Espa?a dejar¨¢ la Carta de la Energ¨ªa: ?por qu¨¦ la decisi¨®n es importante para la lucha clim¨¢tica?
Los ecologistas consideran que este tratado, que ampara a las empresas energ¨¦ticas, es un freno para que los pa¨ªses se desenganchen de los combustibles f¨®siles
Espa?a ha iniciado el proceso para retirarse del Tratado de la Carta de la Energ¨ªa (TCE), seg¨²n ha anunciado la vicepresidenta Teresa Ribera en declaraciones al diario Politico y confirman fuentes del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica. El paso se da tras cuatro a?os de negociaciones para renovar este tratado de los a?os noventa que protege las inversiones de las compa?¨ªas energ¨¦ticas frente a los cambios regulatorios de los pa¨ªses firmantes. Varios grupos ecologistas han acogido este anuncio como una victoria en la lucha contra el cambio clim¨¢tico, ya que interpretan que el fin de este acuerdo ayudar¨¢ a las naciones a desengancharse de los combustibles f¨®siles, principales responsables del cambio clim¨¢tico. Estas son las claves de este tratado y sus posibles consecuencias.
?Qu¨¦ es el Tratado de la Carta de la Energ¨ªa?
Este acuerdo, del que forman parte una cincuentena de pa¨ªses, fue impulsado en su d¨ªa desde la Europa occidental y se firm¨® en 1994, ya tras la ca¨ªda del Tel¨®n de Acero. Su objetivo era incentivar las inversiones energ¨¦ticas en los antiguos pa¨ªses de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Como otros tratados internacionales de car¨¢cter sectorial, el TCE tiene un mecanismo de resoluci¨®n de disputas entre inversores extranjeros y Estados. De hecho, el tratado es uno de los argumentos que esgrimen las compa?¨ªas multinacionales en los tribunales de arbitraje cuando consideran que un pa¨ªs ha da?ado sus intereses con alguna medida regulatoria en el sector energ¨¦tico.
?Por qu¨¦ afecta a la lucha contra el cambio clim¨¢tico mundial?
¡°En el tratado, las energ¨ªas f¨®siles est¨¢n altamente protegidas¡±, detalla Marta Garc¨ªa Pallar¨¦s, de Ecologistas en Acci¨®n. Esta ecologista se queja de que el acuerdo dificulta la transici¨®n hacia las energ¨ªas limpias en una ¡°d¨¦cada absolutamente cr¨ªtica¡± porque las grandes compa?¨ªas de combustibles f¨®siles pueden utilizarlo para frenar las pol¨ªticas de transici¨®n energ¨¦tica.
Cornelia Maarfield, experta en pol¨ªticas de Comercio de CAN Europa (una coalici¨®n de 170 organizaciones centrada en la lucha contra el cambio clim¨¢tico), a?ade: ¡°Tenemos que dejar el carb¨®n, el gas f¨®sil y el petr¨®leo. Sin embargo, casi cualquier acci¨®n que emprenda un pa¨ªs y que limite los beneficios de las empresas de combustibles f¨®siles puede ser cuestionada bajo este tratado. Los inversores pueden pedir compensaciones de millones e incluso de miles de millones de euros. Esto hace que la transici¨®n energ¨¦tica sea mucho m¨¢s cara, algo que puede desincentivar que los Gobiernos tomen las decisiones necesarias para frenar el cambio clim¨¢tico¡±.
Ambas expertas recuerdan que en su ¨²ltima revisi¨®n de la ciencia sobre el cambio clim¨¢tico el IPCC ¡ªel panel de expertos internacionales vinculado a la ONU¡ª advert¨ªa: ¡°Las reglas comerciales tienen el potencial de estimular la adopci¨®n internacional de tecnolog¨ªas y pol¨ªticas de mitigaci¨®n, pero tambi¨¦n pueden limitar la capacidad de los pa¨ªses para adoptar pol¨ªticas clim¨¢ticas relacionadas con el comercio¡±, en referencia a acuerdos como el Tratado de la Carta de la Energ¨ªa.
