Radiograf¨ªa del sexismo sobre las agricultoras: ¡°Lo normal es que me pregunten por el due?o de la granja y la propietaria soy yo¡±
Solo el 24% de las explotaciones en Catalu?a est¨¢n dirigidas por mujeres. Las ganaderas y mujeres empleadas en la econom¨ªa rural denuncian su invisibilizaci¨®n y precariedad en el sector
Las protestas de agricultores comenzaron el pasado enero en Francia y semana a semana se contagiaron a toda Europa. En Catalu?a, han sido muchos los cortes de tr¨¢fico protagonizados por los payeses que el pasado 6 de febrero invadieron la capital catalana con sus tractores. Las protestas fueron protagonizadas, mayoritariamente, por hombres pero la presencia de la mujer cada vez es m¨¢s pujante y nada tiene que ver a la invisibilizaci¨®n que sufri¨® el g¨¦nero femenino hace solo unas d¨¦cadas, especialmente en el ¨¢mbito rural.
La Plataforma Pagesa (o Revolta Pagesa) -el grupo de agricultores surgido tras el llamado 15 M de campo catal¨¢n- ha se?alado como portavoz a una ganadera: Imma Puigcorb¨¦. Esta ¡°veterinaria y payesa¡± de 36 a?os fue la encargada de leer, el pasado martes, un comunicado de la Plataforma Pagesa en el pleno monogr¨¢fico celebrado en el Parlament. Puigcorb¨¦ conclu¨ªa su discurso con una amenaza: ¡°Quieran a la payes¨ªa de este pa¨ªs porque, nuestro fin, ser¨¢ su hambre¡±. EL PA?S ha contactado con esta ganadera, con granja en Les Llosses (Girona) y vacas y cabras en la comarca de la Garrotxa, para conocer cual es la situaci¨®n de la mujer en el mundo rural. ¡°Hoy las mujeres estamos igual a igual con nuestros compa?eros pero la generaci¨®n de mi madre estaba invisibilizada. Entonces, las mujeres eran el puntal de la casa, se encargaban de los cuidados, el huerto, las gallinas¡ pero no se les daba ning¨²n valor¡±, reconoce. ¡°Es muy com¨²n que cuando entra alguien a mi granja te pregunte por el amo cuando la due?a soy yo. Tienen que tener claro que para nosotras no ha sido nuestra ¨²nica opci¨®n. Nos gusta el campo, estamos formadas y queremos trabajar en esto¡±, advierte. Puigcorb¨¦ reconoce que en el sector todav¨ªa hay mucho que avanzar: ¡°En las manifestaciones las ¨²nicas mujeres que hab¨ªa ten¨ªan menos de 35 a?os por un problema, sobre todo, educacional que hay que acabar de romper¡±.
Raquel Serrat tiene 47 a?os. Es ganadera de caballos y responsable de mujeres del sindicato Uni¨® de Pagesos. Serrat, como muchas de sus compa?eras, es titulada universitaria (ingeniera t¨¦cnica forestal) y acab¨® en la ganader¨ªa tras adaptarse al trabajo de su marido. ¡°El mundo rural est¨¢ discriminado por la falta de servicios b¨¢sicos. Empezar de cero es dif¨ªcil y para una mujer es m¨¢s complicado¡±, lamenta. Serrat muestra unas estad¨ªsticas que constatan que la media de edad de los titulares de explotaciones agrarias en Catalu?a es de 60 a?os y que solo el 24% de las explotaciones son de mujeres. ¡°Estamos mejor que antes cuando la mujer estaba invisibilizada y era el hombre el que tomaba las decisiones¡±, se esperanza. Sobre la menor presencia del sector femenino en las manifestaciones, Serrat lo tiene claro: ¡°Quiz¨¢s nosotras nos sentimos inc¨®modas al lado de compa?eros que han salido, euf¨®ricos, a quemarlo todo¡±.
Tambi¨¦n es ganadera, pero de vacas lecheras, Laia Angrill. Esta joven de 24 a?os de Peramola (Lleida) cay¨® de bruces en el negocio familiar en plena pandemia. ¡°Mis abuelos y mi padre se contagiaron de covid mientras yo estaba haciendo las pr¨¢cticas del grado Global Studies de la UPF. Me llamaron porque ten¨ªa que hacerme cargo de las vacas y aqu¨ª sigo¡±, mantiene Angrill. La joven recuerda que en su clase en la universidad solo dos proced¨ªan de pay¨¦s y solo ella ha mantenido la empresa familiar. ¡°Estamos revertiendo la situaci¨®n en la que se encontraba la mujer en el campo hace solo unos a?os. Ahora nosotras tambi¨¦n estamos presentes en los cargos de decisi¨®n de las comunidades de regantes, sindicatos, cooperativas¡ somos pocas pero estamos all¨ª¡±, defiende Angrill que desde hace seis meses tiene un cargo en la junta rectora de la cooperativa Cad¨ª. ¡°Hemos llegado m¨¢s tarde que en otros sectores pero se demuestra que somos igual de v¨¢lidas que los hombres¡±, mantiene. ¡°Uno de los problemas de que el sector sea tan masculino es que el sistema agrario catal¨¢n se basa en el hereu (persona designada para recibir la herencia que sol¨ªa ser el hijo var¨®n de m¨¢s edad). En Catalu?a se daba por entendido que el hijo hombre se quedaba las tierras. Yo creo que estoy al frente de la explotaci¨®n por ser hija ¨²nica¡±, concluye.
Rosa Pruna tiene 80 a?os y es una hist¨®rica de la lucha agraria. Tiene una explotaci¨®n vacuna en Llerona (Barcelona) y hace solo unas semanas puso fin a los 23 a?os de presidencia en Catalu?a de la Asociaci¨®n Agraria de J¨®venes Agricultores (ASAJA). Adem¨¢s, de 1986 a 2002 fue presidenta de la Federaci¨®n de Mujeres y Familia en el ?mbito Rural de Europa (AMFAR). ¡°En 1986 conseguimos que Europa aprobara unas leyes d¨¢ndonos derechos. Hasta entonces, si no eras propietarias de explotaciones hab¨ªa problemas para cotizar en la seguridad social, no pod¨ªamos votar en las c¨¢maras agrarias o formar parte de una sociedad¡±, recuerda. Pruna estudi¨® Bellas Artes pero acab¨® trabajando en la explotaci¨®n vacuna. ¡°En 1986 participamos en un estudio Espa?a, Portugal y Grecia sobre la formaci¨®n de mujeres payesas. El estudio revel¨® que muchas eran analfabetas funcionales. Ahora, la mujer del campo est¨¢ mejor preparada y aspira a tener los mismos derechos que los hombres¡±, concluye.
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