Aqu¨ª no ha pasado nada: as¨ª silenci¨® H&M tres casos de acoso sexual en Barcelona
Tres empleadas de la multinacional sueca denunciaron a un compa?ero en enero. Un documento de confidencialidad y una investigaci¨®n secreta permitieron a la compa?¨ªa enterrar los hechos
Un tarde de las Navidades pasadas, un trabajador de H&M pidi¨® a una compa?era que acababa su turno que lo esperara en las taquillas, que quer¨ªa decirle algo. Para llegar all¨ª, recorrieron la segunda planta de la tienda m¨¢s grande que la multinacional sueca de ropa tiene en Espa?a, un edificio con aires de Chicago en el centro de Barcelona, y dentro ya de la zona reservada para la plantilla, dejaron atr¨¢s las pizarras de los horarios, las oficinas, los despachos de los encargados y las taquillas, hasta llegar a los vestuarios. ?l le pidi¨® que entrara con ¨¦l al ba?o, pero ella se neg¨®. ¡°Lo que me tengas que decir me lo puedes decir en el pasillo¡±, le dijo. ?l quiso besarla, sin conseguirlo. Acto seguido pate¨® una papelera. Ella se fue. ¡°No se lo cuentes a nadie¡±, le pidi¨® ¨¦l.
El camino que la trabajadora deshizo ¡ªdesde la zona apartada, sin c¨¢maras ni tr¨¢nsito, hasta ganar la calle, en el chafl¨¢n entre Gran V¨ªa y Paseo de Gracia¡ª no iba a ir m¨¢s all¨¢. La situaci¨®n hab¨ªa sido desagradable, pero no traum¨¢tica, y pens¨® que no merec¨ªa la pena denunciarlo. D¨ªas despu¨¦s, lo habl¨® con una compa?era y se enter¨® de que no era la ¨²nica. Ella tiene 26 a?os. ¡°Las otras [dos] eran m¨¢s j¨®venes que yo y llevaban m¨¢s tiempo en la empresa¡±, dijo cuando este diario contact¨® con ella.
Al menos otras dos compa?eras hab¨ªan sido acosadas por el mismo empleado y de parecidas formas. As¨ª que cambi¨® de idea: ¡°En el momento en que [supe que] hab¨ªa m¨¢s chicas y no lo denunciaban, porque llevaban m¨¢s tiempo y no quer¨ªan problemas con la empresa, pens¨¦ que no se ten¨ªa por qu¨¦ normalizar esa situaci¨®n¡±. Y a la vuelta de a?o nuevo, lo denunci¨® ante la empresa.
Tras ella, las otras dos compa?eras denunciaron tambi¨¦n lo que hasta entonces hab¨ªan llevado en secreto. Con las tres denuncias sobre la mesa, lo primero que hizo H&M fue exigir a las denunciantes que firmaran un documento de confidencialidad prohibi¨¦ndoles compartir lo ocurrido con su ¡°entorno familiar o laboral¡±, como ya adelant¨® este diario. Cuando dos de ellas lo firmaron, la empresa mont¨® una investigaci¨®n al margen del protocolo y los controles legales.
El llamado ¡°acuerdo de confidencialidad¡±, que EL PA?S publica en su integridad, es un documento sin cobertura legal, secreto y que trata a las firmantes como potenciales delincuentes en caso de compartir los hechos con alguien que no sea la ¡°Direcci¨®n de la Empresa¡±. El documento afirma expresamente que compartir cualquier informaci¨®n sobre el caso ¡°constituye delito tipificado por el C¨®digo Penal¡±. ¡°Acosadas sexualmente y ahora tambi¨¦n jur¨ªdicamente¡±, resume sobre dicho documento uno de los abogados consultados.
