Los psiquiatras alertan de la escasez de profesionales en Espa?a, a la cola de la Uni¨®n Europea
Seg¨²n el libro blanco de la psiquiatr¨ªa, se deber¨ªan contratar entre 370 y 656 especialistas al a?o durante un lustro para alcanzar unas ratios ¨®ptimas
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Izaskun Escribano tiene un problema, pero no tiene quien se lo trate. Hace unos meses, esta estudiante de 23 a?os se vio envuelta en una mara?a administrativa que la alejaba m¨¢s y m¨¢s del tratamiento psiqui¨¢trico que lleva tiempo solicitando. ¡°Estaba flipando, llorando, diciendo ¡®pero por favor, que alguien me atienda, que alguien me ayude, no puedo m¨¢s¡±, explica por tel¨¦fono. Escribano tiene un trastorno de la alimentaci¨®n. Intent¨® tratarse en la sanidad p¨²blica de su Salamanca natal cuando fue all¨ª a pasar el verano con su familia. No lo consigui¨®. Cuando volvi¨® en septiembre a Madrid, donde estudia, pidi¨® el traslado sanitario de su expediente. Su m¨¦dico le hizo un volante para una consulta de psiquiatr¨ªa urgente. Le dieron cita para el 8 de marzo, seis meses despu¨¦s. Fue el principio de un periplo administrativo que aun a d¨ªa de hoy sigue sin resolverse. ¡°Yo doy gracias a que me puedo permitir una consulta privada, si no estar¨ªa muerta¡±, confiesa.
El caso de Izaskun no es excepcional. Aunque hay grandes diferencias territoriales, las listas de espera son la norma en casi toda Espa?a. El motivo parece evidente: Espa?a es uno de los pa¨ªses con la tasa de psiquiatras m¨¢s baja de Europa, seg¨²n denuncia el libro blanco de la psiquiatr¨ªa, cuya primera edici¨®n ha presentado este mi¨¦rcoles en Madrid la Sociedad Espa?ola de Psiquiatr¨ªa y Salud Mental (SEPSM).
El pa¨ªs apenas supera los nueve por cada 100.000 habitantes (11,5 si se incluye a los psiquiatras en formaci¨®n). Es una cifra ¡°palmariamente inferior a la media de la Uni¨®n Europea y m¨¢s baja que la de otros pa¨ªses con un PIB similar¡±, valora el doctor Celso Arango L¨®pez, expresidente de la SEPSM. Portugal tiene 14; Francia, 23; Alemania, 28. La situaci¨®n es llamativa, pero lejos de mejorar, todo apunta que puede ir a peor. ¡°En los pr¨®ximos a?os se van a jubilar el 20% de los psiquiatras¡±, explica el doctor Manuel Mart¨ªn Carrasco, sucesor en el cargo de Arango L¨®pez. ¡°Esta tasa no se va a suplir con las personas que terminen la especialidad. Ni aunque todas ellas se incorporaran al sistema p¨²blico espa?ol, cosa que no va a suceder¡±.
Puede que ¨²ltimamente se hable m¨¢s que nunca de salud mental, pero hablar de un problema no siempre significa ponerle soluciones. De hecho, la concienciaci¨®n social, al no venir acompa?ada de un refuerzo de personal, denuncian los profesionales, solo ha servido para tensionar a¨²n m¨¢s un sistema al l¨ªmite. ¡°Vivimos un momento de aumento de la demanda de atenci¨®n¡±, reconoce Mart¨ªn Carrasco. ¡°La situaci¨®n es urgente, por lo que deben tomarse medidas a corto, medio y largo plazo¡±. Para alcanzar unas ratios ¨®ptimas, de 13 a 15 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, advierte el estudio, ser¨ªa necesario incorporar entre 370 y 565 profesionales al a?o durante el pr¨®ximo lustro.
Solo dos comunidades llegan a esta ratio, Pa¨ªs Vasco (con 15) y Catalu?a (13). Islas Baleares, Asturias y Navarra, con poco m¨¢s de 11 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, se encuentran tambi¨¦n en la parte alta de la tabla. En el otro extremo, cierran la lista las ciudades aut¨®nomas de Melilla (4,7) Ceuta (5,9) y las comunidades valenciana (5,9) y andaluza (6,2).
El efecto de la pandemia
El doctor Carrasco reconoce que el problema viene de lejos, pero asegura que se hizo m¨¢s acuciante a partir de la pandemia. ¡°Se produjo un d¨¦ficit de atenci¨®n en salud mental y eso se une tambi¨¦n al incremento que produjo la propia pandemia de las circunstancias asociadas, por el efecto del confinamiento y el de la de la crisis econ¨®mica. De alguna forma, todav¨ªa ese efecto se ha mantenido¡±. Adem¨¢s, a?ade, estos problemas no tuvieron una respuesta directa, ¡°pues todos los recursos se orientaron hacia la atenci¨®n a la pandemia¡±. El estudio, de hecho, empez¨® a prepararse en los momentos inmediatamente posteriores a la pandemia.
Izaskun Escribano paga 400 euros al mes por ver a su psic¨®logo cada dos semanas y a su nutricionista y a su psiquiatra una vez al mes. Si estuviera ingresada en un centro de d¨ªa, como muchos pacientes con trastornos de alimentaci¨®n, pagar¨ªa 2.000. ¡°Es caro, pero tengo la sensaci¨®n de que es la ¨²nica alternativa¡±, se lamenta.
Seg¨²n el libro blanco de la psiquiatr¨ªa, el 34,7% de los psiquiatras colegiados en Espa?a ejercen su actividad fuera del ¨¢mbito p¨²blico. Son casi cinco puntos m¨¢s del porcentaje respecto a los m¨¦dicos en general que, seg¨²n datos del Ministerio de Sanidad, est¨¢ en torno al 30%. Pero, ?qu¨¦ significa esto para el paciente? ¡°S¨¦ que no es f¨¢cil acceder a la psiquiatr¨ªa a trav¨¦s de la Seguridad Social¡±, reconoce Carrasco. ¡±S¨¦ que hay listas de espera y que mucha gente que se ve abocada a hacerlo a trav¨¦s de la privada¡±.
Este libro blanco pretende reflejar la situaci¨®n de la psiquiatr¨ªa en nuestro pa¨ªs. Es una fotograf¨ªa de un momento concreto, con el foco en las diferencias territoriales y sin perder de vista las realidades de pa¨ªses de nuestro entorno. Pero tambi¨¦n supone una mirada a futuro. A lo que pasar¨¢ si no se cambia nada y a lo que podr¨ªa cambiar si se invierte, se mejoran las condiciones de los psiquiatras, se retrasa su jubilaci¨®n y se coordinan los servicios sociales sanitarios de las distintas comunidades aut¨®nomas. ¡°Ver lo llamativo de estos datos debe suponer una llamada a la acci¨®n¡±, resume Carrasco.
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