Armas, nobleza y violencia machista: ?hay menor percepci¨®n de gravedad en las clases socioecon¨®micas m¨¢s altas?
La violencia de g¨¦nero atraviesa cualquier estrato, edad y lugar del mundo, pero la forma en la que opera difiere por ¨¢mbitos
La violencia de g¨¦nero ocurre en cualquier lugar, atraviesa todos los estratos sociales, se da en todas las edades, s¨ª. Pero hay diferencias seg¨²n los espacios en los que se produzca. Este lunes, en la calle de Serrano, en Madrid, Fernando Miguel Gonz¨¢lez Castej¨®n, conde de Atar¨¦s y marqu¨¦s de Perij¨¢a, asesin¨® a su mujer, a una amiga de ella y luego se suicid¨®. Lo hizo con una de las pistolas de su peque?o arsenal, a pesar de que no ten¨ªa ni licencia de armas ni ninguna registrada a su nombre. S¨ª ten¨ªa antecedentes por violencia de g¨¦nero , con una orden de alejamiento de su hermana y su madre vigente; y un caso ya inactivo en el sistema Viog¨¦n por maltrato a su pareja en 2018, delante de la hija de ambos, que tiene ahora 10 a?os. Cuando se conoci¨® el caso, hace apenas 48 horas, muchas de las reacciones pusieron el foco en el t¨ªtulo nobiliario del presunto asesino y en todo lo que giraba alrededor de ello.
?Hay menor percepci¨®n de la violencia de g¨¦nero en las clases econ¨®micas m¨¢s altas o en la llamada nobleza? ?Opera de forma distinta? Tanto especialistas como los datos existentes apuntan a una respuesta afirmativa: hay caracter¨ªsticas espec¨ªficas. Sin embargo, como en otras cuestiones de este ¨¢mbito, los an¨¢lisis y las cifras o no est¨¢n actualizadas o nunca se han recogido. Ocurre con el nivel socioecon¨®mico de los asesinos, por ejemplo, y en parte, sucede porque las primeras aproximaciones que se hicieron a la violencia machista ya reflejaron que no hab¨ªa diferencias, que se daba en cualquier hogar del mundo, y esa variable nunca se ha incluido en las estad¨ªsticas o los informes que se publican de forma oficial desde ning¨²n organismo.
El ¨²ltimo del Consejo General del Poder Judicial sobre v¨ªctimas de violencia machista, por ejemplo, anota en el apartado de ¡°caracter¨ªsticas de los agresores¡± que ¡°los datos provenientes de los expedientes judiciales no son suficientes para trazar un perfil de los agresores que incorpore circunstancias socioecon¨®micas o elementos psicopatol¨®gicos que podr¨ªan ayudar a definir con mayor exactitud la existencia de pautas, patrones de comportamiento o atributos de la relaci¨®n potencialmente desencadenantes de situaciones de violencia¡±.
Habitualmente aparece la edad, la nacionalidad, la situaci¨®n en la que estaba la relaci¨®n, si se produjo o no suicidio tras el asesinato o si se entregaron tras cometerlo. Y, como tambi¨¦n a?ade ese documento, la caracterizaci¨®n del perfil del agresor ¡°se plantea a partir de la explotaci¨®n de datos estad¨ªsticos desprovistos de elementos subjetivos¡±.
Sin embargo, existen. Miguel Lorente, m¨¦dico forense y exdelegado del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero, explica que hace a?os, cuando analiz¨® de forma general la cuesti¨®n de las denuncias por estratos econ¨®micos, vio que ¡°los de los m¨¢s altos denunciaban m¨¢s delitos contra los bienes y la propiedad y los de estratos m¨¢s bajos, m¨¢s lesiones¡±. Tiene una doble explicaci¨®n: ¡°Por un lado, porque tienen m¨¢s bienes y propiedades de las que preocuparse, obviamente, pero tambi¨¦n porque denunciar violencia genera una mala imagen que est¨¢ peor valorada en estos niveles socioecon¨®micos o socioculturales m¨¢s altos. Prefieren evitar conflictos y resolver a trav¨¦s de cuestiones econ¨®micas y no de una forma m¨¢s p¨²blica que los sit¨²e ante los suyos de manera negativa¡±.
