Pl¨¢cido Barrios, notario: ¡°Las manceb¨ªas fueron un negocio para las cofrad¨ªas religiosas¡±
El funcionario p¨²blico repasa la historia social y pol¨ªtica de Espa?a en un libro que abarca desde el esclavismo a la discriminaci¨®n de las mujeres y que lleva ya cinco ediciones
El notario Pl¨¢cido Barrios (Ponferrada, 62 a?os) es un apasionado de su trabajo y de la historia de Espa?a. Por eso, decidi¨® bucear en los protocolos notariales para contar su propia versi¨®n ¡ªde la Edad Moderna a la Guerra Civil¡ª, en la que aparecen esclavos, mujeres, marginados y hasta prost¨ªbulos. ¡°La realidad notarial supera a la ficci¨®n, las notar¨ªas est¨¢n llenas de novelas¡±, explica. El resultado es De escribanos a notarios (Basconfer), que acaba de llegar a su quinta edici¨®n con otras tantas ampliaciones.
Pregunta. ?Qu¨¦ lleva a un notario a investigar temas como la esclavitud?
Respuesta. La curiosidad. En Madrid se vend¨ªan esclavos. El esclavo era una cosa, no ten¨ªa personalidad jur¨ªdica, no pod¨ªa hacer testamento. Las escrituras eran muy prolijas y recog¨ªan ¡°tachas y defectos¡±, y se les grababa el nombre de su due?o. Recojo el caso de un esclavo mulato comprado por un tintorero: ¡°Os lo vendo por borracho, fugitivo y ladr¨®n, y no os lo aseguro de ninguna enfermedad, salvo ser de buena guerra¡±. El precio fluctuaba, depend¨ªa de sus defectos. La mujer era m¨¢s cara por su capacidad de procrear: hasta 1870, el hijo de la esclava era esclavo.
P. ?Qu¨¦ papel han tenido los escribanos en el aparato colonial de Espa?a?
R. Cuando se introduce en las Indias la legislaci¨®n de Castilla, tambi¨¦n van los escribanos. En todos los barcos que sal¨ªan de Sevilla iba un escribano de naos que recog¨ªa si una persona quer¨ªa hacer un poder o testamento, y ese documento despu¨¦s lo tra¨ªan a Sevilla. El primer escribano de Am¨¦rica fue Rodrigo de Escobedo, que acompa?¨® a Col¨®n en el momento de descubrimiento y dio fe.
P. ?C¨®mo ha ido cambiando el papel de la mujer?
R. Hab¨ªa una discriminaci¨®n jur¨ªdica. Hasta 1975, la mujer necesitaba la licencia marital para comparecer ante notario; ella, por s¨ª sola, no pod¨ªa ir salvo que fuese para hacer testamento. Adem¨¢s, las mujeres no pod¨ªan ser testigos en los testamentos ¡°por su natural indiscreci¨®n¡±.
P. ?Qu¨¦ dicen los protocolos sobre sexualidad?
R. La virginidad estaba muy valorada. Recojo un caso de Almer¨ªa en el que un padre que hab¨ªa puesto en servicio a su hija, cuando la quiere recuperar, pide a una partera para que la ausculte y llama al escribano para que declare que la hija manten¨ªa la virginidad. O un abuelo de M¨¢laga que requiere a un notario que constate que su nieta se ha roto el himen jugando. La circuncisi¨®n era una pr¨¢ctica perseguida por her¨¦tica, pero hab¨ªa veces que quer¨ªa hacerla por motivos m¨¦dicos, y entonces se llamaba al escribano para que diera fe. La gente era mucho m¨¢s desinhibida y hablaba de esto con naturalidad, y el escribano no lo ve¨ªa raro. Hoy la gente es m¨¢s pudorosa.
P. ?Y de las manceb¨ªas?
R. Encontr¨¦ una escritura de 1522 en M¨¢laga en la cual el propietario traspasaba la manceb¨ªa y enumeraba las camas donde estaban las mancebas y el precio del traspaso. En la ¨¦poca las manceb¨ªas eran un negocio para los municipios y las cofrad¨ªas religiosas, que ten¨ªan rendimientos derivados de la explotaci¨®n de las ¡°casas p¨²blicas¡±. Estas cofrad¨ªas hac¨ªan una labor ben¨¦fica y los ingresos los obten¨ªan de los alquileres que pagaban las mancebas.
