¡°El desahucio m¨¢s doloroso acab¨® siendo bonito¡±
Paloma Mu?oz, activista de vivienda de 24 a?os, no se siente representada por el Parlamento a la espera de una ley que no llega
Paloma Mu?oz estaba en la ESO cuando el 15-M hizo crujir las cuadernas de una democracia adormecida y apres¨® su atenci¨®n, la ambici¨®n por cambiar el mundo. Recuerda que ella a¨²n no ten¨ªa autonom¨ªa, pero que sus padres estuvieron y le contaron lo que all¨ª se estaba cociendo. La hoy activista de la Plataforma Antidesahucios, una de las portavoces de la coordinadora de Madrid, es en cierta forma hija peque?a de aquella movilizaci¨®n. Con 24 a?os, esta madrile?a se ha graduado en Pol¨ªticas y Derecho y prepara oposiciones ?para inspecci¨®n de Trabajo! Podr¨ªa darse por satisfecha, pero adem¨¢s se ha fajado en la tarea de parar desahucios y acompa?ar a las familas vulnerables. Se deja en ello sus conocimientos, pero tambi¨¦n la emoci¨®n. Hay l¨¢grimas en cada desahucio, una realidad que ha vuelto a dispararse tras el par¨®n de la pandemia.
Pregunta. ?Cu¨¢l ha sido el desahucio m¨¢s doloroso?
Respuesta. Lo paso bastante mal en todos. Recientemente un se?or muy muy enfermo iba a ser desahuciado por una empresa vinculada a la familia Franco. Era Paco, de 85 a?os, un vecino de Lavapi¨¦s que hab¨ªa regentado un bar del barrio, que llevaba ah¨ª toda la vida, con una pensi¨®n de 392 euros, un c¨¢ncer terminal y de repente le iban a echar de casa. Pero acab¨® siendo muy bonito porque lo paramos, la gente cort¨® la calle y acab¨® saliendo bien. No deber¨ªa desahuciarse nunca a gente sin alternativa que adem¨¢s tiene una vejez tan avanzada, tan corta, tan dram¨¢tica.
P. ?Y el que m¨¢s le gust¨® parar?
R. El m¨¢s emocionante ha sido el de 17 familias que la Sareb par¨® la v¨ªspera gracias a la presi¨®n y la negociaci¨®n. Durante mucho tiempo los vecinos no ten¨ªan las cosas muy claras pero se unieron y pudimos comprobar c¨®mo las asambleas de vivienda consiguen crear comunidad. Al d¨ªa siguiente bajamos a celebrarlo a la calle y cada uno llev¨® los alimentos de su pa¨ªs, sus vajillas propias, fue muy emocionante. No solo hab¨ªamos ganado parar el desahucio, sino la unidad de todos, el valor de la comunidad, de arroparse entre todos.
P. ?Por qu¨¦ lo hace?
R. Desde el instituto ten¨ªa conciencia pol¨ªtica y social, particip¨¦ en manifestaciones, entr¨¦ en el feminismo, estudi¨¦ Derecho y Pol¨ªticas, que pod¨ªa servir para algo y acab¨¦ vincul¨¢ndome al movimiento por la vivienda para que sirviese para algo concreto, para tener impacto real. En vivienda todo lo que haces tiene un impacto importante en las personas.
P. ?La vivienda es el gran problema de su generaci¨®n?
R. Yo vivo con mis padres y estoy bien, pero no podr¨ªa independizarme. Los salarios son muy bajos, los alquileres desproporcionadamente altos. La vivienda tiene algo de lucha pol¨ªtica pero tambi¨¦n concreta para los casos m¨¢s vulnerables, m¨¢s tristes. Les das un acompa?amiento t¨¦cnico y tambi¨¦n un soporte emocional, lo m¨¢s importante. La persona necesita saber que no est¨¢ sola, que no es un delincuente, que hay malas pol¨ªticas de vivienda que la han llevado a esa situaci¨®n.
P. ?Es m¨¢s importante lo pol¨ªtico o lo emocional?
R. Pesa lo pol¨ªtico, contribuir a que sea m¨¢s justo el ¨¢mbito de la vivienda. Pero va unido irremediablemente a la parte emocional. Crea colectivos m¨¢s humanos.
P. ?Los topes a los precios de alquiler son la soluci¨®n?
R. A corto plazo ser¨ªa lo mejor. Tambi¨¦n penalizar el uso antisocial de las viviendas vac¨ªas. Pero llevamos media legislatura esperando una ley.
P. ?Y el coliving?
R. Es una forma de enriquecerse de ciertas empresas. Y cronifica la vulnerabilidad.
P. Tiene un espacio de libros en Instagram, La casa por el tejado, que relaciona con tu causa.
R. Quer¨ªa llevar la lucha a un ¨¢mbito m¨¢s cultural y creamos un espacio para redefinir ciertos libros en base a la vivienda. Comentamos Momo, por ejemplo, donde los guardianes del tiempo quitan el tiempo a las personas, igual que ocurre con los vulnerables y la vivienda. O Silencio administrativo, de Sara Mesa, donde una se?ora llamada Carmen se enfrenta a la espiral de burocracia. En las asambleas no tenemos una Carmen, sino cientos de C¨¢rmenes, porque el problema est¨¢ muy feminizado y la espiral burocr¨¢tica no las deja continuar.
P. ?Nota m¨¢s xenofobia hoy?
R. S¨ª. Todo escasea y los primeros se?alados son los inmigrantes.
P. ?Vota?
R. S¨ª.
P. ?Se siente representada en el Parlamento?
R. Dir¨ªa que no me siento representada. Mi actividad por eso no est¨¢ en lo institucional sino en los ¨¢mbitos organizativos.
P. Sus padres estar¨¢n orgullosos.
R. Les gusta, les hace sentirse orgullosos porque ven que tengo conciencia social, que es la que me han inculcado, aunque tambi¨¦n les da miedo y no quieren que deje de hacer ciertas cosas. Siempre hay cierta tensi¨®n entre su orgullo y la preocupaci¨®n.
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