En esa segunda parte de la explicaci¨®n est¨¢ ¡°el fondo¡± de la cuesti¨®n: qu¨¦ se ve y qu¨¦ no. Porque aunque el experto hizo una revisi¨®n de forma general, ¡°aplica a la violencia machista¡±, afirma, como a cualquier otra violencia. ¡°?Por qu¨¦ trascienden tan pocos casos de estas clases sociales, si las queremos llamar as¨ª? Porque solo el hecho de trascender ya es negativo, no solo para el agresor sino para la v¨ªctima¡±. Lorente recuerda que uno de los motivos por los que las mujeres no denuncian, seg¨²n la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer de 2019, es por verg¨¹enza. El 11,4% no lo hace por ese motivo.
Victoria Rosell, la actual delegada del Gobierno de esa ¨¢rea, apunta a la principal raz¨®n para no hacerlo. ¡°Para el caso de violencia en la pareja actual, el 47,2% mencionan haberlo resuelto ellas solas¡±, se lee en la macroencuesta. La experiencia de esta jurista es que, cuando ejerc¨ªa, por su escritorio pasaban partes m¨¦dicos de abogadas o m¨¦dicas: ¡°No atiende a clases sociales o profesiones. Lo que s¨ª vemos es que hay un cierto d¨¦ficit de alarma y de alerta, como si tener m¨¢s medios econ¨®micos implicara que no se necesita ayuda para salir de la violencia¡±.
Ese 47,2% que cree que puede resolverlo sola es, seg¨²n la delegada, ¡°una falsa percepci¨®n¡± que ¡°se da de forma m¨¢s extensa entre quienes se ven con m¨¢s posibilidades¡±. Aunque ¡°para estas v¨ªctimas los recursos habitacionales o econ¨®micos para salir de esas relaciones sean de m¨¢s f¨¢cil acceso, eso no quiere decir que se est¨¦ a salvo¡±. Rosell cree que en parte esto puede estar unido a ¡°esa especie de liberalismo a ultranza en el que no se percibe la necesidad de ayuda del Estado, ni siquiera en estas circunstancias¡±. Sin embargo, suma, ¡°las ¨®rdenes de alejamiento, el apoyo y la protecci¨®n integral de las instituciones est¨¢n para todas las mujeres¡±.
En su experiencia, los acuerdos ¡°informales¡± que pueden producirse m¨¢s habitualmente entre parejas sin problemas econ¨®micos no siempre se cumplen. ¡°Es mejor que medien las instituciones, las fuerzas y cuerpos de seguridad, la justicia, para protegerlas a ellas y a sus hijos e hijas. Porque un maltratador, nunca, nunca, puede ser un buen padre¡±, insiste.
En eso coincide Mercedes Gonz¨¢lez, la delegada del Gobierno en Madrid, que afirma que ¡°cualquier ventana de oportunidad es el mejor momento para acogerse a la protecci¨®n¡± de la justicia, de la polic¨ªa. Sabe que es ¡°dif¨ªcil y complicado y duro¡±, pero cree que hay que persistir en la denuncia, ya no por parte de las v¨ªctimas, sino de ¡°la sociedad, de la familia, de quien sepa lo que est¨¢ pasando o crea que algo est¨¢ ocurriendo¡±. Sacar la violencia de la sombra ¡°antes de que sea tarde¡±.
La base y los estereotipos de la violencia
Detr¨¢s de ¡°todos los prejuicios que existen alrededor de esa violencia¡±, Lorente recuerda que cuando se act¨²a frente a ella, ya sea como instituci¨®n o como sociedad, ¡°se hace desde esos prejuicios¡±. Tambi¨¦n las v¨ªctimas y los maltratadores. Lo dice por los detalles de este ¨²ltimo asesinato, que se investiga como violencia machista.
