Ante la falta de m¨¦dicos, los hospitales apenas pueden contratar a inmigrantes: ¡°Son un lujo¡±
Pese a que algunos centros apuestan por extranjeros con estudios universitarios, las trabas burocr¨¢ticas para la homologaci¨®n de t¨ªtulos generan un enorme desperdicio de talento
Los papeles se amontonan sobre la mesa de Marta Le¨®n, directora m¨¦dica del hospital Santa B¨¢rbara, de Soria. Entre la pila de folletos, informes y cuadrantes en los que se apoya mientras participa en una videollamada, asoma el curr¨ªculum de una cirujana venezolana que lleva meses danzando sobre su escritorio. Le¨®n repara en el inter¨¦s que han despertado ese par de folios, silencia a sus interlocutores, y lanza:
¡ªEs brillante, buena gente y est¨¢ dispuesta a incorporarse a urgencias ?ya!
La venezolana espera desde hace casi un a?o la homologaci¨®n de su t¨ªtulo y lo m¨¢s probable es que tenga que aguardar varios meses m¨¢s. ¡°Un m¨¦dico es un art¨ªculo de lujo ahora mismo¡±, lamenta Le¨®n.
La falta de doctores ha alimentado un ¨¢vido mercado de fichajes en el que algunos hospitales espa?oles despliegan sus mejores ofertas para atraer m¨¦dicos a sus consultas. Y en los centros de la Espa?a vaciada, como el de Soria, llevan a?os apostando por contratar a profesionales extranjeros. Como no pueden competir con sueldos ¡ªque dependen de cada comunidad aut¨®noma¡ªo con las ventajas de las grandes ciudades, les seducen con otros incentivos: contratos de m¨¢s de un a?o para posibilitar el permiso de trabajo, agilidad en los tr¨¢mites administrativos e incluso contratos en pareja, si es necesario. ¡°Los m¨¦dicos for¨¢neos han encajado muy bien dentro del funcionamiento de este hospital¡±, se enorgullece el gerente de Asistencia Sanitaria de Soria, Jos¨¦ Luis Vicente Cano.
Gracias a los extranjeros, el hospital ha ampliado su cartera de servicios y hay varios departamentos que no podr¨ªan salir adelante sin sus fichajes de Ecuador, Venezuela, Bolivia o M¨¦xico. David Jerves ¡ªecuatoriano¡ª acab¨® el MIR de neumolog¨ªa en Zaragoza, y el hospital necesitaba a un especialista. No pas¨® ni un d¨ªa en paro. Para ficharlo, ofrecieron tambi¨¦n trabajo a su esposa, Karina Carri¨®n ¡ªmisma procedencia¡ª, que acababa de concluir su residencia de alergolog¨ªa. En este servicio los profesionales extranjeros son mayor¨ªa: dos de tres. La boliviana Elizabeth Condori fue la primera onc¨®loga en el servicio de Oncolog¨ªa. Valmond Simon, haitiano, lleg¨® al pa¨ªs hace 15 a?os y es uno de los ginec¨®logos del hospital: ¡°Espa?a no tiene mucha experiencia con la inmigraci¨®n, no es muy com¨²n ver a un especialista negro. Cuando llegu¨¦, al entrar me preguntaban si no estaba el m¨¦dico. Despu¨¦s de un a?o, ya todo el mundo me conoce¡±.
Espa?a destaca por desperdiciar su talento extranjero y mantiene a uno de cada dos inmigrantes trabajando por debajo de su cualificaci¨®n, pero el sector sanitario es uno de los pocos en los que se est¨¢ consiguiendo que extracomunitarios con estudios universitarios suplan la falta de profesionales espa?oles.