¡°Mi padre me dijo: ¡®Yo no lo firmar¨ªa¡±, cuenta ella. ¡°Ser¨ªa muy importante que cuando llegues lo firmes en persona¡±, le comunic¨® la abogada de H&M por tel¨¦fono. ¡°Era tanta la presi¨®n que al final decid¨ª no ir¡±, pens¨® la denunciante. Y no fue ni firm¨®. Las otras dos compa?eras s¨ª fueron. Y firmaron. El documento define como confidencial ¡°la mera existencia de la investigaci¨®n (¡) as¨ª como cualquier (¡) informaci¨®n en relaci¨®n con la misma¡±. Y a?ade: ¡°No pudiendo revelar esta informaci¨®n a ninguna persona f¨ªsica o jur¨ªdica de su entorno familiar o laboral¡±. Ninguna cl¨¢usula compromete a la empresa en nada.
El denunciado ya no trabaja en la tienda. Pero ni la investigaci¨®n ni su salida han sido comunicadas a la comisi¨®n de igualdad, seg¨²n dos fuentes sindicales. Oficialmente, no ha habido ning¨²n caso de acoso en el H&M del Paseo de Gracia, 11, de Barcelona. En verdad, ha habido al menos tres.
En Espa?a, seg¨²n la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, de 2019, m¨¢s de 8,2 millones de mujeres han sufrido acoso sexual en alg¨²n momento de sus vidas. El 17,3% de las mujeres que han sufrido acoso sexual y han respondido a la pregunta sobre el sexo del agresor dice que el atacante fue un hombre del entorno laboral.
H&M es una multinacional de matriz sueca con 146 tiendas en Espa?a, en las que trabajan unos 5.000 empleados y que el a?o pasado super¨® los 1.000 millones de beneficios. Presente en varios continentes, en Am¨¦rica Latina tiene filiales en M¨¦xico, Colombia, Per¨², Chile, Uruguay y Panam¨¢. H&M Global, con sede en Estocolmo (Suecia), ha declinado comentar la situaci¨®n: ¡°El caso se est¨¢ gestionando a nivel local y no podemos comentar sobre ello¡±.
H&M Espa?a ha rechazado responder a ninguna pregunta concreta. ¡°Dado que este tipo de documentos siempre van asociados a procesos de investigaci¨®n internos, no podemos facilitar m¨¢s informaci¨®n¡±, contest¨® su departamento de comunicaci¨®n. La abogada y jefa del Departamento de Relaciones con los Empleados de H&M en Espa?a, Sonia Clotet Figuerola, que ha conducido la actuaci¨®n de la empresa, tambi¨¦n ha declinado responder.
Confidencialidad sin cobertura legal
Los ¡°acuerdos de confidencialidad¡± son contratos entre dos o m¨¢s partes que se comprometen a guardar sigilo sobre determinada informaci¨®n compartida. Son habituales en el ¨¢mbito empresarial, incluida Espa?a, donde se utilizan para proteger secretos industriales o determinados know how empresariales. En el caso de H&M, sin embargo, se han usado para parcelar la realidad del acoso sexual en la compa?¨ªa, contradiciendo, como ya adelant¨® este diario, el esp¨ªritu y la letra de la ley.
Federico Dur¨¢n, catedr¨¢tico de Derecho Laboral, abogado y director del m¨¢ster del Centro Garrigues, considera, en general, que ¡°no tiene sentido¡± que una empresa proh¨ªba a sus empleados que compartan con su entorno sus experiencias. ¡°Eso es una esfera reservada de intimidad [de la v¨ªctima]¡± y, como tal, no puede ser parcelada, afirma.
A escala internacional, la investigaci¨®n sobre las violaciones y agresiones sexuales del productor de cine estadounidense Harvey Weinstein revel¨® que dichos acuerdos se usaban tambi¨¦n como forma de acallar a sus v¨ªctimas, a quienes en algunos casos se les pagaba por su silencio, seg¨²n las periodistas que destaparon el caso cuentan en She Said (Libros del KO, 2021).
Un informe del Parlamento brit¨¢nico de 2018, Sexual Harassment in the workplace (Acoso sexual en el trabajo), mostr¨® que la pr¨¢ctica era habitual tambi¨¦n en el Reino Unido. Adem¨¢s de fomentar la omert¨¤ sobre los propios delitos, la confidencialidad busca proteger la reputaci¨®n de las empresas donde se comete el acoso. ¡°Me parece repulsivo, es como que solo miran por la imagen de la empresa¡±, dijo la primera denunciante de H&M.