En 2018, la Polic¨ªa Nacional medi¨® en una discusi¨®n que se estaba produciendo en la calle entre el arist¨®crata y su mujer, con la hija de ambos delante. ?l gritaba y la insultaba. Los agentes lo detuvieron y ella declar¨® que ¡°consum¨ªa drogas y alcohol¡±, que ¡°a veces le cambiaba el car¨¢cter¡± y que ¡°de vez en cuando¡± recib¨ªa empujones y tirones de pelo. No crey¨® que fuese grave. Seg¨²n la macroencuesta, la segunda raz¨®n mayoritaria que dan las mujeres para no denunciar a sus parejas, el 37,3%, es que consideran que lo que sucede tiene ¡°muy poca importancia¡±.
En aquel momento, la Polic¨ªa Nacional actu¨® de oficio contra el conde, pero ella no quiso denunciar ni acudir al juicio r¨¢pido, como no lo hacen tres de cada cuatro asesinadas por violencia machista: por miedo al agresor, a no ser cre¨ªdas o a las consecuencias que pueda tener para sus hijos e hijas.
Lo primero a lo que hace referencia Lorente es a ¡°la construcci¨®n de la idea de que suelen ser conductas que llevan a cabo hombres despu¨¦s de consumir alcohol o drogas o que tienen alguna patolog¨ªa mental¡±. De ah¨ª los ¡°la mat¨® despu¨¦s de una fuerte discusi¨®n¡± o los ¡°hab¨ªa bebido¡±. Incluso en las sentencias judiciales, explica, ¡°se presentan esas circunstancias como si eso fuese ajeno a la violencia en s¨ª misma, como si no hubiese una construcci¨®n compleja¡±.
Eso ¡°son formas de acercarnos a la comprensi¨®n de lo que se produce¡±, pero el origen de la violencia no son 20 cervezas ni un gramo de coca¨ªna, ¡°es el machismo¡±, apunta Lorente. Y tambi¨¦n ah¨ª est¨¢ ¡°esa especie de responsabilidad de la mujer, como si la conducta de ellas tuviese la culpa de la violencia, como si hubiesen podido evitarlo comport¨¢ndose de otra manera¡±.
Estos detalles, ¡°importantes¡± para conocer m¨¢s a fondo c¨®mo se produce la violencia machista, ¡°no lo son a la hora de comunicar de forma oficial los asesinatos, porque refuerzan esas ideas estereotipadas¡±. Cuando se conoce la violencia, ¡°ves que no son factores determinantes, por eso los llamamos sociales, porque pueden tener que ver con la forma de proceder, pero no con el hecho de proceder¡±.
Diferencias tambi¨¦n en relaci¨®n con el nivel de formaci¨®n
Según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, de 2019, el mayor informe y el más actualizado hasta la fecha en España, hay diferencias también en relación con el nivel de formación a la hora de denunciar. Son las mujeres con estudios universitarios las que menos denuncian, un 14,1%, con “mucha diferencia” respecto al resto de grupos.
“Si se mira exclusivamente la denuncia de la violencia en parejas pasadas, en líneas generales se repite la misma pauta, pero las distancias entre las que menos denuncian y las que más, son mayores”, fija la macroencuesta. El 15,3% de las mujeres con estudios universitarios había denunciado frente al 32,8% de las que tienen estudios primarios o inferiores: “Este resultado muestra que, aunque en general las mujeres con estudios primarios tienen mayores prevalencias de violencia en la pareja que las mujeres con estudios universitarios, también denuncian en mayor medida esta violencia”.
El análisis de ese informe alude a que esto “puede ser debido a que las mujeres con menos formación sufran episodios de violencia más graves, o a que tengan una mayor dependencia económica de sus parejas que les haga denunciar para poder acceder a las ayudas públicas, entre otros posibles motivos”.
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