Abusos sexuales a ni?os en internet: ¡°?C¨®mo iba a sospechar que aquel chico ser¨ªa un hombre de 50 a?os con canas?¡±
El ¡®grooming¡¯ es uno de los delitos sexuales contra menores ¡®online¡¯ que m¨¢s han crecido en los ¨²ltimos a?os. Sin embargo, la Fundaci¨®n ANAR alerta de que solo se denuncia a las autoridades uno de cada 10 casos
A Melina Flores le quedaban un par de meses para cumplir los 13 a?os cuando decidi¨® revivir su cuenta de Facebook. Llevaba unos a?os sin usarla, pero aquel verano de 2016 quiso volver a ella con una nueva foto de perfil. Eligi¨® una en la se le ve¨ªa ¡°un cuerpo muy femenino, en una pose no realmente sexual, pero que marcaba curvas que a¨²n no ten¨ªa¡±, recuerda. Buscaba aprobaci¨®n, sentirse ¡°mayor, bonita y atractiva¡±. Ese mismo d¨ªa las solicitudes de amistad superaron el centenar y su buz¨®n de mensajer¨ªa parec¨ªa que iba a colapsar. Todos los mensajes eran de personas completamente desconocidas. El remitente de uno de ellos era un tal Isaac Mar¨ªn, aparentemente un chico joven con un tup¨¦ de color casta?o. Simp¨¢tico y amable, Flores empez¨® a chatear con ¨¦l.
¡°Me pidi¨® una foto subida de tono, pr¨¢cticamente nada m¨¢s empezar a hablar, y yo se la pas¨¦¡±, narra la joven. Flores nunca pens¨® que esa imagen abrir¨ªa las puertas de un infierno. ¡°D¨ªas despu¨¦s de hablar me amenaz¨® con compartirla en mi Facebook. Se me cay¨® el mundo encima¡±, contin¨²a. A partir de ese momento, Flores fue v¨ªctima de los chantajes de Mar¨ªn, que durante cinco meses no par¨® de extorsionarla con compartir las fotos ¨ªntimas que la chica le hab¨ªa seguido enviando si no acced¨ªa a quedar con ¨¦l. Bajo amenazas, y tras haberle asegurado que estaba enamorado de ella, Flores finalmente accedi¨® a encontrarse con ¨¦l en un centro comercial de L¡¯Hospitalet de Llobregat, en Barcelona. Pero al llegar all¨ª, una mezcla de desconcierto y terror se apoder¨® de ella. El adolescente con el que llevaba meses hablando era un adulto, de unos 50 a?os, que se le acerc¨® y le pregunt¨®: ¡°Eres Melina, ?verdad?¡± Minutos despu¨¦s, Flores dice que abus¨® de ella en los ba?os del lugar.
Lo que sigue es un extracto de una conversaci¨®n entre Isaac Mar¨ªn y Melina Flores. Parte de los mensajes han sido editados para facilitar la comprensi¨®n del di¨¢logo en Facebook:
Isaac
Melina
Isaac
Melina
Isaac
Melina
Isaac
Melina
Isaac
Melina
Flores hab¨ªa sido v¨ªctima de grooming infantil, un delito sexual en el que un adulto se hace pasar por adolescente y, con una identidad falsa o usurpada, contacta con menores a trav¨¦s de las redes sociales, chats o juegos en l¨ªnea para entablar una amistad con ellos. Poco a poco se gana su confianza y, mediante t¨¦cnicas persuasivas y de seducci¨®n, logra que la v¨ªctima le mande fotograf¨ªas o v¨ªdeos con contenido sexual. A partir de ese momento, este depredador ¡ªconocido como groomer¡ª chantajea y extorsiona al menor para que le contin¨²e enviando im¨¢genes y grabaciones de car¨¢cter pornogr¨¢fico. No es preciso que el agresor consiga el material de contenido sexual para que haya delito, basta con pedirlo. Las penas, en funci¨®n de la gravedad, van de los seis meses a los tres a?os de prisi¨®n.
