La acci¨®n contra un cuadro de Van Gogh en Londres abre el debate sobre la radicalizaci¨®n de las protestas clim¨¢ticas
Parte del ecologismo rechaza el acto por temor a que empa?e la causa ambiental, mientras otros defienden la necesidad de usar recursos m¨¢s extremos para llamar la atenci¨®n sin causar da?os
Dos activistas ecologistas lanzaron este viernes sopa de tomate al famoso cuadro de Los Girasoles de Van Gogh en la National Gallery de Londres. La acci¨®n, cuyo objetivo era exigir al Gobierno brit¨¢nico la paralizaci¨®n de todos los proyectos de petr¨®leo y gas, ha tenido repercusi¨®n internacional y ha generado opiniones opuestas. La salsa roja no ha destruido el cuadro, que estaba protegido por un cristal, pero ha puesto en el centro del debate los l¨ªmites para llamar la atenci¨®n sobre la causa clim¨¢tica. Algunos entienden la acci¨®n como una divulgaci¨®n necesaria, pero para otros el fin no justifica la posibilidad de da?ar el c¨¦lebre cuadro.
El acto fue llevada a cabo por Phoebe Plummer (de 21 a?os) y Anna Holland (de 20), pertenecientes a Just Stop Oil, una de las organizaciones que est¨¢ llevando un poco m¨¢s all¨¢ las protestas pac¨ªficas y la desobediencia civil en el Reino Unido. El a?o pasado, el corte de una autopista de circunvalaci¨®n en Londres tambi¨¦n gener¨® una gran controversia en el pa¨ªs, por el riesgo provocado. En este caso, la acci¨®n fue efectuada por miembros de Insulate Britain, que como Just Stop Oil han surgido de escisiones del movimiento internacional Extinction Rebellion. La pregunta que surge es: ?Sirven estas acciones para llamar la atenci¨®n sobre la causa clim¨¢tica o generan justamente rechazo contra ella?
A principios de este mes de octubre, activistas de Extinction Rebellion en Espa?a taparon con cemento algunos hoyos del campo de golf en el que iba a tener lugar el Open de Madrid. ¡°Este hoyo ha engullido hoy 100.000 litros de agua¡±, rezaba uno de los carteles que colocaron los j¨®venes participantes. Este tipo de acciones buscan llamar la atenci¨®n y viralizar el mensaje de la gravedad de la crisis clim¨¢tica. Organizaciones medioambientales y cient¨ªficos llevan a?os advirtiendo sobre el cambio clim¨¢tico, y denuncian la pasividad con la que instituciones y sociedad civil abordan el tema. ¡°La situaci¨®n es apremiante, y creo que las ruedas de prensa y los documentales no generan la acci¨®n necesaria¡±, opina Fernando Valladares, cient¨ªfico del CSIC y profesor de ecolog¨ªa de la Universidad Rey Juan Carlos.
¡°Vivimos en una sociedad anestesiada a la que no llegan los mensajes de urgencia¡±, explica Valladares. Eva Salda?a, directora ejecutiva de Greenpeace Espa?a, aclara que la ¡°desesperaci¨®n¡± que genera la emergencia clim¨¢tica puede justificar la acci¨®n directa. Esta organizaci¨®n, que defiende el uso de actividades no violentas, entiende la urgencia de las activistas brit¨¢nicas por generar debate. ¡°El objetivo inmediato, que es generar debate, se cumple¡±, asegura. ¡°Pero a nivel de cambio de mentalidades y de comportamientos o de presi¨®n a los gobiernos para que tomen acci¨®n, que son los que necesitamos, habr¨ªa que revisarlo a largo plazo¡±, reconoce.