El an¨¢lisis de la mayor encuesta laboral europea, realizado por EL PA?S junto a Lighthouse Reports, revela que los inmigrantes que han estudiado carreras del sector sanitario registran menos sobrecualificaci¨®n que los que han cursado otro tipo de estudios. En este sector, el 34% de profesionales extranjeros que trabaja lo hace en empleos para los que tiene mayor formaci¨®n de la requerida, frente al 54% de los extranjeros que est¨¢n sobrecualificados en Espa?a. En el ¨¢mbito sanitario, muchos inmigrantes con estudios (seis de cada diez) trabajan en ocupaciones en las que hay escasez de profesionales, muy por encima de lo que ocurre en otros ¨¢mbitos.
Eduardo Henr¨ªquez ya tiene la nacionalidad espa?ola, pero naci¨® en M¨¦xico hace 37 a?os. Tras estudiar la carrera en su pa¨ªs y convalidar el t¨ªtulo, estudi¨® el MIR en Espa?a. Cuando acab¨® la residencia, en el Cl¨ªnico San Carlos de Madrid, se encontr¨® con una sorpresa con la que se topan muchos m¨¦dicos inmigrantes que quieren trabajar en Espa?a: no pod¨ªa quedarse si no le ofrec¨ªan un contrato de m¨¢s de un a?o, y casi ning¨²n centro lo hac¨ªa. Eso es lo que le llev¨® a mudarse a Soria, donde ahora es director docente del hospital (el responsable de los residentes) y ha impulsado la puesta en marcha de varios servicios que no daban hasta entonces.
El mexicano, que conoce bien los problemas para encontrar cardi¨®logos y llevarlos a la Espa?a vaciada y las dificultades de los extranjeros para conseguir su permiso de trabajo, escudri?a cada a?o la lista de los que terminan la residencia para atraerles a su hospital con condiciones que no suelen encontrar en otras ciudades. Publica adem¨¢s anuncios en p¨¢ginas especializadas, en redes sociales e intenta llamar la atenci¨®n de los influencers. ¡°El ¨²ltimo compa?ero que vino, que es ecuatoriano, vio el anuncio en X (antes, Twitter), le llam¨® la atenci¨®n el trabajo y decidi¨® venir¡±, explica.
?xito superficial
El de Soria es un caso de ¨¦xito, aunque bajo la superficie hay enormes desaf¨ªos que encarar. Espa?a ocupa, despu¨¦s de Grecia, el segundo registro m¨¢s alto de la UE de desempleados extranjeros con estudios sanitarios: un 9,6% frente al 5,8% de los espa?oles. Y, entre los que trabajan, hay una brecha de nueve puntos entre la sobrecualificaci¨®n de los sanitarios nativos (un 24%) y la de los inmigrantes (33%), por encima de la media europea.
Son n¨²meros que chocan en un sector con tanta demanda de profesionales, dentro y fuera de las grandes ciudades: Espa?a necesita m¨¦dicos, sobre todo en Medicina de Familia. Un informe reciente del Ministerio de Sanidad indica que el sistema p¨²blico necesita incorporar a 5.874 profesionales; siete de cada diez de ellos en Atenci¨®n Primaria. Adem¨¢s, tanto las comunidades aut¨®nomas como el ministerio han alertado de que el verano se presenta especialmente complicado por la falta de profesionales.
La Seguridad Social cuenta ya con 6.977 m¨¦dicos de nacionalidad extranjera, apenas el 4,6% del total, pero el sistema penaliza de forma desproporcionada a los profesionales de otros pa¨ªses por las trabas burocr¨¢ticas.
La pesadilla de homologar
La clave est¨¢ en el proceso de homologaci¨®n de sus t¨ªtulos, un problema que atraviesa los sistemas sanitarios de toda Europa. Las actuales leyes de reconocimiento de t¨ªtulos en Europa no funcionan y no tienen el efecto deseado.
En 2024, la Comisi¨®n Europea alert¨® a Espa?a del atasco para reconocer t¨ªtulos extranjeros (no solo sanitarios). ¡°Resulta inaceptable el mantenimiento de esta situaci¨®n, en la que decenas de miles de ciudadanos con titulaci¨®n universitaria extranjera y residencia en Espa?a, deben esperar varios a?os para comenzar a desarrollar una actividad laboral acorde con su nivel de cualificaci¨®n profesional, muchas de ¨¢mbito sanitario¡±, sentenciaba el Defensor del pueblo en su informe anual de 2023.
