La zona gris del alcohol: cuando beber ¡°lo normal¡± es un problema
Cada vez m¨¢s bebedores habituales cuestionan un patr¨®n de consumo et¨ªlico dif¨ªcil de definir que toca muchas sensibilidades en una cultura ¨ªntimamente ligada a las ca?as, el vino y la fiesta
¡°Entre semana no bebes, pero el viernes sales del curro y caen un par de ca?as. El s¨¢bado quedas para el verm¨², te l¨ªas a comer con media botella de vino, y de sobremesa, un gin-tonic¡ Y luego est¨¢n las excepciones, esa cervecita que te abres despu¨¦s de un mal d¨ªa, o el vinito que descorchas para celebrar uno bueno, o te separas y pasas unos meses saliendo a saco de copas. Total, que empiezas en las fiestas del pueblo con 14 y vas cumpliendo d¨¦cadas como una bebedora social¡ Yo sospechaba que no era alcoh¨®lica, pod¨ªa pasar semanas sin beber, pero cuando lo hac¨ªa, tomarme solo una era impensable. No sent¨ªa una necesidad imperiosa de beber, pero cualquier excusa me serv¨ªa para hacerlo. M¨¢s que dependencia, lo m¨ªo era inercia. Beb¨ªa lo normal, pero nunca hab¨ªa dejado de hacerlo. Y eso no tiene nada de normal, as¨ª que decid¨ª echar el freno¡±.
Montse Collado, coach, 41 a?os, lleva casi un a?o sin probar el alcohol. Su consumo no hab¨ªa trastocado su vida m¨¢s all¨¢ de alguna bronca con su pareja cuando ¡°montaba un pollo¡± con una copa de m¨¢s. ¡°Si me pon¨ªa borde o me ten¨ªa que cuidar porque iba un poco pedo, me dec¨ªa eso de ¡®no sabes beber¡¯¡±. Pero Montse beb¨ªa igual que sus amigas, dice, explicando entre risas, que su grupo de WhatsApp se llam¨® durante un tiempo Las Sue Ellen, por el m¨ªtico personaje de Dallas, siempre trago en mano.
Flaco y fibroso, el carpintero pamplonica Messner tiene el f¨ªsico ¡°del t¨ªpico escalador¡± (su alias es un homenaje al primer monta?ista que conquist¨® las 14 cumbres de m¨¢s de 8.000 metros sin ox¨ªgeno). ¡°No s¨¦ d¨®nde meto tanta cerveza¡±, dice. Nunca ha tenido mal beber: ¡°Jam¨¢s me he metido en una pelea, habr¨¦ vomitado dos veces en mi vida y lagunas de memoria...?quiz¨¢ una vez en un San Ferm¨ªn muy loco!¡±, r¨ªe el ebanista. Pero desde que empez¨® a ¡°compartir calimochos con la cuadrilla¡± a los 17 no ha ¡°conocido un a?o sin beber¡±. Cumplidos los 49 el alcohol no afectaba su vida ¡°tan negativamente¡±: ¡°Pero la maquinaria va fallando y un d¨ªa haces un poco de autocr¨ªtica y ves que sobre las 10 te clavas la primera ca?a con el bocata del almuerzo, luego dos comiendo y luego tres en la partida de mus... Tienes casi 50 tacos y sin darte cuenta te metes seis o siete ca?as entre semana, no te emborrachas, no te da ning¨²n chungo, en tu cuadrilla es lo normal, pero si lo piensas, es una pasada. As¨ª que me lo tom¨¦ como un reto: ?Y si le bajo un poco?¡±. Ha empezado por quitarse la ca?a del almuerzo.
Montse y Messner navegan la zona gris del alcohol. Un borroso y vasto limbo entre quienes beben solo ocasionalmente y aquellos que podr¨ªan ser diagnosticados con una dependencia. No se consideran adictos a la sustancia psicoactiva m¨¢s normalizada, no son ¡°alcoh¨®licos alcoh¨®licos¡±, dicen, pero sienten que su consumo es problem¨¢tico. No han tenido un susto de salud, ni una cogorza hist¨®rica que les haya hecho ver la luz. En la zona gris no se toca fondo, ni hay grandes epifan¨ªas. Eso es lo dif¨ªcil.
