Dos nuevas acusaciones de abusos en el seminario marista de Elche: la orden investiga a otro religioso y un antiguo capell¨¢n ya ha sido suspendido
La congregaci¨®n sigue guardando silencio sobre lo que ha averiguado del caso de Joaqu¨ªn Bascu?ana, ex delegado de Gobierno del PP en Murcia, que fue religioso en su juventud
EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce alg¨²n caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en Am¨¦rica Latina, la direcci¨®n es: abusosamerica@elpais.es.
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El caso de Joaqu¨ªn Bascu?ana, ex delegado de Gobierno del PP en Murcia hasta 2015, acusado este martes de abusos por tres exalumnos del seminario de La Marina de Elche en los a?os setenta, cuando era hermano marista, no es el ¨²nico bajo investigaci¨®n en este centro. La orden investiga otro, remitido por EL PA?S en su segundo informe sobre abusos en la Iglesia espa?ola, con 200 casos in¨¦ditos, entregado el pasado mes de junio a la Conferencia Episcopal y al Vaticano. Se trata de la acusaci¨®n contra J. G. A., un hermano marista de la misma ¨¦poca de Bascu?ana, aunque solo estuvo all¨ª dos cursos, de 1975 a 1977. Un exalumno asegura que comet¨ªa abusos en la enfermer¨ªa, donde era el encargado. Despu¨¦s fue enviado a misiones. El otro caso es de a?os m¨¢s tarde, el acusado es don Antonio, el sacerdote que hac¨ªa de capell¨¢n del seminario en 1986. La di¨®cesis de Orihuela-Alicante, de la que depende el cura, por no ser marista, abri¨® una investigaci¨®n can¨®nica tras recibir el primer informe de este diario de diciembre de 2021, donde estaba incluida la denuncia. El proceso ha confirmado las acusaciones y ha concluido con la suspensi¨®n del sacerdote, confirma el obispado. No obstante, la opacidad y la falta de transparencia, tanto de los maristas como de la di¨®cesis de Orihuela-Alicante, es total en cuanto a los detalles de cada caso y lo que han averiguado en la investigaci¨®n.
Respecto al caso de Joaqu¨ªn Bascu?ana, los maristas no han dado ninguna informaci¨®n hasta ahora sobre el resultado de su investigaci¨®n, abierta en julio de 2021, y tras la publicaci¨®n de la noticia tampoco han querido hacerlo. Pese a que ha transcurrido m¨¢s de un a?o de la primera denuncia de uno de los afectados, la orden no se ha puesto en contacto con Bascu?ana. Y tampoco ha informado a la di¨®cesis del presunto encubrimiento del capell¨¢n del internado en aquel momento, un sacerdote diocesano llamado don Manuel, a quien uno de los alumnos denunci¨® lo que pasaba, sin que tomara ninguna medida. La di¨®cesis de Orihuela-Alicante lo est¨¢ buscando ahora tras saberlo a trav¨¦s de EL PA?S. Un canonista que prefiere guardar el anonimato afirma que este caso refleja que la Iglesia sigue cometiendo el mismo error: ¡°Los maristas acogieron a una de las v¨ªctimas, la escucharon, pero no incoaron ning¨²n procedimiento. Se han pasado un a?o sin hacer nada, a pesar de las instrucciones que marca el derecho can¨®nico¡±.
