Josu lleva 18 a?os encerrado en casa y sue?a con un ascensor para poder salir a la calle
Un habitante con discapacidad de Bergara (Gipuzkoa) inicia una colecta para costear la instalaci¨®n de un elevador que le permita bajar desde el tercer piso en el que vive
Josu Cifuentes cont¨® en 2019 a EL PA?S que llevaba 14 a?os ¡°prisionero¡± en su casa porque apenas pod¨ªa salir a la calle. Tiene una discapacidad del 95% que le imposibilita bajar y subir por s¨ª solo los 58 escalones que hay hasta el tercer piso donde vive recluido. Desde entonces, en cuatro a?os, su situaci¨®n no ha cambiado. Josu tiene ahora 33 a?os de edad y contin¨²a encerrado entre cuatro paredes, sin vida social, sin amigos, confinado para siempre en su casa de Bergara (Gipuzkoa). Su salvaci¨®n pasa por instalar un ascensor, pero eso tiene un precio que no puede afrontar. ¡°Cada uno de los cuatro vecinos tenemos que pagar unos 60.000 euros para poner el ascensor. Es una cantidad que mi familia no dispone. Por eso he decidido pedir ayuda econ¨®mica a trav¨¦s de un crowdfunding [colecta en Internet]. Es mi ¨²ltima bala¡±, declara.
La historia de Josu Cifuentes se torci¨® muy pronto, cuando ten¨ªa 12 a?itos. Le diagnosticaron una leucemia linfobl¨¢stica aguda (LLA) que le oblig¨® a recibir sesiones de quimioterapia hasta que le practicaron un trasplante de m¨¦dula en Barcelona, pero el proceso posterior a la operaci¨®n se complic¨®. A los 15 a?os se vio afectado por una esclerodermia, un trastorno autoinmunitario que le dej¨® pr¨¢cticamente inm¨®vil para el resto de su vida. ¡°Eso fue lo que me mat¨®¡±, recuerda Josu. Desde entonces vive enclaustrado, en silla de ruedas y con una salud que va desgast¨¢ndose sin vuelta atr¨¢s. Se ha quedado en posici¨®n fetal, con los brazos y las piernas encogidos 90 grados y unas ¨²lceras de grado tres en los pies que le obligan a recibir curas tres veces a la semana.
Su lucha y la de sus padres se ha centrado todo este tiempo en conseguir que se ponga un ascensor para la comunidad (son cuatro vecinos, uno por planta). Cada vez que tiene que salir de casa, Josu necesita la ayuda de su padre. Le baja en la silla de ruedas escal¨®n a escal¨®n por unas escaleras viejas de madera que rechinan. ¡°En los ¨²ltimos dos a?os habr¨¦ salido unas diez veces a la calle, casi siempre para ir al dentista¡±, explica. Su madre se dedica al cuidado del joven y recibe una prestaci¨®n social ¡°rid¨ªcula¡± de casi 200 euros mensuales. El padre es alba?il, cobra un sueldo ¡°modesto¡± y espera jubilarse a finales de 2024 con 65 a?os. Josu no percibe ninguna ayuda p¨²blica por su dependencia.
Todos los intentos para vender su piso y mudarse a uno adaptado no han dado resultado. La familia habita en una vivienda antigua de 110 metros cuadrados. ¡°Lo pusimos en venta durante mucho tiempo, pero no logramos venderlo. Es una casa amplia que est¨¢ en el tercer piso y no tiene ascensor. Eso es lo que echaba atr¨¢s a todos los interesados en comprar el piso¡±, comenta. En 2019, tras publicarse su testimonio en este diario, recibi¨® la llamada del Gobierno vasco y le dieron la opci¨®n de mudarse a un piso, pero aquello fracas¨®: ¡°Me ofrecieron un apartamento de dos habitaciones con ascensor, pero no estaba adaptado. No era apto para una persona con discapacidad. Me ofrecieron aquello sabiendo que no lo pod¨ªa aceptar. Me plantearon tambi¨¦n hacer una permuta por nuestro piso, y lo rechazamos¡±. De los servicios sociales del Ayuntamiento de Bergara no ha recibido ninguna comunicaci¨®n en todo este tiempo, asegura. Este peri¨®dico tampoco ha logrado recabar la versi¨®n de los responsables municipales.
