El Senado debate sobre la directiva europea de patentes de software
Expertos en leyes y tecnolog¨ªa analizan las implicaciones de una legislaci¨®n que permitir¨ªa patentar programas inform¨¢ticos
?Se puede patentar el algoritmo inform¨¢tico para calcular el ¨¢rea de un tri¨¢ngulo? ?Y el proceso de compra en Internet con un clic? ?stas y otras preguntas surgieron ayer durante las Jornadas sobre Patentabilidad del Software celebradas en el Senado. Surgieron las preguntas, pero las respuestas tendr¨¢n que esperar hasta que el Parlamento Europeo decida aprobar, o no, la Propuesta de Directiva Europea sobre la Patentabilidad de las Invenciones Implementadas en Ordenador, un texto legal que rompe con casi 30 a?os en los que esta pr¨¢ctica ha sido expresamente excluida de la normativa europea sobre patentes.
En mayo de 2002, tres meses despu¨¦s de la aparici¨®n de la directiva, el Senado aprob¨®, por iniciativa del senador socialista F¨¦lix Lavilla, una moci¨®n por la que se instaba al Gobierno a defender un retraso en la aplicaci¨®n de la directiva o, al menos, que ¨¦sta no se aceptara antes de "analizar con rigor las ventajas y los inconvenientes para la investigaci¨®n en materia de software". La moci¨®n suger¨ªa tambi¨¦n que la C¨¢mara Alta promoviera un debate con expertos cient¨ªficos y tecnol¨®gicos de nuestro pa¨ªs y las organizaciones interesadas en la materia "antes de tomar una decisi¨®n definitiva". El debate se produjo el jueves, en forma de Jornadas, y con la participaci¨®n de expertos de diversas disciplinas relacionadas con este asunto.
Armonizar las legislaciones europeas
El director general para el desarrollo de la Sociedad de la Informaci¨®n, Leopoldo Gonz¨¢lez-Echenique, abri¨® el acto asegurando que la directiva europea "pretende armonizar las legislaciones nacionales", para que la "flexibilidad" de algunos pa¨ªses a la hora de admitir patentes de este tipo no los coloque en ventaja frente a otros m¨¢s rigurosos.
A continuaci¨®n, el debate se sucedi¨® en dos mesas redondas, jur¨ªdica e inform¨¢tica, moderadas respectivamente por Alonso Arroyo Hodgson, presidente de la Comisi¨®n de Ciencia y Tecnolog¨ªa del Senado, y Mercedes Coloma Pesquera, presidenta de la de Sociedad de la Informaci¨®n y del Conocimiento.
En ninguna de las mesas pudieron escucharse opiniones abiertamente partidarias de la directiva, aunque s¨ª se escucharon algunas opiniones muy cr¨ªticas con el texto que actualmente se debate en el Parlamento Europeo.
Carlos Bercovitz, catedr¨¢tico de Derecho Mercantil de la UNED, critic¨® la directiva europea por no exigir "capacidad inventiva" ni obligar a "describir el algoritmo ni ense?ar el c¨®digo fuente" de aquello que se quiere patentar. El catedr¨¢tico denunci¨® tambi¨¦n "presiones de EEUU y Jap¨®n" para que este texto salga adelante, situaci¨®n que obligar¨ªa a los inventores del software a presentar "miles de solicitudes [de patentes] que s¨®lo podr¨¢n pagar las grandes empresas".
En la mesa inform¨¢tica las opiniones no fueron menos duras. Manuel de Hermenegildo, catedr¨¢tico de Inform¨¢tica de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, abri¨® fuego contra la directiva al asegurar que las patentes tendr¨ªan "consecuencias potencialmente devastadoras", al suponer "el mantenimiento de los monopolios" y un "freno a la innovaci¨®n". Hermenegildo se refiri¨® tambi¨¦n al impacto que esta normativa tendr¨ªa sobre el software libre, que calific¨® de "modelo de negocio en el la que la UE, y particularmente Espa?a, ser¨ªa muy competitiva o incluso podr¨ªa ser l¨ªder".
El catedr¨¢tico record¨® a los presentes que "Internet no habr¨ªa sido posible con las patentes de software" y concluy¨® su intervenci¨®n pidiendo que se rechace esta normativa para que las empresas puedan dedicarse "a innovar en vez de litigar".
Por su parte, V¨ªctor Izquierdo Loyola, subdirector general de Tecnolog¨ªas Inform¨¢ticas del Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa, apunt¨® que este asunto hab¨ªa conseguido dibujar dos bandos enfrentados. En el primer frente se habr¨ªan alineado los partidarios de las patentes de software -grandes empresas, organismos gubernamentales y despachos de abogados-, y en el segundo, los opositores a esta regulaci¨®n, representados por estudiantes, acad¨¦micos e ingenieros.
Durante la clausura de las Jornadas, Jos¨¦ L¨®pez Calvo, director general de la Oficina Espa?ola de Patentes y Marcas sorprendi¨® a los presentes al asegurar que "ni se patenta ni se patentar¨¢ el c¨®digo de los programas". L¨®pez Calvo se refer¨ªa probablemente al c¨®digo fuente, las instrucciones que escriben los programadores, y no a los algoritmos o f¨®rmulas para resolver problemas, que se han venido patentando por parte de la OEP desde hace m¨¢s de diez a?os y que la propia oficina espa?ola ha admitido a tr¨¢mite.
Historia de la directiva
La concesi¨®n de patentes de software fue excluida expresamente por el Convenio M¨²nich de 1973, suscrito por los Quince y otros cuatro pa¨ªses del entorno europeo. No obstante, la Oficina Europea de Patentes (OEP), el organismo que surgi¨® de este acuerdo y que opera con total independencia de Bruselas, ha concedido en los ¨²ltimos a?os cerca de 30.000 patentes de software, en su mayor¨ªa solicitadas por medianas y grandes empresas.
Esta situaci¨®n ha llevado al Parlamento Europeo a reaccionar con un texto legal que le permita tomar las riendas de este proceso. As¨ª, seg¨²n el eurodiputado Manuel Medina, tras la eufem¨ªstica afirmaci¨®n de que la directiva pretende la "armonizaci¨®n de las legislaciones europeas" se esconde un intento de Bruselas por sujetar a la OEP, un organismo que a pesar de su escaso control democr¨¢tico y su total independencia de los cauces legislativos europeos, cuenta a¨²n con el aval que le otorg¨® la firma del Convenio de M¨²nich.
En un principio, el Comit¨¦ de Asuntos Jur¨ªdicos, dirigido por la laborista brit¨¢nica Arlene McCarthy, fue el encargado de analizar las ventajas e inconvenientes de las patentes de software y de elaborar una propuesta de directiva que sirviera de marco para los Quince.
Sin embargo, la postura de este comit¨¦, muy cercana a las tesis de la Oficina Europea de Patentes y los grupos multinacionales, provoc¨® duras quejas en el seno de la c¨¢mara y forz¨® la entrada de opiniones diferentes. As¨ª, se dio entrada al Comit¨¦ de Educaci¨®n y Cultura, dirigido por el ex primer ministro socialista franc¨¦s Michel Rocard, y al de Industria, liderado por la liberal holandesa Elly Plooij-Van Gorsel.
Seg¨²n Manuel Medina, las tesis de Rocard se encuentran pr¨®ximas a las de los defensores del software libre y la no regulaci¨®n de los programas, mientras que las de Plooij-Van Gorsel est¨¢n a medio camino de McCarthy y Rocard.
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