Sufrir los abusos de un groomer es similar a un laberinto de ansiedad del que a estos j¨®venes, una vez dentro, les resulta dif¨ªcil salir y pedir ayuda. Al ver a su agresor, Flores afirma que entr¨® en shock, totalmente indefensa e incapaz de huir. ¡°Sent¨ª que se me hel¨® la sangre. No solo me hab¨ªan extorsionado, tambi¨¦n me hab¨ªan enga?ado y hab¨ªa ca¨ªdo en una trampa est¨²pida¡±, lamenta. La joven, que ahora tiene 18 a?os, enterr¨® dentro de s¨ª el recuerdo de aquel encuentro y el calvario que vivi¨® durante los cinco meses que Mar¨ªn la estuvo extorsionando. No lo denunci¨®, no se lo cont¨® a su familia, ni siquiera quiso recordar el tema, hasta ahora. Hace unos meses, le dio por buscar en Google el nombre ¡°Isaac Mar¨ªn¡± para ver si alguien m¨¢s, en alg¨²n rinc¨®n del internet, contaba una historia de abusos similar a la suya. Pero no encontr¨® nada, as¨ª que decidi¨® contactar con EL PA?S para contar su historia.
D¨ªas despu¨¦s del encuentro, el hombre le volvi¨® a escribir, pero esta vez Flores cort¨® la conversaci¨®n y lo bloque¨®. ¡°Podr¨ªa haber llevado las muestras a la polic¨ªa. Podr¨ªa haber hecho algo y as¨ª salvar a otras v¨ªctimas, pero no lo hice¡±, lamenta. Como Flores, la mayor¨ªa de menores no denuncia. La Fundaci¨®n ANAR, organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que ayuda a ni?os y adolescentes en riesgo, alerta de que solo uno de cada 10 casos se denuncia. Los ¨²ltimos datos del Ministerio de Interior se?alan que en 2021 la polic¨ªa tuvo conocimiento de que 534 adolescentes hab¨ªan sufrido grooming en Espa?a.
Eduardo Casas Herrer, subinspector de Polic¨ªa Nacional en la Brigada de Investigaci¨®n Tecnol¨®gica y experto en la lucha contra la explotaci¨®n de menores, explica la realidad que no se refleja en las cifras. El oficial pone como ejemplo el caso del depredador sexual Jorge Miranda El Camale¨®n. Cuando lo detuvieron en 2008, solo tres chicas lo hab¨ªan denunciado. Pero al registrar su ordenador encontraron fotograf¨ªas de al menos otras 250 v¨ªctimas que no hab¨ªan ido a la polic¨ªa. ¡°Hay una alt¨ªsima cifra de criminalidad oscura. No sabemos qu¨¦ est¨¢ ocurriendo en realidad¡±, dice Casas.
Pese a la falta de denuncias, los pocos datos existentes ¡ªtanto de Interior como de organizaciones que ayudan a v¨ªctimas¡ª evidencian que el grooming es uno de los delitos sexuales online a menores que m¨¢s ha crecido en los ¨²ltimos a?os. Atendiendo a los datos de Interior sobre los hechos que s¨ª acaban bajo el radar de la polic¨ªa, estos casos pr¨¢cticamente se han multiplicado por seis en apenas nueve a?os, al pasar de 92 en 2013 a 534 el a?o pasado. En un informe sobre pederastia publicado por la Fundaci¨®n ANAR ese mismo a?o se alerta tambi¨¦n sobre este fen¨®meno. Seg¨²n sus cifras, a partir de las llamadas y mensajes que reciben en su tel¨¦fono y chat para atender a menores con problemas, la demanda ha crecido de media anualmente un 36,7% desde 2013, a?o desde el que disponen de informaci¨®n. Solo en 2021 recibieron 502 peticiones de ayuda de v¨ªctimas. No todas denunciaron.
Isaac
Melina
Isaac
Melina
Isaac
Melina
Isaac
Melina
Flores afirma que, tras lo sucedido, se sent¨ªa sucia, avergonzada y quer¨ªa borrar de su mente lo que le hab¨ªa ocurrido. Benjam¨ªn Ballesteros, director de programas de ANAR, explica que ese ¡°miedo a ser juzgadas¡± es el principal motivo por el que las v¨ªctimas no saben contarlo a su entorno. ¡°No se sienten en la confianza de hablar de este tipo de cuestiones por el miedo a que esa imagen que han mandado llegue a sus redes sociales y todo el mundo lo pueda ver¡±, dice Ballesteros.