¡°Es un problema mucho m¨¢s extendido que el alcoholismo, ya que casi todo el mundo bebe, muchas veces en exceso, pero solo algunas personas desarrollan una dependencia severa¡±, dice Oihan Iturbide, divulgador cient¨ªfico, adicto recuperado y editor de Yonki Books, un sello especializado en el tema. Seg¨²n el consenso m¨¦dico, en torno al 10% de la poblaci¨®n desarrolla un Trastorno de Uso del Alcohol, la enfermedad que se llama coloquialmente alcoholismo. Sin embargo, casi todos bebemos. En datos de la Encuesta sobre alcohol y otras drogas en Espa?a (EDADES), el 93,2% de la poblaci¨®n de 15 a 64 a?os ha probado la sustancia, el 64,5% ha bebido en el ¨²ltimo mes y m¨¢s del 16% se ha emborrachado en ese periodo (en el caso de los hombres de 15 a 24 a?os, el 39%).
¡°Es dif¨ªcil encontrar gente dispuesta a afrontar, ni si quiera a hablar abiertamente, de este patr¨®n de consumo¡±, dice Iturbide. ¡°Mientras que hay muchos alcoh¨®licos que quieren dejar de beber, porque su enfermedad ha destrozado sus vidas, las personas en la zona gris son funcionales, no tienen los est¨ªmulos que s¨ª tiene un alcoh¨®lico para dejarlo aunque para ¨¦l sea mucho m¨¢s dif¨ªcil¡±. Iturbide propone una serie de preguntas para romper el hielo (a veces con uno mismo) y empezar a cuestionar nuestra relaci¨®n con el alcohol.
?Qu¨¦ significa beber ¡°lo normal¡±?
¡°La zona gris tiene muchas trampas, la primera: ?qu¨¦ es lo normal?¡±, dice el experto, ¡°en Espa?a tenemos el consumo tan naturalizado que para quedar dices, ¡®?Una ca?a?¡±. Una ca?a, o media copa de vino, medio chupito o menos de dos dedos de licor en un vaso de tubo con hielo (es decir, el equivalente a 10 gramos de etanol) es, seg¨²n Sanidad, lo que puede tomar al d¨ªa como m¨¢ximo una mujer para estar en un consumo ¡°de bajo riesgo¡±. En el caso de un hombre ser¨ªa el doble. A partir de ah¨ª ¡°se produce un aumento significativo de la mortalidad¡±, explica la autoridad sanitaria.
Esa comida de s¨¢bado protot¨ªpica de la que hablaba Montse ¡ªverm¨², vino, gin-tonic¡ª multiplica casi por diez la tasa. Haber sido abstinente el resto de la semana no lo compensa: ¡°Al rev¨¦s, los atracones de fin de semana tienen problem¨¢ticas a?adidas por la toxicidad aguda, a nivel bioqu¨ªmico y por los accidentes, las ca¨ªdas o la violencia que generan¡±, dice Merc¨¨ Balcells, psiquiatra y jefa de la Unidad de conductas adictivas del Hospital Cl¨ªnic de Barcelona.
Pero no todo es cuantitativo, dice Iturbide. Aconseja pensar en c¨®mo el alcohol influye en tu vida y decisiones. ?Ha elegido amigos por ti?, ?ha estado presente en muchas de tus relaciones sexuales? ?Dejas de hacer cosas que te gustan por culpa de la resaca? ?Te has emborrachado delante de tus hijos o tu jefe?, ?te colocar¨ªas en su presencia? ?Acabas casi siempre bebiendo m¨¢s de lo que esperabas? ?Sabr¨ªas calcular cu¨¢nto bebes o te gastas en alcohol?
?Usar¨ªas habitualmente una droga que aumenta el riesgo de c¨¢ncer?
Dice la Organizaci¨®n Mundial de la Salud: ¡°el alcohol es factor causal en m¨¢s de 200 enfermedades y trastornos y provoca cada a?o tres millones de muertes¡±. No hace falta una ingesta elevada: seg¨²n la Asociaci¨®n Espa?ola contra el C¨¢ncer el 12% de todos los c¨¢nceres (sobre todo de boca, es¨®fago, garganta, h¨ªgado, colon, recto y mama) tienen una relaci¨®n directa con el consumo incluso en dosis bajas (menos de 10 gramos/d¨ªa). ¡°Cuanto mayor sea el consumo, mayor ser¨¢ el riesgo¡±, dice su web, y ¡°la cantidad apropiada de alcohol para la prevenci¨®n del c¨¢ncer es cero¡±.
