El desconocido (y esencial) apoyo de los farmac¨¦uticos a los pacientes cr¨®nicos
Las farmacias hospitalarias no solo suministran medicamentos a enfermos como los que sufren psoriasis o artritis psori¨¢sica. Sus profesionales los atienden en consultas de forma personalizada y se esfuerzan en que el seguimiento del tratamiento, algo vital, sea alto
Eugenia Martos, antigua corredora de maratones, va a la farmacia en taxi. Padece artritis psori¨¢sica grave desde hace una d¨¦cada, una dolencia cr¨®nica que provoca la inflamaci¨®n de las articulaciones. A esta barcelonesa de 52 a?os le duele todo y en todas las situaciones. Los tobillos, la espalda, la clav¨ªcula, el estern¨®n, el codo; en la cama, en el sof¨¢, en la calle, donde se apoya en unas muletas para caminar. Martos acude al hospital Vall d¡¯Hebron cada dos meses a recoger el tratamiento, al ser una paciente cr¨®nica con unos requerimientos especiales necesita ir a la farmacia hospitalaria. Un taxi social ¨Cun servicio subvencionado por el Ayuntamiento de Barcelona por el que la carrera cuesta 2,10 euros¨C la va a buscar a su casa y la lleva al centro, donde le esperan colas y ratos de pie. Un inconveniente que en algunas comunidades aut¨®nomas se est¨¢ subsanando. La farmacia hospitalaria se est¨¢ coordinando con las farmacias tradicionales de barrio para hacerles llegar los medicamentos a los pacientes, una mejora en su calidad de vida.
La entrega siempre se supervisa desde el hospital, se contacta con el paciente antes. Los tratamientos para la psoriasis o la artritis psori¨¢sica moderada o grave precisan de revisi¨®n constante y seguimiento. A los pacientes les surgen dudas, se descuidan con las tomas, incluso lo abandonan¡ Cuando seguir el tratamiento de manera disciplinada, como apunta Emilio Monte, jefe de secci¨®n en el servicio de farmacia del Hospital Universitari i Polit¨¨cnic La Fe (Valencia), resulta fundamental. ¡°El medicamento puede ser maravilloso, pero se tiene que tomar bien¡±, afirma.
Monte y su equipo de farmac¨¦uticos, t¨¦cnicos y enfermeros est¨¢n muy encima: ¡°El dermat¨®logo o el reumat¨®logo dan por hecho que est¨¢n siguiendo el tratamiento, pero hay veces que el paciente no quiere tomarlo, se le olvida, no le da la suficiente importancia o tiene dificultades para trasladarse al hospital¡±. Como le sucede a Martos, que vive en Catalu?a, donde todav¨ªa no se puede ir a buscar estos medicamentos a las farmacias de barrio. En Valencia, desde el hospital se coordinan con las farmacias de barrio para que los pacientes no tengan que desplazarse. Hay veces que incluso se los entregan a domicilio. No solo favorece a pacientes con movilidad reducida sino que reduce la necesidad de solicitar un permiso en el trabajo para ir a recoger los medicamentos.
La farmacia de hospital tiene sus particularidades. Cuenta con un mostrador en el que se dispensan los medicamentos ¨Cexisten paneles para compartimentar la zona en pos de la privacidad¨C y con varias consultas donde el farmac¨¦utico se sienta con la persona. La primera vez que despachan el profesional de la farmacia hospitalaria y el paciente, la visita se puede alargar de 10 a 30 minutos, var¨ªa en funci¨®n de las necesidades. La siguiente consulta se repite a los seis meses o al a?o. En ese primer encuentro se aporta asesoramiento en la conservaci¨®n del medicamento ¨Calgunos necesitan guardarse en fr¨ªo¨C, se informa sobre cu¨¢ndo est¨¢ previsto que comience a hacer efecto, se dan instrucciones de uso y de c¨®mo actuar si se han saltado una toma. El prospecto se humaniza, es un farmac¨¦utico.
Tambi¨¦n se habla del estilo de vida. Los h¨¢bitos alimentarios, la pr¨¢ctica de deporte o actividad f¨ªsica, el tabaco¡ Les facilitan portales en los que encontrar informaci¨®n contrastada, porque los pacientes buscan en Internet, quieren saber, cada vez m¨¢s. ¡°Les sirve para completar la informaci¨®n proporcionada por el m¨¦dico o el enfermero¡±, cuenta Monte.
El jefe de secci¨®n en el servicio de Farmacia del hospital la Fe detalla los cambios que se est¨¢n produciendo en la forma de atender a los pacientes en la farmacia hospitalaria:
¨C Se clasifica a los pacientes seg¨²n el riesgo de su dolencia para ofrecerles la atenci¨®n adecuada, una forma de asignar el tiempo que requiere la consulta. ¡°Hemos establecido una forma m¨¢s o menos intensa de atender en funci¨®n de la gravedad. No tiene sentido atender a todos por igual¡±, apunta.