El primero de los dos nuevos casos que salen ahora a la luz sit¨²a los abusos de J. G. A. en la enfermer¨ªa del seminario. ¡°Ten¨ªa un dispensario con dos camas. Era famoso porque, fueras por lo que fueras, dolor de cabeza, un tobillo, resfriado, daba igual, lo primero era siempre ponerte un supositorio de glicerina, y luego lo que ven¨ªa despu¨¦s. Todos lo sab¨ªamos y lo evit¨¢bamos¡±, relata este antiguo seminarista, que solo estuvo dos a?os en el centro porque fue expulsado. ¡°A m¨ª personalmente me cont¨® lo que le pas¨® un compa?ero de Teruel, que despu¨¦s del supositorio empez¨® a tocarle. Una vez yo fui porque ten¨ªa fiebre y lo intent¨®, pero como ya estaba prevenido, en cuanto me tumb¨® y me quiso poner el supositorio, dije que no y me escap¨¦. Luego te cruzabas con ¨¦l y no dec¨ªa nada, ah¨ª quedaba la cosa. ?l lo intentaba y si uno no aceptaba, se iba a por el siguiente. Todos los maristas lo sab¨ªan y lo tapaban¡±. Este religioso luego estuvo varios a?os de misionero en ?frica. Antes y despu¨¦s pas¨® por colegios maristas de la Comunidad Valenciana. Los maristas, consultados por este diario, indican que J. G. A. ha sido apartado cautelarmente, siguiendo ¡°lo marcado en nuestros protocolos oficiales y que incluyen, entre otras acciones, el establecimiento de medidas cautelares, mientras se desarrolla el proceso de investigaci¨®n, hacia personas que son acusadas y que forman parte actualmente de la instituci¨®n¡±.
El exseminarista considera que los maristas conoc¨ªan perfectamente lo que ocurr¨ªa porque hab¨ªa, al menos, otros dos de los que tiene buen recuerdo porque, de hecho, intentaban alejarlos de las manos de J. G. A. ¡°Hab¨ªa dos hermanos que quiero destacar porque eran los ¨²nicos que intentaban protegernos. Uno se llamaba Joaqu¨ªn Ferragud, y el otro, el hermano Fulgencio. Estaba claro, ahora lo comprendo, que sab¨ªan lo que pasaba y siempre que nos ve¨ªan con el hermano J. G. A. nos llevaban con ellos. Este hermano daba tambi¨¦n clase en un taller de pintura, y recuerdo que una vez, al ver que algunos nos ¨ªbamos con ¨¦l, el hermano Joaqu¨ªn Ferragud intervino y dijo que no fu¨¦ramos a clase, que nos fu¨¦ramos con ¨¦l. Si ve¨ªa alguno en el punto de mira, interven¨ªa¡±.
Al igual que el relato de uno de los tres primeros denunciantes, este antiguo alumno tambi¨¦n asegura que sufri¨® en el seminario ¡°dos a?os de total esclavitud¡±. ¡°Contempl¨¦ muchos episodios de malos tratos y de humillaciones. Me mandaban siempre a trabajar a la huerta y la granja. Ten¨ªan un terreno de m¨¢s 150 hect¨¢reas con huerta, naranjos y all¨ª nos pon¨ªan a trabajar. Hasta nos hac¨ªan ir el 1 de septiembre para recoger la almendra, aunque las clases no empezaban hasta el 15 de septiembre¡±.
El segundo caso sucede ya en los a?os ochenta. El acusado es el sacerdote que hac¨ªa de capell¨¢n del seminario en 1986, identificado solo como Don Antonio por la v¨ªctima, que no recordaba el apellido. Esta persona inform¨® a los maristas y supo que recibieron otras denuncias entre 1987 y 1988, pero desconoce si tomaron medidas. Al ser un cura diocesano, no un marista, depend¨ªa del obispado de Orihuela-Alicante, que tras recibir la informaci¨®n de EL PA?S en 2021 abri¨® una investigaci¨®n can¨®nica. Identific¨® al sacerdote, ya anciano, lo apart¨® y envi¨® la documentaci¨®n al Dicasterio de la Doctrina de la Fe, el ¨®rgano disciplinario del Vaticano, seg¨²n confirma la di¨®cesis. ¡°Se recibieron el pasado 21 de junio las indicaciones al respecto. Actuamos conforme a ellas, estableciendo las medidas disciplinares al respecto, que incluyen la suspensi¨®n del ministerio¡±, concluye.
No obstante, la transparencia de la di¨®cesis es m¨ªnima. Preguntada por este diario, no aclara el nombre completo del cura, ni los destinos y parroquias por las que pas¨®. Tampoco explica c¨®mo actu¨® la di¨®cesis en 1986, cuando los maristas ya tuvieron conocimiento de los abusos. El obispo en aquella ¨¦poca era Pablo Barrachina y Estevan. No aclaran si el sacerdote fue apartado o ha seguido ejerciendo y en contacto con menores durante 25 a?os, hasta 2021, cuando EL PA?S transmiti¨® la denuncia.
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