Tres exalumnos de maristas denuncian en la orden y el Defensor del Pueblo abusos de un antiguo delegado del Gobierno del PP en Murcia
Joaqu¨ªn Bascu?ana, que niega las acusaciones, fue religioso en los a?os setenta en un internado de Elche antes de dejar la congregaci¨®n y entrar en pol¨ªtica. Peso pesado del partido en la regi¨®n, espera juicio por corrupci¨®n urban¨ªstica
Tres antiguos alumnos del seminario Santa Mar¨ªa del Mar de los maristas en La Marina de Elche, Alicante, que hoy tienen entre 60 y 61 a?os, acusan de abusos sexuales de 1970 a 1973 a uno de sus profesores, Joaqu¨ªn Bascu?ana Garc¨ªa (Molina de Segura, Murcia, 1951), que luego, a los 30 a?os, dej¨® la vida religiosa, entr¨® en pol¨ªtica y ha sido uno de los pesos pesados del PP en Murcia desde los a?os noventa. De 2011 a 2015 fue delegado de Gobierno en Murcia, con el Ejecutivo de Mariano Rajoy. El presunto delito est¨¢ prescrito y abocado al archivo, y los tres lo han denunciado a los maristas, que abrieron una investigaci¨®n ya en 2021, y a la comisi¨®n del Defensor del Pueblo que investiga los abusos de menores en la Iglesia cat¨®lica.
Bascu?ana, contactado por este peri¨®dico, rechaza de plano las acusaciones, lo niega todo y asegura que el relato de estos tres antiguos alumnos es ¡°completamente falso¡±. ¡°No doy cr¨¦dito, no lo puedo entender, no tengo conciencia de ello, juro por lo m¨¢s sagrado que nunca en mi vida he tocado a un ni?o¡±, afirma. En la ¨¦poca de los supuestos hechos ten¨ªa entre 19 y 22 a?os. Este exdirigente del PP ha sido senador en cuatro legislaturas, dos veces consejero del Ejecutivo regional y delegado de Gobierno en esta comunidad entre 2011 y 2015, cargo del que dimiti¨® tras su imputaci¨®n en un caso de corrupci¨®n urban¨ªstica. Desde entonces, se apart¨® de la primera l¨ªnea pol¨ªtica y en la actualidad est¨¢ a la espera de juicio en ese proceso, el caso Novo Carthago, que comenzar¨¢ el pr¨®ximo mes de febrero. Sigue afiliado al PP, seg¨²n confirma ¨¦l mismo. Considera ins¨®lito e injusto que se d¨¦ cr¨¦dito ¡°a acusaciones de unos supuestos roces de hace 50 a?os que destrozan a un hombre, a una familia y a su trayectoria¡±. ¡°No me puedo defender, estoy dispuesto a sentarme con estas tres personas para que me lo digan a la cara y hablar con ellos¡±, concluye. Por otro lado, indica que hasta 1972 la mayor¨ªa de edad era de 21 a?os y, por tanto, en todo caso, ¨¦l mismo era menor en algunos de los a?os de los presuntos hechos.
Estos tres exalumnos, que denuncian tocamientos y que restregaba su sexo contra ellos, no desean revelar su identidad. Se han ido poniendo en contacto con EL PA?S a lo largo de los ¨²ltimos dos a?os para aportar su testimonio. Han entregado a este diario declaraciones juradas con sus testimonios de abusos cuando ten¨ªan entre 10 y 12 a?os. El primero en salir a la luz cont¨® su experiencia en un art¨ªculo de este diario en julio de 2021, y en el texto identific¨® a su agresor simplemente como ¡°hermano Joaqu¨ªn¡±. Tambi¨¦n acusaba a la orden de encubrir el caso, pues en aquel entonces lo denunci¨® al director del seminario, pero no hizo nada y, es m¨¢s, a ¨¦l lo expulsaron del centro. Al d¨ªa siguiente de la publicaci¨®n de la noticia, el 24 de julio de 2021, lo denunci¨® directamente a los maristas, mediante un correo electr¨®nico a su servicio de atenci¨®n a las v¨ªctimas de pederastia, en el que revelaba de qui¨¦n se trataba: Joaqu¨ªn Bascu?ana. ¡°Lo que m¨¢s me ha dolido de esta triste historia es que mis padres murieron pensando que me hab¨ªan expulsado del seminario por ser mala persona y no ser apto para haber sido hermano marista. Nunca tuve el valor necesario para contarles mi pesadilla¡±.