Aunque los pasos se han simplificado, la convalidaci¨®n de un t¨ªtulo de medicina puede llevar a?os. En 2023 se validaron 8.585 t¨ªtulos de extracomunitarios (hasta octubre), pero para trabajar en la sanidad p¨²blica, te¨®ricamente, es tambi¨¦n necesaria la homologaci¨®n de la especialidad. Y esto es mucho m¨¢s complicado: el a?o pasado solo se reconocieron 167 de ciudadanos de fuera de la UE.
En Espa?a hay un sistema de residencia de cuatro o cinco a?os al que se accede tras un examen que es casi una oposici¨®n (conocido como MIR), un proceso distinto al de otros pa¨ªses. Si alguien que no se ha sometido a esta formaci¨®n quiere equiparar los estudios, debe objetivar las diferencias formativas, cursarlas (ya sea con asignaturas o en forma de residencia) y acreditarlas, un proceso m¨¢s complicado que supone una espera de a?os.
Otto Cruz, pediatra Cubano de 64 a?os, lleg¨® a Espa?a hace 15 con su licenciatura en medicina homologada. Trabaj¨® en urgencias en hospitales de Mallorca, hizo all¨ª parte de la residencia de Pediatr¨ªa, pero tard¨® casi diez a?os en homologar su especialidad. Sanidad no especifica cu¨¢nto demora de media este tr¨¢mite porque, asegura una portavoz, es muy variable, pero casos como el de Cruz no son raros.
¡°Homologar la especialidad es misi¨®n imposible¡±, resume el cardi¨®logo Henr¨ªquez, que, como todos los doctores del hospital de Soria, decidi¨® estudiar el MIR en Espa?a para ahorrarse el drama burocr¨¢tico.
Trampas y explotaci¨®n: un doctor en C¨¢ritas
El resultado es que hospitales y centros de salud de toda Espa?a, necesitados de personal, acaban trampeando para cubrir puestos en atenci¨®n primaria y urgencias con m¨¦dicos sin su t¨ªtulo de especialidad homologado. Muchos de ellos suplen las plazas de especialistas espa?oles con especializaci¨®n, aunque en condiciones m¨¢s precarias.
Y, en paralelo, se cronifica un escenario en el que doctores con brillantes trayectorias profesionales acaban empleados como maestros, cuidadores o vendedores. El an¨¢lisis de EL PA?S y Lighthouse revela que dos tercios (67%) de los inmigrantes que no consiguen homologar su diploma hacen trabajos para los que est¨¢n sobrecualificados. Entre los que s¨ª consiguen la homologaci¨®n, un 49% acaba en un empleo por debajo de su formaci¨®n. Es decir, que ni siquiera la titulaci¨®n es suficiente para que los extracomunitarios consigan mejores empleos.
Omar Montilla, venezolano m¨¦dico desde hace 30 a?os, a¨²n no se cree que haya meses que dependa de C¨¢ritas o Cruz Roja para llegar a fin de mes. Especializado en obstetricia y ginecolog¨ªa, la espera por la homologaci¨®n de su t¨ªtulo de medicina est¨¢ siendo un calvario. Durante a?os fue tambi¨¦n profesor universitario, labor que compaginaba con su trabajo como jefe de servicio de un hospital y la gesti¨®n de su propia cl¨ªnica privada en Caracas. En su tiempo libre, Omar asist¨ªa a mujeres embarazadas o que padec¨ªan c¨¢ncer de cuello de ¨²tero y de ovarios con tratamientos y operaciones en zonas rurales. Hoy, la rutina de Montilla, de 56 a?os, est¨¢ muy lejos de aquella productividad: todos los d¨ªas consulta la web del Ministerio para ver si se ha aprobado su homologaci¨®n. ¡°Siento angustia y desesperaci¨®n todos los d¨ªas¡±, lamenta.