En 2019, el Departamento de Vivienda del Ejecutivo aut¨®nomo se puso en contacto con la familia de Josu para ¡°tratar de dar una soluci¨®n a una situaci¨®n excepcional¡±. Le ofreci¨® una vivienda de 65 metros cuadrados que ¡°estaba adaptada¡±, seg¨²n fuentes de la consejer¨ªa, pero la familia no acept¨® trasladarse a ese apartamento. En Euskadi, el 26,9% de las 1.067.718 viviendas no cuenta con ascensor. El Gobierno aprob¨® en 2021 una orden sobre medidas financieras para actuaciones protegibles en materia de rehabilitaci¨®n en viviendas y edificios, accesibilidad y eficiencia energ¨¦tica que contempla ayudas de 95.000 euros (hasta un m¨¢ximo de 103.550 euros para casos especiales) por la instalaci¨®n de un ascensor para garantizar la accesibilidad de los vecinos. El padre de Josu mantuvo este pasado martes una reuni¨®n con el resto de vecinos para abordar la instalaci¨®n del elevador: ¡°Todos se niegan¡±, lamenta el joven.
¡°El ascensor cambiar¨ªa mi vida¡±, dice. Reconoce que poner un elevador supone ¡°un gasto elevado¡± para la comunidad porque son solo cuatro vecinos. Estos no pueden negarse a su instalaci¨®n al tratarse de una obra para mejorar la accesibilidad de una persona con un alto grado de discapacidad f¨ªsica. A mediados de agosto pasado abri¨® en Gofundme la campa?a ¡°?Ayuda! Prisionero en mi casa desde los 15 a?os¡± para recibir donativos. Ya lleva recaudados 12.973 euros gracias a un total de 144 aportaciones, lejos a¨²n de los 60.000 euros que se ha propuesto recabar. Ha recibido aportaciones an¨®nimas que superan incluso los 1.000 euros en algunos casos, aunque la mayor¨ªa rondan los 100. ¡°Mis padres no pueden meterse en un pr¨¦stamo, ya que solo trabaja mi padre y una parte de su sueldo se va en pagar la hipoteca y los gastos de la casa¡±, a?ade.
Tiene pareja desde hace tres meses. ¡°Es una chica de Madrid a la que no he visto en persona. Ella no puede venir porque est¨¢ trabajando y yo... ya ves, no puedo salir de aqu¨ª. Por ahora solo nos podemos relacionar por PC¡±, comenta Josu. El ordenador es su salvaci¨®n. Frente a la pantalla pasa la mayor parte de las horas del d¨ªa, ora viendo pel¨ªculas, ora con videojuegos. De vez en cuando realiza alg¨²n trabajo de dise?o gr¨¢fico, en concreto los carteles para los conciertos de m¨²sica de un primo suyo.
Josu no pierde la esperanza de conseguir su objetivo. Mientras, sigue encerrado en casa. Se mueve por el pasillo muy despacio, arrastrando los pies, de puntillas, y eso le est¨¢ permitiendo tener cierta movilidad porque puede andar por un pasillo de 18 metros. ¡°En uno de los empeines ya se ve parte del hueso¡±, asegura. Ha tenido pensamientos fatales que le llevaban a creer que su vida ¡°no tiene sentido¡±: ¡°Solo pensaba que soy un estorbo, y me plante¨¦ varias veces poner fin a todo, pero en casa me lo quitaron de la cabeza. Mi madre me convenci¨® de que tengo que mirar el futuro con esperanza, sobre todo ahora que tengo una pareja desde hace tan poco tiempo¡±.
La vida de Josu, dice ¨¦l, se parece a la que el resto de espa?oles tuvo durante el confinamiento obligatorio en la pandemia: ¡°?Recuerdas c¨®mo lo pasamos? La gente hac¨ªa cualquier cosa por salir de casa, aunque solo fuesen unos minutos. Iba a comprar el pan, sal¨ªa a pasear al perro... Pues yo vivo as¨ª desde hace 18 a?os. Que la gente se ponga en mi piel. Vivo en un confinamiento permanente¡±.
En esta situaci¨®n, ha decidido recurrir a activar una colecta como ¡°la ¨²ltima soluci¨®n¡±: ¡°Es mi ¨²ltima bala para poder poner un ascensor en la casa y tener as¨ª una independencia dentro de la dependencia que tengo. Si esto no funciona, seguir¨¦ preso en mi casa cumpliendo una condena de la cual la ¨²nica culpa que tengo es haberme quedado en silla de ruedas y no tener un ascensor. Yo no era partidario de pedir dinero a la gente, pero mi madre y mi novia me convencieron. S¨¦ que es complicado, porque es mucho dinero, pero si se logra por fin podr¨¦ salir de esta prisi¨®n y hacer una vida normal, dentro de lo que cabe¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.