Paola Ugaz, periodista: ¡°La m¨¢quina de abusos del Sodalicio necesitaba estar aceitada de dinero¡±
La periodista que destap¨® los esc¨¢ndalos del grupo religioso ultraconservador de Per¨² afirma que su disoluci¨®n por el Papa es un aviso para otros movimientos similares en Latinoam¨¦rica


EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce alg¨²n caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es Si es un caso en Am¨¦rica Latina, la direcci¨®n es: abusosamerica@elpais.es
©¤©¤©¤©¤©¤©¤©¤©¤©¤©¤©¤
A la periodista Paola Ugaz (Lima, 51 a?os) le invade un c¨²mulo de sentimientos encontrados. Tras una d¨¦cada de persecuci¨®n por investigar (y publicar) la red de corruptelas y los numerosos casos de pederastia dentro del Sodalicio de Vida Cristiana ¡ªuna de las organizaciones religiosas ultraconservadoras con m¨¢s poder en Latinoam¨¦rica¡ª, comienza a ver la luz con el inicio del 2025. El papa Francisco orden¨® a finales de enero la disoluci¨®n del grupo religioso despu¨¦s de certificar con una investigaci¨®n interna lo que Ugaz y su compa?ero Pedros Salinas llevaban a?os destapando en sus reportajes: abusos de menores, rasgos de secta y una vasta trama financiera con un presunto sistema de blanqueo de dinero a trav¨¦s de para¨ªsos fiscales de Panam¨¢ e Islas V¨ªrgenes. ¡°Siento que las v¨ªctimas que nos confiaron sus testimonios han tenido un sentido de la justicia simb¨®lico que no han encontrado en su propio pa¨ªs¡±, dice la periodista, aunque a¨²n con el recuerdo de las acusaciones falsas y ataques que sufri¨® por parte de altos cargos del Sodalicio y el entorno ultraconservador del grupo religioso. ¡°En el ADN del Sodalicio est¨¢ la venganza¡±, dice.
La chispa que prendi¨® ese hostigamiento contra Ugaz fue el libro que coescribi¨® y public¨® en 2015 con Salinas, en el destapaban la red de abusos sexuales dentro de la organizaci¨®n religiosa, Mitad monjes, mitas soldados: el Sodalitium Christianae Vitae por dentro (Planeta). Este trabajo era la primera gran radiograf¨ªa del grupo religioso fundado en Per¨² en 1971 por el laico Fernando Figari, inspirado por la Falange Espa?ola y con la idea de ser un obst¨¢culo para la creciente expansi¨®n de la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n. Su crecimiento e influencia en Per¨² fue expr¨¦s, tanto que el papa Juan Pablo II le concedi¨® en 1997 el estatus de sociedad de derecho pontificio, lo que le aport¨® m¨¢s privilegios fiscales e independencia religiosa.
La organizaci¨®n de este nuevo movimiento giraba en torno a Figari, envuelto todo con un manto de comportamientos sectarios y disciplina marcial. Se extendi¨® r¨¢pidamente por otros pa¨ªses de Latinoam¨¦rica y se erigi¨® como un grupo de prestigio, relacionado con el poder pol¨ªtico y empresarial. En ese tiempo, como destaparon las investigaciones period¨ªsticas, la captaci¨®n de menores y los abusos, sexuales y de poder, se extend¨ªan desde la jerarqu¨ªa hasta las bases. ¡°Nadie se preocupaba de saber lo que estaba pasando. Figari mandaba a los colegios [de todo Per¨²] para hacer fotos a los ni?os y, sobre eso, hacer luego un casting para captarlos¡±, dice Ugaz, que recopil¨® y corrobor¨® durante cinco a?os los abusos sexuales, f¨ªsicos y psicol¨®gicos de Figari y otros altos cargos del Sodalicio contra 30 personas. ¡°Hace unas semanas el grupo, tras ser disuelto, ha reconocido 83 v¨ªctimas¡±, a?ade la reportera.