¨C De la consulta cl¨ªnica se pasa a la motivacional. Fijan objetivos concretos con el paciente en relaci¨®n a su tratamiento que resulten alcanzables. ¡°Se trata de alcanzar el ¨¦xito final¡±, afirma. El ¨¦xito es la adherencia, la efectividad, la mejora en su calidad de vida.
¨C Un mayor uso de la tecnolog¨ªa. ¡°Existen herramientas para comunicarnos con el paciente¡±, cuenta. Se refiere a las aplicaciones que permiten establecer una relaci¨®n directa, al uso de las redes sociales para informar y a gu¨ªas de actuaci¨®n farmac¨¦utica para orientar.
Las repercusiones de la artritis psori¨¢sica en el d¨ªa a d¨ªa
Martos camina despacio, siempre en llano y distancias cortas, tres kil¨®metros como m¨¢ximo. Si baja una cuesta, la sube en autob¨²s. Sale a comprar el pan a diario. ¡°Si no se me cae la casa encima¡±, relata esta mujer que practic¨® fitness y culturismo hasta los 45 a?os. Ahora tiene un 70% de discapacidad y no trabaja desde hace dos a?os y medio. Antes se desempe?aba en la recepci¨®n de un gimnasio, siempre tan ligada al deporte.
¡°Voy al mercado y compro lo que necesite y luego el carnicero o el frutero me lo suben a casa¡±, cuenta esta mujer que en la adolescencia sufri¨® los primeros brotes de psoriasis en forma de placas en las rodillas, los codos y el pecho. Esta enfermedad inflamatoria inmunomediada (IMID) est¨¢ controlada, pero la que se desencaden¨® a posteriori, la artritis psori¨¢sica, no le da tregua. Entre el 10% y el 30% de los pacientes de psoriasis acaban padeciendo esta otra dolencia cr¨®nica que afecta a las articulaciones, seg¨²n Acci¨®n Psoriasis. No todos los casos son graves como el de Martos. La intensidad de la enfermedad var¨ªa de una persona a otra. ¡°Ahora que hace calor estoy mejor, pero a partir de octubre aumentan los dolores¡±, explica Martos, que mide 1,68 metros y pesa 49 kilos. ¡°Siempre fui un palo¡±, apunta ella.
¡°Si no fuera por mi complexi¨®n ya estar¨ªa en una silla de ruedas¡±, afirma, conocedora de que el sobrepeso no trae beneficios a nadie pero menos a los pacientes de psoriasis y artritis psori¨¢sica. El jefe de Dermatolog¨ªa del Hospital Universitari i Polit¨¨cnic La Fe (Valencia), Rafael Botella, compa?ero de Monte, alerta del exceso de peso presente en algunos de estos pacientes. Son m¨¢s propensos a ganar kilos de forma s¨²bita, lo que les acarrea m¨¢s perjuicio. ¡°Es un factor de riesgo cardiovascular¡±, advierte Botella, que se esfuerza en describir la psoriasis y la artritis psori¨¢sica no solo como enfermedades de la piel o de las articulaciones sino como dolencias inflamatorias que pueden desencadenar colesterol alto, h¨ªgado graso o ansiedad y depresi¨®n, lo que se llaman comorbilidades.
La coordinaci¨®n entre especialistas
Montes y Botella, Farmacia y Dermatolog¨ªa, se re¨²nen en un comit¨¦ dos veces al mes. ¡°Son sesiones muy abiertas¡±, describe el jefe de secci¨®n del servicio de Farmacia. ¡°Dermatolog¨ªa es la responsable ¨²ltima de prescribir un medicamento, pero todos podemos aportar¡±, explica Montes. ¡°No solo tiene repercusiones positivas en el paciente sino en los estudiantes de Medicina que asisten a las reuniones; tiene implicaciones docentes¡±, abunda Botella, el dermat¨®logo, que fue quien puso en marcha el comit¨¦.
El tratamiento de la psoriasis y la artritis psori¨¢sica ha mejorado mucho en la ¨²ltima d¨¦cada. Han surgido medicamentos m¨¢s efectivos y los hospitales cuentan con unidades integrales en las que se atiende al paciente en consultas conjuntas. El reumat¨®logo y el dermat¨®logo lo ven al mismo tiempo porque existe relaci¨®n entre una rodilla inflamada y una descamaci¨®n detr¨¢s de la oreja. ¡°El siguiente paso debe ir encaminado a resolver algunos tipos de psoriasis m¨¢s complicados como los que afectan a los pliegues de manos y plantas de los pies, a tratar las comorbilidades y a hacer al paciente copart¨ªcipe¡±, asegura Botella, que se refiere a que debe estar informado y poner de su parte. No se trata de crear una carga extra a alguien que padece una enfermedad impredecible y dolorosa, sino de darle las herramientas para que controle su peso y para que vigile los posibles problemas cardiovasculares o hep¨¢ticos. Para que si sufre ansiedad o depresi¨®n se le derive al psic¨®logo. Para que pida ayuda la pr¨®xima vez que le atiendan en la farmacia hospitalaria.