La salud mental, sometida a presi¨®n por m¨²ltiples crisis: las personas tienen derecho a una mejor atenci¨®n
Es de esperar que la falta de la atenci¨®n y el apoyo de calidad necesarios para hacer frente a las necesidades de salud mental aumente como consecuencia de la cantidad de personas que viven con esta afecci¨®n
La multiplicaci¨®n y el agravamiento de las crisis actuales est¨¢n ejerciendo una presi¨®n todav¨ªa mayor sobre la salud mental de las personas y los servicios disponibles para apoyarlas. Cada vez m¨¢s personas padecen los efectos persistentes de la pandemia de covid, el repunte de las emergencias relacionadas con el clima y las consecuencias constantes de conflictos y desplazamientos de muchas regiones del mundo. Mientras tanto, sigue habiendo estigmatizaci¨®n y discriminaci¨®n contra las personas con problemas de salud mental y discapacidades psicosociales en nuestras escuelas, lugares de trabajo y comunidades.
Es de esperar que la falta de la atenci¨®n y el apoyo de calidad necesarios para hacer frente a las necesidades de salud mental aumente como consecuencia de la cantidad de personas que viven con una afecci¨®n de salud mental ¡ªhasta mil millones de personas (uno de cada ocho de nosotros)¡ª y de la persistente y tradicional falta de inversi¨®n en servicios de salud en ese campo: las consecuencias para la salud, la felicidad y el bienestar de millones de personas son f¨¢ciles de predecir.
La pandemia de covid expuso las vulnerabilidades de los sistemas de salud mental a nivel mundial y agrav¨® problemas presentes en ese momento y revel¨® otros nuevos. En Chile, como en muchos pa¨ªses, las repercusiones de la pandemia en la salud mental han sido significativas. El aislamiento, la incertidumbre y la perturbaci¨®n de la vida cotidiana afectaron a personas y comunidades, lo que puso de manifiesto la importancia de contar con sistemas de apoyo resilientes.
Teniendo en cuenta todo lo que ha sucedido en este siglo, tenemos que transformar la concepci¨®n y el modo de actuaci¨®n sobre la salud mental, con miras a mejorarla. Necesitamos cambiar nuestras actitudes para dar prioridad a la salud mental como parte integral de nuestra salud y bienestar, as¨ª como en cuanto derecho humano b¨¢sico y factor contribuyente fundamental para la salud p¨²blica, el bienestar social y el desarrollo sostenible.
Debemos fortalecer la prestaci¨®n de servicios de atenci¨®n de salud mental para que todo el espectro de necesidades al respecto quede cubierto por una red comunitaria de apoyo y servicios accesibles, asequibles y de calidad.
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) est¨¢ trabajando codo con codo con los pa¨ªses para lograr este objetivo. La Iniciativa Especial de la OMS sobre Salud Mental es un buen ejemplo de c¨®mo el aumento de la capacidad en el nivel de la atenci¨®n primaria de salud puede mejorar el acceso a servicios para las personas que m¨¢s los necesitan. Gracias a la Iniciativa Especial, en los nueve pa¨ªses participantes se ha ampliado el acceso a servicios locales de salud mental, inexistentes hasta el momento, a 40 millones de personas desde 2019.
Aunque el sector de la salud tiene mucho que aportar, no puede trabajar solo. Como expusieron los Ministros en la Cumbre Mundial sobre Salud Mental organizada la semana pasada por el Gobierno de la Argentina, la transformaci¨®n de la atenci¨®n de la salud mental requiere un planteamiento pangubernamental y pansocial de promoci¨®n, protecci¨®n y atenci¨®n de la misma.
Tambi¨¦n debemos reorganizar los entornos que influyen en la salud mental, de manera que se reduzcan los riesgos y se fortalezcan los factores de protecci¨®n para que todas las personas, independientemente de qui¨¦nes sean, tengan las mismas oportunidades de prosperar y alcanzar el nivel m¨¢s alto posible de bienestar.
En Chile, el Gobierno ha asumido el reto de que nadie vuelva a tener que afrontar solo sus necesidades de salud mental. Pensando en este objetivo, mediante la estrategia Construyendo Salud Mental se est¨¢ fortaleciendo el liderazgo en este ¨¢mbito en todos los sectores, mejorando la prestaci¨®n de servicios y el apoyo en emergencias y reforzando datos, pruebas e investigaciones en la materia. Un factor fundamental es la integraci¨®n de los servicios de salud mental en la atenci¨®n primaria y en los centros comunitarios, lo que posibilita su abordaje integral, junto los servicios sociales a nivel municipal.
Tambi¨¦n tiene como objetivo la prevenci¨®n del suicidio, que es un importante problema de salud p¨²blica dada su alta carga entre los j¨®venes de todo el mundo: es la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 24 a?os.
Las estrategias ambiciosas encaminadas a proteger y mejorar la salud mental requieren nuevos niveles de liderazgo y compromiso pol¨ªtico, as¨ª como asignaciones mucho m¨¢s s¨®lidas de recursos en los sectores de la salud y en otros sectores. Como se ha visto en Chile, por ejemplo, la atenci¨®n y el compromiso a largo plazo con la salud mental de toda la poblaci¨®n pueden generar beneficios reales y considerables a lo largo del tiempo.
Hay, sin embargo, demasiados pa¨ªses en los que todav¨ªa es necesario tomar m¨¢s medidas para que las personas reciban la atenci¨®n adecuada y de calidad que necesitan.
Tras celebrar este martes el D¨ªa Mundial de la Salud Mental, centrado su defensa como derecho humano, es importante recordar el elevado n¨²mero de personas que siguen sufriendo coerci¨®n, malos tratos y descuido en los servicios de salud mental y a los que se les niega el derecho a opinar sobre su tratamiento. Tenemos la responsabilidad colectiva de que, en el marco del tratamiento y los servicios de esa salud, se respeten los derechos humanos de las personas y se apoye su recuperaci¨®n.
Para ayudar a los pa¨ªses en este sentido, la OMS y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos acaban de publicar nuevas orientaciones transformadoras sobre salud mental, derechos humanos y legislaci¨®n, que ayudar¨¢n a los pa¨ªses a que sus leyes y pol¨ªticas sobre este ¨¢mbito de la salud est¨¦n en consonancia con las normas internacionales de derechos humanos.
Hacemos un llamamiento a las personas y comunidades para que reconozcan la salud mental como un derecho humano universal, mejoren sus conocimientos al respecto, sean conscientes del problema y act¨²en en la promoci¨®n y protecci¨®n de la salud mental de todas las personas, y a los gobiernos para que tomen las medidas necesarias con las que lograr que todas las personas puedan alcanzar el nivel m¨¢s alto posible de salud mental.
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