El consenso m¨¦dico es que es malo desde la primera gota para el cerebro, el sistema nervioso, el h¨ªgado, la hipertensi¨®n, las enfermedades cardiovasculares¡ ¡°M¨¢s all¨¢ de que pueda ser el principio de un trastorno grave como el alcoholismo¡±, dice Balcells, ¡°el consumo, por muy normalizado que est¨¦, es un problema per se: afecta a la salud, la calidad de vida, empeora la memoria, aumenta la irritabilidad, engorda, envejece¡¡±.
¡°Pensar ¡®si no soy alcoh¨®lico, ?cu¨¢l es el problema?¡¯ es la segunda trampa de la zona gris¡±, dice Iturbide, que aparte de la salud plantea otro tema: ¡°Hay una cuesti¨®n de consciencia, de plenitud, de ser due?o de tus decisiones. Nos pasamos el d¨ªa haciendo terapia, yoga, comiendo sano, empoder¨¢ndonos¡ para luego evadirnos con una sustancia t¨®xica que nos anula¡±.
?Has estado m¨¢s de un mes sin beber (sin que te lo haya dicho el m¨¦dico)?
¡°A veces pienso que soy una exagerada por preocuparme de c¨®mo bebo y otras creo que estoy d¨¢ndole poca importancia al tema¡±, dice Silvia (nombre ficticio), profesora de idiomas de 45 a?os. Esta ambivalencia es t¨ªpica de la zona gris. Columna ¡°estoy exagerando¡±: hay mucha gente que bebe m¨¢s que yo, nadie me lo ha echado en cara, hace tiempo que no me pillo una borrachera vergonzante. Columna ¡°tengo un problema que no estoy viendo¡±: beber es una muleta emocional, bebo para ser m¨¢s divertida, para relajarme o cuando estoy triste; me cuesta ahorrarme la ¨²ltima copa y, sobre todo, nunca he parado de beber. En d¨¦cadas. Silvia cree que hay un ¡°componente generacional¡± en ese clic que ha hecho su cabeza: ¡°Los que fuimos j¨®venes en los noventa nos criamos en un entorno donde era supernormal beber, nuestros padres siguen cogiendo el coche con un par de vinos, nosotros empezamos de cr¨ªos con cosas que sab¨ªan a caramelo, Malib¨² con pi?a, Licor 43¡ Y llevamos 30 a?os sin parar¡±. Ahora que las resacas ya suponen ¡°pasar el domingo entero como un gusano en el sof¨¢¡±, Silvia ha decidido ¡°limitar la ocasi¨®n¡±: no bebe en casa, registra en una app del tel¨¦fono su consumo y pide agua entre las copas de vino. ¡°Trato de ser m¨¢s consciente y tengo la voluntad de beber menos. Solo me achispo, pero no puedo dejar de hacerlo. Qu¨¦ soy, me pregunto, ?una borracha chic?¡±.
¡°Dentro de las adicciones hay niveles, pero muchas veces ni los m¨¦dicos distinguimos esos grados¡±, dice Gabriel Rubio, jefe de psiquiatr¨ªa del Hospital 12 de Octubre, ¡°tampoco lo hacen las asociaciones como Alcoh¨®licos An¨®nimos, que repiten que se es o no se es¡±. Quiz¨¢s, apunta el m¨¦dico, ¡°ser¨ªa beneficioso para la sociedad¡± que se entendiese la adicci¨®n como un espectro. ¡°Si todos los fines de semana durante tres d¨¦cadas bebes para ponerte piripi algo pasa, si asumes un riesgo como coger el coche, o siempre que dices hoy no bebo acabas bebiendo¡ Quiz¨¢s no seas alcoh¨®lico, pero tienes un problema de control¡±.
En los tests diagn¨®sticos del Trastorno por uso de alcohol (como AUDIT, CAGE o DSM V) un bebedor de la zona gris no marcar¨ªa la casilla ¡°?bebe usted por la ma?ana temprano?¡± pero puede que s¨ª marcase la pregunta ¡°?se ha arrepentido despu¨¦s de haber bebido?¡±.