P. ?C¨®mo se retrata a los moriscos?
R. El mundo morisco me atrae porque es una minor¨ªa. En el siglo XVI ocurri¨® la rebeli¨®n de las Alpujarras frente a unas medidas de presi¨®n fiscal, y de esa discriminaci¨®n hay constancia en los protocolos notariales. A m¨ª me interesan los que padecen la historia, no los que la escriben. Por eso no soy del Real Madrid, porque a m¨ª me atraen los perdedores.
P. ?En ese grupo est¨¢n los gitanos?
R. Los gitanos han sido los grandes perdedores: se dedicaban a la venta ambulante, pero a partir de Felipe II no pod¨ªan vender y ten¨ªan que llevar un testimonio signado por un escribano p¨²blico en el que se especificara d¨®nde viv¨ªan y lo que vend¨ªan. La monarqu¨ªa quer¨ªa que tuvieran residencia fija. Muchos fueron condenados y acabaron en galeras. Cito a Mar¨ªa de Egipto, que pone a su hija menor al servicio de un escribano a cambio de dos ducados para el rescate de su padre, preso en galeras.
P. ?Y los jud¨ªos?
R. Eran muy criticados por los cristianos viejos porque se dedican a la pr¨¢ctica de la usura, condenada por la Iglesia. La usura estaba limitada a un m¨¢ximo del 33,33% anual en Castilla, y a un 20% en Arag¨®n. Eso cre¨® un pretexto y un caldo de cultivo que degeneraron en los pogromos; el de 1391 empieza en Sevilla y C¨®rdoba y llega hasta Barcelona; all¨ª arrasaron el Call de la Juder¨ªa y las tiendas de los escribanos ¡ªque no pod¨ªan ser jud¨ªos¡ª porque ten¨ªan los documentos de pr¨¦stamo. Localic¨¦ a un hombre que hab¨ªa participado en el asalto a la juder¨ªa de C¨®rdoba y que en su testamento, arrepentido, ped¨ªa a sus hijos que indemnizaran al hijo de un jud¨ªo.
P. ?Qu¨¦ eran las cartas de perd¨®n de cuernos?
R. El adulterio era delito y lleva aparejada penas de hasta seis a?os de c¨¢rcel. Solo se despenaliz¨® en mayo de 1978. La que llevaba la peor parte era la mujer, que pod¨ªa ser condenada con una sola falta. Una manera de obviar la pena era que el marido la perdonara, con las cartas de perd¨®n de cuernos. La ley establec¨ªa dos limitaciones: que no pod¨ªa mediar precio y ten¨ªa que perdonar tanto a la mujer como al amante.
P. ?C¨®mo se aborda la muerte?
R. Antes la muerte se ve¨ªa con naturalidad, la gente dec¨ªa c¨®mo quer¨ªa ser enterrada con todo detalle, porque se entend¨ªa que el testamento era un pasaporte para toda la eternidad, y se dejaban ordenadas misas y muchas m¨¢s cosas. Ahora la gente la ve como menos natural.
P. ?C¨®mo se reflejan los gais y lesbianas?
R. Los homosexuales aparecen en los documentos para ser excluidos. Los mayorazgos, en los que dejabas la mayor parte de los bienes al primog¨¦nito, exclu¨ªan a los homosexuales y hermafroditas. El castigo era tremendo, pena de muerte en la hoguera. Las lesbianas casi no aparecen.
P. ?Y las inundaciones?
R. Hay constancia de una inundaci¨®n en 1635 que arras¨® Valladolid; en 1802 el pantano de Lorca se vino abajo y se llev¨® la ciudad; lo sabemos porque estaban velando el cad¨¢ver de un escribano, que apareci¨® 15 kil¨®metros r¨ªo abajo, y el escribano que le sucedi¨® lo hizo constar. Tras la dana, el Colegio Notarial de Valencia ha habilitado un servicio gratuito para todo tipo de actas de presencia con las que reclamar al seguro. Los notarios siempre estamos en contacto directo con la gente.
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