El empleado de Sutton que atendi¨® a la v¨ªctima de Alves: ¡°Dijo que sab¨ªa a lo que iba, pero que despu¨¦s se arrepinti¨®¡±
Los ¡®mossos¡¯ y los responsables de la sala relatan el estado de agitaci¨®n de la joven tras la agresi¨®n en la discoteca y su miedo a denunciar
El auxiliar de seguridad de la discoteca Sutton que atendi¨® a la v¨ªctima de Dani Alves ha sido uno de los testigos m¨¢s relevantes en la segunda jornada del juicio, este martes. En su declaraci¨®n, ha narrado c¨®mo la noche de los hechos custodi¨® a la joven, de 23 a?os, y a las dos chicas que la acompa?aban (una amiga y una prima) en una sala, a la espera de que llegasen los Mossos d¡¯Esquadra. La joven acababa de contar a los responsables de la discoteca que el exfutbolista del FC Barcelona la hab¨ªa violado en los lavabos de la zona VIP. Mientras el auxiliar le curaba una herida en la rodilla, la joven habl¨® con ¨¦l: ¡°Ella dijo que estaba segura de a lo que iba al ba?o, pero que despu¨¦s no quiso. Lleg¨® un momento en que se arrepinti¨® de estar ah¨ª¡±.
La declaraci¨®n como testigo del auxiliar este martes, en la segunda jornada del juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona, opera en dos sentidos: refuerza a las acusaciones (en la medida en que avala que la penetraci¨®n no fue consentida), pero tambi¨¦n da cierto ox¨ªgeno a la defensa del futbolista brasile?o, cuya ¨²nica posibilidad pasa por mermar en lo posible la credibilidad de la v¨ªctima y de sus acompa?antes. Alves sostiene que hubo un inter¨¦s sexual mutuo entre ambos y que las im¨¢genes de las c¨¢maras de seguridad de Sutton (que a¨²n no se han podido ver en la vista oral) lo avalan. El problema para ¨¦l (tambi¨¦n para la v¨ªctima) es que no hay testigos directos ni im¨¢genes de lo que ocurri¨® en el interior del ba?o, de ah¨ª que el cr¨¦dito que los jueces den a la v¨ªctima vaya a ser determinante.
Durante su declaraci¨®n ante la jueza instructora ¡ªque ratific¨® el lunes, en el juicio, a puerta cerrada¡ª, la v¨ªctima explic¨® que Alves ¡°tonte¨®¡± con las tres hasta que se puso ¡°muy insistente¡± con ella. El futbolista lleg¨® a poner una mano de la joven en su pene y le insisti¨® para que se fuera con ¨¦l a otra sala. ¡°Me hizo un gesto como para que fuera hacia ¨¦l¡±. La v¨ªctima explic¨® que en ese momento se sinti¨® ¡°colapsada¡± y empez¨® a tener ¡°miedo¡± del jugador. Al final, accedi¨® a ¡°hablar con ¨¦l¡± y traspas¨® la puerta que daba acceso a la suite Mo?t, en cuya planta baja, pegada a la mesa donde hab¨ªan estado bailando, est¨¢ el cuarto de ba?o donde se produjo la agresi¨®n.
La v¨ªctima asegur¨® que entr¨® voluntariamente, pero que no sab¨ªa ad¨®nde iba. ¡°No llegu¨¦ a imaginar d¨®nde me estaba llevando. Dije, ¡®seguro que es una puerta a la calle o a otra sala vip¡±. Una vez en el ba?o (donde seg¨²n los atestados permanecieron 16 minutos) intent¨® marcharse, pero Alves se lo impidi¨®. Tras intentar obligarla a que le practicara una felaci¨®n, insultarla y abofetearla, la penetr¨® vaginalmente sin su consentimiento hasta eyacular.
En aquella declaraci¨®n, la jueza le pregunt¨® si se besaron. ¡°No, en ning¨²n momento nos besamos¡±, cont¨® la joven. La declaraci¨®n de otro testigo, este martes, matiza esa afirmaci¨®n. Se trata de uno de los dos agentes de los Mossos que acudieron a la discoteca cuando los responsables de la sala activaron el protocolo contra agresiones sexuales. El agente activ¨® sin querer una c¨¢mara que llevaba consigo, por lo que la conversaci¨®n con la v¨ªctima qued¨® registrada. ¡°?Recuerda si hizo alguna alusi¨®n a que se hab¨ªan besado?¡±, ha preguntado la abogada de Alves, In¨¦s Guardiola. ¡°S¨ª, creo que s¨ª¡±, ha respondido el mosso.
En el informe de urgencias del Hospital Cl¨ªnic (que atendi¨® a la joven esa madrugada) consta que la chica ¡°refiere que se besaron¡±. Al polic¨ªa, en cualquier caso, la joven le cont¨® que hab¨ªa accedido de forma voluntaria al ba?o y que quer¨ªa irse. ¡°Inicialmente, no quer¨ªa denunciar por miedo a la repercusi¨®n que pod¨ªa tener, dijo que se sent¨ªa culpable de lo ocurrido y tuvimos que contarle que ella no era culpable de nada¡±, ha dicho el testigo, quien ha subrayado que la joven estaba ¡°abrumada por los hechos¡± y ¡°en shock¡±.
