Adi¨®s Rafael Alvira, fil¨®sofo y maestro en el di¨¢logo

El domingo 4 de febrero falleci¨® Rafael Alvira, catedr¨¢tico em¨¦rito del departamento de Filosof¨ªa de la Universidad de Navarra. Doctor en Filosof¨ªa con premio extraordinario por la Universidad Complutense, donde fue profesor de Fundamentos de Filosof¨ªa, obtuvo su c¨¢tedra en la Universidad de La Laguna en 1979. Vinculado a la Universidad de Navarra desde 1980, ocup¨® distintos cargos, e impuls¨® numerosas iniciativas ¨Centre las que destaca el Instituto Empresa y Humanismo¡ª. No hace mucho recibi¨® un ¨²ltimo doctorado Honoris Causa por la Universidad de Montevideo. Su categor¨ªa humana y su labor docente, al servicio de la formaci¨®n de generaciones de fil¨®sofos ¨Dlas tesis que ha dirigido se cuentan por decenas¨D dejan una huella imborrable en quienes le han conocido.

Escribir en las almas fue el t¨ªtulo escogido para el libro que se le entreg¨® con motivo de su jubilaci¨®n; reun¨ªa contribuciones de numeros¨ªsimos colegas y disc¨ªpulos de todo el mundo, unidos al Profesor Alvira por su amistad o su magisterio. Era dif¨ªcil diferenciar ambas cosas en quien, como profesor de filosof¨ªa antigua, no ocultaba su predilecci¨®n por Plat¨®n: la filosof¨ªa se hace en un contexto dial¨®gico y de amistad, imitando el ejemplo de S¨®crates, sin por eso olvidar las reglas de la ret¨®rica: maestro en el arte de la palabra, era principalmente mediante la conversaci¨®n, en la que se implica la totalidad de la persona, como ejerc¨ªa su magisterio.

Escrib¨ªa lo justo para aclarar conceptos, resaltando aspectos descuidados, tocando temas vitales, pues era as¨ª como entend¨ªa la filosof¨ªa: no como simple ejercicio acad¨¦mico, sino como forma de vida. Los t¨ªtulos de algunos libros lo confirman: La raz¨®n de ser hombre. Ensayo acerca de la justificaci¨®n del ser humano (1998), El lugar al que se vuelve. Reflexiones sobre la familia (1998), Filosof¨ªa de la vida cotidiana (1999). Cuando hablaba lo hac¨ªa desde su propia experiencia, reflexionada desde su oficio, y entonces desvelaba elementos universales que abr¨ªan horizontes para todos. Heredero del estilo educativo inaugurado por su padre Tom¨¢s, despertaba en sus alumnos el deseo de profundizar por s¨ª mismos en las cuestiones que expon¨ªa en clase.

Desde el comienzo de su carrera acad¨¦mica se interes¨® por la libertad y la voluntad. Consideraba que la tradici¨®n filos¨®fica no se hab¨ªa desprendido de cierto sesgo intelectualista, que le imped¨ªa apreciar la importancia del deseo y la voluntad en la vida humana. En parte por ello, adem¨¢s de explorar las tradiciones de pensamiento que han dado m¨¢s realce a la voluntad, puso su amplia cultura filos¨®fica principalmente al servicio de la filosof¨ªa pr¨¢ctica, impulsando l¨ªneas de investigaci¨®n sobre participaci¨®n, religi¨®n y sociedad civil.

Tras la jubilaci¨®n, sigui¨® recibiendo numerosas invitaciones para dictar conferencias. Afectado por el covid, tuvo que renunciar a los viajes, pero permaneci¨® filos¨®ficamente activo, participando online en seminarios, y siguiendo la actividad del departamento. Amante de la m¨²sica, conceb¨ªa la filosof¨ªa, al modo del S¨®crates del Fed¨®n, tambi¨¦n como una forma de m¨²sica, pero, como S¨®crates en ese lugar, Alvira sab¨ªa que no era esa clase de m¨²sica la que mejor dispon¨ªa para la muerte. Si S¨®crates se vio movido a tocar m¨²sica ritual, a Rafael Alvira le acompa?¨® durante toda su vida la m¨²sica de la fe, que confer¨ªa a su trato, siempre exquisito, una cualidad indefinible. Sus ¨²ltimas horas en la cl¨ªnica donde estaba ingresado estuvieron marcadas por un sentido del humor muy suyo, que representa una s¨ªntesis personal¨ªsima de sus extraordinarias cualidades humanas y su fe cristiana. En ¨¦l reconocemos una original combinaci¨®n de cultura filos¨®fica, integridad moral y cortes¨ªa humana dif¨ªcilmente repetible.

Ana Marta Gonz¨¢lez es catedr¨¢tica de Filosof¨ªa y directora del Departamento de Filosof¨ªa de la Universidad de Navarra.