Pasados seis a?os desde el suceso, la joven se replantea si acudir a la Polic¨ªa. Se cuestiona si puede demostrar lo ocurrido. ¡°No tengo pruebas, solo algunos de los mensajes y ¨¦l ha borrado el perfil¡±, dice. Casas afirma que solo con los mensajes ya se puede abrir una investigaci¨®n, aunque admite que cuanto antes se presenten en una comisar¨ªa, m¨¢s f¨¢cil es encontrar al agresor. Raz¨®n por la que anima a todos los j¨®venes a acudir a la Polic¨ªa cuanto antes.
Estrategia para acercarse a los ni?os
La misma pregunta sigue torturando a Flores: ¡°?C¨®mo iba a sospechar que aquel chico que escrib¨ªa exactamente igual que cualquier otro adolescente, con emojis y usando abreviaturas, ser¨ªa un hombre de 50 a?os, con pelo cano, bajo, ojos marrones claros y con lega?as?¡±. Los expertos se?alan que los groomers act¨²an de forma meticulosa y premeditada, con una estrategia de la que los j¨®venes dif¨ªcilmente pueden percatarse cuando comienzan a hablar con ellos.
Ballesteros, de ANAR, explica que antes de mandar el primer mensaje los pederastas estudian el perfil de la v¨ªctima para indagar c¨®mo es su personalidad. ¡°Observan si son personas con dificultades de relaci¨®n familiar, que se sienten solas, que no tienen relaci¨®n con terceros o que los ven con excesiva ingenuidad¡¡±, narra el experto. Esto les marca el camino para conectar con ellas.
Isaac
Melina
Isaac
Melina
Isaac
Melina
Isaac
Melina
Una vez elegida la v¨ªctima, el delincuente comienza un proceso para ganarse su amistad. Cristina Sanju¨¢n, portavoz de Save the Children y autora del trabajo sobre abusos infantiles Violencia viral, publicado en 2019, explica que la estrategia de los groomers para captar a las v¨ªctimas se sustenta en dos pilares: ¡°que el ni?o o ni?a no controle la situaci¨®n y que sobre toda esa relaci¨®n se imponga el silencio¡±. Estos criminales, ¡°mediante la manipulaci¨®n y el enga?o¡±, logran controlar la voluntad de los menores y consiguen que queden ¡°totalmente desprotegidos¡±. En algunos casos, indican los expertos, los j¨®venes pueden incluso llegar al suicidio.
En algunas ocasiones, estos agresores, tras meses de chantajes y maltrato psicol¨®gico, logran quedar a solas con las v¨ªctimas para abusar de ellas o incluso prostituirlas. Es lo que le pas¨® a Flores cuando Mar¨ªn la enga?¨® para quedar. La joven cuenta que una vez en el centro comercial, en un ba?o para personas con discapacidad, el pederasta la oblig¨® a masturbarle mientras ¨¦l la tocaba. Cuando salieron del lavabo, ¨¦l se comport¨® como si no hubiese pasado nada. ¡°Me invit¨® a comer, pero le dije que no¡±, recuerda Flores. ¡°Tras su insistencia, al final acept¨¦ que me diera cinco euros. Los cinco euros m¨¢s sucios de mi vida. Compr¨¦ mi almuerzo con ellos en el colegio al d¨ªa siguiente¡±, lamenta.
El perfil del agresor: veintea?ero y capaz de adaptarse a cualquier red social
Casas explica que muchos de estos criminales, adem¨¢s, tienen a su disposici¨®n en la red oscura manuales sobre las mejores t¨¦cnicas para practicar el grooming. El perfil del abusador m¨¢s representativo es el de un hombre que tiene entre 21 y 35 a?os, que suele vivir con sus padres y que, pese a estar integrados en su comunidad, tienen problemas afectivo-sexuales. ¡°No pensemos en los autores como se?ores de 60 a?os encerrados en una casa en la que viven solos, sin interacci¨®n social¡±, subraya Casas.
Son agresores que se adaptan a las plataformas que est¨¦n de moda entre los adolescentes. ¡°El abusador va a estar all¨¢ donde haya ni?os. Hace dos d¨¦cadas estaba Messenger, luego pas¨® a Facebook y hace unos a?os a Minecraft. Ahora est¨¢n en Instagram o TikTok¡±, explica el subinspector. En ocasiones, utilizan programas para modificar su imagen con inteligencia artificial y crear perfiles. El peligro, a?ade Casas, es que es habitual que estos delincuentes contacten con v¨ªctimas de otros pa¨ªses de Latinoam¨¦rica, o viceversa, lo que complica su rastreo y detenci¨®n.
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