintom¨¢tica, tambi¨¦n mueren. El Imserso especifica en su informe que no puede precisar cu¨¢ntas de las muertes son ¡°por coronavirus¡± y cu¨¢ntas, de residentes ¡°con coronavirus¡±. Y destaca que la letalidad ha ca¨ªdo en picado gracias a las vacunas: entre la primera semana de marzo, cuando ya hab¨ªa concluido la campa?a de inmunizaci¨®n en los centros, y la semana pasada, la letalidad ha sido del 6,8%. Si se tiene en cuenta todo 2021, incluyendo los meses en que el proceso de vacunaci¨®n estaba a¨²n sin acabar, era casi tres veces mayor: el 19,93%.
Desde marzo de 2020, 29.856 personas que viv¨ªan en residencias de mayores han muerto tras haber contra¨ªdo el virus, 10.492 de ellas sin que se les pudiera realizar siquiera una prueba que confirmara el diagn¨®stico, durante la primera oleada de la pandemia, por entonces no hab¨ªa test suficientes. Estos centros fueron el epicentro de la crisis sanitaria en la primavera de 2020. Pasados esos primeros meses que sobrepasaron al mundo, mejor¨® la situaci¨®n, pero continuaron en tensi¨®n: son establecimientos donde conviven las personas m¨¢s vulnerables al virus, por su edad y porque suelen presentar varias patolog¨ªas, y porque son entornos donde se convive y en los que resulta imposible que los cuidadores que atienden a los mayores en su d¨ªa a d¨ªa guarden las distancias con ellos.
Ahora, aunque la situaci¨®n est¨¦ m¨¢s controlada que en oleadas anteriores, el alza de casos en las ¨²ltimas semanas preocupa. Cada nuevo contagio supone un aislamiento, as¨ª como el de sus contactos estrechos, y las plantillas merman, vuelven a convivir con el estr¨¦s y la preocupaci¨®n por los residentes. Ante el aumento de contagios, las comunidades aut¨®nomas han ido endureciendo las medidas en los centros y la ponencia de alertas del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, un grupo formado por t¨¦cnicos de las autonom¨ªas y del Ministerio de Sanidad que asesora en materia de salud p¨²blica, propuso una bater¨ªa de recomendaciones, que incluyen la realizaci¨®n de dos test semanales a los trabajadores que no est¨¦n vacunados, algo que ya est¨¢n haciendo regiones como Catalu?a, La Rioja o Arag¨®n, y la posibilidad de cambiarlos de puesto para que no est¨¦n en contacto directo con los mayores.
Las patronales del sector y organizaciones profesionales han alertado de que las medidas planteadas son insuficientes: consideran que trasladar de labor a los empleados de residencias es inviable en centros donde la gran mayor¨ªa del personal se dedica a atender directamente a los ancianos y piden que la vacunaci¨®n sea un requisito para los empleados y que se exija el certificado covid para las visitas. Tambi¨¦n reclaman que se les priorice en la administraci¨®n de la tercera dosis, en caso de que se decida que debe haber un tercer pinchazo.