JK Rowling desaf¨ªa al Gobierno escoc¨¦s y cuestiona de nuevo la existencia de las mujeres trans
La escritora ataca la nueva Ley de Delitos de Odio, que incluye al colectivo entre los que merecen especial protecci¨®n
El debate en torno al g¨¦nero perdi¨® hace ya tiempo en el Reino Unido cualquier atisbo de templanza. Es una batalla pol¨ªtica y cultural en la que lo menos relevante es el texto de la ley, o las intenciones del legislador. Ambas partes de la contienda ven ataques ocultos a su libertad en cada movimiento del contrario. La escritora J.K. Rowling se ha convertido en la abanderada de todos aquellos que niegan que una mujer trans sea una mujer. Horas antes de la entrada en vigor el pasado lunes en Escocia ¡ªdonde naci¨® y reside la creadora de la saga de Harry Potter¨D de la nueva Ley de Delitos de Odio y Orden P¨²blico, la autora lanzaba una serie de mensajes provocadores en su cuenta de X (antes Twitter) y desafiaba al Gobierno escoc¨¦s del nacionalista Humza Yousaf a que intentara detenerla.
¡°La Ley de Delito de Odio de Escocia entra hoy en vigor. Las mujeres no conseguir¨¢n a trav¨¦s de ella protecci¨®n adicional, por supuesto, pero activistas trans bien conocidos como Beth Douglas, la favorita de tantos pol¨ªticos escoceses relevantes, quedar¨¢n incluidas en una nueva categor¨ªa protegida [por la ley]. ?Uf!¡±, escrib¨ªa Rowling, en el comienzo de un hilo de casi una docena de mensajes que inclu¨ªa los casos del violador Isla Bryson, que transicion¨® a mujer poco antes de ser condenado; la trans Katie Dolatowski, encerrada en una prisi¨®n de mujeres despu¨¦s de agredir sexualmente a una ni?a de diez a?os en un ba?o p¨²blico; o activistas en defensa de las mujeres trans como Mridul Wadhwa, Munroe Bergdorf o Katie Neeeves.
Todas ellas en el mismo saco. Todas, seg¨²n afirma Rowling, incluidas ahora en la protecci¨®n de la nueva ley. ¡°Los legisladores escoceses han decidido que tienen un valor m¨¢s elevado los sentimientos de hombres que se dedican a representar su idea de la femineidad, por muy mis¨®gina u oportunista que esta sea, que los derechos y libertades de las mujeres y ni?as reales¡±, conclu¨ªa Rowling, que retaba al Gobierno escoc¨¦s a detenerla despu¨¦s de sus palabras.
El contenido de la ley
La nueva ley, que lleva tres a?os en tramitaci¨®n parlamentaria, contempla aquellos delitos ¡°que agitan el odio¡±, y considera que alguien incurrir¨ªa en ellos cuando ¡°se comporta de un modo que una persona razonable considerar¨ªa amenazante, abusivo o insultante¡±, o cuando ¡°comunica a otra persona cualquier material que una persona razonable considerar¨ªa amenazante, abusivo o insultante¡±.
Al llevar a cabo ese comportamiento, explica el texto legal, el infractor pretende ¡°agitar el odio contra un grupo de personas que se define en referencia a una de las siguientes caracter¨ªsticas: edad, discapacidad, religi¨®n, orientaci¨®n sexual, identidad transg¨¦nero o variaciones en sus caracter¨ªsticas sexuales¡±.
Es precisamente esa falta de claridad e indefinici¨®n de la ley, al dejar la decisi¨®n en manos de una ¡°persona razonable¡±, o hablar de modo gen¨¦rico de ¡°variaciones en las caracter¨ªsticas sexuales¡±, lo que lleva a muchos de sus cr¨ªticos a vislumbrar un intento de cancelaci¨®n o censura frente a discursos como el de Rowling, que niegan la transexualidad.
Los expertos en Derecho, sin embargo, descartan la posibilidad de que prosperara una denuncia contra la escritora. El Gobierno de Yousaf, escaldado con un debate sobre la autodeterminaci¨®n de g¨¦nero que se llev¨® por delante, entre otras causas, a la anterior ministra principal, Nicola Sturgeon, introdujo en la ley una enmienda que reclama tomar en consideraci¨®n, a la hora de detectar un posible delito de odio, ¡°el derecho a la libertad de expresi¨®n que contempla el art¨ªculo 10 de la Convenci¨®n Europea de Derechos Humanos, incluido el principio general por el que ese derecho protege la expresi¨®n de ideas que pueden ofender, conmocionar o molestar¡±.
De hecho, era la propia polic¨ªa, a trav¨¦s de un portavoz, la que descartaba cualquier acci¨®n contra Rowling horas despu¨¦s de que publicara sus tuits: ¡°Hemos recibido quejas en relaci¨®n con esa publicaci¨®n en redes sociales, pero los comentarios no han sido considerados de car¨¢cter delictivo y no se ha emprendido acci¨®n posterior alguna¡±, dec¨ªa.
Los contrarios a la nueva ley ¡ªcerca de trescientas personas se manifestaron frente al Parlamento escoc¨¦s este lunes¡ª denuncian adem¨¢s que el texto no incluye una defensa concreta de las mujeres frente a posibles delitos de odio. El Gobierno de Yousaf asegura que trabaja en un texto legal nuevo concentrado exclusivamente en la misoginia y el machismo.
La guerra cultural de los ¡®tories¡¯
En un a?o electoral en el que los resultados de Escocia pueden ser claves para determinar qui¨¦n ser¨¢ el nuevo primer ministro del Reino Unido, los conservadores se han lanzado de bruces a la ¡°guerra cultural¡± contra el progresismo, con la esperanza de ara?ar votos. Rishi Sunak, que ya bloque¨® en enero del a?o pasado, con el uso de su prerrogativa expresa y en defensa de la Ley de Igualdad, la nueva Ley de Reforma del Reconocimiento de G¨¦nero que aprob¨® el Parlamento escoc¨¦s, ha entrado de lleno en el nuevo debate para ponerse del lado de Rowling, con una declaraci¨®n repetida de modo constante por el ala dura de su partido: ¡°No deber¨ªamos criminalizar a las personas por decir cosas de sentido com¨²n respecto al sexo biol¨®gico¡±, ha asegurado el primer ministro. ¡°No est¨¢ bien. Tenemos una orgullosa tradici¨®n [en este pa¨ªs] de libertad de expresi¨®n¡±, remataba.
Cualquier ciudadano, seg¨²n la nueva ley, puede denunciar un delito de odio. No es necesario que sea una presunta v¨ªctima. Puede hacerlo en una comisar¨ªa, en centros designados para ese fin o a trav¨¦s de los tel¨¦fonos 999 o 101. Queda en manos de la polic¨ªa iniciar o no una investigaci¨®n penal, sobre la base de la ¡°razonabilidad¡± de la denuncia que exige la ley y ¡°la intencionalidad de agitar el odio contra grupos de caracter¨ªsticas determinadas¡±.
En el caso de que la investigaci¨®n no prospere, el ¡°incidente de odio¡± quedar¨ªa aun as¨ª registrado: no en los antecedentes penales del acusado, pero s¨ª en el archivo personal que la polic¨ªa guarde de esa persona.
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