Le respondi¨® al d¨ªa siguiente Fernando Dom¨ªnguez, delegado provincial de protecci¨®n de la infancia de la provincia marista Mediterr¨¢nea, que no puso en duda los hechos: ¡°Su escrito nos causa un profundo dolor y condenamos lo sucedido, por tratarse de una casa de formaci¨®n y por truncar sus proyectos vocacionales. Quisiera pedirle perd¨®n, en nombre de la Instituci¨®n Marista, por el sufrimiento y la tristeza que envolvieron su vida y el secreto que nunca pudo confesar a sus padres. Son hechos que nunca debieron ocurrir y que reflejan que le fallamos como instituci¨®n. Su correo nos da pie a abrir un proceso que esclarezca los hechos con los datos que Ud. nos ha proporcionado¡±. EL PA?S ha preguntado a los maristas sobre el resultado de esa investigaci¨®n, m¨¢s de un a?o despu¨¦s de ser abierta, para saber si han confirmado las acusaciones, a trav¨¦s de testimonios internos y de sus archivos, y si les han llegado denuncias de m¨¢s v¨ªctimas, pero la orden se niega a dar cualquier informaci¨®n. Bascu?ana, por su parte, asegura a este diario que la congregaci¨®n nunca se ha puesto en contacto con ¨¦l.
El relato hizo salir a la luz en los meses siguientes a otros dos antiguos compa?eros, que corroboraron las acusaciones del primero. EL PA?S incluy¨® sus testimonios en el primer informe con 251 casos de abusos in¨¦ditos entregado al Papa y a la Conferencia Episcopal Espa?ola en diciembre de 2021. Los maristas los recibieron entonces para incorporarlos a su investigaci¨®n.
El primer testimonio publicado en EL PA?S acusaba de abusos al hermano Joaqu¨ªn, tutor de primero y segundo curso de bachiller y organista del seminario. Seg¨²n el relato de este antiguo seminarista, le asalt¨® en varias ocasiones tras los ensayos del coro, aprovechando que se quedaba a solas con ¨¦l, a veces en el banco del ¨®rgano y, otras, en una sala para retiros espirituales: ¡°Se sub¨ªa la sotana, para que le diera m¨¢s placer, se la enganchaba en el cord¨®n y se restregaba, te tocaba. Yo notaba su miembro erecto, pero el horror me paralizaba. Intentaba zafarme de ¨¦l, pero su fuerza me lo imped¨ªa. Se pon¨ªa contra la puerta para que no entrara nadie. Una vez le sorprend¨ª en la sala de profesores enganchado con otro chico. Las noches que le tocaba de guardia en los dormitorios, donde dispon¨ªa de una habitaci¨®n junto a los aseos, sal¨ªa a buscar a sus v¨ªctimas. Yo me tapaba hasta arriba para que no me viese y rezaba para que no me tocara a m¨ª¡±. Bascu?ana es tajante al negar estas acusaciones, un modus operandi que se repite en los tres casos, y ¨²nicamente se lo explica por ¡°una mala interpretaci¨®n de muestras de cari?o¡±.
Este exalumno estudi¨® en el centro de 1970 a 1973 y afirma que sufri¨® duras represalias tras encararse con Bascu?ana y denunciar luego los abusos al director del centro, Abilio D¨ªez Mediavilla, ya fallecido: ¡°Me hizo la vida imposible. Me castigaban los fines de semana. El ¨²ltimo a?o me hicieron la vida imposible, me lo pas¨¦ casi de trabajos forzados, como en una prisi¨®n. En las cocinas, fregando y pelando patatas y cebollas. En la granja de pollos y conejos. En las tierras que ten¨ªan, regando almendros y algarrobos. Limpiando los retretes del patio, que eran a la turca, cuando se atascaban ten¨ªa que sacar los excrementos con la mano, me pon¨ªa una bolsa de pl¨¢stico y lo hac¨ªa entre arcadas. Era un ni?o y me explotaron como en una prisi¨®n. Luego les dijeron a mis padres que me portaba mal y que no pod¨ªa seguir, me expulsaron. Encima mis padres pensaron que yo era mala persona. No se lo cont¨¦ a nadie. Ahora tengo 61 a?os, pero sigo viviendo y padeciendo con el trauma de entonces. Me ha afectado hasta tal punto que a¨²n evito las caricias, incluso de mi esposa o mis hijos¡±.
