Telcos: los problemas crecen?
IP lo invade todo. La generalizaci¨®n de estas redes, por las que tanto viajan los datos como la voz, junto con la popularizaci¨®n de la tarifa plana, han hecho que los factores tiempo y distancia sean cada vez m¨¢s irrelevantes en el precio de las comunicaciones. Ya no importa cu¨¢nto tiempo nos conectamos a Internet. Ni cu¨¢n lejos est¨¢ nuestro interlocutor en una conversaci¨®n telef¨®nica. Ni cuantos minutos hablamos. Pagamos una cuota al mes -cada vez m¨¢s baja— y nos olvidamos. En un mundo de "todo sobre IP" y tarifas planas, las operadoras de telecomunicaciones ya no pueden engordar su facturaci¨®n con un mayor consumo de sus clientes en los servicios de comunicaci¨®n tradicionales. Entonces, ?c¨®mo mantener su rentabilidad?
B¨¢sicamente, existen dos formas de hacerlo. La primera es mantener el n¨²mero de abonados, reduciendo la tasa de abandono (churn rate) o captando nuevos clientes. Pero esa no es tarea f¨¢cil, por la presi¨®n de la competencia y porque existe un "techo" en la penetraci¨®n (pr¨¢cticamente el 100% de los hogares est¨¢ abonado a los servicios de alguna operadora). La segunda es intentar aumentar el ingreso medio por usuario (ARPU). Con el fin de retener a sus abonados y de potenciar su gasto, muchas operadoras tradicionales se han lanzado a la prestaci¨®n de servicios adicionales como telefon¨ªa o televisi¨®n sobre redes IP.
Al ofrecer sus propios servicios de televisi¨®n y v¨ªdeo bajo demanda sobre ADSL, lo que hacen las operadoras es revender contenidos. Pero muchos de ellos se est¨¢n ofreciendo simult¨¢neamente en otras plataformas como el cable o el sat¨¦lite, luego la ¨²nica forma de competir es en precios. Eso supone sacrificar margen, algo que choca con la pretensi¨®n inicial de aumentar los beneficios. Adem¨¢s, resulta dif¨ªcilmente sostenible en el tiempo por la gran inversi¨®n en contenidos e infraestructuras que deben amortizar. A no ser, claro, que se disponga en exclusiva de los contenidos que m¨¢s interesan al p¨²blico.
Digital+ sigue siendo la plataforma de pago dominante porque tiene contratos con las majors de Hollywood para emitir en primicia el mejor cine de estreno y porque mantiene en exclusiva o casi en exclusiva los derechos de emisi¨®n de eventos deportivos y toros. Dicho de otro modo: mientras las operadoras fijas sigan ofreciendo a sus clientes los mismos canales y contenidos que se ofrecen tambi¨¦n por sat¨¦lite y por cable, poco rentables ser¨¢n sus plataformas de televisi¨®n por IP (TVoIP). La viabilidad de estos servicios depender¨¢ de qui¨¦n se lleve los derechos de emisi¨®n cuando venzan los contratos vigentes. En ese momento se iniciar¨¢, con toda seguridad, una subasta al alza por los contenidos estrella.
La entrada de las operadoras en el negocio de la telefon¨ªa IP plantea otros retos. Las redes IP est¨¢n comoditizando progresivamente el transporte de la voz, que ha sido tradicionalmente la principal fuente de ingresos de las operadoras fijas. Con el agravante de que este fen¨®meno favorece la entrada de empresas sin infraestructura de red, tipo Skype, en el mercado de la telefon¨ªa. La tendencia apunta hacia un futuro de llamadas gratis (o casi) y basadas en redes IP. Como el correo electr¨®nico, pero con voz. O como los servicios de mensajer¨ªa instant¨¢nea, que tambi¨¦n son gratuitos y que ya empiezan a incorporar la voz. Precisamente, Yahoo! y Microsoft acaban de unir sus servicios de messenger, lo que supone conectar a m¨¢s de 275 millones de usuarios que podr¨ªan conversar entre ellos sin que medie un operador de telefon¨ªa.
La conjunci¨®n entre la VoIP y la existencia de tel¨¦fonos m¨®viles y agendas electr¨®nicas (PDA) con accesos WiFi, hace extensible el problema a las operadoras de telefon¨ªa m¨®vil, ya que el usuario podr¨¢ llamar desde cualquier punto con conexi¨®n Internet sin contar con la operadora y reduciendo dr¨¢sticamente su factura de m¨®vil.
Y cada d¨ªa surgen nuevas combinaciones entre tecnolog¨ªas y dispositivos: tel¨¦fonos fijos que trasmiten la llamada por redes IP; m¨®viles que hacen lo propio gracias a las conexiones WiFi; ordenadores que pueden hablar con otros ordenadores y/o con tel¨¦fonos fijos; servicios de mensajer¨ªa instant¨¢nea que incorporan voz; proveedores de televisi¨®n que ofrecen conexi¨®n a Internet y telefon¨ªa a trav¨¦s de un mismo receptor (set-top box)?
En resumen, en un mundo de plataformas de acceso que convergen gracias a las redes IP, todos hacen de todo e intentan vender su paquete integrado de conectividad, telefon¨ªa y televisi¨®n (triple-play). Al final, quien gane ser¨¢ el que logre casar la mejor oferta triple-play con los mejores servicios de valor a?adido. Pero, de momento, se vislumbran negras nubes en el horizonte de las operadoras. Y es que con IP, los problemas crecen para las telcos.
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