Lo que cuesta la nueva de Ley de Propiedad Intelectual
El Senado debate la LPI m¨¢s pol¨¦mica
El Senado ha aprobado la reforma al texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual de 1996. En el punto de mira dos art¨ªculos pol¨¦micos. Por un lado, la implantaci¨®n de un canon que impone un coste extra a los soportes digitales o, lo que es lo mismo, que el ciudadano pague m¨¢s por un CD virgen o por un equipo de DVD para compensar al artista por las posibles copias privadas que pueda hacer. Por otro, que la SGAE deje de imponer las tarifas que tienen que pagar, bares o restaurantes con hilo musical por ejemplo, por los derechos de autor.
La reforma de la LPI no gusta y est¨¢ enfrentando a industria, consumidores y a las entidades de gesti¨®n de los derechos de autor. El pol¨¦mico canon ha sido rechazado por la Comisi¨®n de Expertos que asesora sobre la Sociedad de la Informaci¨®n al ministerio de Industria. Los expertos consideran que el canon sobre los soportes digitales no va a frenar la pirater¨ªa y s¨ª el desarrollo de la Sociedad de la Informaci¨®n. Los fabricantes y usuarios de Internet tambi¨¦n est¨¢n contra el canon y se han unido en la plataforma www.todoscontraelcanon.es.
Para Pedro Farr¨¦, director de Relaciones Institucionales de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) el canon por copia privada es necesario. "Hay que compensar a los autores por la posibilidad que tienen los usuarios de hacerse copias, el canon de un CD virgen es de 16 c¨¦ntimos de euros y es l¨®gico que si el dispositivo tiene m¨¢s capacidad para copiar, la tarifa deba aumentar".
Farr¨¦ replica a los que dicen que el canon puede frenar la Sociedad de la Informaci¨®n pues los usuarios se pueden echar atr¨¢s a la hora de comprar aparatos digitales, "en Inglaterra no hay canon y los precios de los CD v¨ªrgenes no son m¨¢s baratos. No se venden m¨¢s dispositivos de MP3 en los pa¨ªses d¨®nde no hay canon". Y a?ade: "el fabricante vende m¨¢s MP3 gracias a que se pueden realizar copias piratas. Gracias a las copias privadas, el sector est¨¢ creciendo".
Jos¨¦ Mar¨ªa Anguiano, abogado, socio del despacho Garrigues & Andersen coincide en que "hay que defender a los autores. El canon no supone ning¨²n freno y hay respetar la propiedad. Si los autores no reciben compensaci¨®n, terminar¨¢n por no crear nada y sino hay contenidos terminaremos todos escuchando Kiss FM".
Anguiano es muy cr¨ªtico con la nueva LPI porque se deja "pasar una magn¨ªfica oportunidad para hacer una reforma en condiciones" y tambi¨¦n con los que est¨¢n en contra del canon. "La imagen que se proyecta es la de unos chavales que est¨¢n pirateando m¨²sica y que no quieren que se acabe la barra libre. No hay voluntad pol¨ªtica para decir a los votantes j¨®venes que no hay barra libre aunque a nadie nos gusta pagar impuestos y los pagamos".
Claudio Feijo¨®, doctor ingeniero en Telecomunicaciones y miembro del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaci¨®n (COIT), coincide con Anguiano en que "la LPI no ha debatido el problema profundo. Habr¨ªa que preguntarse si interesa la industria de contenidos en Espa?a. Si la respuesta es s¨ª, habr¨ªa que discutir cu¨¢l es el mejor camino para incentivar esa industria y preguntarse si se incentiva m¨¢s la creaci¨®n cuando se puede compartir el contenido con facilidad o con creadores muy protegidos. En Francia, que creen en la cultura con may¨²sculas la discusi¨®n fue mucho m¨¢s profunda. Hay que discutir todo esto con imaginaci¨®n y no quedarse en el canon".
Sobre esto ¨²ltimo, Feijo¨® se?ala que el Colegio de Ingenieros es miembro de la plataforma contra el canon aunque ¨¦l personalmente no est¨¢ "ni a favor ni en contra". "Lo que pido es transparencia: qui¨¦n lo calcula, porqu¨¦ cuesta los que cuesta, de d¨®nde sale que tengamos que pagar ese precio y no otro". Y a?ade: "si existen protecciones tecnol¨®gicas como el DRM que impiden la copia hay que plantearse el canon".