D¨ªas despu¨¦s se uni¨® a su denuncia otro antiguo interno del centro, que contact¨® con este diario a trav¨¦s del correo electr¨®nico abierto en 2018 para se?alar abusos y al que han llegado ya m¨¢s de mil mensajes: ¡°He le¨ªdo su noticia de abusos en los maristas y yo tambi¨¦n tuve una experiencia de abusos por parte del hermano Joaqu¨ªn¡±. Este alumno, que estudi¨® all¨ª de 1970 a 1974, cuenta que tuvo suerte de no ser seleccionado para el coro, porque no ten¨ªa buena voz, pero sit¨²a el ataque en otro lugar. ¡°Un d¨ªa se present¨® en clase y pidi¨® un voluntario para ayudarle en el taller de fotograf¨ªa, para revelar fotos. No s¨¦ si levant¨¦ la mano, cu¨¢ntos la levantamos o si ¨¦l eligi¨® al azar. La cuesti¨®n es que fui con ¨¦l al laboratorio y todo iba normal, hasta que en un momento dado me abraz¨® por detr¨¢s, como jugando, y not¨¦ como restregaba su miembro erecto contra mi trasero. No tuve la oportunidad de decir nada ni de reaccionar. Me ten¨ªa abrazado sin capacidad de moverme. En esos momentos te quedas bloqueado. Todo acab¨® ah¨ª, no fue a m¨¢s. Desde luego no volv¨ª a ofrecerme como voluntario para nada con ¨¦l. El trauma me dur¨® alg¨²n tiempo, aunque lo super¨¦¡±. Este segundo denunciante quiere dejar claro que, no obstante, ¡°en t¨¦rminos generales¡± est¨¢ muy agradecido a los maristas por la formaci¨®n que le dieron.
Tambi¨¦n a?ade que Bascu?ana ¡°sol¨ªa, en los recreos, antes de ir a dormir, manosear y restregarse con los alumnos m¨¢s j¨®venes¡±. ¡°Lo recuerdo como si fuera hoy: en plena escalera del patio trasero, simulando estar jugando con el alumno joven y m¨¢s ani?ado, lo encaraba, lo apretaba a su cuerpo y lo balanceaba de un lado a otro. No era otra cosa que un abuso encubierto¡±. Quiere hacerlo p¨²blico porque Bascu?ana ¡°abus¨® de un ni?o que desconoc¨ªa todo de la vida¡± y con el agravante de que era su tutor.
Meses despu¨¦s, EL PA?S contact¨® con un tercer alumno de la misma ¨¦poca, que estudi¨® en el centro de 1971 a 1973: ¡°Yo tambi¨¦n sufr¨ª el acoso del hermano Joaqu¨ªn en repetidas ocasiones¡±, asegur¨®. Denuncia que a ¨¦l le acos¨® durante un largo periodo y sufri¨® varios episodios de abusos. ¡°Comenz¨® a aislarme del resto de compa?eros cuando las condiciones le eran favorables. Me abrazaba, normalmente por detr¨¢s, y tras haberse subido la sotana sujet¨¢ndola con el cintur¨®n, me acariciaba mientras me dec¨ªa con voz entrecortada lo que me quer¨ªa y lo bien que se portar¨ªa conmigo siempre. Esto ocurr¨ªa cuando me ped¨ªa que le ayudase a revelar fotograf¨ªas. Se restregaba contra m¨ª, me sobaba. En otras ocasiones fue en el s¨®tano donde estaba el gimnasio y en los vestuarios, donde me mandaba a ordenar los balones y luego me pillaba solo, ten¨ªa que buscar el momento. Otra vez fue en excursiones al campo o a las dunas de Guardamar, me apartaba del grupo y hac¨ªa lo mismo. Nunca me amenaz¨® con que no lo dijera a nadie, no hac¨ªa falta. Luego en el comedor hac¨ªa que te dieran un segundo postre, por ejemplo. Te llamaba y te daba el flan¡±.
Este tercer alumno tambi¨¦n prob¨® a denunciarlo, en esta ocasi¨®n con el capell¨¢n, don Manuel, un sacerdote diocesano que en el seminario dec¨ªa misa y confesaba. ¡°Yo me daba cuenta de que aquello no era normal, y no sab¨ªa a qui¨¦n recurrir. Descart¨¦ a mis compa?eros, y a mis padres, much¨ªsimo menos. Se lo cont¨¦ al capell¨¢n, le expuse claramente todo. Yo cre¨ªa que la Iglesia era buena y habr¨ªa solucionado el problema, pero nada de nada. Al rev¨¦s, ¨¦l se ceb¨® m¨¢s conmigo. Aquello era un entramado encubierto. ?ramos de pueblos peque?itos, no hab¨ªamos salido de ellos en la vida. Yo no sab¨ªa nada de sexualidad, lo vas entendiendo despu¨¦s. Adem¨¢s, all¨ª est¨¢bamos aislados, ¨ªbamos a casa tres veces al a?o, en vacaciones, Navidad, Semana Santa y verano. No se lo deseo a nadie¡±. En su caso, recuerda que con 12 a?os ya hab¨ªa crecido mucho y empez¨® a defenderse para evitar los tocamientos, forcejeando con ¨¦l, hasta que dej¨® de hacerlo. Al acabar ese curso, en 1973, este alumno abandon¨® el seminario.