Omar lleg¨® a Espa?a hace dos a?os y medio con su mujer y su hijo peque?o con la esperanza de que una vez que empezara a ejercer pudiera traer a sus dos hijos mayores. Aunque, de momento, debido a las circunstancias en las que se encuentra, no han podido venir.
La espera de la autorizaci¨®n le ha dejado en una situaci¨®n que nunca hubiera podido prever: ¡°Intento buscar trabajo en todas partes, tengo que pagar la comida, el alquiler: he sido jardinero, empleado dom¨¦stico y ahora trabajo como ayudante de cocina en un restaurante y limpio en un establecimiento comercial¡±. Algunos empleadores le han rechazado por su sobrecualificaci¨®n. ¡°Todo esto te produce un sentimiento de frustraci¨®n, tristeza, depresi¨®n... No porque el trabajo te denigre, sino porque est¨¢s capacitado para hacer algo en la vida con lo que puedes ayudar a mucha gente y no puedes porque necesitas un papel que diga que puedes hacerlo¡±, explica.
Resistencia y burocracia
Tom¨¢s Cobo, presidente de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial, justifica las trabas en la homologaci¨®n en la seguridad de los pacientes. ¡°Se est¨¢ contratando a profesionales cuyos conocimientos no est¨¢n contrastados¡±, mantiene. ¡°No quiere decir que no los tengan, pero no lo han demostrado con la homologaci¨®n¡±. Cobo reconoce que es un procedimiento largo y complicado porque hay que garantizar que los m¨¦dicos extranjeros tengan la misma formaci¨®n que los que lo han hecho en el sistema MIR de Espa?a. Como el sistema en Latinoam¨¦rica, de donde vienen mayoritariamente m¨¦dicos a Espa?a, es distinto, ¡°hay que examinar expedientes, determinar qu¨¦ conocimientos tienen, cu¨¢les les faltan, si tienen que adquirir esos conocimientos y competencias, certificarlas¡¡±.
El control de calidad es un argumento que suelen utilizar las asociaciones profesionales para oponerse a agilizar mucho la homologaci¨®n. Sin embargo, varios estudios han demostrado que un reconocimiento m¨¢s estricto de los t¨ªtulos no equivale a mejores resultados para los pacientes. De hecho, estos estudios demuestran que imponer requisitos demasiado duros para homologar los diplomas de profesionales extranjeros suele beneficiar sobre todo a un grupo: los que ya trabajan en esas profesiones, porque se dificulta el acceso a la profesi¨®n y se hacen m¨¢s valiosas las habilidades de quienes ya la ejercen.
Grenmy Centeno, miembro de la direcci¨®n de la asociaci¨®n de m¨¦dicos venezolanos (AMEVESP), se?ala ¡°el cuello de botella¡± que favorece el sistema espa?ol, m¨¢s burocr¨¢tico que otros, como el alem¨¢n. ¡°En nuestra asociaci¨®n, tenemos a m¨¢s de 900 m¨¦dicos esperando a que se les reconozca la especialidad, y pueden pasar as¨ª hasta diez a?os, y en el 90% de los casos no se lo homologar¨¢n. Conozco a especialistas que son referentes internacionales y a los que les han negado el reconocimiento a su especialidad, habiendo sido jefes de servicio en hospitales universitarios de Venezuela¡±, a?ade Centeno que representa a 4.000 facultativos.
En 2023, una recomendaci¨®n de la Comisi¨®n Europea indicaba que no deber¨ªan pasar m¨¢s de dos meses hasta que se diera una respuesta de homologaci¨®n. Hoy en d¨ªa, esa indicaci¨®n no se sigue en Espa?a, dice Grenmy Centeno. ¡°Es prioritario meter m¨¢s funcionarios a homologar y automatizar el proceso. Si un m¨¦dico tiene la misma documentaci¨®n de la misma universidad, con los mismos programas, que otro doctor ya homologado, ser¨ªa suficiente con comprobar la documentaci¨®n¡±, a?ade Grenmy.
