La peligrosa picadura de la avispa asi¨¢tica: ¡°Me ard¨ªa toda la espalda. Han pasado dos a?os y todav¨ªa tengo la cicatriz¡±
Antonio Landa sufri¨® en 2022 el primer ataque descrito en la literatura cient¨ªfica en Espa?a de esta especie invasora, que entr¨® en el pa¨ªs en 2010 y se expande sin control por el norte peninsular
Antonio Landa conoce bien el Pirineo de Huesca y sabe que en las actividades al aire libre a veces suceden contratiempos. Trabaja para una empresa que alquila sanitarios port¨¢tiles, un servicio muy contratado por los campamentos de verano en estas monta?as. ¡°Los instalamos uno o dos d¨ªas antes de que lleguen los chavales¡±, cuenta. Nunca imagin¨® que pod¨ªa sufrir lo ocurrido en julio de 2022: ¡°Estaba buscando la llave del agua en un trozo de bosque cuando, de repente, ?plas!, not¨¦ el sablazo. Me llev¨¦ la mano a la espalda y la pude coger. Era una avispa muy grande, que inmediatamente tir¨¦ al suelo. Por lo que me contaron luego, era la asi¨¢tica. Al principio no me asust¨¦: las de toda la vida ya me han picado otras veces. No pod¨ªa saber la que se me ven¨ªa encima. Han pasado dos a?os y lo sigo recordando con horror. Me ard¨ªa toda la espalda. Todav¨ªa tengo la cicatriz¡±.
La avispa asi¨¢tica (Vespa velutina) es una especie invasora que entr¨® en Espa?a en 2010 por Gipuzkoa procedente de Francia. Desde entonces, se ha expandido por el norte peninsular e investigaciones realizadas en Galicia la relacionan con un incremento de las muertes por reacciones al¨¦rgicas a las picaduras de insectos. El caso de Landa, sin embargo, es el primero descrito en la literatura cient¨ªfica en Espa?a que detalla la asistencia m¨¦dica recibida por un paciente y ha sido publicado en la Revista Medicina General y de Familia de la Sociedad Espa?ola de M¨¦dicos Generales y de Familia (SEMG).
¡°Cuando lleg¨® al centro de salud ten¨ªa una herida de diez por cinco cent¨ªmetros, aunque luego creci¨®. Ten¨ªa los bordes muy rojos y el centro de color oscuro o negruzco, como si ya se estuviera necrosando [muriendo el tejido]. Era algo muy llamativo, que nunca hab¨ªamos visto, aunque afortunadamente no era una reacci¨®n al¨¦rgica, que puede ser un riesgo vital¡±, cuenta Isabel Mar¨ªa Pa¨²les, la m¨¦dica de familia que atendi¨® de urgencias a este trabajador de 46 a?os, casado y padre de dos hijos, en el Centro de Salud de Caspe (Zaragoza).
Tras la picadura, Landa hizo lo que ahora no duda en calificar de ¡°imprudencia¡±. ¡°Dol¨ªa como si me hubieran picado cinco avispas o m¨¢s, pero hab¨ªa que dejar el campamento preparado y acabar el trabajo. Luego se me empez¨® a dormir el brazo y tambi¨¦n me daban tembleques. Pero quise llegar a casa porque me daba miedo parar en Biescas y que no me dejaran seguir conduciendo. As¨ª que tir¨¦ hasta Caspe, que son tres horas. Iba gritando al volante para aguantar el dolor¡±, recuerda.
La primera sorpresa que tuvo al alcanzar Caspe fue al bajarse del cami¨®n: ¡°En mi asiento hab¨ªa salido un gran ronch¨®n blanco. Luego tambi¨¦n vimos la ropa de trabajo, que es oscura, se hab¨ªa descolorido. Era como si el veneno de la avispa se lo comiera todo¡±. La segunda le asust¨® m¨¢s y fue la reacci¨®n de su esposa cuando se quit¨® la camiseta. ¡°Peg¨® un grito y dijo: ¡®?Antonio, corre, vamos a urgencias a que te vean esto!¡±.
¡°Lo primero que hicimos fue limpiar bien la herida con suero. Luego la curamos con una crema que lleva plata. Tambi¨¦n le dimos corticoides porque ten¨ªa como una reacci¨®n local de inflamaci¨®n bastante considerable y antibi¨®ticos para evitar infecciones secundarias. En total, requiri¨® dos meses de cuidados. Esto ocurri¨® en julio y hasta bien entrado septiembre no le dimos el alta¡±, explica Pa¨²les.
Marta Villanueva es la enfermera que durante estos dos meses cur¨® la herida de Landa. ¡°M¨¢s que algo por una avispa, parec¨ªa una gran quemadura. Las curas que le hac¨ªamos eran diarias hasta casi al final, que ya pasamos a cada dos d¨ªas, porque llegaba todas las ma?anas con el ap¨®sito empapado. Era una herida muy exudativa. Tard¨® much¨ªsimo en secar y al final le qued¨® una buena cicatriz¡±, relata.