?Por qu¨¦ abandona Espa?a el tratado?
Durante los ¨²ltimos cuatro a?os, en 14 rondas de negociaciones, los firmantes han discutido la modernizaci¨®n de este tratado. El resultado final no convence a Espa?a y a otros pa¨ªses porque, seg¨²n alert¨® Ribera en junio, ¡°no lograr¨¢ garantizar la alineaci¨®n¡± de este tratado ¡°con el Acuerdo de Par¨ªs y los objetivos del Pacto Verde Europeo¡± al considerar que sigue blindando los intereses de los combustibles f¨®siles. ¡°En un momento en que acelerar una transici¨®n hacia la energ¨ªa limpia se ha vuelto m¨¢s urgente que nunca, es hora de que la UE y sus estados miembros inicien una retirada coordinada del TCE¡±, dijo entonces. Aunque varios pa¨ªses europeos se han mostrado cr¨ªticos con el tratado, como Francia, Alemania, Pa¨ªses Bajos o B¨¦lgica, esa retirada coordinada, de momento, no se ha producido.
El Gobierno polaco tambi¨¦n est¨¢ tramitando ahora una ley en su Parlamento para abandonar el tratado, aunque en su caso esgrime m¨¢s razones de soberan¨ªa que de impulso a la lucha contra el cambio clim¨¢tico, en la que el Ejecutivo de este pa¨ªs no suele estar entre los pa¨ªses europeos m¨¢s comprometidos.
?S¨®lo afecta a los combustibles f¨®siles?
No. Tambi¨¦n hace referencia a la energ¨ªa nuclear y el tratado ha sido utilizado por multitud de fondos de inversiones extranjeros para demandar a Espa?a por el recorte de las primas a las renovables desde hace una d¨¦cada. Estos fondos piden a Espa?a alrededor de 10.000 millones de euros y el principal instrumento que utilizan es la Carta de la Energ¨ªa. Espa?a es el pa¨ªs al que m¨¢s demandas le han presentado en la ¨²ltima d¨¦cada, con 51. De momento, los inversores han ganado 21 en los tribunales de arbitraje (aunque de momento Espa?a no ha pagado y argumenta que una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE le permite no hacerlo).
La Ley de Cambio Clim¨¢tico espa?ola establece, entre otros asuntos, un veto a los nuevos proyectos de extracci¨®n de combustibles f¨®siles y de uranio, que se emplea para producir energ¨ªa en las centrales nucleares. Esta ley, de mayo de 2021, tambi¨¦n contempla la prohibici¨®n de la utilizaci¨®n de la fracturaci¨®n hidr¨¢ulica o fracking. En el caso de los combustibles radiactivos, un grupo de inversores de la empresa Berkeley ya ha amenazado con recurrir contra el Gobierno si se bloqueaba el proyecto de la mina de uranio de Retortillo (Salamanca), como finalmente ha ocurrido.
?Qu¨¦ efectos tiene salir del tratado?
¡°Salir del tratado no es dif¨ªcil, los pa¨ªses s¨®lo tienen que emitir una notificaci¨®n por escrito¡±, apunta Maarfield. El problema es que el acuerdo incluye una cl¨¢usula de supervivencia ¡ª¡±cl¨¢usula zombi¡±, la llaman Garc¨ªa Pallar¨¦s y los ecologistas¡ª que permite a los inversores seguir demandando a un pa¨ªs que deje el acuerdo durante los 20 a?os posteriores por las acciones que haya tomado antes de su abandono. Adem¨¢s, explica Garc¨ªa Pallar¨¦s, los inversores de la naci¨®n que deja el pacto no podr¨ªan usar el TCE para pleitear contra otro pa¨ªs. Aunque ya emplean estrategias para saltarse limitaciones similares. Por ejemplo, Abengoa emple¨® a una filial luxemburguesa para demandar a Espa?a por el recorte de las renovables.