Como en los casos de Weinstein y del Parlamento brit¨¢nico, H&M trat¨® de cancelar la experiencia de las v¨ªctimas. ¡°[La abogada] me daba a entender que no pod¨ªa contar nada¡±, seg¨²n la primera denunciante.
A finales de enero, la primera denunciante hab¨ªa dejado la empresa y recibi¨® el documento por correo electr¨®nico. La citaban a una primera entrevista de una ¡°investigaci¨®n¡± auspiciada en exclusiva por la ¡°Direcci¨®n de la Empresa¡±, incumpliendo en esto tambi¨¦n el protocolo, que para estos casos prev¨¦ una comisi¨®n instructora.
¡°Acoso jur¨ªdico¡±
El documento de H&M y las pr¨¢cticas investigadas por el Parlamento brit¨¢nico tienen elementos en com¨²n. A las trabajadoras de H&M que firmaron el documento no se les entreg¨® copia, seg¨²n reconoci¨® una de ellas en su entorno. El informe del Parlamento brit¨¢nico concluy¨® que esa pr¨¢ctica de negar la copia del llamado ¡°acuerdo¡± era ¡°uno de los aspectos m¨¢s chocantes¡± en este tipo de pr¨¢cticas.
Hay otro elemento crucial que sorprendi¨® a los autores del informe brit¨¢nico y que aparece tambi¨¦n en el documento de H&M Espa?a. ¡°Nos conmocion¨® particularmente la declaraci¨®n de Zelda Perkins [una de las v¨ªctimas de Weinstein en Londres] de que tem¨ªa que ¡®probablemente ir¨ªa a la c¨¢rcel¡¯ si romp¨ªa los t¨¦rminos del acuerdo¡±, dice el informe. En el caso de H&M, se les avisa de que pueden incurrir en un delito tipificado por ¡°el C¨®digo Penal¡± y como tal, susceptible de penas de prisi¨®n.
¡°Es incre¨ªble que hayan podido poner algo as¨ª en un papel¡±, comenta el abogado Antonio Moreno C¨¢noves. Este letrado alicantino representa a una de las v¨ªctimas de la pederastia en la Iglesia cat¨®lica revelada por la investigaci¨®n de EL PA?S. A su cliente, la ¡°compa?¨ªa¡± religiosa tambi¨¦n le ofreci¨® firmar un ¡°acuerdo de confidencialidad¡± a cambio de su silencio, con el objetivo, le dijeron, de proteger ¡°el prestigio¡± de la Iglesia. El cliente rechaz¨® firmar lo que, para su abogado, constituye ¡°una forma de encubrimiento¡± de los delitos. Sobre el documento de H&M, que C¨¢noves ley¨® a petici¨®n de este diario, considera que roza el ¡°acoso jur¨ªdico¡±.
Los dos sindicatos representados en el comit¨¦ de empresa de H&M, CC OO y UGT, no han tenido conocimiento del despido discreto del trabajador. Como ning¨²n empleado ha denunciado los hechos internamente, alegan, los representantes sindicales no pueden actuar. En este sentido, las denunciantes han transigido con la prohibici¨®n de no compartir nada con su ¡°entorno laboral¡±. La primera de ellas, sin embargo, lo comparti¨® con su entorno familiar, a trav¨¦s del cual este peri¨®dico tuvo conocimiento de los hechos.
¡°Esto es macabro¡±, resume Carla Vall, abogada y autora de Trenqueu en cas de emerg¨¨ncia, un libro sobre la violencia machista. ¡°Los procesos de recuperaci¨®n de las v¨ªctimas pasan muchas veces por romper el silencio: en su vida ¨ªntima, profesional y social¡±, a?ade. ¡°Cuando haces esto [impedir que hablen], est¨¢s impidiendo que se recuperen¡±. Algunas empresas, dice, ¡°como saben que esto genera mala imagen y que adem¨¢s estamos en un momento hist¨®rico en que esto est¨¢ en el debate social, piensan que as¨ª pueden hacer lo que siempre se ha hecho: acallar a las v¨ªctimas¡±
Si quieres contactar con el autor de este art¨ªculo, escribe a bgarcia@elpais.es
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