No todos est¨¢n de acuerdo con este modus operandi. ¡°Los procesos de desobediencia civil se adelantan y han sido necesarios para muchas cosas, pero en casos como este, el efecto no ha sido bien estudiado. Todo el mundo est¨¢ hablando de lo que ha pasado, pero no para apoyarlo¡±, reflexiona Juan Bordera, activista por la desobediencia civil. ¡°Es cierto que son conductas que pueden generar rechazo en la sociedad. Si estamos buscando acciones para que la gente participe, hay que pensarlo mucho¡±, admite Valladares. ¡°Pero tampoco hay muchas v¨ªas m¨¢s si queremos hacer acciones no violentas y tener un impacto¡±, afirma el cient¨ªfico.
La National Gallery ha aclarado que ¡°la pintura no ha sufrido da?os¡±, aunque no as¨ª el marco, que presenta algunos ¡°menores¡±. La obra, pintada en 1888, es una de las siete representaciones de girasoles que Van Gogh pint¨® a finales del siglo XIX para decorar su casa en Arl¨¦s, al sur de Francia, antes de una visita de su amigo Paul Gauguin.
Uno de los principales problemas que, para algunos activistas, presenta la acci¨®n de Just Stop Oil es el objetivo. El cuadro. ¡°Es necesario se?alar a los directamente responsables. Al poder pol¨ªtico que no toma parte, el poder econ¨®mico que se beneficia directamente, como las energ¨¦ticas o financieras. Si no, no se entiende el mensaje¡±, opina Bordera. Para Greenpeace, el foco est¨¢ en la efectividad. ¡°Una actuaci¨®n como esta funciona cuando supone cambios pr¨¢cticos, como la modificaci¨®n de una ley. No ejecutamos este tipo de acciones con el objetivo de llamar la atenci¨®n una vez, sino para llegar a cambios profundos con una estrategia muy elaborada¡±, aclara Salda?a.
Hasta ahora, ninguna de las acciones contra obras de arte han supuesto un da?o real, porque los materiales que se usan no son perjudiciales y la mayor¨ªa est¨¢n cubiertas por un cristal. ¡°No es vandalismo, es una acci¨®n realizada de forma consciente despu¨¦s de un largo proceso de reflexi¨®n, y a¨²n sabiendo que habr¨¢ repercusiones, se reclama la autor¨ªa para evitar un da?o mucho mayor¡±, expresa Bel¨¦n D¨ªaz, activista de Extinction Rebellion. En Espa?a, el nombre de la organizaci¨®n se traduce como Rebeli¨®n o Extinci¨®n. ¡°Si solo hici¨¦ramos acciones que todo el mundo aprobase, sin novedad ni imaginaci¨®n, no ser¨ªamos noticia¡±, concluye D¨ªaz.
A riesgo de que la lucha por la crisis medioambiental se crispe o politice, cient¨ªficos como Valladares entienden las acciones m¨¢s ¡°radicalizadas¡± de los activistas, aunque no sean las mejores formas. ¡°El cambio clim¨¢tico es constantemente silenciado por la actualidad. Todos trabajamos mucho para conseguir avances, aunque nos arriesguemos a crear rechazo¡±, asegura. Tanto ¨¦l como Salda?a opinan que se ver¨¢n m¨¢s de estas acciones en los pr¨®ximos a?os. ¡°Y muchas otras, no solo de movimientos sociales, sino seguramente cada vez m¨¢s de la ciudadan¨ªa de a pie, porque la crisis clim¨¢tica afecta a todas las ¨¢reas de nuestra vida diaria¡±, expone la directora de Greenpeace Espa?a. Valladares confirma: ¡°Las pensiones, la desigualdad, el precio de la energ¨ªa... Todas las protestas sociales tienen como fondo la crisis clim¨¢tica. Si logr¨¢semos entender que todos estamos juntos y protestando por lo mismo, se conseguir¨ªa m¨¢s¡±. Mientras tanto, estas acciones ¡°pueden conseguir que algunas personas entiendan de verdad el problema y se movilicen¡±, sostiene D¨ªaz. Y concluye: ¡°Con que generen un m¨ªnimo de rechazo en alg¨²n sector de la poblaci¨®n, ya habremos conseguido el objetivo¡±.
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