La publicaci¨®n fue un ¨¦xito. La Fiscal¨ªa de Per¨² abri¨® una investigaci¨®n ante el esc¨¢ndalo y Ugaz pas¨® de ser una persona desconocida, ¡°un agente libre¡±, a una reportera con mucha visibilidad. A los pocos meses, de hecho, cuenta que le contact¨® un abogado importante: ¡°T¨² sabes que en Per¨² los potos [traseros] no importan, importa la plata [...] ?Quieres conocer la historia?¡±, le dijo el letrado. Esta fuente se refer¨ªa con esa frase a que las violaciones a menores eran un esc¨¢ndalo que socialmente no importaba tanto en el pa¨ªs como la corrupci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica. Fue entonces cuando le detall¨® las corruptelas de grupo religioso y le mencion¨® el papel que desempe?aba el miembro del Sodalicio Jaime Manuel Baertl, ¡°el sacerdote con cara de bueno que dirig¨ªa el dinero, que todo el mundo aceptaba hacer negocios con ¨¦l, pero que jugaba sucio¡±.
Ugaz se sumergi¨® en la investigaci¨®n sobre el entramado empresarial del grupo religioso y sus irregularidades, ba?ada siempre por m¨¢s abusos sexuales, que finalmente fructific¨® en una decena de reportajes y un perfil de Baertl. ¡°La m¨¢quina de abusos del Sodalicio necesitaba estar aceitada de dinero. Figari necesitaba a alguien que le diera la tranquilidad econ¨®mica para que esta maquinaria se mantuviera en el tiempo¡±, analiza la periodista.
Las revelaciones apuntaban a que, vali¨¦ndose de las grietas de los acuerdos entre Per¨² y el Vaticano de 1980, el Sodalicio tipific¨® los cementerios como ¡°misiones¡±, una figura administrativa exenta del pago de impuestos. El grupo ultraconservador cre¨® una red de hasta nueve cementerios de lujo al estilo estadounidense, que fue el inicio de su fortuna. ¡°Estiraron los acuerdos como un chicle. Una operaci¨®n avalada en el 2000 por el Llu¨ªs Sistach, que luego llegar¨ªa a cardenal de Barcelona. Baertl empieza a darse cuenta de que eso era la gallina de los huevos de oro. Adquirieron inmobiliarias y despojaron a muchos comuneros de sus tierras¡±, cuenta Ugaz, que a?ade: ¡°Y eso me pone, digamos, en el centro de los ataques¡±.
Desde ese momento hasta la actualidad, tanto el Sodalicio como agentes relacionados con el grupo religiosos, han intentado desprestigiar a los periodistas con campa?as de desinformaci¨®n, ataques por redes sociales y acusaciones publicadas en prensa, algunas tan falsas como que Ugaz comerciaba con plutonio junto con la familia de Mario Vargas Llosa y un grupo terrorista. ¡°En 2019 recib¨ª el triste t¨ªtulo de ¡®la periodista m¨¢s demandada de Per¨²¡¯ y a mediados de ese a?o la Papa me env¨ªa su primera carta solidariz¨¢ndose conmigo¡±, cuenta.
El pont¨ªfice ya sab¨ªa lo que suced¨ªa y, tras el coronavirus, encarg¨® una investigados interna, apoyada en el trabajo de Ugaz, y envi¨® un misi¨®n especial a Per¨² en 2023 liderada por sus hombres de confianza: el espa?ol Jordi Bertomeu y el arzobispo malt¨¦s Charles J. Scicluna. El Sodalicio atac¨® incluso la operaci¨®n del Papa y demand¨® a Bertomeu ¡°por revelaci¨®n de secretos¡±. Pero nada par¨® a Francisco: un a?o despu¨¦s, en agosto, expuls¨® a Figari y a 12 miembros, entre los que se encontraba el arzobispo em¨¦rito de Piura, Jos¨¦ Antonio Eguren. Unos meses despu¨¦s se?al¨® p¨²blicamente las irregularidades fiscales y ech¨® a Baertl y a otros altos cargos de la c¨²pula. Y, finalmente, disolvi¨® el movimiento a finales de este enero.
Pero la lucha para Ugaz sigue. Los ataques contra su persona y la persecuci¨®n judicial no han cesado. A eso responde con una frase: ¡°M¨¢s y mejor periodismo¡±. Tambi¨¦n le consuela pensar que el golpe en la mesa del Papa servir¨¢ para que otros movimientos ultraconservadores tomen nota y que se depuren responsabilidades para que las v¨ªctimas sean reparadas. Y, sobre todo, le da fuerza pensar que su investigaci¨®n ser¨¢ un ejemplo para los futuros periodistas de Per¨², y del resto del mundo. Para ello, anima a seguir la frase que aprendi¨® de su mentor Gustavo Gorriti, el director IDL Reporteros: ¡°El miedo no puede ser tu editor¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