?Te imaginas salir sin beber?
El fin de semana ser¨¢ el primero que Dami¨¢n, 38 a?os, sale sin la intenci¨®n de emborracharse. Prefiere no dar su nombre real porque adem¨¢s de un ¡°bebedor l¨²dico¡± se dedica profesionalmente al mundo del vino y lleva dos semanas de abstinencia. En las catas laborales escupe sin mayor problema, pero no se ha puesto a prueba de fiesta. Necesitaba ¡°una limpieza¡±, dice. ?Suena un poco a hartazgo?: ¡°Siempre me lo he pasado muy bien emborrach¨¢ndome con los amigos y profesionalmente ¡ªme encanta beber vino y hablar de c¨®mo la elaboraci¨®n ha conseguido ciertos matices¡ª pero ya era demasiado. Se estaba convirtiendo en algo repetitivo¡±.
El escritor Bob Pop, que ya no se emborracha como antes porque ha dejado de ser ¡°compatible¡± con su esclerosis m¨²ltiple, coincide en que ¡°beber es muy aburrido cuando se convierte en lo que hay que hacer s¨ª o s¨ª¡±. ¡°Es importante que sea especial¡±, dice, explicando que ahora, si se emborracha con champ¨¢n alguna vez con una amiga lo preparan ¡°como si fuese una sesi¨®n de peyote¡±: un acontecimiento que celebran en la comodidad de su casa, ¡°para poder ir mil veces a hacer pis¡±, organizando quien le ayude a acostarse si acaba perjudicado.
Pop acaba de publicar un estupendo ensayo sobre la zona gris, Como las grecas, ?Por qu¨¦ nos emborrachamos as¨ª? ¡°Beb¨ªamos para que nos pasaran cosas, para que salir de noche fuera una obra de arte, para rebajar los escr¨²pulos, hablar con desconocidos [¡] beb¨ªamos para poder decirnos ?cu¨¢nto bebimos anoche!¡±, escribe. Se explaya sobre la sensaci¨®n de comunidad y de presente que le generaban aquellas cogorzas, pero no hay nostalgia: ¡°Beber me ayud¨® a pas¨¢rmelo bien y me abri¨® espacios, pero tambi¨¦n me ense?¨® que era f¨¢cil quedarme enganchado y celebro haber crecido¡±, dice el escritor por tel¨¦fono.
En el mercado editorial abundan reflexiones recientes sobre c¨®mo bebemos y c¨®mo dejamos de hacerlo, hay ensayos con perspectiva de g¨¦nero (Quit like a woman, de Holly Whitaker), de clase (Vinagre, Jorge Mat¨ªas), novelas (Otra, de Natalia Carrero)¡ Surgen t¨¦rminos (y reportajes) para ser sober curious (probar la sobriedad) o ejercitar el mindful drinking (beber con consciencia).
¡°?Por qu¨¦ ahora?¡±, reflexiona Bob Pop, ¡°porque estamos revisando un mont¨®n de cosas que ven¨ªamos haciendo de toda la vida, y eso est¨¢ muy bien¡±. El debate sobre c¨®mo bebemos, y los aspavientos de muchos bebedores cuando se plantea la cuesti¨®n le recuerdan a ciertas reacciones frente al cambio social respecto al acoso sexual: ¡°Enfadarse diciendo ¡®?Me est¨¢s llamando alcoh¨®lico por beberme unas copas!¡¯ me suena a quien grita ¡®?Ya no puedes hacer nada sin que te llamen violador!¡±.
?Te molestar¨ªa que el alcohol llevase advertencias sanitarias como el tabaco?
A Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n de Espa?a, s¨ª. ¡°No voy a permitir que el vino lleve una etiqueta de que es nocivo para la salud¡±, dijo en el Congreso el a?o pasado cuando la Comisi¨®n Europea permiti¨® que Irlanda siguiese adelante con una ley por la que a partir de 2026 ser¨¢ obligatorio que los envases de las bebidas alcoh¨®licas incluyan advertencias sobre el ¡°v¨ªnculo directo¡± de su consumo con ¡°c¨¢nceres mortales¡± y enfermedades hep¨¢ticas. Ser¨¢ el primer pa¨ªs en hacerlo de la Uni¨®n Europea donde, seg¨²n Eurostat, en 2021 los hogares gastaron 128.000 millones de euros (el 0,9% del PIB de la UE) en bebidas alcoh¨®licas. La industria tambi¨¦n ha mostrado su desacuerdo con la ley irlandesa, y una docena de Estados miembros productores se quejaron a la Comisi¨®n.