El relato de la v¨ªctima sobre la violaci¨®n en el ba?o es s¨®lido y cre¨ªble, seg¨²n la jueza que instruy¨® el caso y seg¨²n la fiscal, que pide nueve a?os de c¨¢rcel para Alves. La defensa, no obstante, est¨¢ tratando de buscar agujeros en el relato para concluir que, si no cont¨® exactamente lo ocurrido en los momentos previos, bien pudo mentir sobre el episodio del ba?o. Su objetivo es generar lo que se denomina una ¡°duda razonable¡± en el tribunal, de manera que dicte una sentencia absolutoria.
¡°La chica estaba bastante mal¡±
Alves, sin embargo, tiene muchos elementos en contra, empezando por ¨¦l mismo. En su primera declaraci¨®n, en enero de 2023, dio hasta tres versiones distintas (y contradictorias entre s¨ª) de lo ocurrido. No fue hasta cuatro meses m¨¢s tarde, cuando intentaba abandonar la prisi¨®n preventiva y ante la evidencia de los indicios recogidos por la polic¨ªa, cuando admiti¨® que hubo penetraci¨®n. Aleg¨® entonces que se trat¨® de sexo consentido.
En la primera jornada del juicio, las dos j¨®venes que acompa?aron a la v¨ªctima en Sutton ratificaron su relato. Aseguran que sali¨® del ba?o con mala cara y que enseguida explic¨® que le hab¨ªa hecho ¡°mucho da?o¡± y que quer¨ªa irse a casa. En la guardarrop¨ªa se encontraron con un vigilante de seguridad y all¨ª la joven empez¨® a explicar lo sucedido. Este martes han declarado otros dos responsables de la discoteca que fueron tambi¨¦n testigos de esos primeros momentos tras la agresi¨®n. Robert M., el director, fue quien la invit¨® a pasar a una sala m¨¢s tranquila y activ¨® el protocolo. ¡°Cost¨® much¨ªsimo que nos dijera qu¨¦ hab¨ªa pasado. Estaba bastante alterada y quer¨ªa irse a casa. Al final me dijo que hab¨ªa entrado de forma voluntaria, pero que despu¨¦s quiso salir y ya no pudo¡±. Cuando estaban en el pasillo, Alves pas¨® al lado del grupo y se march¨®. Justo despu¨¦s, la v¨ªctima lo se?al¨® como el autor de la agresi¨®n.
En la sala, antes de dejarlas a cargo del auxiliar, tambi¨¦n la vio otro responsable de Sutton, Rafael Ll. ¡°La chica estaba bastante mal, lloraba mucho. Le pregunt¨¦ si quer¨ªa denunciar. Ella dijo que no, que nadie le iba a creer¡±. Rafael Ll. ha contado tambi¨¦n que Alves era un cliente habitual, pero que esa noche lo vio distinto. ¡°O hab¨ªa bebido o se tom¨® algo, pero no era como siempre¡±.
¡°Volvi¨® a casa muy borracho¡±
La presunta embriaguez de Alves es otra carta que trata de jugar la defensa. Aunque sostiene que su cliente es inocente, Guardiola pide que, en caso de que se le condene, se le apliquen dos atenuantes: reparaci¨®n del da?o (por haber abonado los 150.000 euros de indemnizaci¨®n para la v¨ªctima que pide la Fiscal¨ªa) y estado de embriaguez. Para reforzar esa tesis han declarado otros dos testigos. Uno de ellos es Bruno C¨¦sar S., el amigo que le acompa?¨® a Sutton, que ha tratado de echar un capote a Alves asegurando que esa noche fue el que m¨¢s bebi¨® de todos los amigos que salieron a cenar y a tomar copas juntos. El testigo ha negado que, tras la supuesta agresi¨®n, salieran precipitadamente de la discoteca. ¡°Sali¨® del ba?o, vino a mi lado y sigui¨® bailando¡±. Y ha negado que viera a las chicas en el pasillo de salida, al pasar junto a ellas, porque ¡°estaba muy oscuro¡±.
La ¨²ltima en declarar este martes ha sido la esposa de Alves, Joana Sanz. ¡°Volvi¨® a casa muy borracho, oliendo a alcohol. Se choc¨® con un armario¡±, ha dicho a preguntas de la defensa. La modelo ha asegurado que el futbolista no le cont¨® nada sobre lo ocurrido y que esa noche se cruzaron mensajes de WhatsApp hasta las 23 horas. Tras la declaraci¨®n, Alves ha salido esposado por los Mossos camino a prisi¨®n y ha lanzado un beso a Sanz, que momentos despu¨¦s ha roto a llorar. La ¨²ltima sesi¨®n del juicio se celebrar¨¢ este mi¨¦rcoles con la declaraci¨®n, entre otros, del acusado.
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