Con las pol¨ªticas actuales en Espa?a, no hay perspectivas de que este cuello de botella mejore, mantienen los especialistas consultados. Seg¨²n los datos analizados por Lighthouse Reports y El PA?S, el tiempo que un inmigrante con estudios lleva en el pa¨ªs apenas influye sobre la probabilidad que tiene de encontrar un puesto de trabajo adecuado a su cualificaci¨®n: quienes llegaron hace m¨¢s de diez a?os no est¨¢n mucho menos sobrecualificados que los que llevan pocos a?os. En comparaci¨®n con el resto de Europa, Espa?a es el tercer pa¨ªs con mayor diferencia de desempleo entre los nativos y los inmigrantes con estudios universitarios que llevan m¨¢s de 10 a?os en el pa¨ªs.
Adem¨¢s, para las personas que han llegado desde fuera de Europa resulta menos probable que para los espa?oles y para los otros europeos trabajar en profesiones reguladas, las que requieren un diploma espec¨ªfico o una licencia (profesores, m¨¦dicos, etc).
Para Henr¨ªquez, el cardi¨®logo mexicano en Soria, el proceso de homologaci¨®n es un freno para atraer profesionales que tanto necesita su hospital. ¡°Espa?a est¨¢ en su derecho [de marcar sus reglas], pero genera incertidumbre. Si yo supiese que tardo a?os en homologar mi t¨ªtulo, no vendr¨ªa. Es un mar de burocracia y papeles. Hay que tener est¨®mago¡±, explica.
Contratos en cadena
La alternativa es sacarse la especialidad en Espa?a, pero para ello hace falta algo m¨¢s que est¨®mago: dinero. Eva Ugueto, que trabaj¨® como pediatra durante 14 a?os en Venezuela, no puede permit¨ªrselo. Durante los 25 meses que esper¨® hasta la homologaci¨®n de su t¨ªtulo trabaj¨® como vendedora y cuidadora de ancianos. Ya con su diploma convalidado empez¨® a trabajar en un colegio concertado de Madrid como m¨¦dica escolar. Pero el contrato no le aporta estabilidad. Subcontratada a trav¨¦s de una agencia, trabaja en el colegio de 9.00 a 17.00 y a las 22.00 se va a un complejo de nataci¨®n de Madrid, donde atiende a deportistas federados. Trabaja con contratos de 10 meses renovables, y durante el cierre de las escuelas en verano, tiene que buscar otro contrato temporal.
Le da rabia, porque en el colegio, dice, percibe las carencias de la atenci¨®n pedi¨¢trica en Madrid. ¡°Hace poco una madre me dijo que su hijo en el colegio ten¨ªa conjuntivitis al¨¦rgica, algo f¨¢cil de solucionar¡±, pero Ugueto cuenta que no hab¨ªan conseguido cita en el centro de salud hasta casi dos semanas despu¨¦s.
La doctora sue?a con especializarse y ser reconocida como pediatra, pero el camino no es f¨¢cil. Para conseguir el MIR, tendr¨ªa que dejar su trabajo para completar los cuatro a?os de formaci¨®n ; es una inversi¨®n de tiempo, dinero y esperanza, dice Eva. ¡°Para poder hacer el MIR tiene que invertir m¨¢s o menos entre 2.000 y 3.000 euros para pagar una academia. Adem¨¢s, te sugieren que estudies entre 8 y 10 horas al d¨ªa, que es el tiempo que necesito para trabajar, porque tengo una familia que mantener¡±, lamenta.
Adem¨¢s, con el sueldo de poco m¨¢s de 1.000 euros que se cobra durante el primer a?o tras el examen, es dif¨ªcil mantener a una familia.
Omar, con un sueldo que no llega al salario m¨ªnimo, intenta enviar una parte a su familia, su madre y sus hijos en Venezuela. Su hija est¨¢ terminando la carrera de medicina, pero Omar no la anima a venir a Espa?a: le dice que aprenda el idioma y se vaya a Alemania, B¨¦lgica o Portugal.