Mientras tanto, siete de cada 10 espa?oles creen que ser¨ªa una medida adecuada para luchar contra el consumo, seg¨²n la encuesta EDADES, que tambi¨¦n muestra que el 18,3% del p¨²blico sigue pensando que el alcohol ¡°es saludable o forma parte de una alimentaci¨®n equilibrada¡±, aunque ¡°no se ha encontrado una correlaci¨®n fehaciente entre un consumo moderado de alcohol y una disminuci¨®n del riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares¡±, zanja la Asociaci¨®n Mundial de Cardiolog¨ªa sobre la creencia m¨¢s extendida.
¡°El lobby en los pa¨ªses productores es muy fuerte¡±, dice Marina Bosque, miembro del Grupo de Trabajo sobre alcohol de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa, ¡°la industria genera mucho dinero y muchos empleos y adem¨¢s tiene un mensaje muy claro y positivo contra el que es dif¨ªcil luchar¡±. Aunque hay semejanzas, dice la experta, no se puede decir que el alcohol est¨¦ viviendo ¡°su momento tabaco¡± porque est¨¢ mucho m¨¢s arraigado culturalmente, su riesgo percibido es mucho menor y se asocia a valores como la alegr¨ªa, la amistad, la dieta mediterr¨¢nea, la tradici¨®n¡ ¡°Hace falta tiempo para cambiar eso y mucho respaldo pol¨ªtico¡±, dice Bosque. La epidemi¨®loga enumera medidas a nivel poblacional: unas permiten que el consumidor tome decisiones informadas (como las campa?as de concienciaci¨®n o el etiquetado), otras dificultan el acceso a la sustancia (la edad m¨ªnima, los impuestos). Y otras contrarrestan la abrumadora presencia del alcohol en la vida cotidiana prohibiendo la publicidad y los patrocinios deportivos y culturales. ¡°Parece que no, pero esa presencia nos va calando desde ni?os, normalizando la sustancia¡±, dice Bosque. Seg¨²n la OCDE, si Espa?a invirtiese 1,7 euros por persona en endurecer medidas de este tipo se podr¨ªan prevenir 1,5 millones de enfermedades no contagiosas y lesiones hasta 2050.
?Te molesta que te digan que bebes de m¨¢s?
La OCDE incluye entre sus medidas recomendables un aumento de la vigilancia en atenci¨®n primaria. En Espa?a, las gu¨ªas de Sanidad recomiendan la ¡°exploraci¨®n sistem¨¢tica del consumo de alcohol, como m¨ªnimo cada dos a?os, en toda persona de m¨¢s de 14 ¡°. Sin embargo a Bob Pop, 52, a pesar de tener una enfermedad neurodegenerativa nadie le ha preguntado nunca cu¨¢nto beb¨ªa. ¡°Me la diagnosticaron con 20, que habr¨ªa sido el momento de dec¨ªrmelo; s¨ª me advirtieron sobre las drogas qu¨ªmicas, me perd¨ª el ¨¦xtasis, el mdma, fui superobediente¡ Aunque con el alcohol no lo habr¨ªa sido tanto¡±.
¡°No ten¨ªa ni idea de que est¨¢ relacionado con el c¨¢ncer de mama, si hasta hace nada dec¨ªan que una copita de vino al d¨ªa¡¡±, dice Silvia. ¡°Tengo algo de sobrepeso y los m¨¦dicos me han dicho muchas, muchas veces adelgaza, deja las grasas, el az¨²car... Pero sobre el alcohol solo me ha preguntado un m¨¦dico hace poco, cuando apunt¨® ¡®consumidora habitual¡¯, verlo por escrito no me gust¨® nada¡±.
?Qu¨¦ piensas cuando alguien te dice que no bebe?