La Vespa velutina, que mide unos tres cent¨ªmetros, fue identificada por primera vez en Europa en el sudoeste de Francia en 2004, adonde lleg¨® con un cargamento de plantas ornamentales desembarcado en el puerto de Burdeos, aunque posteriormente ha podido haber otras introducciones en el continente. Desde la ciudad francesa, inici¨® una expansi¨®n hasta ahora imparable que en 2010 la llev¨® hasta el Pa¨ªs Vasco, a Galicia en 2012 y a Catalu?a y Arag¨®n al a?o siguiente. En 2015 fue vista por primera vez en la isla de Mallorca.
¡°El impacto que ha tenido en Espa?a ha sido doble. Primero, sobre la salud de la poblaci¨®n por las picaduras, que pueden ser mortales en personas al¨¦rgicas. Segundo, por los graves da?os que provoca en las colmenas de abejas. Obviamente, no es que est¨¦n predispuestas a atacar al ser humano, pero cu¨¢nto mayor sea su presencia en el territorio, m¨¢s riesgo habr¨¢ de encuentros fortuitos. Con las abejas es distinto, porque la Vespa velutina s¨ª es un depredador y las abejas europeas no cuentan con mecanismos o estrategias de defensa frente a ellas¡±, afirma Xes¨²s Fe¨¢s, experto de referencia sobre la avispa asi¨¢tica en Espa?a y miembro de la Academia de Ciencias Veterinarias de Galicia.
Un estudio de este investigador, publicado en 2021 en la revista Biology, pone el foco en los 78 fallecimientos ocurridos en Espa?a entre 1998 y 2018 debido a la picadura de avispas, abejas y avispones (como la Vespa velutina). Estos casos son m¨¢s frecuentes en ¡°hombres mayores de 65 a?os¡±, ocurren m¨¢s a menudo en verano y se reparten de forma muy dispar por Espa?a ¡ªlas ¡°tasas de mortalidad anual oscilaron entre 0,02 y 0,19 por mill¨®n de habitantes¡±, seg¨²n comunidades¡ª. ¡°Sorprendentemente, Galicia mostr¨® altas tasas de mortalidad por picaduras de avispones¡±, puede leerse en el trabajo, lo que el autor atribuye a la elevada presencia de la avispa asi¨¢tica en esta comunidad.
Carmen Vidal, jefa de servicio de Alergolog¨ªa en el ¨¢rea sanitaria de Santiago de Compostela y Barbanza, ha atendido decenas de casos de picaduras de avispas asi¨¢ticas. ¡°La Vespa velutina es de mayor tama?o y, por tanto, inyecta m¨¢s cantidad de veneno que las avispas aut¨®ctonas, m¨¢s peque?as. Aproximadamente, podemos decir que unas cuatro veces m¨¢s, lo que suele producir reacciones t¨®xicas m¨¢s importantes. En este caso, la reacci¨®n que ha sufrido el paciente es muy llamativa e importante¡±, afirma.
Para esta especialista, sin embargo, la cuesti¨®n clave sigue siendo si la persona es al¨¦rgica o no. ¡°Lo m¨¢s peligroso no son las reacciones t¨®xicas al veneno, salvo que haya m¨²ltiples picaduras, sino las al¨¦rgicas. Si el paciente desarrolla un shock anafil¨¢ctico, este es potencialmente mortal. Y esto puede ocurrir con la avispa asi¨¢tica y con especies aut¨®ctonas de menor tama?o, como la Vespula spp, m¨¢s com¨²n en Galicia, o la Polistes dominula, t¨ªpica del centro peninsular y el Mediterr¨¢neo¡±.
Los expertos coinciden que el azar es el factor determinante en la mayor¨ªa de los casos de picaduras. ¡°Lo t¨ªpico es que te pongas a desbrozar o a trabajar una parte de la finca, sin querer toques el nido y ellas te ataquen. Aunque la variabilidad es muy grande porque tambi¨¦n pueden hacer el nido en zonas habitadas y urbanas¡±, explica Fe¨¢s. Pese a ello, hay unas recomendaciones generales que pueden reducir la probabilidad de sufrir el ataque: no hacer aspavientos cerca de los insectos, evitar los lugares donde est¨¦n presentes, o vigilar la comida y la bebida dejada al aire libre.
Para prevenir los casos m¨¢s graves, Vidal hace una doble recomendaci¨®n. ¡°Las personas que saben que son al¨¦rgicas deben llevar siempre encima un autoinyector de adrenalina, porque es algo que puede salvar la vida. Y tambi¨¦n deben acudir al especialista para ver a qu¨¦ prote¨ªnas del veneno tienen sensibilidad, que es algo que puede saberse mediante un estudio. Esto permite administrarle una vacuna que les proteger¨¢¡±.
Las personas al¨¦rgicas deben buscar asistencia m¨¦dica urgente en caso de sufrir una picadura de cualquier avispa, insisten los expertos. Para quienes no lo son, en principio y salvo que desarrollen s¨ªntomas preocupantes, los m¨¦dicos recomiendan los cuidados habituales: lavar bien la zona (retirar el aguij¨®n si es posible), fr¨ªo local... ¡°A diferencia de las picaduras de abejas, es frecuente que las de avispa se infecten, as¨ª que tambi¨¦n hay que vigilarlas unos d¨ªas m¨¢s y acudir al m¨¦dico si finalmente esto ocurre¡±, concluye Vidal.
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