Un tribunal deja sin castigo los abusos sexuales a cuatro personas con discapacidad al considerar ¡°desestructurado¡± su relato
La Audiencia de Barcelona condena a 14 a?os y medio de prisi¨®n al monitor de la escuela Taiga por otros tres casos que s¨ª han quedado probados
El testimonio de las v¨ªctimas es a menudo la principal prueba de cargo en los delitos sexuales. Tambi¨¦n la ha sido en el proceso contra Joaqu¨ªn M., un monitor de la escuela de educaci¨®n especial Taiga de Barcelona acusado de abusos a siete alumnos, todos ellos con distintos grados de autismo y discapacidad. La Audiencia de Barcelona ha condenado ahora al educador a 14 a?os y medio de c¨¢rcel por los abusos a tres de esos j¨®venes. El tribunal, sin embargo, considera que los otros cuatro casos no han quedado suficientemente probados por la incapacidad de las v¨ªctimas de expresarse correctamente y sostener un relato coherente, seg¨²n la sentencia, a la que ha accedido EL PA?S.
En el juicio, celebrado el pasado mes de abril, el tribunal escuch¨® las declaraciones que las v¨ªctimas hab¨ªan prestado ante el juzgado con ayuda de psic¨®logos y pedagogos. Los magistrados evitaron llamarles de nuevo a declarar para evitar la revictimizaci¨®n de personas vulnerables y utilizaron sus declaraciones previas como prueba preconstituida. El an¨¢lisis de cuatro de esos relatos lleva a los magistrados de la Secci¨®n Novena a afirmar que no es posible la condena al monitor m¨¢s all¨¢ de toda duda razonable.
A., que padece una discapacidad del 70%, explic¨® como pudo que, con ocasi¨®n de una salida al albergue, Joaqu¨ªn M. le toc¨® el pene y le masturb¨®. Pero su testimonio, a decir del tribunal, ¡°fue muy escaso, evitativo, poco inteligible, absolutamente desestructurado y repleto de insultos hacia el acusado¡±. Esas lagunas hacen que su testimonio pierda ¡°eficacia y fiabilidad¡±, a pesar de que la logopeda que le asisti¨® apreci¨®, despu¨¦s de los hechos, ¡°un cambio muy significativo¡± en el comportamiento de A., que empez¨® a hacerse las necesidades encima y a utilizar un lenguaje grosero. Para el tribunal, sin embargo, las ¡°insuficientes e imprecisas manifestaciones¡± de la v¨ªctima no pueden suponer una prueba de cargo contra el acusado.
Algo parecido ocurre con B., cuya declaraci¨®n fue dif¨ªcil incluso de transcribir. Insiste de nuevo el tribunal en que el relato de la v¨ªctima fue ¡°absolutamente desestructurado¡±, con ¡°imprecisiones absolutas¡± y ¡°expresiones mec¨¢nicas¡±, lo que de nuevo le resta credibilidad. En los otros dos casos que han culminado en absoluci¨®n, los de dos hermanos (C. y D.), ni siquiera se ha podido valorar la prueba porque su incapacidad ps¨ªquica ¡°les impide cualquier tipo de comunicaci¨®n¡±.
La Audiencia de Barcelona s¨ª ha dado ¡°toda credibilidad y fiabilidad¡±, pese a las dificultades, a las tres v¨ªctimas restantes. Y ha condenado a Joaqu¨ªn M. a un total de 14 a?os y medio de c¨¢rcel por dos delitos de abusos sexuales continuados con penetraci¨®n con prevalimiento por la relaci¨®n de superioridad que ten¨ªa sobre los alumnos. Las v¨ªctimas son E. y F., que sufrieron esos episodios durante las salidas que el acusado organizaba como monitor de la escuela y responsable de las actividades extraescolares. El hombre tambi¨¦n ha sido condenado, al pago de una multa, por exhibicionismo: se masturb¨® delante de otro de los alumnos, G.
Joaqu¨ªn M. ten¨ªa 46 a?os cuando fue detenido por los Mossos d¡¯Esquadra en mayo de 2017. Llevaba m¨¢s de dos d¨¦cadas trabajando como educador de refuerzo en las aulas del centro, pero solo dos como presidente del club deportivo Taiga y como monitor de las actividades deportivas. Fue entonces cuando empezaron las agresiones, que se prolongaron durante dos a?os. El hombre se encargaba de llevarse a los alumnos del equipo de baloncesto a albergues, competiciones deportivas y casas de colonias del ¨¢rea de Barcelona y en esos desplazamientos, lejos de la mirada de otros profesores y padres, cometi¨® los abusos.
Durante una de esas salidas, un monitor observ¨® comportamientos extra?os con un alumno y dio la voz de alarma. La escuela inici¨® una investigaci¨®n que incluy¨® entrevistas con los afectados con m¨¢s capacidad para expresarse. Taiga concluy¨® que el hombre hab¨ªa abusado de al menos tres alumnos, activ¨® el protocolo para abusos y le apart¨® de inmediato. Las familias de las v¨ªctimas presentaron una denuncia contra el monitor, que fue detenido. La jueza le dej¨® inicialmente en libertad provisional y le prohibi¨® comunicarse con los tres menores. M¨¢s tarde otras familias, hasta un total de siete, se sumaron a la denuncia.
La Fiscal¨ªa solicitaba inicialmente una pena de 37 a?os de c¨¢rcel para el monitor, que en el juicio se limit¨® a negar escuetamente los hechos. La condena, sin embargo, se ha visto rebajada de forma sustancial no solo por la absoluci¨®n en cuatro de los casos, sino tambi¨¦n por el largo periplo judicial, que ha obligado al tribunal a aplicarle la atenuante de dilaciones indebidas. Adem¨¢s de la pena de prisi¨®n impuesta, el tribunal le ha inhabilitado para dedicarse a actividades docentes o deportivas, le ha prohibido acercarse a las v¨ªctimas o comunicarse con ellas y le ha impuesto indemnizaciones a las tres v¨ªctimas por un total de 55.000 euros.
Los motivos esgrimidos por el tribunal para absolver en cuatro de los casos no han gustado a las familias afectadas. ¡°La forma de expresarse de los chicos es tambi¨¦n su comportamiento. Y aunque se les ha dado veracidad, eso no se ha tenido en cuenta y no lo veo justo¡±, explica la madre de una de las v¨ªctimas. La sentencia, que puede recurrirse, se reescribir¨¢ por orden del tribunal ¡°en formato de lectura f¨¢cil y ajustada a personas discapacitadas ps¨ªquicamente¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.