¡°Es llamativo que los bebedores se revuelvan tanto ante alguien que lo ha dejado, se ponen como a la defensiva¡±, reflexiona Bob Pop, ¡°igual porque no quieren tener un testigo sobrio que rompa su enso?aci¨®n beoda¡ Pero dejar de beber no implica en ning¨²n caso una superioridad moral¡±. ¡°Salir sin tomar copas deber¨ªa ser tan natural como tomarlas¡±, apunta Dami¨¢n.
Sin embargo, cuando Montse Collado dej¨® de beber, tambi¨¦n dej¨® de salir para que no le ¡°comieran la oreja¡±: ¡°?Qu¨¦ triste, no?¡±. Admite que ella tambi¨¦n se puso ¡°un poco pesada¡±: ¡°Como cuando dejas de fumar y te vuelves la m¨¢s antitabaco¡±. Desde entonces ha pasado por distintas fases: de no contarlo ¡°para que no pensasen que era alcoh¨®lica por no beber¡±, a pedir refrescos medio a escondidas para que pareciesen copas. ¡°[Tras casi un a?o de sobriedad] ya estoy tranquila, muchas veces pido agua o nada, he aprendido lo que es la sed, no hace falta estar bebiendo todo el rato¡±, dice. Dami¨¢n, que lo acaba de dejar y se enfrenta a su primera noche, ser¨¢ discreto: ¡°No quiero anunciarlo porque creo que es m¨¢s f¨¢cil volver a caer si vas con la bandera de abstemio¡±.
¡°Cuando dejas de fumar sientes que ya no molestas y la gente te felicita; pero cuando dejas de beber te preguntan ¡®??qu¨¦ te pasa?!¡±, dice Silvia, que admite que a veces echa de menos beber como antes: ¡°Sobre todo esos d¨ªas que llegas cansada, te pones un vino y te relajas con tu k-drama¡ Igual hay algo m¨¢s profundo ah¨ª, un vac¨ªo que rellenamos con ese vinito¡±.
?Te gustas m¨¢s cuando bebes?
Adem¨¢s del ahorro, gracias a su dieta sobria los entrevistados mencionan mejoras f¨ªsicas (sobre todo ausencia de resacas, mejores digestiones y la sensaci¨®n de estar menos ¡°hinchados¡±), pero son m¨¢s intensos sus alivios emocionales. Montse: ¡°Estoy flipando con mi grado de consciencia; c¨®mo tomo decisiones, entablo conversaciones, escucho m¨¢s en vez de meter chapas¡ Me noto m¨¢s presente, menos ensimismada. La sobriedad me aporta lucidez. Claro que a veces pienso qu¨¦ pesados son mis amigos borrachos, pero son m¨¢s las cosas buenas: ya no monto escenas, no conduzco con dos ca?as y el miedo a que me paren. No soy nada aguafiestas, sigo saliendo igual, pero cuando estoy cansada, en vez de pedirme la ¨²ltima, me voy haciendo bomba de humo¡±.
Messner insiste en que bajarle no implica ¡°demonizar¡± el alcohol: ¡°En el monte, sabe a esfuerzo recompensado, me gusta comer con un buen vino y en San Ferm¨ªn seguir¨¦ bebiendo, a no ser que est¨¦ en la UCI. Pero soy capaz de ver que parar del todo me costar¨ªa y que cuanto menos dependas de las cosas, m¨¢s libre eres¡±.
Bob Pop recuerda en su libro aquellas palabras de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar: ¡°No me gusta que me digan no puede ir a m¨¢s de tanta velocidad ... y adem¨¢s a usted le proh¨ªbo beber vino¡±. ¡°Los bebedores hablan mucho de libertad¡±, explica el autor, ¡°pero con el alcohol delegas la responsabilidad en los dem¨¢s, y un mont¨®n de gente ¡ªel camarero, el amigo¨D tiene que transigir con ese t¨² borracho que les impones¡ Decir que no te pueden limitar tiene cierta soberbia¡±.
¡°Yo no tengo claro qu¨¦ problema ten¨ªa, ni la necesidad de ponerle una etiqueta, pero creo que el alcohol sacia un hambre emocional¡±, dice Montse, que no beber¨¢ hasta el d¨ªa 13 de mayo, cuando cumpla justo un a?o de abstinencia, pero despu¨¦s, no sabe. ¡°Solo quer¨ªa demostrarme que pod¨ªa hacerlo. Y he aprendido mucho sobre m¨ª misma, es un experimento guay¡±.
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