Espa?a cambia la historia

La historia la escriben los vencedores. Y hoy la escriben las espa?olas, campeonas del mundo despu¨¦s de que Aitana, la m¨¢s lista de la clase, robara el bal¨®n y se lo entregara a Tere Abelleira, la que siempre se salta las l¨ªneas de presi¨®n, la que entiende el desplazamiento en largo como una rampa para llegar al gol. Control exquisito de Mariona y doblada por la izquierda de Olga Carmona como mandan los c¨¢nones de la carrilera, que le peg¨® a la carrera, un disparo seco y cruzado, ajustado al poste y a la red. Hero¨ªna en semis, leyenda en la final ante una Inglaterra que lo intent¨®, pero se qued¨® con las ganas, el¨¦ctrica, pero sin mordiente.

ESPEspa?a

1

Cata Coll, Olga Carmona, Laia Codina, Irene Paredes, Ona Batlle, Teresa Abelleira, Aitana Bonmat¨ª, Jenni Hermoso, Salma Paralluelo, Alba Redondo y Mariona Caldentey

ING Inglaterra

0

Mary Earps, Alex Greenwood, Millie Bright, Jess Carter, Keira Walsh, Lucy Bronze, Georgia Stanway, Rachel Daly, Lauren Hemp, Ella Toone y Alessia Russo

Goles 1-0 min. 29: Olga Carmona.

?rbitro Tori Penso

Tarjetas amarillas Lauren Hemp (min. 54) y Salma Paralluelo (min. 77)

Espa?a gobern¨® el centro del campo y las ¨¢reas. Busc¨® el segundo con insistencia. Se encontr¨® con los palos Salma, que se met¨ªa en la cocina con su zancada larga. Y hasta err¨® un penalti Jenni Hermoso tras una mano de Walsh de manual que la ¨¢rbitra revis¨® una y otra vez. Pero el gol no lleg¨®.

Supo, sin embargo, resistir la Roja, a quien las derrotas han imprimido car¨¢cter y saber estar, por m¨¢s que Inglaterra pusiera en aprietos a una Cata Coll que no entiende de tiriteras ni miedos, gigante con guantes. May¨²scula con los pies. No se entiende este equipo sin su sangre fr¨ªa para sacar el bal¨®n. El f¨²tbol de esta selecci¨®n, a veces horizontal y pausado, en ocasiones m¨¢s vertical y vertiginoso, empieza en ella y persigue la excelencia en cada pase. As¨ª vence. As¨ª se hizo campeona.

T¨ªtulo para Espa?a que explica que el f¨²tbol es de las chicas, de esas que superaron los prejuicios y lucharon contra la desigualdad, de las mismas que pidieron turno ¡ªsin mucho ¨¦xito¡ª para jugar con los chicos en el patio del colegio, de aquellas que tuvieron que aguantar improperios por amar a la pelota, de las que aguantaron durante a?os el amateurismo y condiciones irrisorias, tambi¨¦n de las que han logrado con sudor y tenacidad, y un gran discurso con los pies, llevar el deporte a lo m¨¢s alto, para cambiar definitivamente el mundo del bal¨®n.

El camino no ha sido sencillo, piezas de un puzle que empez¨® en Benidorm, donde realizaron la primera concentraci¨®n, para pasar por Avil¨¦s, Copenhague y cruzar el mundo hasta Palmerston North, Wellington y Auckland de Nueva Zelanda; la Copa la alzaron ayer finalmente en S¨ªdney.

¡°Nau Mai Peina¡± (Bienvenida Espa?a) se le¨ªa en un gran cartel y en lengua maor¨ª en la Universidad Massey de Palmerston, campo base de la selecci¨®n. Pero el saludo fue, m¨¢s bien, el fr¨ªo y la lluvia, adem¨¢s de las dobles sesiones ¡ªpor la ma?ana sobre el c¨¦sped y por la tarde en el gimnasio¡ª hasta que comenz¨® el torneo. ¡°La verdad es que odiamos un poco a Blanca [Romero, la preparadora f¨ªsica] al principio, pero luego lo hemos agradecido mucho¡±, admit¨ªa Laia Codina. Porque esa insistencia por reforzar lo f¨ªsico las ha llevado hasta el t¨ªtulo.

El pitido inicial se dio ante Costa Rica (3-0), duelo en el que Espa?a explic¨® que no se negocia con su identidad de amasar el esf¨¦rico, pero que ten¨ªa un abanico de recursos, como sacar 70 centros para rematar el juego en el ¨¢rea rival, momento tambi¨¦n en el que Salma Paralluelo se mostr¨® al planeta f¨²tbol. Despu¨¦s desfil¨® por la pasarela Zambia (5-0) y el plan vari¨®, pues se buscaron con acierto los espacios entre las l¨ªneas para que Jenni Hermoso mostrara que es una futbolista que juega con sombrero de copa. Aunque el sendero tambi¨¦n fue sinuoso porque Jap¨®n y su bloque bajo fueron una bofetada a la contra y sin igual (0-4). Pero se recompuso la Roja, con genio y car¨¢cter.

Para llegar al laurel quedaba un buen trecho. Espa?a nunca hab¨ªa logrado superar una eliminatoria en un gran torneo. Suiza era la primera piedra, una que resquebrajaron con buen f¨²tbol (5-1), ese que destila Aitana para ser el marcapasos de la selecci¨®n, ese que conjugaron todas porque la alegr¨ªa hab¨ªa vuelto al vestuario, tambi¨¦n la confianza, y hasta el reguet¨®n o la canci¨®n Est¨¢ por venir de Elena Farga, hecha para el Mundial y que escuchaban en el autocar antes de los partidos.

Como contra Holanda en cuartos (2-1 en la pr¨®rroga), ya asentada la revoluci¨®n de Vilda, con Cata de portera en detrimento de Misa, que jug¨® hasta acabar la fase de grupos. En semis, de nuevo en los compases postreros, de nuevo con Salma como atleta con botas y estilete, se apunt¨® a la historia. ¡°?Estamos en la puta final del Mundial!¡±, gritaba Jenni mientras Vilda, orgulloso, repet¨ªa que su equipo ten¨ªa a 23 Balones de Oro, todas con minutos en el torneo a excepci¨®n de la tercera portera Enith Sal¨®n, todo profesionalidad y compa?erismo.

Y lleg¨® Inglaterra, f¨²tbol directo y de segundas jugadas, con Hemp con el gancho y la ca?a preparada. Pero la Roja desnaturaliz¨® al conjunto dirigido por la magn¨ªfica Weigman, bloque junto y equipo de pe a pa, tambi¨¦n con las manoplas de Cata. Espa?a, que lo hab¨ªa ganado todo en el ¨²ltimo lustro en las categor¨ªas inferiores ¡ªsiete Eurocopas y tres Mundiales¡ª, necesitaba dar el salto. Ninguno m¨¢s grande que este, estrella en el escudo, gloria perenne.