Italia se sali¨® del TCE en 2016 y sabe ya de las implicaciones de la cl¨¢usula de supervivencia. El Ciadi, un ¨®rgano de arbitraje ligado al Banco Mundial, conden¨® a Italia en agosto a pagar una multa de 190 millones de euros a la empresa brit¨¢nica de combustibles Rockhopper Explorations por el veto que este pa¨ªs aprob¨® en 2015 para las nuevos proyectos de petr¨®leo y gas dentro de las 12 primeras millas n¨¢uticas de costa. La compensaci¨®n es significativamente mayor que la inversi¨®n inicial del proyecto (unos 30 millones) porque el tratado permite a las empresas demandar por la p¨¦rdida de ganancias futuras, no solo por lo gastado.
?Puede haber una salida en cadena del tratado?
Maarfield, de CAN Europa, apunta a que la mayor¨ªa de firmantes de este tratado consideran que ¡°est¨¢ desfasado¡±, pero los esfuerzos para reformarlo han fracasado. A finales de este mes, est¨¢ previsto que los miembros de la UE se pronuncien sobre si aceptan los cambios que se pretenden introducir para modernizarlo, que no parecen contentar a muchos estados, como Francia y Alemania, que ¡°ya han expresado su descontento con los resultados de la reforma¡±, apunta Maarfield. Adem¨¢s, ¡°el Parlamento Holand¨¦s est¨¢ exigiendo a su gobierno que apoye una salida coordinada de la UE, y muchos otros pa¨ªses simplemente no han tomado a¨²n una decisi¨®n¡±, a?ade esta experta que lleva a?os siguiendo las negociaciones sobre el TCE.
¡°Esperamos que los anuncios recientes de Polonia y Espa?a creen un efecto domin¨®¡±, a?ade, y que se produzca ¡°una salida coordinada¡± de la UE. Tanto Maarfield como Garc¨ªa Pallar¨¦s, sostienen que una retirada conjunta de los pa¨ªses europeos, como quiere Espa?a, podr¨ªa diluir la cl¨¢usula de supervivencia, ya que podr¨ªan cerrar entre ellos un acuerdo para que no se aplicara. ¡°Por ese motivo, una retirada conjunta del mayor n¨²mero de pa¨ªses posible ser¨ªa lo mejor para reducir el riesgo de pleitos en el futuro¡±, a?ade Maarfield.
?Puede ser un desincentivo para las inversiones verdes?
Los defensores del tratado, sin embargo, argumentan que tambi¨¦n protege a las inversiones en renovables, como es el caso de los laudos contra Espa?a por el recorte en las primas operado por los gobiernos de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Mariano Rajoy a principios de la d¨¦cada pasada. ¡°Acuerdos como el TEC no facilitan las nuevas inversiones, se cerraron para proteger inversiones existentes¡±, contraargumenta Maarfield.
Este tipo de pactos se dise?an para proteger las inversiones y que los fondos se sientan m¨¢s seguros a la hora de apoyar alg¨²n proyecto. Espa?a vive desde hace a?os una avalancha de peticiones para la instalaci¨®n de parques e¨®licos y solares y se est¨¢ situando a la cabeza europea en la instalaci¨®n de nuevas fuentes renovables. ¡°En lo que respecta a inversiones en renovables, es evidente que los inversores consideran mucho m¨¢s importantes otros factores relacionados con las pol¨ªticas y marcos regulatorios de un pa¨ªs, m¨¢s que en estos acuerdos para la protecci¨®n de inversiones¡±, a?ade la experta de la CAN. ¡°Brasil, por ejemplo, es uno de los destinos m¨¢s populares para inversiones en renovables, y nunca se uni¨® a acuerdos como este¡±, concluye.
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