Tarifas
La segunda pol¨¦mica gira sobre qui¨¦n decide las tarifas que hay que pagar por los derechos de una pel¨ªcula o una canci¨®n. Actualmente es la SGAE aunque la LPI propone a la administraci¨®n. "?C¨®mo es posible? Es inconstitucional facultar a la administraci¨®n que imponga las tarifas. Nadie te dice el precio al que debes vender tu coche o tu vivienda. Actualmente las televisiones pagan una tarifa fijadas por las entidades de gesti¨®n, ?Alguien se puede imaginar que Georges Bush fijase las tarifas de las pel¨ªculas de Michael Moore?", se queja Farr¨¦ que continua con el ejemplo: "ser¨ªa limitar la independencia de Moore. ?l es el propietario de la pel¨ªcula y lo puede vender al precio que quiera".
Feijo¨® se?ala que la "SGAE es monopol¨ªstica. Existe porque los artistas no pueden lidiar con todo el mundo que difunde sus obras y la entidad es la que les defiende. Aunque es una entidad sin ¨¢nimo de lucro y curiosamente se comporta como una empresa. Puesto que no hay m¨¢s entidades es muy f¨¢cil hacer negocio. Pueden poner el precio que quieran. Deber¨ªa de existir un mecanismo de arbitraje desde la administraci¨®n que, ayudado por expertos del sector, fijase unas tarifas". Feijo¨® a?ade que: "la SGAE no se debe de comportar igual en el mundo digital que en el anal¨®gico. No debe actuar tanto como intermediario, deber¨ªa trabajar para que se difundan m¨¢s los contenidos del artista en los diferentes medios".
La LPI que se debate fijar¨¢ a qui¨¦n corresponde decidir cuanto cuesta ver una pel¨ªcula o comprar un CD. Aunque el canon o las tarifas es un coste extra que se impone a los fabricantes y empresarios, el consumidor es el que suele pagar esta subida cuando adquiere el servicio o producto.
"Me dec¨ªan que era un impuesto revolucionario"
Muy mala fama tiene actualmente la SGAE. Numerosos blogs cargan contra la entidad de gesti¨®n en Internet y los comentarios en la calle tampoco son mejores. Farr¨¦ se defiende "a los socios no les cae mal la SGAE y est¨¢n muy satisfechos, defendemos sus derechos". Se?ala "que es injusto lo que pasa, se est¨¢ manipulando la situaci¨®n porque las tarifas por los derechos de autor son muy bajas", y aunque admite que la imagen est¨¢ "muy deteriorada", conf¨ªa en que: "alg¨²n d¨ªa se har¨¢ justicia".
Aunque parece que tiene que llover mucho para que las cosas cambien. Un ex trabajador de la SGAE recuerda con "bastante agobio" su trabajo durante seis meses de bar en bar. "Fui representante de la SGAE hace dos a?os, trabajaba en ocho distritos de Madrid. Ten¨ªa que cobrar los derechos de autor en los locales que ten¨ªan reproductores audiovisuales y musicales. Hab¨ªa gente que lo entend¨ªa aunque muchos me se?alaban y me dec¨ªan que iba a por el impuesto revolucionario".
Miguel, nombre ficticio, explica que las tarifas "var¨ªan seg¨²n los metros del local y los precios de la consumici¨®n. Yo entiendo que en una discoteca se cobren los derechos de autor porque la gente consume m¨¢s si la m¨²sica es buena aunque hay restaurantes que tienen televisi¨®n y ni la miran". Miguel se?ala que hace dos a?os "las tarifas eran, por ejemplo, de unos 18 euros mensuales en un local peque?o que est¨¦ reproduciendo m¨²sica. Si el bar no paga, se pasa la informaci¨®n a la asesor¨ªa jur¨ªdica de la SGAE".
Miguel, aut¨®nomo, ganaba unos 600 euros semanales. "No aguant¨¦ mucho, te reciben muy mal en los sitios, hay much¨ªsimos locales en Madrid y ten¨ªa que hacer tambi¨¦n una base de datos con los nuevos. En muchas de las discotecas hab¨ªa que entrar casi con guardaespaldas". Cuenta que incluso le intentaron pegar "los due?os de un local, chinos, que no entend¨ªan nada porqu¨¦ ten¨ªan que pagar".
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