Los maristas no se han puesto en contacto con la di¨®cesis de Orihuela-Alicante, de la que depend¨ªa aquel capell¨¢n, para informarle del caso y saber si est¨¢ vivo y puede prestar testimonio en la investigaci¨®n, seg¨²n confirma el obispado a este diario. Ha sido a trav¨¦s de EL PA?S como la di¨®cesis ha conocido el caso y ha comenzado a buscar al sacerdote.
Bascu?ana, seg¨²n ¨¦l mismo ha relatado en p¨²blico, fue marista de los 16 a los 30 a?os. Seg¨²n la documentaci¨®n disponible de la comunidad marista de ese seminario, lleg¨® al centro en el curso 1970-1971 y permaneci¨® all¨ª al menos hasta el verano de 1977. Entonces se traslad¨® dos cursos a la comunidad marista de Salamanca, como estudiante, hasta 1979. Entre 1980 y 1981 pas¨® un a?o en Jerusal¨¦n, haciendo un curso de doctorado, donde dirigi¨® el Instituto B¨ªblico Arqueol¨®gico Espa?ol. Fue su ¨²ltimo a?o como hermano marista, aunque la orden no aclara los motivos de su marcha. ?l asegura que fue voluntaria.
Tras dejar los h¨¢bitos, Bascu?ana ingres¨® en 1985 en el Partido Popular. Se convirti¨® en concejal de su pueblo, Molina de Segura, de 1987 a 1995, desde donde escal¨® a la c¨²pula regional del partido. En 1995 fue elegido senador por primera vez por designaci¨®n del Parlamento murciano, y entr¨® en la junta directiva nacional del Partido Popular. Es a partir de 2002 cuando se convierte en una figura muy poderosa en Murcia, como consejero de Obras P¨²blicas hasta 2007, una gesti¨®n por la que ahora se sienta en el banquillo. Luego, de 2007 a 2011, fue consejero de Pol¨ªtica Social, Mujer e Inmigraci¨®n.
El Gobierno de Mariano Rajoy le nombr¨® delegado del Gobierno en Murcia en 2011, hasta que dimiti¨® en 2015, tras ser imputado en el caso Novo Carthago, en el que los inspectores de Hacienda sospecharon ¡°ingresos ocultos¡± porque llevaba 13 a?os sin apenas sacar dinero del banco. En este proceso, altos cargos del Ejecutivo murciano est¨¢n acusados de introducir modificaciones legales para hacer urbanizables zonas de protecci¨®n medioambiental junto al mar Menor y facilitar la construcci¨®n de una urbanizaci¨®n de 10.000 viviendas, hoteles y campos de golf.
Por su pasado religioso, en el PP murciano le llamaban ¡°el curica¡± o ¡°el obispo¡±. En una entrevista realizada en 2008 en Punto Radio coment¨® sobre su etapa marista: ¡°No me arrepiento en absoluto. Todo lo contrario¡±. Explic¨® que a veces segu¨ªa yendo a un monasterio a meditar: ¡°Es una experiencia que recomiendo a todos. (¡) Meditas sobre ti mismo. De actuaciones que has tenido. Yo reconozco que tengo mal genio¡±.
En Espa?a han salido a la luz hasta ahora 855 acusaciones contra sacerdotes, religiosos y seglares de la Iglesia cat¨®lica, con 1.606 v¨ªctimas, seg¨²n la contabilidad que lleva EL PA?S. Es una base de datos abierta y actualizada en la que se pueden consultar todos los casos destapados por la investigaci¨®n iniciada por este diario en 2018 y los publicados por otros medios. Es la ¨²nica estad¨ªstica conocida, ante la ausencia de datos oficiales o de la Iglesia. Los maristas son, tras los jesuitas, la orden con m¨¢s miembros acusados en toda Espa?a, un total de 123 casos.
Si conoce alg¨²n caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escr¨ªbanos con su denuncia a abusos@elpais.es. Si es en Am¨¦rica Latina, puede escribir a abusosamerica@elpais.es
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